Las ahora columnas del Moishe Borinsky

Solamente le faltó llamarlos por lo que son, bosteriodistas, y creería que el gordo tiene usuario acá.

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Prefiero a los medios de enemigos y no de amigos.
ME LA RE CHUPAN TODOS LOS PERIOSIDAS Y TODO LO QUE DICEN Y PUEDAN DECIR… a mi lo unico que me importa es lo que pasa adentro de la cancha todo lo externo ni bola.
Me chupa la japi que hablen o no de River…

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Igualmente no tiene que ver con que hablen o no de River los medios (que creo que coincidimos todos, nos chupa un huevo). La función del bosteriodista es operar para condicionar y que esos condicionamientos redunden en beneficios para boca, justamente en el campo de juego, que es lo que verdaderamente importa.

Logran beneficios arbitrales, hacen que sus jugadores jueguen con mayor o menor presion, desestabilizan (siemrpe surge un “conflicto” en River antes de un clásico) y hasta te diría, influyen en la justicia.

La dirigencia de River tendría que tener mas peso que el posho vignolo pero bueno …

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Siempre y cuando la dirigencia no sea cómplice. Brito se acercó mucho a Tapia el último tiempo. Hasta el viejo toca nenes es vice de AFA.

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hay 25 mil vices de AFA…

El que tiene peso de verdad en realidad es el secretario general… VICTOR BLANCO.

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La putísima Mano de King’s Landing Viktor White?

HOLA RIVER

Guardia alta recargada

Ser de River es motivo de orgullo y cada día nos hace sentir más íntegros, identificados, felices de esta pertenencia. Ese nivel de identificación genera expectativas altas, que no siempre el equipo puede saciar. Hay que saber entender. La virtud, la belleza, la búsqueda de la perfección es un camino en el que también hay sinsabores.

Por eso, cuando River juega más o menos nos sentimos un poco decepcionados. Entendemos que en Tucumán jugamos con suplentes, que son muy buenos pero siempre es complicado amalgamarlos en un equipo sin continuidad.

Muy temprano, además, quedamos con uno menos y con desventaja en el resultado, en una cancha siempre complicada.

Valorar la postura del equipo, la intención de revertir un desarrollo muy torcido con uno menos habla de grandeza y convicción. No hubo juego esta vez. Pero digamos que la fortuna nos hizo un guiño al lograr el empate sobre el final con un gol en contra de un jugador, que hasta ahí, había sido el mejor de la noche.

Uno anda encerrado en esos pensamientos cuando advierte que esa intención de un juego del que sentirnos orgullosos es un poco desmedida y a contramano en nuestro fútbol. No hizo falta esperar el 28 de diciembre para pagar el precio de la inocencia.

A una semana del clásico, Boca levantó su nivel, es cierto, pero más concreto es que faltó que sacaran los revólveres en la cancha para aniquilar al adversario, tibio y desangelado, con absoluta connivencia arbitral y del VAR.

La diferencia de criterio en las repercusiones mediáticas son abismales. Si River hubiera ganado un partido así, con un planchazo de un pibe que juega muy bien, como el Colo Barco, sancionado simplemente con amarilla y con el brazo/codo de Villa rompiéndole la cara en mil pedazos a un rival sin ninguna consecuencia, el escándalo tomaría nivel de cuestión de estado. Miles de repeticiones desde todos los ángulos y opiniones escandalizadas por el latrocinio en continuado.

Boca está dispuesto a ganar a sangre y fuego, como siempre. Por eso, cada tanto, recuerdan la patada de Vangioni o un par de revolcones de Ponzio: porque estratégicamente nos hicimos fuertes en el corazón de su idiosincrasia. Les duele más eso que un baile, que un golazo de Julián desde 30 metros o una volea del Pity. Les duele casi tanto como Madrid.

Hoy los medios deportivos están totalmente tomados por ellos. Será cuestión de los periodistas en sí mismos, de los productores, de los dueños, de gustos personales o un poco de cada cosa. Es una realidad incontrastable que vemos todos los días, a toda hora y en cualquier canal.

River no tiene otro camino que vivir y jugar con grandeza. Vivir y jugar con la guardia alta. Eso también forma parte de la identidad. Porque hay un rival poderoso dispuesto a hacer cualquier cosa para ganarnos con cualquier arma. Lícita o ilícita. Un rival que no tolera nuestra excelencia, que la rechaza, que la repudia, que la envidia. Un rival que representa cabalmente el mal, la trampa, las malas artes, la bajeza, que sostiene cualquier anormalidad, con tal de poner a un jugador que considera bueno en cancha.

Si pensaron que iba a ser fácil, están muy equivocados. Cuando un equipo se distingue tanto del resto, como hoy pasa con River, al resto los une la idea de bajarlo, someterlo, meterlo en la bolsa de los normales. Porque el éxito expone, la brillantez produce el deseo de combatirla.

Todas las semanas nos recuerdan un par de fallos favorables que tuvimos al comienzo de este torneo. Claramente, no pasó lo mismo cuando ellos ganaron campeonatos robando, como casi todo lo que consiguieron el último tiempo. De los que se enorgullecen después como si fueran bien habidos. Son los putos amos de todo lo que está mal. Son peligrosos.

River encara una semana muy difícil. Fluminense en Brasil y el clásico. Pedirle al equipo que juegue como nos gusta, parece mucho y hasta alocado en el contexto antes señalado.

Que tengan una buena semana.

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Se pasea literalmente en pija el gordi, por algo lo silenciaron y se lo vé una vez por mes en TyC. Obviamente coincidimos en 100% con todo lo que dice

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Salvo lo de grandeza. Me tienen los huevos al plato con la grandeza. Ya hasta odio escuchar la palabra en cualquier otro contexto fuera de River

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ajajaja me pasa lo mismo, imaginate lo que habrá sido el lavado de capochas que se hizo desde River con ese concepto nefasto, apadrinado y encabezado por el muchacho

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Me encanto la nota

me pasa lo mismo, no puedo escuchar esa palabra

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Este se viene a hacer el hincha ahora si era empleado de Aguilar como Recondo que no los tome de boludos …

Este en la tele doma a todos los bosteros el gordo es una cosa de locos

De ves en cuando leo sus informes y me parecen bastante acertados algunos aunque hay cosas que no me gustan.
Por ejemplo: El tema de grandeza se fue con gallardo. River es ganar y ser el más grande de argentina.

Esa tibieza que están tratando de imponer de “se puede perder pero siempre con grandeza” no me gusta ni un poco

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Blandito. Fofo. Flufi. Chirlo. Frión. Un montón de cosas que queremos escuchar los hinchas no alcanza. Hay que contar cómo son los laberintos de la corruptela tristelmeana. El los conoce, tiene buenas fuentes y sabe cómo operan y todo lo que se juegan este año. Decepcionante nota de punta a punta.

Si River gana el domingo será el primer acto de rebeldía del fuhrer y el plantel. El equipo está solo.

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La columna fue excelente hasta que leí lo de “Vivir y jugar con Grandeza”. El rechazo que me genera esa frase es terrible, nos arruinó la cabeza.

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HOLA RIVER

Una paliza para reflexionar

Cuando viene la tormenta, hay que cerrar la puerta, las ventanas, bajar las persianas y quedarse calentito en casa.

River se hizo daño a sí mismo y terminó recibiendo una paliza histórica contra Fluminense: 1-5. La Copa quedó muy complicada pero será motivo de análisis otro día.

Acá tenemos que ser claros. Es mentira que esta salida a Brasil era la primera prueba seria de Demichelis. No se crean ese verso que está planteado con la intención de hacer daño. Lo que viene haciendo River es muy bueno y por eso estamos punteros en el campeonato, jugando el fútbol que nos identifica.

Una cosa no quita la otra. Resultó una noche terrible, en la que perdimos la cabeza. Después de un buen PT, en el que competimos de igual a igual, nos descontrolamos. El primero que se descontroló fue el técnico, que desarmó la defensa cuando estábamos un gol abajo.

La templanza en los momentos difíciles es un valor relevante. El líder debe estar especialmente lúcido cuando más caliente está el trámite y tratar de no exponer a sus jugadores.

La defensa estaba mal, Mammana no lucía muy firme, pero sacarlo y dejar a la defensa con un solo central, encima amonestado, y dos laterales contra un equipo brasileño es un suicidio. Ellos tienen un goleador que la mete más que Haaland y un 10 vago pero talentoso que sabe encontrar el pase justo para lastimar. Durísimo.

Eso lo hicimos nosotros. No nos obligó nadie. Nos expusimos a una catástrofe.

Verán que no me voy a detener demasiado en el arbitraje, porque el grosero resultado casi lo exculpa. El uruguayo Ostojich tuvo distinta vara y cumplió su tarea, como es habitual. No sé si quiso beneficiar a Fluminense o está ensañado con River. Le salió así, tal vez sin intención. A mismas acciones, nos castigó severamente y fue indulgente con ellos. No es la primera vez que nos perjudica. Seguramente será premiado por la Conmebol.

Volvamos a lo nuestro, que es lo único que nos puede hacer crecer a partir de la autocrítica. River se expuso a lo peor. La arriesgada idea del cambio a defensa de tres (con dos laterales como parte de esos tres) incluyó una alta dosis de temeridad. Un partido que era perdible contra un rival de calidad terminó en cifras indecorosas a días de un superclásico. No hay manera de no reflexionar acerca de lo sucedido y de entenderlo como algo grave y preocupante. Un hecho que puede influir negativamente en la cabeza de todos los protagonistas cuando la temporada está en veremos.

El resultado es producto de nuestros enormes errores. Nos regalamos contra un equipo que sabe aprovechar los espacios. Son dos golpazos en dos salidas al exterior por la Copa, en una con el atenuante de la altura. Ocho goles recibidos en dos partidos. Es un papelón que obliga a una necesaria revisión de cómo jugamos. Hay determinadas ventajas que no se perdonan a nivel internacional.

River permitió que los rivales hicieran lo que quisieran, incluso dentro del área. Hasta perdieron un gol por cancherear. Cosas que pasan en el barrio, no en el profesionalismo.

Podríamos abundar en más de lo mismo. Así no se juega la Copa. El que da ventaja, pierde.

Ahora, hay unos días para reponerse de este golpe duro y enfocarse en la respuesta contundente que debe dar el equipo el domingo contra Boca en el Monumental. Ahí se verá para qué estamos.

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Farinella es otro de los que cayó en la trampa con que este equipo era una maravilla y el DT un fenómeno.

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