Son filosofías de vida. Yo entiendo que exista bronca: nuestra idiosincrasia hace que nos duela que un jugador de categoría quiera irse estando tan cerca de la gloria deportiva. Es la misma idiosincrasia que, no se, por ejemplo, no haya visto con buenos ojos que Neymar se haya ido de la concentración de Brasil. Para nosotros, hay que aguantar los trapos, aún si no podés jugar. Tal vez para el crack brasileño es distinto. Lo mismo pasa acá: pesa más para nosotros la gloria que la plata. Es así. Es normal. Nos pasó lo mismo con Saviola, dio la misma bronca que con Rojas, es lo mismo que nos pasa con D’alessandro, etc… No voy a pretender que no haya enojos. A mi lo que me sale es tristeza por la decisión que tomó, pero respeto.
A veces hay que ponerse en el lugar del jugador. A vos te preparan desde que sos pibe para ser futbolista, siempre y cuando tengas condiciones. A partir de ahí, son 10 años de sacrificio no sólo del jugador, sino de su entorno familiar, para poder llegar. Una vez llegado (suponiendo que estás en un club de Primera), tenés que mantenerte, que tampoco es fácil. Tampoco hay que soslayar la famosa cortedad de la carrera. Y si se te da que en algún momento te jeraquizas en el plano internacional (a Teo le llegó con 29 años, donde varias puertas de los mercados de Europa ya están cerradas), y te llega una oferta, o sabes que te están buscando, te vas a querer ir. O simplemente, querés cambiar de aire, o creés que tu ciclo está terminado.
El tema con Teo es que le pegan por ser él. El periodismo, desde que llegó a River, quiso desde siempre buscarle quilombos y desplantes, y lo que para cualquier futbolista es el deseo de cambiar de club por el sencillo motivo de que te van a pagar más, o quieras cambiar de aire (como te puede pasar en cualquier laburo), o quieras crecer e interpretes que solo saliendo de donde estás lo podés hacer, como se trata de Teo siempre es un desplante, un capricho, una traición, un quilombo, etc… Le colgaron un cartel que solo exhibió (o que solo conocimos) en Racing. La otra parte es la identificación de su estilo cansino y aparentemente lento con su personalidad: como camina la cancha o parece querer sobrar una jugada, no quiere jugar en River, se caga en todo, no es hincha (?), etc… Los números marcan que en River jugó 71 partidos, metió 28 goles (0,39) y repartió 8 asistencias. Desde lo estadístico, para mi es satisfactorio.
Igual debo reconocer mi imparcialidad: soy un enamorado del fútbol de Teo. Con sus bajones, y sus partidos para matarlo, y hasta con su gigantesco déficit en partidos contra Boca (sobre todo a nivel goles: es el delantero que más super jugó sin convertir), cuando el tipo estaba bien (junto con Rojas), el equipo tenía otro vuelo. Soy de la idea de que, dada su jerarquía, si jugó en River dos años fue porque quiso. Porque por categoría, tranquilamente podría haber ido a robar a algún club de segunda en Europa.
De mi parte, solo queda agradecerle lo que nos dio, y particularmente creer que no hay un jugador al alcance de River que pueda reemplazar sus características ni su jerarquía en este momento. Una lástima, hubiera sido un despelote de fútbol Saviola-Aimar-Teo…