el drama escarlata
Francisco de Narváez quiere perforar del estólido y cada día más asfixiante techo alfonsinista. Busca compulsivamente “dialogar con todos, todos, todos” , después del domingo. Está (ay!) discretamente “desesperado”… y hace muy bien.
Nuestra hipótesis de trabajo es que hoy el Colo es un tipo paradojicamente desafortunado y agotó toda su buena estrella en junio del año 2009, en su epopeya bonaerense. Gran triunfo aquel que lo constituyó , hasta hoy, en candidato de volumen. Hay que asumirlo.
En el año 2009 el candidato transmitió actitud, supo comunicar, tuvo recursos, en fin hizo todo lo que tenía que hacer e hizo lo que marcaba el tablero, pero, como siempre sucede en cuestiones político-electorales , básicamente estuvo en el momento oportuno , en el lugar lugar indicado.
Bueno, pasa el tiempo inexorable, todo fluye y las [i]condiciones subjetivas[/i] del liderazgo del Colorado, en líneas generales se mantienen: Tiene actitud, sabe comunicar, billetera no le falta.
Pero por qué el candidato hoy , sin embargo, ya no funciona como antaño?
Básicamente por dos motivos:
[ol]
[li] Ya no está en el lugar indicado, es segundo de una lista que ordena Ricardito como candidato a presidente, con lo que esto implica en términos electorales: Pierde no menos de un 40% de su voto potencial, que es lo que efectivamente arrastra Alfonsín Jr. El Colo podría aspirar a un 20%, Ricardo lo plancha en 12%, duro esmerilado.[/li][li] Tampoco está en el momento oportuno: Cerrada la crisis política de la 125, con un crecimiento del 8% y no ya una caída del 3% del PBI. Con la desocupación a la baja modelando el menor nivel de desempleo desde el primer semestre de 1995 y la Asignación Universal por Hijo funcionando a pleno en el segundo cordón urbano ( el Colorado sacó un 30% de votos en el segundo cinturón), las condiciones materiales de existencia de una franja importante de sus votantes, en especial de los más vulnerables, han virado drásticamente, para mejor.[/li][/ol]
La conclusión que queda es que en materia político electoral, como en el fóbal, las condiciones subjetivas, valen, pero tienen un valor relativo. Se encuentran siempre sobredeterminadas por lo que llamaremos el “contexto situacional” , esto es los lugares que se ocupan y el momento en que la intervención político electoral se materializa, ambas dimensiones constituyen el contexto situacional.
La tragedia del Colo ahora mismo, es que se quedó sin contexto situacional adecuado para desplegar sus condiciones subjetivas. Es la misma desventura que vivió Bochini con Maradona o Bosselli con Palermo.
Y tanto influye el contexto situacional en materia político electoral que en ciertas ocasiones, si se satisfacen de manera postiva ambas dimensiones constitutivas, se logra atenuar la influencia de las condiciones subjetivas . Y se las atenúa de tal forma que hasta puede verificarse la dura hipótesis lamborghiniana: “La verdad puede salir de la boca de un idiota”.
Estimado Francisco, intente rajarse de la jaula alfonsinista, es su derecho, pero nos parece que esta vez, la malaria se impone. En fin , ya en una perspectiva de análisis más althusseriano, preguntamos y pensando en el lastre alfonsinista en línea con el final de Casa Tía … Francisco, no serás vos la piedra ?