Trump Presidente: Powell nominado a la Reserva

Cada día más convencido de que Donald era el mal menor, sin dudas.

Avísenle a Pitrola que belicista era Hillary, Trump no quiere saber nada con meterse en Oriente medio.

2 Me gusta

No digo que haya mentido, pero dudo que no cumpla: [b]El plan de Trump para acabar con el ISIS en 100 días[/b]

Yo veo a los dos como males iguales, sólo que Hillary no tiene su gran -en el peor sentido- bocota.

1 me gusta

Killary en varias ocasiones mencionó querer una guerra contra Rusia. Una locura total.

Ambos son belicistas, tanto los Republicanos como los Demócratas, como bien lo dijo Pitrola.

La mejor remera que vi en mi vida, deme dos

A la izquierda no hay que tenerla en cuenta. Aman el Don Perignon, los dólares y viajar a EE.UU.

No nos olvidemos de Altamira y sus declaraciones en Harvard: Nosotros somos antiestatistas, y esto es interesante porque todo el mundo piensa “si son de izquierda, son estatistas”. No. La izquierda o el marxismo tienen por finalidad la abolición del Estado. Somos más liberales que los liberales norteamericanos".

Postea lo que sigue, donde empiezan a hablar de Altamira que quedo cortado.

Hace como 10 dias que fueron las elecciones pero la prensa sigue con éso de Trump nazi

1 me gusta

Aun siguen llorando los zurdos? faaaaaa

Bueno probablemente Trump no vaya a levantar la mano y esperar el Heil Trump. Pero como se ha visto en los últimos días en relación a algun video, ciertos grupos creen que con Trump están en derecho de hacerlo, de envalentonarse y salir a patear cabezas.

Ese es el gran problema del discurso xenófobo de Trump. Como presidente de EEUU quizás no pueda hacerlo explícito mas que con políticas migratorias, pero hay gente que si no se la frena ahora después pueda hacer un desastre.

Si es por ir al caso, luego de que Hitler ganara las elecciones por ahi alguno dijo lo mismo que vos. Mas allá que no creo que Trump sea o reproduzca a un Hitler, si no frenan a esos cabeza de termo que creen que si lo es la cosa puede terminar muy mal. No me parece mal que la prensa los escrache antes de que cobren vuelo propio.

El problema no es tanto Trump, que al fin y al cabo es el presidente y terminará limitado por el contexto. El problema son los boludos que con el discurso de Trump se envalentonaron para sacar a luz lo peor de la sociedad norteamericana.

4 Me gusta

El irresistible avance de la corrección política es una señal muy potente que nos advierte de la infantilización de la sociedad occidental, reflejada con pavorosa nitidez en su universidad, de donde precisamente proviene.

En la genial novela de de Philip Roth, La mancha humana, la vida del decano universitario Coleman Silk se desmorona tras interesarse por dos estudiantes que han faltado a todas sus clases, “¿Conoce alguien a estos alumnos? ¿Tienen existencia sólida o se han desvanecido como negro humo?” pregunta en el aula. Desgraciadamente para Coleman, uno de los aludidos resulta ser afroamericano y, cuando llega a sus oídos la pregunta, la interpreta como un ataque racista. Aunque no había ánimo ofensivo en sus palabras, puesto que jamás había visto al estudiante, Silk es acusado de racista, cesado como decano y despedido. Sin otra universidad dispuesta a contratarlo, su economía familiar se deteriora rápidamente. Padece el rechazo de la comunidad, el repudio de amigos y conocidos y, en el colmo de la desdicha, su esposa sufre una apoplejía a causa del estrés y fallece.

Aunque el decano Silk sea un personaje de ficción, Philip Roth refleja las vivencias de infinidad de profesores norteamericanos censurados o expulsados de las universidades porque sus discursos, o siquiera sus apreciaciones, turbaban a un alumnado cada vez más sobreprotegido e infantilizado. Porque no se ajustaban a lo políticamente correcto.

¿Universidades o jardines de infancia?

Hace poco más de dos años, según realtó Judith Shulevitz, estudiantes de la Universidad de Brown organizaron un debate abierto sobre agresiones sexuales. Inmediatamente, otro grupo de alumnos, temeroso de que los intervinientes pudieran exponer ciertas ideas “negativas”, protestó ante la dirección argumentando que la universidad debía ser un “espacio seguro” donde nada avivara los traumas de las víctimas. Las autoridades académicas no cancelaron el acto, pero pusieron a disposición de los asistentes su propio “espacio seguro”: una sala contigua donde cualquiera pudiera acudir para recuperarse de algún punto de vista turbador, y, si se sentía con fuerzas, regresar al debate. La estancia estaba equipada con cuadernos para colorear, juegos de plastilina, cojines, música relajante, mantas, galletas, chuches, incluso un video relajante en el que aparecían perritos jugando. También contaba con personal cualificado para atender posibles traumas. Cuando el evento finalizó, dos docenas de personas habían pasado por esta sala, una de las cuales explicó: “me sentía bombardeada por unos puntos de vista que van en contra de mis creencias más íntimas”.

En otra ocasión, un profesor del Columbia College recomendó la visita a una interesante exposición de arte samurai japonés. Inmediatamente, uno de sus estudiantes protestó airadamente, tachando su sugerencia de políticamente incorrecta porque podía herir la sensibilidad de los alumnos chinos. Obviamente, la objeción era absurda; la invasión de China por el ejército imperial japonés había finalizado setenta años atrás. Sin embargo, para el estudiante el tiempo transcurrido era irrelevante. Siguiendo su lógica, el arte alemán ofendería en Francia, el francés en España por la invasión napoleónica, o el español en Flandes.

Otro caso llamativo es el del ex presidente de la Universidad de Harvard, el economista Larry Summers, que tuvo la desgraciada ocurrencia de publicar un estudio donde mostraba que el coeficiente de inteligencia de los hombres presenta una dispersión, una varianza mayor que el de las mujeres, planteando como hipótesis que este hecho podía influir en la asignación de puestos de trabajo en las escalas más altas y más bajas. Automáticamente fue acusado de machista y, tras una durísima campaña en su contra, Summers se vio obligado a dimitir en 2006.

Del oscurantismo a la ignorancia

El calvario de todos estos profesores ilustra la plaga de la corrección política, una moda que invade los campus universitarios del mundo desarrollado, constituyendo una asfixiante censura que, en no pocas ocasiones, provoca dramas absurdos perfectamente evitables. Lo peor, con todo, es que condena a la sociedad al oscurantismo, a la ignorancia. Al fin y al cabo, Summers sólo podría haberse ahorrado el calvario falseando los resultados de su investigación, adaptándolos a la “realidad” de lo políticamente correcto o, sencillamente, renunciando a investigar. Por su parte, el profesor de Columbia debería pensárselo dos veces antes de recomendar exposiciones de arte a sus alumnos puesto que todas, de alguna manera, herirán la sensibilidad de alguien. En cuanto a los estudiantes de la Universidad de Brown, para evitar sobresaltos tendrían que renunciar a organizar debates abiertos.

l irresistible avance de la corrección política es una señal muy potente que nos advierte de la infantilización de la sociedad occidental, reflejada con pavorosa nitidez en su universidad, de donde precisamente proviene. Tanto despropósito llevó a Richard Dawkins, profesor de biología evolutiva de la Universidad de Cardiff a advertir a sus estudiantes, con indisimulada indignación: “La universidad no puede ser un ‘espacio seguro’. El que lo busque, que se vaya a casa, abrace a su osito de peluche y se ponga el chupete hasta que se encuentre listo para volver. Los estudiantes que se ofenden por escuchar opiniones contraria a las suyas, quizá no estén preparados para venir a la universidad”.

La corrección política es producto de ese pensamiento infantil que cree que el monstruo desaparecerá con solo cerrar los ojos. Pero la maduración personal consiste justo en lo contrario, en descubrir que el mundo no es siempre bello ni bueno, en la toma de conciencia de que el mal existe, en llegar a aceptar y encajar la contrariedad, el sufrimiento. Y, por supuesto, en aprender a rebatir los criterios opuestos. En su esfuerzo por hacer sentir a todos los estudiantes cómodos y seguros, a salvo de cualquier potencial shock, las universidades están sacrificando la credibilidad y el rigor del discurso intelectual, remplazando la lógica por la emoción y la razón por la ignorancia. En definitiva, están impidiendo que sus alumnos maduren.

La trampa del “espacio seguro”

Cuando se designa unos espacios universitarios como seguros, implícitamente se está marcando otros como inseguros y, por lo tanto, tarde o temprano habrá que “asegurarlos”, hasta que cualquier opinión desconcertante quede prohibida en todo el campus. Y, si esto es válido para la universidad, ¿por qué no trasladarlo a la sociedad en su conjunto? Así, la represión se extiende como mancha de aceite, prohibiendo palabras, términos, actitudes, estableciendo una siniestra policía del pensamiento.

Desde el punto de vista conceptual, la corrección política es incongruente, cae por su propio peso. Dado que no todo el mundo opina igual ni posee la misma sensibilidad, no es posible separar con rigor lo que es ofensivo de lo que no lo es, establecer una frontera objetiva entre lo políticamente correcto y lo incorrecto. Hay personas que no se ofenden nunca; otras, sin embargo, tienen la sensibilidad a flor de piel. La ofensa no está en el emisor sino en el receptor, Así, en la práctica, es la autoridad quien acaba dictaminando lo que es políticamente correcto y lo que no. Y lo hace, naturalmente, a favor del establishment y de los grupos de presión mejor organizados.

La corrección política es una forma de censura, un intento de suprimir cualquier oposición al sistema. Y es además ineficaz para afrontar las cuestiones que pretende resolver: la injusticia, la discriminación, la maldad. No es más que un recurso típico de mentes superficiales que, ante la dificultad de abordar los problemas, la fatiga que implica transformar el mundo, optan por cambiar simplemente las palabras, por sustituir el cambio real por el lingüístico.

Lo expresó de forma certera el defensor de los derechos civiles W. E. B. Du Bois en 1928. Tras ser recriminado por un joven exaltado por usar la palabra “negro”, Du Bois respondió: “Es un error juvenil confundir los nombres con las cosas. Las palabras son sólo signos convencionales para identificar objetos o hechos: son estos últimos los que cuentan. Hay personas que nos desprecian por ser negros; pero no van a despreciarnos menos por hacernos llamar ‘hombres de color’ o ‘afroamericanos’. No es el nombre… es el hecho”. En efecto, ni la discriminación, ni el racismo, ni cualquier otro problema, se resuelven por cambiar los nombres. Como mucho, se logra tranquilizar la mala conciencia de algunos.

Y el resultado es… Donald Trump

Hay mucha gente en el mundo, que, al parecer, carece de la madurez emocional o de la capacidad intelectual para escuchar una opinión política que se aparte de sus convicciones sin considerarla un insulto personal. Al poner los sentimientos por encima de los hechos, de las razones, cualquier opinión válida puede ser desactivada tachándola de racista, sexista, discriminatoria. Puede que a estas personas la corrección política les haga sentirse más cómodos, pero a costa de instaurar la cultura del miedo en los demás.

Aun así no era plenamente consciente del peligro que se avecinaba: tarde o temprano el virulento efecto péndulo invierte las magnitudes, la gente acaba hastiada de tanta censura, y como reacción… vota a Donald Trump.

Renunciar al libre discurso, al libre pensamiento, para evitar herir la sensibilidad de algunos es peor que estúpido: es peligroso porque pone en cuestión los principios de la democracia. Debemos ser respetuosos con todo el mundo, por supuesto. Pero también expresar con libertad nuestras ideas y argumentos. Si alguien se molesta, se rasga las vestiduras, es muy probable que esté mostrando su talante inmaduro, su carácter infantil e intolerante. Lo advirtió George Orwell en su novela 1984: “La libertad es el derecho de decir a la gente aquello que no quiere oír”.

3 Me gusta

Bueno no leí todo pero más o menos es lo que hablabamos con unos amigos hace poco.

Vemos que las generaciones que vienen atrás nuestro son muy “tiernitos”, cualquier comentario lo afecta, cualquier chiste los ofende. A diferencia nuestra que nos chupaba un huevo y nos íbamos endureciendo al punto de aceptar apodos con onda (el negro, el petizo, gordo, etc), aprendímos a que nos resbale todo o a retrucar si hacia falta pero no nos bajoneaban tan fácil.

Ahora es cómo que con poco ya los afectas y ni ofrecen resistencia, están cómo indefensos y sensibles a todo.

4 Me gusta

[u]Donald Trump tras la muerte de Fidel Castro: “El mundo es testigo del deceso de un dictador brutal que oprimió a su propia gente por casi seis décadas” - La Nación[/u]

Donald Trump tras la muerte de Fidel Castro: “El mundo es testigo del deceso de un dictador brutal que oprimió a su propia gente por casi seis décadas”

“Su legado es pobreza y negación de los derechos humanos fundamentales”, dijo el presidente electo de los EE.UU.

Luego de comentar en su cuenta de Twitter la muerte de Fidel Castro, Donald Trump , el presidente electo de los EE.UU. difundió una declaración oficial al respecto.

“Hoy, el mundo marca el paso de un dictador brutal que oprimió a su propia gente por casi seis décadas. El legado de Fidel Castro es el de pelotones de fusilamiento, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y negación de los derechos humanos fundamentales”, dijo Trump.

“Mientras que Cuba sigue siendo una isla totalitaria, es mi esperanza que el día de hoy marque un movimiento lejos de los horrores soportados por tanto tiempo, y hacia un futuro en el que la maravillosa gente cubana finalmente viva en la libertad que tanto se merece”, añadió, en un mensaje duro contra el gobierno de Fidel.


Trump envió un duro mensaje tras la muerte de Fidel. Foto: Archivo

“Aunque las tragedias, muertes y Dolores causados por Fidel Castro no pueden ser borrados, nuestra administración hará todo lo posible para asegurar que los cubanos puedan finalmente comenzar su vieja hacia la prosperidad y la libertad”, añadió.

Y concluyó: “Me sumo a los tantos cubanos americanos que me apoyaron en la campaña presidencial, incluyendo a la Asociación de Veteranos Brigada 2506 que me respaldó, con la esperanza de que un día, pronto, veamos a Cuba libre”

Barack Obama

“En este momento del fallecimiento de Fidel Castro, extendemos una mano amistosa al pueblo cubano.

Sabemos que este momento llena a los cubanos -en Cuba y en Estados Unidos- de intensas emociones, recordando los incontables formas en que Fidel Castro afectó el curso de las vidas de personas, familias, y de la nación cubana.

La historia recordará y juzgará el enorme impacto que tuvo esta singular figura en la gente y el mundo a su alrededor.

Por casi seis décadas, la relación entre Estados Unidos y Cuba estuvo marcada por la discordia y profundos desacuerdos políticos.

Durante mi presidencia, hemos trabajado duro para dejar atrás el pasado, persiguiendo un futuro en el que la relación entre nuestros dos países sea definida no por nuestras diferencias, sino por las muchas cosas que compartimos como vecinos y amigos -eslabones de familia, cultura, comercio y común humanidad.

Este enlace incluye las contribuciones de los cubano estadounidenses, quienes han hecho mucho por nuestro país y a quienes se preocupan profundamente por sus seres queridos en Cuba.

Hoy ofrecemos nuestras condolencias a la familia de Fidel Castro, y nuestros pensamientos y oraciones están con el pueblo cubano.

En los días venideros, ellos recordarán el pasado y también mirarán al futuro. Mientras lo hacen, el pueblo cubano debe saber que tiene un amigo y un socio en los Estados Unidos de América“.


Negro sucio musulman izquierdista, la cia ya se hubiese encargado de eliminarte en los 60s si fueras presidente en aquellos tiempos como le ocurrieron a los kennedy y luther king!

2 Me gusta

una generacion de mierda y facilismo y se los puede manipular muy facil

El problema es que desde la victoria de Trump los únicos que se han comportado como fascistas han sido los demócratas.

*Atacan a seguidores de Trump.
*Profesores de escuelas públicas obligan a sus estudiantes menores de edad a ir a marchas.
*No quieren aceptar el régimen electoral solo porque perdieron.
*Alcaldes de ciudades importantes como Nueva York, Los Angeles o Philadelphia ya avisaron que se van a negar a aplicar la ley federal con respecto a las migraciones a pesar que ello es claramente un delito.

3 Me gusta

Es que seguramente pase también. El discurso y lo que puede significar Trump no solo saca lo peor de los propios sino también saca lo peor de los que están en contra. Ahi si que se ha formado una verdadera grieta que no recuerdo que por cuestiones políticas haya tenido lugar en EEUU en los últimos años. Se putean mal. El otro día conté lo del chat yankee del Battlefield. Una semana atrás mientras teníamos una conferencia en Skype con gente de EEUU con la que laburo se armó otra rosca. Y eso que ni quise tocar el tema aunque sea en tono de joda. Bastó que uno diga una cosa, el otro le conteste, y empezaron a subir el tono de discusión. Decí que uno de ellos la cortó sino creo que se terminaban puteando.

1 me gusta

1 me gusta

Deben ser como Rock And Roll Over, que es un venezolano que se cree que los conservadores xenofobos yankies lo van a tratar como un igual. :lol:

1 me gusta