Y si man, si quedo pegado como uno de los que hacia silencio en la época nefasta
No al nivel de Recondo y demás, pero podría haber hablado más sobre lo que pasaba en River
Cuando quiso hablar ya era re tarde
Farinella cerró el orto en la época del vaciamiento aguilarista y permitió un montón de tapas de olé muy ofensivas para el club a la vez que era liviano con boca. Yo no me olvido. Se ve que hoy su negocio no está en repetir la versión bostera de la historia, pero no seamos giles: un buen sobre puede cambiar todo.
Solo voy a aprovechar que, por ahora, está de nuestro lado.
Para mi las tapas ofensivas de Ole nos tendrian q haber ayudado a despertar como hinchas.
No lo hicimos tampoco, nada fue lo suficientemente ofensivo para q el hincha de River dejara de dormir.
Es muy difícil. Había una normalización mediática desde Clarín y sus medios afines. Cuando los medios aprietan, la gente acepta. Les tuvimos que descoser el ojete en la cancha para que aflojen.
Pero fijate q los demas medios callaban TODO, mientras las tapas de Ole al contrario.
Esto es insólito, parece que el técnico es más cabeza dura que el Gallardo con espalda enorme por haber ganado todo.
Las tapas de olé gastandonos, no sé en qué beneficiaban al club.
Que el hincha despierte, pero ni asi.
Por ejemplo, tema hinchada. Yo quiero q vuelvan los visitantes y q se venga la 12 con todas sus banderas y haga pasar vergüenza a la orquestita de Brito, solo asi la gente s va a dar cuenta de verdad de las cosas.
Lo mismo debia suceder con esas tapas de gaste, pero no sucedio. El hincha desde la fiesta del campeon del siglo vivio adormecido, cuando despertamos, nos volvio a dormir Madrid.
Lo bueno de Farinella es que escribe bien y entiende de futbol. Es algo poco visto en el periodismo.
Nadie olvidará la época del Olé quemarropa con River, eso es cierto. Y no paráron hasta vernos destrozados, todo el imperio politico, liderado por el diario y por los que se suponían de izquierda. cero objetividad. por eso la guardia alta. Pero hoy es único éste tipo. O de los pocos que se oponen a la parafarnalia bosteriodista y siempre es bueno leérlo
Medio tirado de los pelos ese argumento. Es más factible que nos cargaran por el simple hecho de levantar a su socio boca, a quien jamás le dedicaban cargadas cuando perdía. Tranquilamente podría haber alguna tapa “lo acabó en la boca” el día del ramirazo, pero prefierieron hablar del fantasmita, para despertar a su amado boca, para que se preocupe en jugar en lugar de gastar. Siempre escribieron desde la perspectiva de boca con el gordo al mando y luego lo mismo.
A mi eso nunca me molesto, me molesto que el hincha de River no haga nada.
¡FELIZ CUMPLEEEEEEEEEEE!
Pero estamos hablando de una época sin redes sociales, donde los medios masivos eran más impunes. Estuvimos indefensos y descordinados. Pensa que en foro recién aparece en 2003-2004 y hace rato ya nos venían cogiendo mediáticamente.
HOLA RIVER
La cancha inclinada
Esto pasó en televisión. Un conductor reconocido sentenció con contundencia: “Vas a ver que no cobra más un penal sobre la hora”. Un tono y una composición dramática notable, una de esas actuaciones que salen del alma. Hizo ese comentario ante la noticia del regreso del árbitro Herrera tras dos fechas de suspensión luego del Superclásico.
La opinión tiene parte de rigurosa verdad pero necesita una aclaración. “Vas a ver que no cobra más un penal sobre la hora para River” o “vas a ver que no cobra más un penal sobre la hora contra Boca” habría sido más ajustado a la realidad pero casi imposible de pronunciar en un programa que no se vende como partidario.
No es ni más ni menos que lo que venimos sosteniendo. River tiene la cancha inclinada en la AFA, en los árbitros, en los medios y esa situación replica en la Conmebol.
Herrera tuvo un arbitraje mediocre pero el tema es que perdió Boca. Sin ir más lejos, hace unos días Boca le ganó a Argentinos sobre la hora, en un partido en el que el árbitro lo sostuvo en juego cobrando todo para el equipo de Almirón. Desoyendo la recomendación de dejar seguir ante la duda, el línea levantaba la banderita presuroso para marcar offsides que no eran. Ahora, a ese árbitro lo ponen a dirigir a River la próxima fecha contra Vélez. Se nota mucho.
River viene siendo castigado porque la consecuencia es el premio. No pasa nada si el error es contra River. A nivel Conmebol, fue tanto pero tanto el lloriqueo de quienes salieron campeones con arbitrajes escandalosos y sospechosos de Ruiz, Amarilla, Larrionda y compañía, que pretenden con el relato dar vuelta una historia por todos muy bien conocida.
El año pasado, River quedó eliminado de la Copa siendo robado en el Monumental, cuando luego de ver 43 veces la jugada y sin que se advirtiera en ninguna de ellas mano de Matías Suárez, finalmente el VAR ordenó anular el gol que nos ponía a igualar la serie con Vélez. No fue mano de Suárez, pero River afuera.
Este año, empezamos la Copa en la altura y le inventaron un penal a Armani que decidió el partido. Al segundo juego, en casa, de entrada el árbitro marcó todas las divididas para los visitantes y expulsó a un jugador de River en el PT. La jugada era para roja pero podía ser amarilla. De hecho, hemos visto jugadas similares que no fueron sancionadas con roja. River ganó igual con uno menos. El arbitraje del uruguayo Ostojich en Brasil fue directamente bochornoso. Dejó pegar a Felipe Melo todo lo que quiso y echó a González Pirez por la nada misma. Es un árbitro nefasto, que ya nos había dejado afuera contra Palmeiras en aquella semi escandalosa. Junto con Cunha y Sampaio son árbitros que nos traen muy malos recuerdos y que siempre son premiados por Conmebol.
River se juega esta semana gran parte de la chance de seguir en la Copa Libertadores. No es joda, no es alarma ni exageración. Es la realidad que indica la tabla y los partidos que se juegan. River va a Perú a enfrentar a Sporting Cristal y The Strongest recibe en la altura de La Paz al cómodo líder Fluminense.
Demichelis anunció lo que todos vemos. Fluminense se cortó y en las revanchas se definirá el otro clasificado. El problema es que los bolivianos tienen dos partidos en la altura y cierran con nosotros en el Monumental, cuando tal vez ya sea tarde. Si ganan los seis puntos, nos obligan a sumar cuatro entre Lima y en casa contra el Flu. Entonces es simple, casi todo depende de lo que pase este jueves.
Este partido decisivo encuentra a River en un momento de confusión**.** No tenemos el andar de hace unas semanas, cuando veníamos funcionando con mayor confianza. Hoy el equipo luce espeso, impreciso, le entran algunas dudas y comete errores varios. Se lo ve vulnerable especialmente en la línea defensiva. Será un partido muy duro y para sacarlo adelante será necesaria una muy buena actuación, especialmente sólida.
Cuando empezó el semestre, pusimos la prioridad en el torneo local que hoy lideramos. No está ganado el campeonato. Falta mucho y San Lorenzo está haciendo una campaña notable. Tiene todo el derecho de aspirar a campeonar también. Aunque la prioridad sea el torneo local, debemos reconocer que la actuación en la Copa viene siendo mala.
Nos tocó un grupo difícil y un fixture más difícil aún. Rivales complicados, sedes complicadas. La altura, Brasil, tres partidos sobre cuatro de visitante… Claramente un cuadro diseñado por el peor enemigo. Es una realidad que podemos quedar afuera. Sería doloroso pero no podemos descartar esa posibilidad. Los números son contundentes. Vamos últimos, somos los más goleados.
Necesitamos dejar de ser verdes y que nos dejen de afanar en la Copa. Ninguna de las dos cosas será fácil. Primero, porque la esencia ofensiva de este equipo suele confundir atacar con desnudarse. Lo segundo porque las evidencias hablan por sí solas.
El coro de bosteros que sale a castigarme cada vez que hablo de esto no hace más que ratificar que estoy en el camino correcto. No me hace falta esa comprobación, pero es la evidencia final. Les duele la verdad. Son especialistas en creer sus propias mentiras, edificar sobre ellas relatos que suman y suman peldaños a la infamia que se inventaron. La mentira se acabó. Les guste o no les guste.
Quien fue el que dijo eso?
Es tal cual pero si desde River nos callamos la boca esto será cada vez peor
El mano muerta.
HOLA RIVER
Descontrolados
Desesperación. Apuro. Locura. River decide jugar en la Copa a matar o morir y muere en el intento. No hay manera de ganar jugando así y parece ser que no tiene otra manera de jugar. River repite desde que empezó la Copa la misma receta. Ataque, ataque, ataque, mala definición, apuro, ansiedad, ataque, ataque, mala definición, apuro, ansiedad, error defensivo y gol rival.
Por más que podamos decir que River jugó mejor, que generó más situaciones, no hay manera de convencerme de que un equipo que defiende del modo que defiende River juega bien. Por momentos, hay una locura inadmisible que nos expone a situaciones bochornosas, caóticas, innecesarias.
No le voy a caer a Armani, simplemente porque lo de Franco es un error. Grave, pero error al fin. Se equivocó también con Platense, sí, pero es justo decir que al final rozó una pelota que iba adentro y era la derrota. Ese desvío casi imperceptible hizo que fuera al palo. Al final nos salvó como tantas veces. Armani le pegó mal, pero también Paulo Díaz se la pasó mal. La pelota picando al arquero es un problema.
La otra de Paulo. Mandó al córner una pelota por creer que habían pitado falta para el rival y la pelota estaba en juego. Son errores repetidos en el chileno. Un jugador que no termina de dar garantías. Es cierto que los defensores de River juegan con estrés y Paulo suele ser un bombero. No es bueno tener que afrontar tantas situaciones límites.
Atacar con desesperación y apuro reduce drásticamente la chance de definir bien. La serenidad es un bien muy valioso en los últimos metros, esencial para tener buenas terminaciones. En el área hay que pensar. River se obnubila, se obsesiona, se apura. Se equivoca. Entonces, llegamos mucho pero concretamos poco. Puede haber un poco de mala suerte, pero no es todo mala suerte.
Aliendro pudo empatar un partido que parecía destinado a ser derrota. Hacer un gol era un imposible. Ni de penal. Pero Rodrigo, el mejor jugador de la cancha, se tomó un tiempito para controlar y luego pateó. Fue salvador. Por más tiros en los travesaños de Barco o situaciones de casi gol en cantidad, no había manera de meterla y la derrota era condenatoria. Hay que entrenar mucho a partir de ahora la serenidad mental a la hora de la definición y también del último pase, que fallamos varios.
Ahora quedan dos partidos en casa. Fluminense seguramente no jugará con suplentes como hizo ayer, favoreciendo claramente a The Strongest. Si proponemos locura y caos como en Perú vamos a perder feo. El único partido que es posible ganar es un partido de marca muy firme y no regalar absolutamente nada. Ante la obligada baja de Enzo Pérez, no estaría mal sumar un central más. Atacar sobre seguro, tomando muy poco riesgo y jugando tranquilos. Tenemos que ir a buscar contra el mejor del grupo lo que no pudimos contra los otros.
Mala suerte es el sorteo. Nos tocó un grupo difícil. Pero nosotros, en lugar de hacerlo más fácil, lo complicamos jugando desesperados. Salimos a atacar los tres partidos como visitante, uno en la altura, otro en Brasil. También en Perú. No ganamos ninguno. Sumamos un punto y nos metieron 9 goles, promedio de 3 por partido, que pudieron ser más.
Los últimos minutos en Perú fueron un delirio. Teníamos un jugador más y pusimos dos extremos, pero en lugar de abrir la cancha con juego asociado los pusimos a jugar uno contra uno, eliminando de ese mismo modo la superioridad numérica. Mientras tanto, nos quedamos defendiendo como en Brasil, con un central y dos laterales. Pudimos ganar. Y pudimos perder. Teniendo un jugador más y habiendo sido superiores todo el partido, claramente significa que esos últimos minutos nos volvimos a equivocar.
Obviamente, el caradura del árbitro dio apenas cinco minutos de descuento, cuando había mínimo el doble para adicionar. Ya no da ni para enojarse. El bombeo es permanente. Seguramente la Conmebol lo va a felicitar.
El descontrol del final, con la expulsión de Rondón y quilombos varios, es una imagen que no queremos dar, que no nos gusta dar y que no debemos dar. La rebeldía se muestra jugando, después no sirve de nada.
Nos pasamos de rosca. Nos apuramos. Nos volvimos locos y es momento de parar la pelota, sentarse, pensar, bajar un cambio. Un día de spa, un karaoke, algún humorista, un torneo de Truco, tratar de cambiar la onda y recuperar la templanza.
Un tibio de mierda este gordo hijo de mil puta, que se vaya a la concha aguilaristica de su hermana