El consultorio económico

A ver que opinas, juanma… saludos!

Un respiro muy costoso

Al suspender el fallo del juez neoyorquino Griesa -quien ordenaba depositar a la Argentina la totalidad de la deuda pendiente con una fracción de los “fondos buitre”-, los camaristas de ese país tomaron nota de la capitulación argentina ante esos mismos especuladores. En la apelación que había presentado el día anterior, el kirchnerismo ofrecía reabrir un arreglo de la deuda externa para quienes no entraron en los canjes de 2005 y 2009, a quienes el gobierno había jurado dejar afuera de cualquier pago.

Convalidar esta nueva hipoteca contra el país era lo que reclamaban al unísono los economistas de Macri, Duhalde y Carrió. Todos ellos -junto a la Unión Industrial- saludaron la declaración de “buena voluntad” del gobierno argentino hacia los especuladores.

El fallo “suspensivo” abre un paréntesis de tres meses de negociaciones entre el gobierno y los fondos especulativos. En ese lapso, la Justicia americana descuenta una derogación consensuada de la “ley cerrojo”, que clausuraba cualquier arreglo de la deuda impaga con los fondos buitres. Los diputados y senadores del PRO, la UCR, Binner y el duhaldismo ya anticiparon su apoyo a esa derogación. O sea que el Congreso sesionará por cuenta y orden de los tribunales de Nueva York, en la búsqueda de un nuevo compromiso con los acreedores internacionales.

Los litigantes que obtuvieron el fallo favorable de Griesa sólo detentan el 10% de la deuda que no se avino al canje. Más temprano que tarde, los otros acreedores “buitre” se presentarán ante Griesa. En esta negociación, tutelada por la Justicia norteamericana, estará en danza una hipoteca de otros 12.000 millones de dólares contra el país, que es el total de la deuda impaga a los fondos buitre.

La mano de la Reserva Federal
No es un secreto que, para suspender el fallo de Griesa, el gobierno argentino contó con el espaldarazo de una fracción del capital financiero y de la propia Reserva Federal. Hasta Anne Krueguer, la ex funcionaria del FMI que “apretaba” a la Argentina años atrás, se colocó del lado ‘nacional’. Naturalmente, querían salvar el pago integral del cupón PBI a los bonistas que aceptaron el canje, sin la detracción que el juez Griesa pretendía sancionar en favor de los “buitres”. Pero la orientación estratégica de ese bloque es forzar, más temprano que tarde, a una normalización integral de la deuda argentina. Al tiempo que llamó a “interpretar correctamente la cláusula del tratamiento igualitario a los deudores”, la administración Obama reiteró “el llamado a superar la situación de la deuda (argentina) en todos los frentes” (La Nación, 28/11). En la cola de esta exigencia de normalización económica están la deuda con el Club de París, la que acumulan los juicios de las privatizadas ante el tribunal del Banco Mundial (Ciadi) y un resarcimiento al vaciador Repsol por la expropiación de YPF.

En cualquiera de sus variantes, el arreglo de deuda que el capital financiero pretende imponer a Argentina -que el kirchnerismo está concediendo- coloca en completa crisis la orientación económica oficial, que consiste en amarrocar dólares para responder a la deuda externa y pagar la colosal factura de la importación de combustibles. En previsión de esa carga adicional, el gobierno está adobando a los pulpos petroleros con tarifazos, para que el fisco y las reservas internacionales respondan a los nuevos compromisos de deuda.

“Desendeudamiento”
Si el FMI, la Reserva Federal y los fondos que entraron al canje le han concedido un respiro a la Argentina, ello ha sido a cambio de colocar al país como rehén del capital financiero y de sus jueces, a quienes el kirchnerismo les otorgó la jurisdicción extranacional de los arreglos de la deuda.
Se ha derrumbado uno de los pilares del ‘modelo’ oficial: la renegociación “inteligente”, “nacional y popular” de la deuda externa argentina.

A siete años del “megacanje” de Kirchner-Lavagna, la deuda pública aumentó en 52.000 millones de dólares y ya se ubica en los niveles de 2001/2002. La cláusula especial que premia a los acreedores con el crecimiento de la economía -bonos atados al PBI- ha terminado reduciendo a la mínima expresión la “quita” del año 2005. A todas estas hipotecas, se añadiría ahora la que resulte de un nuevo arreglo con los fondos buitre.

Los pagos a los acreedores externos han sido reemplazados por una deuda creciente con la Anses y el Banco Central. Pero, precisamente, el eslabón más débil de esta nueva crisis de deuda son los títulos en pesos y “con jurisdicción local”, que el gobierno le ha enchufado compulsivamente al fondo de garantía de la Anses. En sólo veinte días, la caída de los bonos argentinos despojó a la Anses de 5.135 millones de pesos, que equivalen al haber mínimo de 2,7 millones de jubilados. Aún antes de cualquier pago adicional a los usureros, la nueva crisis de la deuda se ha cobrado esta confiscación.

El gran capital y la oposición tradicional de Argentina se han subido al carro de Griesa, para empujar a esta “normalización” exigida por el capital financiero. El socialista Binner se ha puesto a la cabeza de esta presión antinacional. Ante este pacto político contra el país y sus trabajadores, planteamos la suspensión del pago de la deuda externa usuraria y el rechazo a los nuevos arreglos que procura el gobierno K, los que configurarían un nuevo desfalco a las reservas internacionales. Planteamos el desconocimiento de las cláusulas coloniales que atan los arreglos de deuda a jurisdicciones extranjeras y la nacionalización de la banca. Cristina Kirchner ha hecho un nuevo y estéril llamado a la Unasur, que ya ninguneó a la Argentina en la cuestión de la Fragata. En oposición a esta orientación, planteamos una conferencia internacional de organizaciones obreras y antiimperialistas del continente contra el rescate del capital financiero a costa de los explotados.

Un respiro muy costoso : PARTIDO OBRERO

Que el gobierno sucumbió un poco en su estrategia oficial es totalmente cierto, se hizo la ley cerrojo justamente para no negociar más con los bonistas que no entraron, pero la alternativa de mantenerse en esa tesitura era entrar en default técnico. Si argentina logra que el pago a los fondos buitre sea en las mismas condiciones que el canje de 2010, el resultado final no es malo.

Por supuesto que hay interés de la FED y la administriación de Obama detrás de esto, básicamente lo que ellos quieren es que Argentina levante el default, pero bajo las condiciones de quita que impuso. Porque lo que no quería la FED justamente es que Argentina tuviera que pagar el 100% a los buitres porque eso representaría un fracaso del proceso de renegociación de deuda y un mal precedente para casos futuros. Ahora tampoco quieren que Argentina deje excluidos eternamente a aquellos con quienes no arreglo.

Basicamente nos arrinconaron y no tenemos espalda económica para mantener una postura dura, ahora la cuestión pasa por saber como vamos a negociar con los buitres y si nos permiten “imponer” las condiciones de 2010 por ejemplo.

Si te pones a pensar, no es el resultado que quería ni quiere Argentina, pero tampoco sería un éxito para los buitres, porque al cobrarían lo mismo que el resto pero con mucho mas costo de estar litigando hace tantos años.

Si en cambio es el resultado que pretenden los bonistas que entraron al canje en 2005 y 2010

Las empresas transnacionales experimentan sentimientos encontrados con respecto a sus negocios en la Argentina. Si bien reconocen que sus ventas crecen de manera sostenida, incluso por encima de los guarismos que exhiben en Estados Unidos y en Europa, no logran superar la insistente sensación de incomodidad (y los problemas) que les provocan la inflación, el cepo al dólar, las dificultades para girar utilidades y, en general, la discrecionalidad de algunas decisiones del gobierno de Cristina Kirchner.

Cepo e inflación preocupan a las multinacionales - 03.12.2012 - lanacion.com *

Que opinan de los bonos de YPF? 19% anual?

CNV

Juanma, necesito que me confirmes algo.

Supongamos que, de forma autónoma, aumenta la demanda de dinero, debido a un cambio en el comportamiento de los agentes, que bajan la demanda transaccional. Esto significa que la curva Md se desplaza hacia adentro.

http://rolandoastarita.com/Apuntes%20Sistema%20Financiero%20Internacional-1.htm

¿hay un error, no? Lo correcto tiene que ser:
Supongamos que, de forma autónoma, bajan la demanda de dinero, debido a un cambio en el comportamiento de los agentes, que bajan la demanda transaccional. Esto significa que la curva Md se desplaza hacia adentro.

Saludos…

Para mi es como decis vos, si cae la demanda transaccional de dinero, entonces cae la demanda total de dinero, lo que implica que la curva se desplaza hacia adentro. Como es un modelo de economia abierta, tambien eso implica una caida de la tasa de interes y una suba del tipo de cambio

Me quedo más tranquilo entonces.

Gracias por responder.

Gente estoy muy preocupado por el futuro de la economia argentina durante los proximos 3 anios.

Si el gobierno no aprovecha 2013 para corregir todo los enormes errores de politica economica que se cometieron en 2012, podemos tener un 2014 y 2015 muy complicados.

2013 va a ser un anio relativamente tranquilo en cuanto a vencimientos de deuda, asi que justamente por eso tiene que ser el anio donde hay que dar un golpe de timon fuerte.

Afortunadamente el mundo nos va a seguir siendo favorables, la politica expansiva de la FED va a seguir por un tiempo largo, pero hay que corregir cosas.

Me voy a explayar mas del tema mas adelante, pero mi idea basica ya la saben.

Ahora sí estoy cagado

Aca lo que tiene que quedar claro es que no hay nada inevitable, el gobierno tiene todo el margen de maniobra para corregir una serie de problemas, pero por motivos que desconozco los esta ignorando, y esta continuidad en la paralisis de la gestion economica que se viene observando en el ultimo anio y medio empieza a ser peligrosa.

:lol:

¿Che en Córdoba son todos así?

no hay como Capilla del Monte… hay peores que Morlock, no es joda.

¿Hablás del espacio físico o de una persona de carne y hueso?

No, algunos son aburridos

hablaba del pueblo… o ciudad… tenes locos/as de todos los gustos y colores (? (potenciados con el inminente fin del mundo)

De la Rúa era cordobé!

Cavallo también :lol:

Año nuevo, plan nuevo: el Gobierno pone primera con su “fórmula 20-20-20” de cara a la economía que viene

Año nuevo, plan nuevo: el Gobierno pone primera con su “fórmula 20-20-20” de cara a la economía que viene19/12/2012 El país ya no cuenta con la abultada caja de antes, el atraso cambiario se hace evidente, a los argentinos la inflación los afecta más que antes y no hay mucho margen para que empresas argentinas pierdan competitividad. El Gobierno lo sabe y avanza en un cambio de esquema.
Las dudas de analistas Por Fernando Gutierrez

Última actualización: 19/12/2012 7:12:30 am

Había una época en que Guillermo Moreno se jactaba de ser “el pibe 9”, porque alegaba que, gracias a sus servicios, el país había logrado un crecimiento del PBI del 9%, una inflación contenida en 9% y un índice de desempleo que había caído también hasta el 9%.

Parecen días muy lejanos, porque hoy los números muestran un deterioro en todos los renglones de la performance económica. Será por eso que ahora rige entre los funcionarios kirchneristas una nueva consigna, con un nuevo número fetiche: el “plan 20- 20- 20”.

De hecho, las medidas que se vienen tomando apuntan a ese objetivo -no declarado públicamente pero vigente en los hechos- que consiste en que en “la economía que viene” haya tres variables fundamentales que converjan a una tasa anual del 20%: la inflación, los salarios y el dólar.

Parte de ese plan ya arrancó, y deja en evidencia que -más allá de lo que se diga a la hora de los discursos- en el seno del propio del Ejecutivo se llegó a un diagnóstico no tan distinto del que sostienen la mayoría de los analistas.

Esto es, que las empresas argentinas han ido quedando cada vez más relegadas y han perdido muchos mercados por sus problemas de suba incontenible de costos y caída de competitividad.

Y que la inflación llegó a un nivel tal que desalienta inversiones y provoca problemas sociales.

En consecuencia, el país ha ido despidiéndose de aquellos años en los que la divisa estadounidense subía apenas 7% u 8% anual mientras que la suba general de precios era de un 24%, lo que hacía que la Argentina se encarezca en dólares un 15% cada año.
También, de esa premisa que fuera avalada durante muchos años, consistente en que los salarios podían trepar libremente, hasta un 30% para así no sólo empatar sino ganarle unos puntitos a la inflación.
Hoy todo eso se terminó. Tal como reza una conocida frase, “uno puede hacer lo que quiera con sus actos, menos evitar sus consecuencias”.
Actualmente la Argentina está pagando esas consecuencias, que se hacen evidentes en el atraso cambiario, pérdida de competitividad, puja sindical, falta de inversiones y pérdida en su capacidad de genera nuevo empleo, entre otras cuestiones. Y que, además, encuentra al cepo cambiario como expresión más acabada de las medidas obligadas a las que tuvo que echar mano el Ejecutivo.
Nuevo diagnóstico para el “paciente”
“Probablemente se buscará una variación cercana al 20%. Y es seguro que en 2013 vamos a ver una mayor correspondencia entre lo que se pauta en las negociaciones salariales y la suba del dólar. Ambas variables van a ser bastante parecidas. Más aun en los salarios del sector público, lo cual me parece bien”, afirma el economista Miguel Bein, uno de los más escuchados por los empresarios.
Como le gusta recordar a Cristina Kirchner en sus discursos, los salarios en la Argentina han tenido la recuperación más fuerte en la región, al punto de que hoy se encuentran el tope del ranking de ingresos medidos en dólares.

Y está muy bien que así sea. El problema es que la productividad no creció en igual magnitud, lo que encarece fuertemente el costo de las empresas.
Más bien, ese lugar en el podio es producto del atraso cambiario, es decir, de un billete verde que ha subido poco en comparación con los salarios y la inflación.
Fue lindo mientras duró, porque implicó un aumento del poder adquisitivo, aunque ficticio para muchos analistas. Pero ahora todo indica que se llegó a un límite.

Así las cosas el “plan 20-20-20” será el eje conductor de la política económica K.
Dólar: la tasa de devaluación se aceleró notablemente, al punto de que hoy, si se proyecta anualmente el deslizamiento que ha tenido el billete verde en los últimos dos meses, arroja un resultado de 20%.
Salarios: la política oficial continúa firme en el sentido de advertir el peligro de incurrir en demandas excesivas. Desde ahora la Presidenta condicionó la actualización del piso a partir del cual se paga Impuesto a las Ganancias a que la misma venga acompañada de una pauta salarial moderada para las próximas paritarias.
Inflación: el Gobierno inició un proceso de moderación en el gasto público, cuyo financiamiento supone una de las principales fuentes de emisión monetaria. Por lo pronto continúa alta -en torno del 24% anual- pero no se descontroló, pese a la acelerada que pegó el dólar oficial.
Para Eduardo Curia, un economista cercano a los primeros tiempos del kirchnerismo -que siempre ha criticado el uso del dólar como “ancla” del resto de los precios- los cambios implican una señal auspiciosa, especialmente por el lado de la aceleración de la tasa devaluatoria.

“Se perfila un giro respecto de lo que ha sucedido en los últimos años. La pregunta del millón es si este ´hito´, de cara al 2013, significa el punto de partida de una futura confirmación más sistemática, o simplemente se trata de un respiro circunstancial”, plantea Curia.

Mientras tanto, los empresarios, preocupados por la pérdida de competitividad, se dedican a disfrutar el momento: después de tres años en los que sistemáticamente la inflación superó a la suba del dólar, ahora se está revirtiendo levemente esa tendencia.

Para el consultor Salvador Di Stefano, es muy probable que el actual ritmo devaluatorio se consolide. El analista considera, además, que Brasil ha depreciado su moneda, lo que deja aun menos margen como para que la Argentina retorne a un tipo de cambio “planchado”.

Di Stefano ya viene tomando nota del viraje en el rumbo oficial: “La brecha entre inflación y devaluación anualizada ahora se achicó a un dígito”.

Cerrando la brecha
Una de las grandes preguntas es si este nuevo contexto -dólar subiendo a un ritmo más cercano a la inflación- será sostenible en el tiempo.

Ocurre que, durante muchos períodos, el tipo de cambio (al igual que las tarifas públicas) ofició de “ancla” para evitar que la suba de precios escale aun más.
Muchos temían que si el billete verde comenzaba a escalar más de golpe esto iba a tener su correlato en una inflación aun mayor. Incluso, hasta la Presidenta mostró sus temores sobre este tema, en un discurso ante los industriales.
De momento, hay cierto consenso en que el Gobierno tendrá éxito en el corto plazo en su intento por hacer que dólar e inflación circulen a una velocidad más parecida (y no uno al triple de ritmo que el otro).
No obstante, consideran que, para que esta política tenga éxito a largo plazo, es necesario un plan integral que tenga como objetivo principal lograr la baja del índice de suba de precios.

“Lo que explica que la inflación no se haya acelerado es el hecho de que este año hubo una moderación en el consumo y en las subas salariales. Esto es lo que permitió que se pudiera incrementar más rápido la cotización dólar sin que eso se reflejara en los precios”, analiza Bein.

Pero advierte que, de cara al futuro, con un nuevo escenario, se requerirá un manejo de la economía bien diferente del mostrado en 2012.

Claro que surgen dudas sobre la capacidad del Gobierno para poder llevar adelante semejante tarea, que implica la pericia propia de quienes deben desconectar una bomba. Por eso, muchos sugieren utilizar la estrategia de la gradualidad, de manera de evitar los extremos: ni una escalada inflacionaria ni una caída en recesión.

De los tres componentes que conforman la “fórmula 20-20-20” el que pinta más difícil de implementar es el de la baja de la inflación.

En la visión de Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica, “la gran novedad es que el dólar, que era el que estaba rezagado, se unirá al resto”, ya que se prevé escale en el orden del 20% anual.

Si -tal como ya proyectan los analistas- el Gobierno no logra bajar la suba de precios al 20% sino, más bien, “estacionarla” cerca de un 25%, la Argentina tendrá una “inflación en dólares” en torno del 5%. Es decir, la tercera parte de la registrada en los últimos años.

¿Alcanza o sigue siendo mucho? Para responder a esa pregunta habrá que mirar de cerca lo que hacen los vecinos:
Si mantienen sus monedas estables, entonces la Argentina no tendría mayores preocupaciones, dado que ese ritmo inflacionario dolarizado estaría en línea con el del resto de la región.
En cambio, si Brasil continúa debilitando su moneda, entonces en el plano local habría una presión adicional para corregir su atraso cambiario.
Salarios, pivoteando entre dos polos
La tercera “pata” del “plan 20-20-20” es la de los salarios, que tendrán un fuerte tinte político.

Es lícito dudar sobre si el Gobierno podrá cumplir con esta pauta que se plantea.
Al fin y al cabo hace un año Cristina Kirchner -con el poder político en su punto más alto y tras el contundente 54% de las urnas- apenas pudo bajar cuatro puntos el promedio, del 28% a 24%, si bien la premisa inicial era de entre un 20% y 22%.

En 2013 las presiones se multiplicarán, dado que será un año electoral.

“La ruptura de la representación de los gremios va a provocar demandas de las distintas facciones por competencia entre ellos”, advirtió Kritz, en referencia a la división entre la CGT opositora de Hugo Moyano y la CGT cercana al Gobierno de Antonio Caló.

De momento, el mismo Moyano parece darle la razón a esta previsión cuando, hace pocos días, calificó al giro económico kirchnerista como “una postura de políticas neoliberales” y anunció una nueva marcha de protesta. Esto ya anticipa el clima conflictivo que vendrá.

De todas formas, habrá que distinguir entre salario privado y público, un tema clave para la caja oficial. Es que -tal como diera cuenta iProfesional.com- el Estado se convirtió en “la gran agencia de empleo” del país. Se estima que la nómina estatal ya alcanza a unas tres millones de personas.

Para Bein, es claro que los sueldos del sector público (lo cual constituye una parte no menor del gasto estatal) estarán alineados con la evolución del dólar.

Es resumen, el escenario que los economistas ven como más probable no es un “20-20-20” como el que pretende el Gobierno, sino otro:
Devaluación de 20%.
Inflación en torno del 25%.
Situación dual en el plano salarial.
Lo cierto es que el plan ya está en marcha, aunque las palabras “inflación”, “devaluación” y “ajuste” estén prohibidas en el “relato” oficial.
Otro signo de que los tiempos cambian: esta vez, no habrá nadie que reivindique el honor de ser conocido como “el pibe 20”.

Año nuevo, plan nuevo: el Gobierno pone primera con su “fórmula 20-20-20” de cara a la economía que viene