El consultorio económico

Argentina sigue teniendo el mejor salario en dólares en latinoamérica? Después de la devaluación y ahora con la suba del sueldo mínimo. El país sigue siendo el mejor en cuanto a salario en dólares? La idea del gobierno actual es bajar de esos u$s 415 aprox. y acercarnos a Brasil por dar un ejemplo?

La idea del gobierno es bajar el salario en dolares si, porque quieren instaurar un modelo de pais basado en el comercio exterior y no en la demanda interna. Para eso, se necesitan salario bajos en dolares. Pero para lograr salarios bajos en dolares sin que explote todo, primero tienen que bajar la inflación. Cuando sube el dolar pero no hay una suba generalizada de precios, tal como pasa en chile o peru, lo que tenes es un cambio de precios relativos, donde todos los productos importados y exportables aumentan, pero donde otros precios no lo hacen, o incluso bajan. Para que eso pase, la economía tiene que estar muy enfriada y venir de un proceso de baja inflación previa. Eso busca el gobierno actual.

El gobierno busca llegar a un equilibrio donde por ejemplo el precio de los alimentos sea muy caro para el consumidor argentino, entonces mas alimentos sobran y pueden ser exportados lo que genera divisas. En cierto sentido gobierna para el campo.

La situación actual no le permite lograr eso al gobierno, porque subió el dolar y empujo la suba de gran parte de los precios, inclusos los que no tienen nada que ver con el dolar. Eso no permite el cambio de precios relativos. Pero es una situación transitoria

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Suerte que lo decis vos Darth, parece joda.

Que duro suena esto

y si, lo dio a entender el pelotudo ese hablando de la carne de pollo y chancho

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La caída de la demanda: ¿secuela reptando la realidad?

L

a ideología neoliberal ha dominado el discurso mundial durante los primeros 15 años del siglo XXI. El mantra ha sido que la única política viable para gobiernos y movimientos sociales era otorgar prioridad a algo conocido como mercado. La resistencia a esta creencia se volvió mínima, en tanto partidos y movimientos que se dicen a sí mismos de izquierda, o por lo menos de centro-izquierda, abandonaron su tradicional énfasis en medidas propias de un Estado de bienestar y aceptaron la validez de esta posición orientada al mercado. Arguyeron que por lo menos se podría suavizar su impacto reteniendo alguna pequeña parte de las históricas redes de seguridad construidas por más de 150 años.

La política resultante fue una que radicalmente redujo el nivel de impuestos para los sectores más acaudalados de la población, lo que por tanto incrementó la brecha del ingreso entre este sector acaudalado y el resto de la población. Las firmas, en especial las grandes, pudieron incrementar sus niveles de ganancia reduciendo o dislocando sus empleos.

La justificación ofrecida por sus proponentes fue que, con el tiempo, esta política volvería a crear los empleos que se habían perdido y que habría algún efecto de derrama del valor incrementado que podría crearse si se permitía que el mercado prevaleciera. El llamado mercado nunca fue una fuerza independiente de la política. Pero esta verdad elemental fue diligentemente pasada por alto o, si alguna vez se le discutía, se le negaba con ferocidad.
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¿Terminó aquel día? ¿Hay lo que en un reciente artículo de Le Monde se le llama un regreso “tímido” de las instituciones del establishment a una preocupación por sostener la demanda? Ocurrieron por lo menos dos signos de esto, ambos de peso considerable. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido por mucho tiempo el pilar más fuerte de la ideología neoliberal, e impone sus requisitos a todos los gobiernos que le solicitan préstamos. No obstante, en un memorándum emitido el 24 de febrero de 2016, el Fondo Monetario Internacional expresó sus preocupaciones en público en relación con lo anémica que se ha tornado la demanda. Urgió a que los ministros de Finanzas del G-20 se movieran más allá de las políticas monetarias para dar aliento a las inversiones en vez de a los ahorros, para sostener la demanda creando empleos. Esto significa un viraje muy fuerte para el FMI.

Más o menos al mismo tiempo (el 18 de febrero), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el segundo pilar en importancia en cuanto a ideología neoliberal, difundió un memorándum anunciando un viraje semejante. Y dijo que era urgente involucrarse “colectivamente” en acciones que pudieran sostener la demanda mundial.

Por eso mi pregunta: ¿se cuela reptando la realidad? Bueno, sí, aunque sólo sea tímidamente. El hecho es que, a escala global, el “crecimiento” prometido en producción de valor agregado no ha ocurrido. Por supuesto la caída es dispareja. China sigue “creciendo”, aunque sea a un ritmo reducido, uno que amenaza con caer aún más. Estados Unidos parece seguir “creciendo”, en gran medida porque, relativamente, el dólar sigue pareciendo el lugar más seguro para que los gobiernos y los ricos estacionen su dinero. Pero la deflación parece haberse vuelto la realidad dominante de casi toda Europa y de casi todas las llamadas economías emergentes del sur global.[/b]

Ahora todos estamos en un juego de espera. ¿Acaso las tímidas jugadas recomendadas por el FMI y la OCDE restañarán la realidad de una demanda mundial en declive? ¿Podrá resistir el dólar una ulterior pérdida de la confianza en su capacidad para ser un repositorio estable del valor? ¿O nos movemos hacia un alocado vaivén mucho mayor y más severo en el llamado mercado, con todas las consecuencias políticas que esto sin duda acarreará?

Una caída en la demanda mundial es la consecuencia directa de una reducción en el empleo mundial. En los últimos 200, inclusive 500 años, cada vez que había un cambio tecnológico que desaparecía empleos en alguno de los sectores productivos, los obreros que estaban perdiendo su empleo resistieron estos cambios. Quienes resistían se involucraron en las llamadas demandas ludditas de mantener la tecnología previa.

Políticamente, la resistencia luddita siempre ha demostrado ser infructuosa. Las fuerzas del establishment dijeron siempre que se crearían nuevos empleos en reemplazo de aquellos que se perdieron, y que se renovaría el crecimiento. Y era cierto. De hecho se crearon nuevos empleos –pero no entre los trabajadores de cuello azul. Más bien los nuevos empleos fueron trabajos de cuello blanco. Como resultado, y en el más largo plazo, la economía-mundo vio una reducción en los empleos de cuello azul y un aumento significativo en el porcentaje de los trabajadores de cuello blanco.

Se ha asumido siempre que los empleos de cuello blanco estaban exentos de eliminación. Se suponía que estos empleos requerían interacciones de humanos con otros humanos. Se pensaba que no había máquinas que pudieran reemplazar al trabajador humano. Bueno, eso ya no es así.

Ha habido un gran avance tecnológico que permite que las máquinas realicen cálculos de enormes cantidades de datos que hasta ahora fueron el ámbito de asesores financieros de nivel bajo. De hecho estas máquinas están en camino de eliminar puestos de trabajo de esos empleos de “cuello blanco” de nivel bajo. Con seguridad, esto todavía no ha afectado a los que podrían llamarse puestos de supervisión o mayor nivel. Pero uno puede ver para dónde sopla el viento.

Cuando los puestos de “cuello blanco” eran eliminados o reducidos en número, de hecho fueron reemplazados por nuevos puestos de “cuello blanco”. Sin embargo, ahora, cuando desaparecen puestos de “cuello blanco”, ¿dónde está el contenedor de los nuevos empleos que vayan a crearse? Y si no pueden ser localizados, el efecto global es que disminuyen severamente la demanda efectiva.

Sin embargo, la demanda efectiva es el sine qua non del capitalismo como sistema histórico. Sin una demanda efectiva, no puede haber acumulación de capital. Ésta es la realidad que parece colarse reptando. No sorprende entonces que se expresen las preocupaciones. Pero no es probable que los “tímidos” intentos de lidiar con esta nueva realidad hagan, de hecho, una diferencia. La crisis estructural de nuestro sistema está en plena expansión. La gran pregunta no es si podemos reparar el sistema, sino con qué vamos a reemplazarlo.

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Entonces según el gobierno actual la gente ganaba dos veces más de lo que ellos creen se necesita para vivir? Lo del gobierno de Kirchner y la primera de su mujer fue real en términos económicos (poder adquisitivo de la gente) o fue una burbuja inflada como nos cuentan los medios masivos? Las empresas de alimentos están de acuerdo a este plan exportador y bolsillos vacíos o les conviene argentinos con bolsillos llenos?

“Gobierna para el campo” discrepo totalmente con esa frase.

Fomentar la productividad y capacidad de exportación del campo quiere decir que gobernas para ellos? La idea es un beneficio general de la sociedad, ese sectarismo de gobernar para unos si y otros no me hace acordar a los que se fueron. No creo que lo hayas querido decir asi por como lo dijiste, pero los K se cuelgan de esa frase como si fueras funcional a su discurso.

“…En cierto sentido…”

Un político francés llamado Pierre Mauroy dijo, hace 30 años, algo similar a esto: “Estimo que todos quieren sostener la demanda e incrementar sus ingresos, pero con el trabajo o las condiciones laborales que brinde un tercero. Así no funciona la economía.”

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Y los K se colgaron de la frase. Por eso dije “no creo que lo hayas querido”…

y de donde sacaste que un crecimiento exponencial del campo redunda en un beneficio general de la sociedad?

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Yo dije que era un hecho?

igual el aumento de costos no le ayuda mucho al campo en fin

A ver, la alianza entre el gobierno y distintos sectores económicos se a dado siempre en la historia argentina. Hacer liberalismo económico siempre termina beneficiando al sector mas productivo en términos relativos contra los demás. Una economía pequeña y abierta, basada en el libre mercado va a apuntalar al sector competitivo en términos internacionales, y va hacer de goma a los demás. Yo no digo que a Macri lo puso la SRA en el poder. Digo que haciendo lo que hace, es consecuencia inevitable una fuerte mejora de la situación del campo en desmedro de los demás sectores.

Desde el punto de vista de la inserción internacional argentina es positivo. El problema viene dado por el efecto secundario negativo de que el sector mas beneficiado sea el campo. Argentina es uno de los muy pocos países del mundo donde el campo es su sector mas competitivo internacionalmente, por eso lo hace un caso especial.

En Chile o Peru, el efecto de las políticas liberal de los últimos 20 años beneficio primero que nada a los sectores extractivos como la Minería. El campo también creció, pero a diferencia de Argentina, el rol de las exportaciones agrícolas en el comercio exterior es mucho mas limitado. Por lo tanto, allí el campo se beneficio mucho pero tiene poco poder para influir sobre el funcionamiento de la economía.

En argentina, el campo no solo se ve beneficiado por políticas liberales, sino que ademas pasa a tener un control casi total sobre el tipo de cambio, los flujos de inversión y hasta la distribución del ingreso. Con ese poder en sus manos, es muy poco probable que los beneficios de la mejora de la productividad del campo los disfrute la sociedad. No se engañen con el dolar barato ahora, es una situación transitoria de un gobierno que esta tratando de bajar la inflación para subsistir. Cuando logre bajar la inflación y pueda desligar la relación entre el dolar y los precios, va a permitir que el tipo de cambio lo fije plenamente el mercado, como en toda economía liberal. En la economía argentina, que el dolar lo fije el mercado implica que el dolar lo fija el campo (ya que su peso relativo en el comercio exterior argentino es enorme), y si lo fija el campo, lo va a poner lo mas alto posible.

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El efecto secundario negativo sería que los trabajadores asalariados, que estimo somos la mayoría del país, nos veríamos perjudicados por esta política económica, perdiendo poder adquisitivo y calidad de vida, para beneficiar al sector minoritario que representa el campo supongo ?

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Nisis+10

R.I.P. KIlvax - 2005-2016

La más probable es la reimplantación de los encajes al ingreso de “dólares calientes”: los capitales golondrinas que, a la larga, perjudican a la economía.

En principio, la idea es la vuelta al esquema que rigió entre 2005 y principios de 2016: la implementación de un encaje del 30% al ingreso de capitales financieros.

Si se fuera en esa línea, los inversores financieros que traigan sus dólares al país para aprovechar las altas tasas de interés deberán dejar inmovilizado un 30% de los fondos en el Banco Central.

Y si el trabajador se ve perjudicado porque una parte considerable de su canasta se compone de alimentos, y los vamos a pagar carisimos. Solo eso ya te genera un retroceso. A lo sumo, con dolar cara se puede llegar a recuperar algo la industria, pero por si misma, sin un direccionamiento estatal, siempre le va a costar crecer. Desempleo no creo que suceda lo de los 90, porque en este tipo de economias, el sector servicios se “hipertrofia”, o sea crece mucho y da empleo, pero de baja calidad y mal pago. En los 90 eso no paso porque el dolar era barato y fijo, no se daba el proceso natural de ajuste, entonces tenias salarios relativamente altos pero un desempleo atroz.

El ideal de la economía Macrista es una donde la industria sea casi inexistente, donde el agro sea fuerte en base a las exportaciones, donde el grueso bienes de capital y las manufacturas sean importados, y donde haya hordas de trabajadores empleados en sectores de servicios como el comercio, turismo, esparcimiento, etc, por salarios muy bajos, aunque empleados.

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Está hablando el gobernador de Río Negro. Dice que se les licuó gran parte de la competitividad obtenida en las economías regionales. Baja del dólar y la inflación les comió el 80% de lo ganado.

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