Las ahora columnas del Moishe Borinsky

Que onda no hubo nota dps del partidazo contra los macacos??? @nico

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Jajajajajaja 10 años tiene ese

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Pero perdió el chiste, yo no solo creía que tenia 10 años, sino que quería que tenga 10 para que tengamos farinella y su mini, como en la peli esa de Bruce willys que se encuentra con su gordito de 10 años…pero el mismo “nene” salió a pedir perdón si alguno pensó que tenía 10 porque en realidad es un señor de +30.

Yo la veo como que se hubiera quedado en el molde y hacernos creer que tenia 10 y sumaba bocha de seguidores, no sabe manejar el marketing de las redes jjk

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Aparte… Cuál es que se haga pasar por un nene? La vida lo castigó muy duro con esa condición. Por lo menos que le sirva para hacerse famoso y ganar guita. Dejenle ganar una, pobre tipo.

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ajajajaja coincido, me cagaron la ilusión (?)

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y las colunas?

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Lo han frizado al gordo, QEPD. Monopolio xeneixe en los medios

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HOLA RIVER

El punto débil

Pasaron cosas en Rosario. Jugó Rondón y tal vez debió jugar Borja. Pero Rondón jugó aceptablemente bien, metió un gol y pudo haber hecho otro. Borja reaccionó con una publicación en redes que no debió haber hecho, aplaudió el gol del venezolano y cuando entró no pudo hacer mucho. La mejor manera de demostrarle a un técnico que está equivocado es jugar mejor. Seguramente habrá charla.

Solari decididamente es más jugador por derecha que por izquierda. Es cuestión de dejarlo jugar donde se siente más cómodo y no complicarlo. Más allá de algunas malas decisiones o cierto egoísmo, genera desequilibrio cuando juega en su zona de confort.

Volvimos a padecer ciertas fragilidades defensivas, cierta falta de rigor y desconcentraciones, que son situaciones que se agravan en un equipo como River, con la defensa más expuesta del mundo. No nos pueden dormir en un lateral y que nos metan un gol de la nada. No es la primera vez.

River jugó con suplentes, pero más allá de las diferencias de rendimiento mantuvo el estilo. Nada que ver con el partido contra Barracas. Resultó siendo una noche de locos en Rosario, en la que tres veces estuvimos abajo en el marcador y nos pudimos levantar siempre, peleando hasta el final.

Obviamente, ese gol, el 3-3 de Solari, generó bronca en Central. La realidad es que el tiempo adicionado estuvo bien, incluyendo el minuto extra. A lo mejor, si seguían jugando, en lugar de tirarse al piso o esconder pelotas, podrían haber hecho algún otro gol y chau.

El punto más relevante del análisis para River es la defensa. Hace tiempo que es el sector más débil. Perdimos jugadores importantes y otros están en otra etapa de su carrera, en la que aportan su experiencia en el día a día pero sin tantos minutos en cancha. River tiene un estilo de juego consolidado, que implica jugar mucho a partir de la pelota y presionar intenso y alto cuando no la tenemos. Eso deja expuestos a los defensores, que deben ser inteligentes, rápidos y fuertes para saber resolver situaciones complejas. Es el laburo más estresante del mundo a nivel futbolista.

El Manchester City juega más o menos con el mismo estilo, pero con la diferencia que de mitad de cancha para adelante tiene jugadores que no pierden la pelota nunca. Digamos que son los mejores del mundo y manejan un presupuesto astronómico. Solo tenemos que recordar que nuestro Julián es suplente ahí. Nosotros somos buenos atacando, pero de tanto en tanto cometemos algún error lógico, por otra parte, se pierde la pelota y ahí empieza el sufrimiento con muchos espacios por cubrir.

Se dice mucho en el fútbol que no hay mejor defensa que un buen ataque. Adaptando la situación a la realidad de River, podríamos decir que no hay mejor ataque que una buena defensa.

Ya está dicho, analizado, comentado y opinado, tan largo que aburre. Digamos que esta mirada ratifica la postura de la exigencia que se debe tener en River, incluso con un equipo campeón. El que se duerme en los laureles está empezando a retroceder. Este ciclo recién comienza como para conformarse con un campeonato. Es el momento de redoblar la apuesta y tomar las decisiones que haya que tomar. Así es el fútbol.

El equipo tuvo la entereza para no entregarse, aun estando tres veces en desventaja. Eso marca algo muy positivo. El amor propio, la confianza en poder pelear en desventaja, el convencimiento en la búsqueda. Hizo valer en forma concreta esa famosa palabra de la que tanto hablamos y se hizo bandera: creer. El equipo creyó que era posible seguir intentando en un contexto hostil, con un fervoroso público rival celebrando una victoria que tenía en sus manos. Tiene valor porque además veníamos señalando una diferencia de respuesta en el rendimiento entre los partidos en casa y los que son afuera.

Más allá de la polémica inicial, Rondón tuvo un buen partido. Es un delantero de amplia experiencia y gran trayectoria, que no arrancó bien los primeros meses. Ojalá el gol y algunos buenos movimientos sean el primer paso necesario para ganar la confianza que le permita llegar a su nivel. Se nota que tiene buenos movimientos y, también, que todavía no está fino ni a velocidad. Hay que respirar profundo y esperar un poco más. El caso Barco es un ejemplo de un jugador de calidad que no arrancó bien, pero luego de un semestre de adaptación la rompió toda hasta transformarse en un jugador sustancial del equipo.

En fin, amigos, ahora tenemos la fiesta en casa el viernes y el martes siguiente, qué poco falta, arrancan los Octavos de final de la Copa. La ida en casa será fundamental para marcar el curso de la serie: tenemos que hacernos fuertes. Quiero agradecer los comentarios que dejan en holarivernl@clarin.com.ar que sigo contestando. La realidad es que los recibidos en estos días mucho tuvieron que ver con lo que nos pasó contra Talleres y ahora quisiera invitarlos a dejar sus puntos de vista respecto de cómo ven al equipo para la Copa. ¡Los quiero motivados!

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Volvieron ellas!

HOLA RIVER

El tiempo y los refuerzos

El tiempo se nos escurre entre las manos. Todavía no alcanzamos a saborear las mieles de un campeonato cuando tropezamos en la Copa Argentina y mientras preparamos la fiesta para cerrar el torneo, tenemos que meter la cabeza en los Octavos de la Copa. Queridos amigos, en solo una semana estaremos aquí analizando cómo nos fue en la ida que, desde mi punto de vista, tiene carácter de partido decisivo.

No es casual la mención del tiempo en el comienzo de la nota. El tiempo pasa y no podemos ser los mismos hoy que éramos hace unos años. La canción dice que pasan los años, pasan los jugadores, pero lo que no pasa es que River es mi pasión. Entre los muchos correos de esta semana quiero mencionar a uno especialmente, fuera del espacio que le dedico a ustedes y que vendrá más adelante. Ludovico hizo una referencia a la posición de Solari, cómo se lo aprovecha mejor por la derecha que cuando se lo encierra en la punta izquierda y otra serie de consideraciones al respecto, pero lo más relevante es que lo escribe un hombre de 90 años (sí, 90 años) que ha visto a muchos de nuestros próceres y que sigue viviendo River con la misma pasión.

Me emocionó su carta. Ya pasados los 50, uno carga con su propia pelea contra el tiempo, la acumulación de heridas, alegrías, derrotas salpicadas por alguna victoria. El 9 de diciembre, los hijos que crecen y están cerca o lejos siguiendo su propio camino, el país que todos los días te espera a la vuelta de la esquina para darte una sorpresa, los amigos en las buenas y en las malas, mucho más. La carta de Ludovico me hizo pensar en el paso del tiempo, en todos estos años que lleva con River, que llevamos todos. Cada uno tendrá su historia, sus momentos, sus recuerdos imborrables, aquel gol abrazado a un desconocido, incluso algún amor surgido en la tribuna y los ojos húmedos simplemente por ver a River salir a la cancha.

Cómo sería posible explicar los sentimientos que generó el Beto Alonso en ese chico deslumbrado que fui. No tengo la capacidad. Podría recurrir a lugares comunes. El Beto era Dios, ídolo, emblema, pero no hay palabra que alcance para describir el nivel de admiración e idolatría que puede generar una persona que juega bien al fútbol en el equipo de tus amores. Ese mismo endiosamiento que les prodigamos, a veces se les vuelve en contra cuando pasa el tiempo mágico de hacernos felices dentro de una cancha y pasan a la platea de los mortales. VIP pero ya desde la tribuna, mirando como cualquiera ese rectángulo verde mágico con plenos poderes sobre nuestro estado de ánimo. Por eso es lindo ver al Beto de estos días abrazado al club como siempre y también a muchos de los jugadores de hoy.

En qué lugar de nuestros recuerdos están aquellas noches de lluvia en las que demostramos cuál es el verdadero escenario relevante del fútbol argentino en las finales, fuera de todo marketing e intento de tergiversación. Con cuántos de esos amigos a los que abrazaste seguís ligado, a cuántos otros jamás volviste a ver, no sabías quiénes eran, dónde vivían ni de qué trabajaban, pero esa noche eran como un hermano.

El tiempo es algo contra lo que no podemos pelear, pero podemos seguir siendo los mismos a pesar de su paso inexorable, como nos enseña Ludovico. La Copa, la bendita Copa, tiene cosas que no se entienden muy bien. Por ejemplo, el momento en que están insertados los Octavos de final. La colisión con el campeonato argentino es evidente, pero también pasa en el mundo que hoy estamos en un tiempo de mercado que puede hacer que los equipos cambien mucho. La propia competición pierde seriedad si se pueden hacer cambios ahora, cambios después, en fin, demasiado parche que atenta contra la previsión de la competencia.

Sin ir más lejos, nosotros mismos muchas veces reclamamos más actividad en el mercado, decisiones más rápidas, refuerzos que solucionen los problemas que advertimos en el equipo porque creemos, equivocadamente, que uno trae un jugador hoy, mañana se pone la camiseta y el martes juega. Puede pasar una vez. Difícil que pase en un equipo campeón, con un entrenador intentando manejar el vestuario, que no es otra cosa que trabajar los egos de figuras que además del éxito grupal persiguen, como es lógico, su realización personal.

Seguramente, River va a jugar el martes contra Inter de Porto Alegre con el mismo equipo que fue campeón. Al menos los titulares. No imagino a Funes Mori ni a Colidio jugando de entrada. Los tiempos del mercado no los elegimos nosotros, sino que así están organizados desde hace tiempo en el fútbol. La idea de tener a todo el plantel conformado y entrenando para afrontar una serie tan decisiva se choca de frente con la realidad.

Por eso, nos puede pasar lo que nos pasó el año pasado con Luis Suárez. Si pasábamos a Vélez venía, pero la Conmebol decidió que no pasáramos con un fallo arbitral escandaloso del que no se habló lo suficiente, simplemente, porque perjudicó a River. De haber sido al revés, al día de hoy, sería recordado. Es una picardía porque hubiera estado bueno tener igual al crack uruguayo pero es la realidad con la que tenemos que manejarnos. Obviamente, habría sido mejor disponer de todos los refuerzos ya entrenados durante dos semanas con Demichelis y reforzar el equipo como creemos que debe reforzarse. No será así.

El entrenador tendrá que exprimir el bocho esta semana para que el equipo se concentre en lo decisivo que será esa ida de Octavos contra el Inter del Chacho Coudet. No será tarea fácil, entre tanto ruido, con jugadores que vienen y que van, con la lógica de un mercado en erupción que puede sorprender todos los días.

Es simple, muchachos. Si no hacemos una buena diferencia en casa, la serie quedará cuesta arriba. No hace falta pensarlo demasiado. Nos hacemos fuertes en casa y afuera nos cuesta un poco más. Es lógica pura. A propósito, el amigo Sergio escribió en holarivernl@clarin.com.ar que debemos jugar igual que lo hicimos con Fluminense, partido en el que enderezamos una primera ronda que venía complicada. Walter cree, aprendió a creer, pero está muy preocupado por la defensa. Mariela se queda enganchada con la pelea con el padre, que es de otro equipo, cuando se queja de nuestros suplentes, que claramente podrían ser titulares en el equipo del papá… El querido Raúl debe ser familiar porque tiene conceptos demasiados generosos para conmigo.

Volviendo al tema del tiempo. Esta semana hasta la ida con Inter, ¿pasará rápido o se hará de chicle? Como siempre ante un examen, habrá quien quiera que llegue ya y otros que prefieran que no llegue nunca. Sólo nos queda prepararnos porque sabemos que el tiempo, más temprano o más tarde, hará su jugada implacable.

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Le voy a escribir, parece ser que responde los mails.

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Decile que empiece a operar para que River refuerce la defensa

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Contá después el intercambio, Nico querido!

Preguntale cual es su usuario en el foro. (?)

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HOLA RIVER

Apagar y prender

Del canal al diario hay doce cuadras. Desde que terminaba el programa a la reunión de lanzado del diario tenía media hora. En mi vida anterior, salía de Estudio Fútbol, levantaba el almuerzo en el kiosco vecino y subía al auto. Llegaba, subía a la oficina, pim, pam pum, me sobraban diez minutos, ideales para una mini siesta reparadora. Tenía responsabilidad en el diario, ya estaba toda la redacción en proceso productivo y sentía que estaba faltando el respeto a mis compañeros si me tiraba unos minutos. Unos de esos miles de días, con la tele en TyC Sports, mire el reloj 14.21 y me quedé dormido sin querer, sentado. Cuando me desperté mire el reloj desesperado porque me enferma la impuntualidad y pensé que se me había pasado el tiempo de la reunión. Eran las 14.21. No había pasado ni un minuto. Fue como apagar y prender, resetear, esa fórmula mágica que nos revelan los de Sistemas cuando se nos cuelga la computadora. Esos segundos me vinieron bárbaro. Estaba para caer y luego de ese breve tiempo reparador me había vuelto a poner de pie, con energía renovada.

Acabamos de terminar el campeonato y mañana tenemos que jugar una final por los Octavos de final de la Copa Libertadores. El descanso reparador no puede durar, no hay tiempo. Hay que reenfocarse de inmediato. Cambiar el chip. Será un nuevo desafío que nos tiene que encontrar más fuertes que nunca.

Estuve estos días dándole vueltas al asunto del mercado de pases. Primero estuve asombrado, esperando más novedades, sobre todo en el aspecto defensivo. Esperaba otra cosa. Una aceptación más cabal de la realidad que tengo en mi cabeza, que no tiene por qué ser compartida por las autoridades del club ni por ustedes, queridos compañeros de estos intercambios riverplatenses.

Luego intenté entender el porqué. Por qué en medio de una revolución como la que estamos viviendo en tiempo real, River no dio el paso de fortalecer el equipo con la misma determinación con que renueva el estadio, por ejemplo. Analizando además lo que hacen los rivales, muchos de los cuales incluso cambian entrenadores, y especialmente las incorporaciones de ellos, sobre todo el caso Cavani, volví a necesitar bucear en el criterio. Por qué pasó esto. Y llegué a una conclusión, que comparto con ustedes, a ver qué piensan:

River es un equipo campeón con un gran funcionamiento. No todos están en esa situación.

Cambiar en un equipo campeón es más difícil, sobre todo, si cuidamos el ecosistema interno para dar entidad a eso que llamamos familia.

La reflexión inicial, el tiempo, es un tema decisivo en estas circunstancias: esta serie es casi una continuidad de lo anterior y por más refuerzos que se trajeran, no había chance de que tuvieran el tiempo de trabajo necesario para insertarlos en un equipo campeón.

Demichelis es un entrenador criado como tal en Alemania. No hay manera que la planificación no forme parte central en sus decisiones. Enzo trabaja en línea con el entrenador y, en esta etapa, también se sumó Ponzio. Todos estos años la cuestión funcionó y eso debiera ser suficiente motivo para aportar tranquilidad. El entrenador debe estar convencido de que el equipo necesita refuerzos, pero ahora, en esta instancia, tiene que jugar con los mismos que salieron campeones. Debe estar visualizando esta serie como una continuidad de lo que venimos haciendo y pensándolo de ese modo, no le falta razón.

A veces, a los que estamos afuera, nos gana la ansiedad. Los mercados de pases suelen tener un efecto multiplicador de esas ansiedades alimentadas con deseos y sueños y ahora, o desde hace unos años, con las redes exacerbando situaciones inverosímiles o incluso inventando minuto a minuto transferencias fenomenales, se puede entrar en una espiral de locura que altera el análisis justo de la realidad.

También es cierto que no todos podemos pensar igual. Finalmente, lo importante será cómo juegue el equipo mañana, que pase al Inter y ver cómo se va desarrollando el mercado y la Copa. Sabemos que si nos va bien hay muchas chances de que se repita la final. No será igual, no será Madrid, pero les aviso que quisiera que todos estuviéramos preparados para ese escenario. A ellos les tocó un sorteo elegido y se verá en semi si están para llegar al último día. Pero están ahí. Si nosotros queremos estar en ese lugar, debemos cruzar océanos, mares y montañas, pero creemos que tenemos equipo como para pretender llegar al Maracaná y si no, deberíamos que hacer lo posible por conseguirlo. Después, como se dice, es fútbol y todo puede pasar.

Es una linda frase, muy utilizada, que no me conforma. Tiene un dejo de soltar las cosas en manos del destino. Entiendo el espacio de azar que hay en toda competencia, pero creo que las decisiones que tomamos definen ese destino. Hay una visión y luego una ejecución. Si no fuera así, no sería posible estar viviendo hoy lo que estamos viviendo con el estadio y con la movida emocionante de hinchas que, partido a partido, hacen que el Monumental de 86 mil personas quede chico. Cierren los ojos 30 segundos e imaginen si tuviéramos media cancha. No, señor: el camino de superación no se detiene nunca.

Gracias, queridos amigos por escribirme a holarivernl@clarin.com.ar sus opiniones, miradas, sensaciones, sentimientos. Alberto, Walter, Sebastián y Adrián, entre tantos otros, quedaron enloquecidos, como no podía ser de otra manera, con la llegada del Pity. Jimena plantea que estaba acostumbrada a ver en los quinchos del club los partidos de visitante y espera volver a hacerlo pronto. Me hace muy feliz el intercambio y aprendo de sus historias y vivencias.

Ahora nos toca el tiempo de estar todos juntos y creer. El Monumental tiene que vivir mañana una de esas noches fuertes, con la adrenalina a tope, sabiendo que es el partido decisivo de la serie. Tenemos que hacernos fuertes en casa. Apoyar como lo venimos haciendo y con inteligencia, para no darles la oportunidad a los verdugos de la Conmebol a que nos sancionen y se tiren un tiro en el pie afectando su propio producto. La inteligencia, queridos amigos, hace la diferencia. ¡Vamos River de mi vida que tenemos que ganar!

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Practicamente nos esta preparando para una posible final con Boca…

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No viene.

A mí me dió la sensación contraria. Nos está preparando para suavizar la eliminación.

Habla de la renovación del estadio, del equipo campeón, las sanciones de Conmebol… Abrió el paraguas.

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Sisi, pero onda, que de llegar lejos… La final es con boca, con ningun otro.

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