River tira paredes para romper defensas
Por Christian Leblebidjian
A Juan José López le tocó asumir en la antesala de un partido ante Boca, con la presión adicional de tener que hacerle frente a una situación incómoda, como la lucha por evitar el descenso. Sin embargo, tuvo personalidad para ser coherente no sólo en el mensaje al plantel y en la forma de conducir, sino en su idea futbolística. Se podrá o no coincidir con la elección de los intérpretes o el sistema táctico 3-4-2-1, pero está convencido de que es el mejor camino para este momento de River.
El partido con Independiente entregó confirmaciones en cuanto a la búsqueda de su estilo, con mayoría de futbolistas con características más defensivas que ofensivas, pero que en el campo de juego interactúan positivamente en ataque y crean situaciones frente al arco rival. Por ejemplo: en principio, se especulaba con que el ingreso de Juan Manuel Díaz como carrilero en lugar de Roberto Pereyra sería un síntoma defensivo, pero el uruguayo se proyectó 13 veces, 9 de ellas en el primer tiempo, y fue protagonista de los mejores avances millonarios. River ganó en el final por la patriada de Pavone contra cuatro rivales, pero la acción para prestar atención fue la excelente maniobra colectiva en la que Ferrari convirtió habilitado, aunque el línea marcó off-side. Esa jugada es el sello distintivo de este River. Siempre encuentra una pared para romper una defensa. A los 34 minutos del primer tiempo, Díaz se asoció con Lamela, que devolvió de primera para el lateral, que como wing izquierdo mandó el centro de primera al punto penal para Ferrari.
No fue la única jugada en donde River trianguló entre Lamela, Lanzini, Pavone (que gana por potencia y también pivotea muy bien), Ferrari y Díaz. Además, los antecedentes avalan esas intenciones en el ciclo de J. J. López. Y River no se preocupa tanto de quién sea quien defina, sino de que se genere con movilidad el espacio para que uno de los mencionados anteriormente llegue y desequilibre.
Frente a Huracán, por la 2a fecha, la pared la crearon por la izquierda Acevedo y Pavone para el golazo de Lamela, que definió picándola ante Monzón. Así destrabó el 0-0 ( bit.ly/fD8m5i ). Aquí, la decisión de tocar de primera es tan importante como hacia dónde dirigen el balón. Si Pavone se hubiera demorado un segundo más, Lamela habría quedado en posición adelantada. En el 2-0 invirtieron los roles: Lamela abrió la pelota para Pavone, que asistió a Ferrari en el punto penal para que anotara de cabeza.
La perfección de lo que pretende el DT se vio en la 17a del Apertura 2010, ante Colón, en Santa Fe. River perdía 0-1 y con 12 toques y varias paredes en la misma jugada, que involucró por orden de aparición a Acevedo, Lamela, Acevedo, Funes Mori y Lamela nuevamente, llegó el 1-1 con un movimiento colectivo extraordinario, a un toque y con gran precisión ( bit.ly/fx8yEf ) .
Juan José López tiene un mensaje simple y directo. No anda con rodeos. Cuando el carrilero por la izquierda es Pereyra (generalmente, en el Monumental), el técnico mantiene el 3-4-2-1 versión “realista”, como le gusta decir a él con respecto a lucha que debe presentar hoy River, mucho más utilitaria que vistosa. Hay partidos en que las cosas le salen bien y en otros no tanto, pero la clave está en la búsqueda, en el convencimiento de sus jugadores y en la movilidad para que el gol no necesariamente lo tenga que hacer Pavone.
5 decisiones clave tomó J. J. López en River: 1-El sistema de juego, 2-Separar a Ortega, 3-Buonanotte suplente, 4-Chichizola ante la lesión de Carrizo y 5-Aceptar que no le trajeran refuerzos. Se equivocó en el manejo con Vega, que era el suplente ante la baja del N° 1.
DT egresado de la Escuela Nicolás Avellaneda