Unasur

El nombre con el que se identifica el hecho de tumbar a un presidente para beneficiar a los mismos de siempre me parece que poco importa.

¿Será así? o gozaran de buena salud?

La verdad que ni idea. Nunca fui estudioso de Brasil en temas políticos.

Todos sabemos que si son coherentes (siguiendo la línea con lo que hicieron), lo buscarán a Lula… y no a los que nombraste :stuck_out_tongue:

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Hay que ver si pueden llevarse puesto a Lula, esto no les va a salir regalado, pero es totalmente coherente lo que decís

A Lula lo buscan de cabeza. Seguro que no se la perdonan.

Sólo puedo decir que es un día muy triste para Latinoamérica. Comparto las palabras de un maestro:

“La tragedia brasileña”

(Por Atilio A. Boron) Una banda de “malandros”, como canta el incisivo y premonitorio poema de Chico Buarque -“malandro oficial, malandro candidato a malandro federal, malandro con contrato, con corbata y capital”- acaba de consumar, desde su madriguera en el Palacio Legislativo de Brasil, un golpe de estado (mal llamado “blando”) en contra de la legítima y legal presidenta de Brasil Dilma Rousseff. Y decimos “mal llamado blando” porque como enseña la experiencia de este tipo de crímenes en países como Paraguay y Honduras, lo que invariablemente viene luego de esos derrocamientos es una salvaje represión para erradicar de la faz de la tierra cualquier tentativa de reconstrucción democrática. El tridente de la reacción: jueces, parlamentarios y medios de comunicación, todos corruptos hasta la médula, puso en marcha un proceso pseudo legal y claramente ilegítimo mediante el cual la democracia en Brasil, con sus deficiencias como cualquier otra, fue reemplazada por una descarada plutocracia animada por el sólo propósito de revertir el proceso iniciado en el 2002 con la elección de Luiz Inacio “Lula” da Silva a la presidencia. La voz de orden es retornar a la normalidad brasileña y poner a cada cual en su sitio: el “povao” admitiendo sin chistar su opresión y exclusión, y los ricos disfrutando de sus riquezas y privilegios sin temores a un desborde “populista” desde el Planalto. Por supuesto que esta conspiración contó con el apoyo y la bendición de Washington, que desde hacía años venía espiando, con aviesos propósitos, la correspondencia electrónica de Dilma y de distintos funcionarios del estado, además de Petrobras. No sólo eso: este triste episodio brasileño es un capítulo más de la contraofensiva estadounidense para acabar con los procesos progresistas y de izquierda que caracterizaron a varios países de la región desde finales del siglo pasado. Al inesperado triunfo de la derecha en la Argentina se le agrega ahora el manotazo propinado a la democracia en Brasil y la supresión de cualquier alternativa política en el Perú, donde el electorado tuvo que optar entre dos variantes de la derecha radical.
No está demás recordar que al capitalismo jamás le interesó la democracia: uno de sus principales teóricos, Friedrich von Hayek, decía que aquella era una simple “conveniencia”, admisible en la medida en que no interfiriese con el “libre mercado”, que es la no-negociable necesidad del sistema. Por eso era (y es) ingenuo esperar una “oposición leal” de los capitalistas y sus voceros políticos o intelectuales a un gobierno aún tan moderado como el de Dilma. De la tragedia brasileña se desprenden muchas lecciones, que deberán ser aprendidas y grabadas a fuego en nuestros países. Menciono apenas unas pocas. Primero, cualquier concesion a la derecha por parte de gobiernos de izquierda o progresistas sólo sirve para precipitar su ruina. Y el PT desde el mismo gobierno de Lula no cesó de incurrir en este error favoreciendo hasta lo indecible al capital financiero, a ciertos sectores industriales, al agronegocios y a los medios de comunicación más reaccionarios. Segundo, no olvidar que el proceso político no sólo transcurre por los canales institucionales del estado sino también por “la calle”, el turbulento mundo plebeyo. Y el PT, desde sus primeros años de gobierno, desmovilizó a sus militantes y simpatizantes y los redujo a la simple e inerme condición de base electoral. Cuando la derecha se lanzó a tomar el poder por asalto y Dilma se asomó al balcón del Palacio de Planalto esperando encontrar una multitud en su apoyo apenas si vió un pequeño puñado de descorazonados militantes, incapaces de resistir la violenta ofensiva “institucional” de la derecha. Tercero, las fuerzas progresistas y de izquierda no pueden caer otra vez en el error de apostar todas sus cartas exclusivamente en el juego democrático. No olvidar que para la derecha la democracia es sólo una opción táctica, fácilmente descartable. Por eso las fuerzas del cambio y la transformación social, ni hablar los sectores radicalmente reformistas o revolucionarios, tienen siempre que tener a mano “un plan B”, para enfrentar a las maniobras de la burguesía y el imperialismo que manejan a su antojo la institucionalidad y las normas del estado capitalista. Y esto supone la organización, movilización y educación política del vasto y heterogéneo conglomerado popular, cosa que el PT no hizo.
Conclusión: cuando se hable de la crisis de la democracia, una obviedad a esta altura de los acontecimientos, hay que señalar a los causantes de esta crisis. A la izquierda siempre se la acusó, con argumentos amañados, de no creer en la democracia. La evidencia histórica demuestra, en cambio, que quien ha cometido una serie de fríos asesinatos a la democracia, en todo el mundo, ha sido la derecha, que siempre se opondrá con todas la armas que estén a su alcance a cualquier proyecto encaminado a crear una buena sociedad y que no se arredrará si para lograrlo tiene que destruir un régimen democrático. Para los que tengan dudas allí están, en fechas recientes, los casos de Honduras, Paraguay, Brasil y, en Europa, Grecia. ¿Quién mató a la democracia en esos países? ¿Quiénes quieren matarla en Venezuela, Bolivia y Ecuador? ¿Quién la mató en Chile en 1973, en Indonesia en 1965, en el Congo Belga en 1961, en Irán en 1953 y en Guatemala en 1954?

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Es verdad, habría que ver.
Lula tiene una espalda que tal vez Dilma no tiene, me parece.

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Pregunta, ¿usted solía ser el usuario Luchom, el de los tochopost?

Sí, olvidate.
Todo aquel que por medio de sus políticas beneficie al pueblo, pagará el precio de ser perseguido y calumniado.
¿Para qué? Para catalogarlo como mal ejemplo, a la persona y al ideal, y así evitar que un progresista vuelva en un futuro cercano.

Ahí esta la clave, todavía no pueden cantar victoria, no mientras haya parte del pueblo dispuesto a no resignar lo que logró y a no permitir que nuevamente les arrebaten la esperanza de vivir con dignidad. Nosotros tenemos que ser parte de todo esto innegablemente, si empezamos a descreer de la política por los palos recibidos estamos en el horno, hoy más que nunca hay que hacer política en todos los ámbitos.

¿Quién dijo que Lula benefició a su pueblo?

La realidad.

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QUE HUEVOS Y JUSTICIA HAY EN BRASIL, AL FINAL EL NARCOPOPULISMO TERMINARA PAGANDO POR TODOS LOS MALES QUE HIZO A PRINCIPIOS DEL SIGLO.

Saco a 20 millones de brasucas de la pobreza

Pequeño detalle

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¿Realmente los sacó de la pobreza o repartió algo que realmente no era viable?

No era viable para quién? ¿para los que se la llevan toda desde siempre?

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jejeje. Pensé que iba a ser NicoPR quien me iba a contestar con esa pregunta.

Yo me refieron a sacarlos de la pobreza con trabajo genuino o solo con planes asistenciales versión brazuca.

PD: Me gustaría saber más sobre el tema.

Se llaman políticas de inclusión, se creo trabajo genuino, por algo gobernó durante tanto tiempo el partido de los trabajadores. Un partido así afecta grandes intereses, podes buscar números de Brasil antes y después de Lula y Dilma… yo tampoco soy seguidor de la politica brasilera pero hay cosas que son evidentes.

Ojo, hay algunos que hacen algo que sea “viable” porque piden deuda.
Después sí, jodete. Que la garpe otro, pero mientras es “viable”.

Y no sea que ese “otro” piense bastante parecido a vos, porque a cambio de reducir un poco la deuda va a terminar vendiendo patrimonio del Estado por monedas a tipos que por lo general son muy amigos de tus acreedores.

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