Las ahora columnas del Moishe Borinsky

Que usuario del foro será el gordo farinella?

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Por los equipos que vio, su sabiduria y demás, mi candidato es…

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HOLA RIVER

RESPONDEMOS CON GRANDEZA

La adrenalina a tope. Las gargantas explotadas. El corazón saltando al compás de un Monumental prendido fuego. Señores: bienvenidos a una nueva temporada de la Copa Libertadores.

No importa lo que venís jugando en el torneo local, las siete victorias consecutivas sin goles en contra, los seis puntos de ventaja al segundo o los 16 a los beneficiados de siempre, que al día de hoy lloran por una patada de hace ocho años, mientras no paran de esquilmar a punta de silbato a todos los pobres equipos que honestamente intentan sacar algún puntito cuando vienen a su temblorosa cancha. Esto es la Copa Libertadores. Acá vino un equipo peruano respetable a aprovechar todo lo que ande suelto; siempre habrá un árbitro que dirija en nuestra contra. Así es la Conmebol contra River. Permanentemente, desde hace seis años. Es evidente que se creyeron la campaña más feroz que se haya visto en medios y redes porque no paran de castigarnos.

No les alcanzó con las atrocidades que nos hicieron en la semi con Lanús, o el arbitraje escandaloso en la revancha de la semi contra Boca del '19, en el que Sampaio hizo todo lo posible para que pasaran ellos y fue premiado con el Mundial. Tampoco habernos sacado en la semi con Palmeiras ni la última mano de Matías Suárez, que inventaron para dejarnos afuera contra Vélez. Es una persecución interminable, cruel, vergonzosa e inescrupulosa.

El Monumental es el único estadio de toda la competencia en el que las divididas son todas para el visitante y donde se ponen reglamentaristas para justificar fallos que, en otras canchas, pasan de largo porque son especialistas en hacerse los boludos. Acá, sancionan las que son y las que no son también. En este caso, Ospina demostró desde el primer minuto del partido que iba a cobrar todo en contra y cumplió hasta el final. Descaradamente.

Contra todo eso, un River ultra ofensivo se la jugó y produjo una noche absolutamente loca, de emociones fuertes, en la que los vaivenes emocionales del partido nos dejaron de cama. Valorando también que todavía estábamos viendo de qué iba el partido cuando nos vacunaron en una pelota parada en la que nos cabecearon demasiado fácil, por una evidente falta de sincronización entre Armani y la defensa.

River fue una máquina en ataque pero también brindó facilidades a las contras del rival. Es un poco así la cosa en el nivel internacional. Había que ganar después del debut con derrota en la altura, previsible pero mal resultado. Entonces, Demichelis priorizó el ataque que aportan De la Cruz o Barco, por sobre el equilibrio que sostiene al equipo con la inclusión de Aliendro.

Fue la decisión clave de la formación, amén de la presencia de Rondón por sobre Borja, que debe tener alguna explicación, aunque la mala actitud del colombiano en Rosario pareciera justificar el tema.

River produjo una noche explosiva y ratificó en la cancha un funcionamiento ofensivo virtuoso, con juego interno, a partir de la conducción de Enzo y Nacho, sumado al desequilibrio dinámico aportado por De la Cruz y Barco, que tuvo una noche colosal. Las jugadas se sucedieron y pasó lo que nos suele pasar la mayoría de las veces: concretamos mucho menos de lo que generamos y nos embocan cada vez que tienen la oportunidad. En lo que refiere al espectáculo, como decía antes, resultó un partidazo.

La expulsión de Enzo Díaz para evitar un gol, que igual terminó siendo un gol, fue de esas señales que pueden marcar un antes y un después en un partido y hasta en una competencia. La reacción de Demichelis y el equipo en el ST resultó una demostración de grandeza, carácter, mística, personalidad, juego e inteligencia, que abrió la puerta de la locura y de las emociones fuertes.

Era así la cosa, muchachos. En el entretiempo, 2-2 y con un jugador menos, estaba jodida nuestra posición en el grupo. La preocupación era razonable y estaba claro que el DT iba a meter mano para el ST. Los ingresos de Solari y Aliendro permitieron que River ganara en equilibrio en el medio y velocidad en el extremo derecho, jugándosela Micho con una defensa de tres que reordenó en el momento en que nos pusimos arriba, luego de un cruce de señas con Enzo Pérez.

Eso significa que cuerpo técnico y jugadores están metidos en la misma sintonía, entendiendo perfectamente lo que nos estamos jugando.

Basta como prueba del momento emocional que se vivió, el enorme festejo de Demichelis con Enzo tras el golazo de Solari para el 4-2, luego de un pase genial del propio capitán. Es un video corto que podría resumirse como la felicidad.

Y ahora…
Después de la enorme victoria y de la fiesta, ¿estamos para reflexionar? Vamos por ahí. El gran interrogante planteado al inicio vuelve a salir a escena: ¿Podemos tener expectativas en la Copa si jugamos tan alocadamente al ataque? Podemos pensar que, contra un rival que finalmente claudicó ante nuestra postura dominante funcionó pero queda la duda ante mayores exigencias. No es que sea flojo Sporting Cristal. Es un equipo duro. Pero a medida que avanza, la Copa se vuelve más y más difícil.

La pregunta debe completarse con una sensación: a medida que suba el nivel de dificultad, es posible que Micho plantee otra cosa en función del adversario de turno, porque está claro que tiene variantes y competitividad en los jugadores.

Hoy que está de moda el término, digamos que fue una Masterclass de Demichelis, por cómo reordenó el equipo con un hombre menos y mantuvo la convicción ofensiva. Enzo dio una clase de manejo de los tiempos y Barco mostró su mejor versión, con dos goles pero además del juego con un sacrificio para ayudar al equipo tan notorio que motivó al DT a sostenerlo en cancha.

Fue una noche perfecta. Emotiva. Una fiesta Monumental. Una noche de Copa que ratifica que River sigue por el camino que empezó con el Muñeco. La gente la vivió de un modo especial. Hay un ambiente distinto, una energía especial. Nos acostumbramos a vivir intensamente esta competencia y parece que no nos queremos bajar de esa ilusión. A veces, uno piensa una cosa pero la gente te va llevando a lo que quiere. Estamos primeros en el torneo local y lo queremos ganar. Pero la gente también quiere la Copa.

Metimos dos golazos de un nivel notable. El cabezazo del uruguayo De la Cruz culminó una jugada colectiva nivel europeo. Y la vaselina de Solari completó un pase excepcional de Enzo. El equipo mostró autoridad. El respeto de los rivales está. Falta que nos respeten los árbitros.

O será que la orden viene siendo limpiarnos lo antes posible porque somos peligrosos.

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Bue, vendió una humareda importante por Twitter el dogor. Esto lo escribe cualquier hincha acá en cualquier momento del día.

Que carajo le ven a DLC todos?

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Pensé que íba a empezar a denunciar cosas y a desparramar mierda para la conmebol y demás, pero no dijo nada de nada. Puro humo

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No dijo nada en contra la conmebol… bueno este thread no levanta mas.

HOLA RIVER

La máquina de soñar

River está jugando un fútbol extraordinario, dinámico, fluido, generoso, ambicioso, embriagador por momentos. Parece un sueño hermoso que se coló sin pedir permiso entre tanta pesadilla en nuestras canchas.

Desconcertante para rivales y analistas. Atacan los laterales, los dos juntos, los volantes se mueven por todos lados, llega Enzo Pérez al área rival, también es profundo e incisivo Aliendro, generalmente uno de los dos también está equilibrando el medio… Nacho está en todos lados con esas patitas de tero impropias de un atleta pero que se bancan hasta un patadón furioso. De la Cruz y Barco andan por un lado y agarrás el celu para ver un mensaje y aparecen por otro completamente distinto. Indescifrables. Beltrán las aguanta y genera mucho para sus compañeros con un despliegue fenomenal. González Pirez resuelve los problemas…

Una actuación descomunal contra Independiente, que por esas cosas del fútbol sólo terminó 2-0 y que por momentos nos hizo sentir que podíamos estar viviendo uno de esos partidos traicioneros que estás para golear y terminás apurando el reloj ante la angustia de que se escape lo imposible.

La diferencia que está marcando River es muy grande en el juego, acompañada por los números en el torneo, que ya son una tendencia clara. Eso no significa que consolide en todos los resultados la superioridad demostrada sobre los adversarios.

River es puntero con seis de ventaja sobre San Lorenzo. Ganó 11 partidos de 13, logrando 33 puntos (casi un 85%, una locura). Es el equipo que más goles hizo (24) y comparte la valla menos vencida con San Lorenzo (5). Esta vez dominó con claridad a Independiente y todavía no jugó con el resto de los grandes, pero les lleva 15 puntos a Racing (tiene un partido menos), 18 a Boca y 23 al Rojo. La campaña es sencillamente impresionante.

Y lo mejor es que no son sólo números. Además, juega bien. Excepcionalmente bien.

Por si todo esto fuera poco, son ocho victorias consecutivas sin goles en contra. Esta vez, no hizo falta siquiera la habitual salvada de Armani. Por momentos, dio la sensación de un partido desigual.

La complementación virtuosa que hacen Enzopé y Aliendro en la media cancha son el eje en el que se apoya el juego del equipo. Tuvieron una actuación notable, sobresaliente esta vez el volante de Merlo, poco llamativo pero muy rendidor. Criterioso, socio de todos, marca, juega, también hace jugar, es solidario y tiene un perfil ultra bajo. Incluso salió de su zona de confort al querer resolver con un lujo una situación de gol clarísima y no tuvo la suerte de que terminara en gol.

La fiesta del Monumental gozó con la exhibición de fútbol pero también dejó en claro que ya tiene la cabeza puesta en el clásico. En ese sentido, al parecer las amarillas de los Enzos fue justamente para limpiarse antes de ese partido. En realidad no es exacto el término, porque el DT podría no haberlos puesto en Tucumán el viernes y, de todos modos, iban a jugar el clásico. Se limpian para lo que viene. Pero todo parte de algo que no me parece correcto: no hay que adelantarse a los acontecimientos. Los tres puntos que vienen son contra Atlético Tucumán, un rival que siempre nos complica. Necesitamos ganar porque los rivales siguen sumando y la campaña, increíblemente, no nos pone a salvo.

Es lógico que el hincha sienta el clásico de manera especial. Está claro que será un partido en el que el rival pretenderá salvar el año, porque en el torneo, en sí, está muy lejos. Problema de ellos. Nosotros nos jugamos el campeonato en cada partido y ese está en nuestro camino. Vamos a afrontarlo como lo que es, un clásico que queremos ganar, sin perder la cabeza.

Una cosa está clara. Si perdemos tantos goles como contra Independiente, el clásico se va a complicar. Son un equipo especializado en hacer goles sin patear al arco, una especie de conjura satánica que los acompaña de un modo inconcebible. Tienen además un pacto para meter goles en el último minuto del adicional que los salva. Ya está comentado el asunto.

Volvamos a lo nuestro. River domina la liga con un fútbol total, logrando demasiado rápido en el ciclo un funcionamiento digno de la máquina que soñó Demichelis. El Monumental está desbordante de alegría, de fiesta en fiesta, degustando manjares, excedido en gambetas, pases y triangulaciones. Viviendo un sueño del que nadie quiere despertar.

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Ja! Ya abrio el paraguas.

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Pero eso algunos o al menos yo, lo vengo diciendo desde que arrancó esta racha de triunfos más o menos, podés tener 90% de posesión, juego fluido, triangulaciones, pases, fútbol de la concha de su madre, 25 llegadas al arco rival todos los partidos, pero si te cansas de comerte goles hechos, más de una vez vas a terminar re caliente y sacando menos puntos de los que deberías haber sacado, porque dejamos con vida a casi todos los rivales

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Insisto con esto y voy a seguir rompiendo las pelotas, tienen que pegarle MAS DE AFUERA. Fijense los ultimos goles como fueron.

Tenemos esa necesidad imperiosa de entrar tocando al area que me rompe las pelotas, la cantidad de goles que nos perdemos por esto mismo es tremendo.

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HOLA RIVER

El amor después del amor

Ser de River es un privilegio que debemos disfrutar día a día y valorar, abrazarnos a la camiseta que nos produce alegría, felicidad, orgullo como pocas cosas hoy en el país.

No es un tema menor. Sentirse orgulloso de lo propio es un montón. El bienestar, hacer la tarea como corresponde, saber que estamos recién arrancando una nueva historia pero que las bases son las mismas de siempre, de los últimos años, de esta filosofía con la que nos sentimos tan identificados.

Hoy ser de River es un salvavidas en un país que se hunde. Nosotros los de River sabemos bien lo que es remar en dulce de leche y por eso somos especialmente agradecidos con los buenos momentos.

Hoy vivimos la alegría de lo inesperado. Por más confianza que se le tuviera a Demichelis, ni el más optimista podía pensar que su comienzo iba a ser tan placentero, después de años de amar y amar al Muñeco con devoción. Años de entregarnos y sentir como un integrante de nuestra familia a un líder que se convirtió en héroe y bandera.

Cómo será la cosa, que un amigo me dejó este mensaje: “Si no extraño al Muñeco, ¿soy un desagradecido? ¿Necesito terapia? ¿Dios me va a castigar? ¿A vos te pasa lo mismo?”.

Me impactó el mensaje y me hizo reflexionar. Primero vamos a lo que vemos en la cancha y después lo personal.

El equipo transmite una alegría de jugar muy parecida al ciclo anterior, en términos generales. Hay detalles, pero en esencia es un fútbol parecido. Claramente el brillo del equipo, su juego dinámico y ofensivo, la contundencia de muchos resultados hace que esa omnipresencia del Muñeco tenga menos relieve. Es un mérito enorme de Demichelis, que todavía está siendo semblanteado por la tribuna. Si sigue por este camino, pronto llegará el reconocimiento masivo. Si todavía no llegó, tal vez una explicación es que puede sentirse un poco de infidelidad hacia el Muñeco, esencialmente porque es raro volver a enamorarse cuando uno sigue enamorado.

La reflexión personal debiera ser en sí misma motivo de una sesión de terapia. Riverplatense desde la cuna, siempre sentí una especial admiración por los jugadores talentosos. Debutó chiquito porque era un crack y muy pronto tuvo que remar contra el acoso popular simplemente porque fue el 10 que sucedió en la Selección a Maradona, encima elegido por Passarella, acérrimo enemigo del héroe de México 86. Eso ya me hizo quererlo.

Lo amé cuando empezó a jugar su River. El amor es difícil de explicar pero ese equipo lo hacía fácil. Belleza pura. Fútbol total. Descubrí algo que jamás había visto. Admiré su idea, su forma de liderar, cómo se puso al frente de todas las batallas, sus clases en las conferencias. El carisma. La personalidad. La inteligencia. Una vida viendo a River, grandes equipos y grandes jugadores, también a grandes entrenadores, pero jamás había apreciado tantas cualidades concentradas en una persona.

Además, era definitivamente volver a ser River, el regreso al estilo inconfundible de tantos años que parecían olvidados. Fue un reencuentro con el juego, la calidad, la exigencia pero desde un lugar ya más maduro y con las cicatrices y el aprendizaje que producen los golpes.

Hoy sigo profundamente enamorado del Muñeco. Pero no lo extraño. Es curioso. Primero porque este River también me gusta mucho. Segundo, porque dio todo lo que tenía y llegó el momento que necesitaba un respiro. También otros desafíos. Hay que ser generoso con alguien que nos dio tanto. Seguiré al equipo que dirija y siempre voy a querer que gane, salvo que juegue contra River.

El amor por el Muñeco es especial y para toda la vida. Pero si River sigue jugando así, si este nivel de juego y de identificación se sostiene en el tiempo y en los partidos importantes, si continúan las actuaciones grandiosas y producto de las victorias puede coronar, no tardará mucho el Monumental en rendirse ante los encantos de Demichelis y caer en una infidelidad permitida.

El corazón de River es muy grande y hay amor para todos.

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Jajajaajj

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El putísimo Nico gordios Forrinella? kjjjj

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El lunes el muchachito Farinella estaba almorzando en Roldan por el cumpleañitos de nuestro dirigente armenio, almuerzo donde tambien estaba nuestro gran ex jugador que aun no se que rol cumple en teoria manager, socio de paco casal.

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Le hubieras saca2 fo3 para los pibes del foro!

HOLA RIVER

Ya prendieron los parlantes

La consigna de la guardia alta la expresó públicamente el Muñeco y aunque fue justa en ese momento, debió haber sido pronunciada mucho antes. El concepto de guardia alta debe acompañarnos siempre como un amigo que nos recuerda a cada paso quiénes somos.

Siempre pasa antes de los superclásicos que el enorme aparato propagandístico bostero instala o pretende instalar temas que, directa o indirectamente, los termine beneficiando.

Las temáticas son variadas y, ciertamente, elaboradas a lo largo de la historia. De qué cuadro es un línea (si tiene un tío de River, si es de Boca o no), lo bien que viene uno y lo mal que está el otro (en caso de que les esté yendo peor) y miles de ejemplos más que, en ocasiones, logran su cometido. Porque son buenos haciendo eso. Son especialistas en falsear la realidad y acomodarla a lo que suponen de su conveniencia.

Ahora, se habla de la evidente disparidad futbolística, producto del rendimiento de los dos equipos. Entonces, tiene menos peso el discurso de que salen campeones todos los años o cada tres meses, recientemente pronunciado con la pretensión de instalar que son los que más títulos obtuvieron el año pasado o que fueron los ganadores de los últimos clásicos. Esta vez, como la idea es preparar el terreno para minimizar los costos de una posible derrota y trasladar la presión al rival, se apunta en dos direcciones que quedaron perfectamente delineadas en las últimas horas.

El primer intento fue decir que River hoy está para competir con el Manchester City. Son geniales. Hay que admitir que tienen una ocurrencia meritoria. Resulta curioso el comentario siempre, dadas las diferencias por todos conocidas, pero mucho más después de la enorme demostración del equipo de Guardiola en el 4-1 al Arsenal por la Premier.

La búsqueda de condicionamiento que supone este comentario tiene varias aristas. Las principales pasan por exigir a River que mantenga en el clásico el altísimo nivel que viene mostrando y a la vez, endilgarle un favoritismo tal que, prácticamente, convierta a la victoria en una obligación y cualquier otro resultado en un fracaso. Por lo demás, exculpa al rival ante una posible derrota, porque es lógico perder contra un equipo en condiciones de plantarse frente al enorme City de Guardiola…

El otro punto atacado es el tema del banco de suplentes cotizado que hoy tiene River, producto del alto nivel de titulares y suplentes, consecuencia lógica de un armado extraordinario empezado por la gestión del Muñeco y continuado por Demichelis, siempre con Francescoli y los dirigentes respaldando. Por supuesto, se hacen especulaciones sobre cuántos millones de dólares hay en ese banco con números exorbitantes para que sea contundente y ruidosa la diferencia, más en el actual momento cambiario que vive el país.

En ese punto, poco se dice o directamente se omite, que en general los planteles son consecuencia de la gestión deportiva-dirigencial. Obviamente, no se meten en ese terreno porque habría que empezar a desgranar conceptos que podrían molestar a los ex jugadores, hoy patrones de los primos.

No se preocupen ni se alarmen. No hay que darle bola. Es sólo un intento más de desestabilización, de los que por suerte, nuestra institución dio sobradas pruebas de estar bien sólido y consistente como para afrontar. Nunca olviden que jugamos una final del mundo contra ellos, una en cancha de ellos y otra en cancha neutral, una solo con hinchas de ellos y la otra con hinchas de los dos, y aun así, con todo en contra, les ganamos para siempre.

Si pudimos superar eso, podemos con todo. Esa es nuestra fuerza, nuestra unión, nuestra convicción. Por más temitas que quieran instalar, estamos sólidos y convencidos de que nuestra pelea no es en los micrófonos ni en los medios. Ellos tienen los parlantes. Nosotros tenemos que jugar el partido, donde verdaderamente importa lo que es en la cancha. El verde césped, como decía Angelito.

No debemos dejarnos comer la cabeza, para seguir firmes y consistentes con nuestros desafíos, que no son los de ellos. Nosotros tenemos que enfrentar a Atlético Tucumán, que siempre nos complica y viene de ganarle a Racing. Luego, será el tiempo de viajar a Brasil por la Copa contra el difícil Fluminense. Recién después de esos compromisos, vendrá el partido que para ellos puede significar salvar el año y para nosotros, simplemente, darnos una alegría que merecemos camino al campeonato que queremos conseguir.

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Dome gordo, y pegue, y pegue, y pegue gordo pegue!!

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Bien gordo fofo, al fin te soltaste de ese antro de monos de mierda, pajero

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