Estoy leyendo las críticas en internet. Parece muy interesante. No es un género que consuma habitualmente (aunque parece que tiene elementos de policial también), pero siempre me llamaron la atención las historias en torno a los monumentos. Me genera una especie de fascinación, así se trate de una catedral, de una estatua, de un partenón, o de una tumba como en este caso. También está el plus del aporte para los lectores de Borges…
A mi me gusto más la historia de Lena, la actriz de los nazis que el libro en sí. Por momentos se hacia medio plomazo y entre las citas y el libro se hacia medio interminable.
A mi me pasaba que me iba enganchando con las distintas historias, y así se me hacía más agil la lectura. Por momentos hasta me olvidaba de Molina y Valentín. Igual tendría que volver a leerlo, porque lo leí a los 17 y por ahí me quedé con las sensaciones de ese momento. La relectura tardía suele ser bastante clarificadora muchas veces.
Estoy leyendo “A Games of Thrones” de George R.R. Martin. Me enganche con la serie de HBO y decidi probar el libro. Esta bueno, aunque es bastante denso por momentos porque el autor es extremadamente detallista y gráfico. Para los que les gusta el genero de literatura fantástica lo recomiendo. Tiene mucho de intriga politica, y poco o nada de magia, por eso me gusta.
Si mas vale, lo ideal es después leerlo de corrido sin desviarse en las citas. Se lle mucho mejor y uno no se pierde detalles de la historia principal. De todos modos, abogo siempre por la relectura en distintas cuando se trata de un buen libro… para mi El principito es el mejor caso, no es lo mismo leerlo siendo “niño” que de más grande.
Son carisimos y dificiles de conseguir pero muy buenos. Son todos impresos en España y los cobran excesivamente caros aca, pese a no ser libros tan extensos.
Seguro. Siempre hablando en términos de lo “ideal”.
En general yo no releo porque con todo lo que hay para leer, no me alcanzaría el tiempo para volver a leer lo que leí en la adolescencia. Pero con “El beso …” voy a hacer la excepción.
Por otro lado siempre me da como un no sé que la relectura… cierto temor a que no me pegue de la misma manera. Un libro que me conmovió a los 16, o los 20, puede parecerme una basura a los 33. No necesariamente por una cuestión de edad o madurez, si no también por una cuestión de momentos y percepciones. Pero bueno, también están los que te cansás de leer y no decepcionan jamás…