Gente, ¿cómo va? No suelo postear acá, pero esto que les voy a decir es algo que me pasó el pasado sábado en River. No sé, fue muy raro. Desde que llegué,vi la cancha, vi la gente, no sé, pensé “no se puede perder”. Y más allá del optimismo que todos tenemos a la hora de ir a la cancha, sentí como una energía en el aire. Un convencimiento de más de 60 mil tipos que ese partido no se perdía.
Además, creo que como nunca yo he visto, la hinchada de River colaboró para arrinconar al rival. Hubo un momento del primer tiempo que el griterío era infernal. Pero infernal de verdad, a tal punto que Canever, Gagliardi, Barsottini o quien fuera la tiraban al lateral, lo más lejos posible.
Creo, y realmente lo creo, que el sábado la tribuna ayudó a River a ganar el partido. Es más, yo no creo mucho en estas cosas, pero hace mucho tiempo que no había tanta vibra positiva en un partido. Es como que dijimos “HOY ES EL DIA”. y así fue.
Además, la gente cantó -todo el estadio- mucho y, lo mejor de todo, fueron canciones de aliento para River. El estadio fue una caldera. De verdad, eh. Sentí que no se podía perder desde que entré, hasta que llegó el gol de River, incluso, después, esos 10’, que ellos pudieron haber empatado estaba convencido que no lo iban a hacer. NO sé, una hermosa sensación que sentí el pasado sábado en Núñez.
¿Les pasó igual o yo soy un pelotudo?