Spa volver
Almeyda optó por otra concentración anticipada en el delta de Tigre para aislar de todo al plantel. Tras la práctica comenzará otra Expedición Riverson con un sólo destino: el regreso a la PrimerA.
Ya sólo quedan cuatro días para jugarse 111 años de historia. Otra vez River vuelve a jugarse la enciclopedia entera en 90 minutos. Depende de sí mismo, pero a esta altura ya es difícil saber si eso es mejor o peor para este equipo. Y si bien lo futbolístico importa, después de 37 partidos poco se puede inventar en cuatro prácticas. La gran clave para que las piernas no vuelvan a pesar más que un elefante, como pasó en Santa Fe, estará en la cabeza de cada protagonista. Almeyda lo sabe mejor que nadie, lo experimentó hace un año cuando River se ahogó en la Promoción y el descenso. Por eso, el Pelado repetirá una receta que ya le dio resultado. Como en la previa al agónico triunfo frente a Boca Unidos, habrá concentración anticipada en una isla de Tigre, en el coqueto Delta Eco Spa que volverá a cerrarse para uso exclusivo del plantel millonario.
Bien temprano, los jugadores deberán saludar a sus esposas, novias, hijos, padres o amigos, y dejarles una linda foto de recuerdo porque no volverán a verlos hasta que se termine el partido contra Almirante Brown. Porque luego de la práctica matutina habrá caravana hasta el puerto de Tigre y viaje en catamarán hasta el spa en el que habrá una nueva Expedición Riverson hasta el viernes, cuando se mudarán a la concentración del Monumental. Otra vez se internarán en ese pulmón verde, lejos de los ruidos de la ciudad y de los repetidos “el sábado hay que ganar” de los hinchas. Otra vez escucharán un poco de música zen para meditar, relajarse, olvidarse de Bértoli y Acosta, y ni enterarse de las chicanas de Giunta.
La experiencia previa al choque con los correntinos fue positiva. Muchas horas compartidas en el plantel, ratos de tanza, anzuelo y pesca, otros de arco y flecha, siempre matizados con mucho mate. También las actividades grupales, con competencias sumando puntos en cada juego fueron bien vistas por un cuerpo técnico que está preocupado por la reacción emocional de sus muchachos.
“La presión, el miedo por no descender, nos llevó a un miedo escénico que nos hizo descender”, reconoció Almeyda, sin vueltas, sobre lo que ocurrió hace un año. Y es justamente lo que no quiere que se repita. Que ninguna sábana levante vuelo y distraiga a los jugadores. Que nadie sienta que el piso vibra. Por eso buscará recluir al plantel y aislarlo de todo. Por supuesto que en la larga concentración que les espera se hablará de fútbol, de Almirante Brown y de cómo hay que jugar la final del sábado. Pero también habrá tiempo para internarse en el sauna y en el jacuzzi, para nadar en la pileta climatizada o simplemente caminar por los jardines del spa. Y esta vez, con tantos días de reclusión, por ahí alguno se anime a bajar del muelle y remar un rato por los ríos Carapachay, Luján y Paraná de las Palmas.
Puede ser que el cruce con el equipo de Giunta sea más difícil que remar en dulce de leche por toda la presión y el morbo que habrá. Almeyda intentará que estos cuatro días en el Delta Eco Spa sirvan para relajar, en el buen sentido, a sus hombres. El Pelado hace todo lo posible para concretar el regreso a Primera. Esta nueva visita spa volver.