Murió una testigo clave del caso Zaffaroni
Se trata de una de las inquilinas de los puticlubs que funcionaban en los departamentos del juez. Su testimonio era clave.
El 22 de julio pasado por la mañana, Marcia González dio el último tumbo de su errática y enigmática vida. Fue a bordo de un Chevrolet Aveo sobre el kilómetro 206 de la ruta nacional 14 a la altura de la localidad de Ubajay en Entre Ríos, no muy lejos del Parque Nacional El Palmar. La información policial que trascendió ni siquiera pudo explicar el hecho: no fue un choque, ni siquiera hubo otro auto involucrado. El conductor del vehículo, simplemente, perdió el control, para terminar volcando en un desagüe. González, que viajaba en el asiento trasero derecho, murió aplastada, al instante. Pero los diversos medios entrerrianos que reflejaron la muerte de Marcia ni siquiera se percataron de la carga que implicaba su nombre.
Durante un año, desde que explotó el escándalo de los prostíbulos en departamento del juez de la Suprema Corte Eugenio Zaffaroni, Marcia, recluida en su modesto departamento porteño de la calle Gandhi, se convirtió en una figura buscada. Fue ella misma quien se encargó de alquilar a Ricardo Montivero, apoderado del juez, los departamentos en las calles Vicente López, Paraguay, Marcelo T. de Alvear y en el pasaje Dellepiane, que sería propiedad de Montivero. En todos ellos se comprobó el ejercició de la prostitución. El nexo de Marcia con el submundo del sexo pago no terminaba ahí: informes elaborados por la Justicia la vinculan a otros prostíbulos en la Capital Federal. Y su cita con la Justicia era un hecho inminente: tiempo antes de su muerte, el fiscal Edgardo Orfila, que lleva adelante la causa que investiga los departamentos de Zaffaroni, ya había remitido las pruebas al juez para resolver los pedidos de indagatoria. Pero su muerte dejó interrogantes: ¿madama? ¿Una simple prestanombre? ¿Zaffaroni sabía? A los 56 años Marcia se llevó las respuestas a su ataúd en Eldorado, Misiones, su ciudad de orígen, donde fue enterrada tras el accidente. Orfila jamás pudo preguntar.
Fuga. González temía por su destino judicial: en el auto fueron hallados 135 mil pesos y 30 mil dólares de su propiedad. Un miembro de su entorno más cercano que accedió a hablar con NOTICIAS bajo estricto anonimato revela: “Esos eran sus ahorros. Marcia se estaba yendo a Eldorado para comprarse una casa ahí y que la Justicia no la encuentre. Sentía que se le venía un acoso fuerte. Todos sabíamos lo que hacía, que regenteaba bulos. Y a Misiones no viajó sola”.
Entre sus otros cuatro acompañantes en el vehículo, según medios entrerrianos, habría estado Angélica Duarte (54). En junio pasado, Duarte accedió a ser entrevistada y fotografiada por NOTICIAS “por primera y única vez”. En su testimonio esquivo, reveló: “Marcia es mi prima”. Pero el vínculo entre ambas fue mucho más que sanguíneo. En los contratos de alquiler que González trabó con Montivero, Gabriel Vignola -subgerente de Calidad del INTI, ex combatiente de Malvinas con pensión estatal y marido de Duarte- se presentó como garante. Duarte, que también alquiló departamentos a Montivero donde se habría ejercido la prostitución, hasta usó a Marcia misma como garante.
El dinero del viaje, al parecer, estaría en buenas manos: “La Policía en Entre Ríos se lo restituyó a Angélica, y ella está planeando llevarlo al padre de Marcia en Eldorado. Sabe que si no lo hace se le va a pudrir, y mucho. Tiene que cumplir”, indica este miembro del entorno de González, que afirma conocer bien a Duarte. Ante NOTICIAS, Duarte deslizó: “Con Marcia tenemos un negocio de subalquiler de departamentos. Ella tiene el suyo, y yo el mío”. Sin embargo, la historia entre ambas es de larga data.