No lo va a entender la gran mayoría.
Pero la realidad es que no interesa mucho lo que “quiera” el jugador.
Que ame la camiseta o no, que diga que sí y le importe más la plata, y todas las variantes posibles.
El jugador, desde el momento en que el pase se compra y vende, es un activo económico-deportivo.
Y un juvenil que es uno de los de más proyección de la historia, es inevitablemente el principal activo del club.
Cualquiera de los que estamos acá, en el lugar de la dirigencia, haría lo imposible para que se quedara, porque Echeverri en River significa repercusión mundial, sponsors (plata), y sobre todas las cosas, títulos, y posibilidad del club de competir por cosas que con Palavecino y Borja no lo haremos ni en tres mil años.
Y sin embargo están errando en ver que la dirigencia no actúa de la misma manera que lo haríamos todos si estuviésemos en su lugar.
Yerba Mala ya fue olvidado Así como los que el mismo Había traicionado Y los planes bonitos que había soñado Están bajo tierra Y un sobrino que lo idolatraba Tremenda verguenza ya tiene planeada