Rodriguez Larreta

me chupa un huevo lo que diga un trosko lechero como vos, porque mucho PO PO pero no los vi nunca defendiendo el parque,y esto no abarca ningun partido politico,lo que puse no es de la campora ni de los K sino de todo el pueblo que quiere ir en contra del inepto de macri

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un desastre,parece que lo hacen a proposito loco…cierran centenera,no les da la cabeza

[quote=“Beatlemillonario, post:1315, topic:98972”]

Venga a debatir con el Partido Obrero y el Frente de IzquierdaLa campaña política en la Ciudad de Buenos Aireshttp://i49.tinypic.com/jgmxrt.jpgQuienes viven y trabajan en la Ciudad de Buenos Aires sufren un empeoramiento de sus condiciones de vida. A los bajos salarios, al trabajo en negro que llega al 40%, al impuesto al salario que se generaliza, se le agrega una Ciudad deteriorada al borde del colapso. Lo prueban las inundaciones recurrentes que afectan, incluso, a nuevos barrios; los cortes de luz permanentes; el estado calamitoso del transporte público; la crisis de los sistemas públicos de salud y educación y el ajuste que sufren sus trabajadores; el colapso del servicio de recolección de basura, que encima consume buena parte del presupuesto del Estado; la inseguridad ciudadana, que no ha disminuido a pesar de que ahora son varias las fuerzas de seguridad que actúan en el distrito.A la cabeza de esta lista está la crisis habitacional, que se agudiza con el impulso a la especulación inmobiliaria y el encarecimiento de la tierra y de las construcciones. Mientras se construyen torres de lujo, a los más jóvenes les cuesta cada vez más lograr su independencia, porque quien trabaja en un call center no puede afrontar un alquiler.Pacto Macri-KEsta crisis que vive la Ciudad es el resultado de una orientación social a favor del gran capital. La defensa a rajatablas de estos intereses está en la base del pacto que en la Legislatura han sellado los macristas y los kirchneristas, materializado en una serie de leyes que entregan las tierras públicas a la especulación inmobiliaria, en el apoyo al Presupuesto ajustador de 2013 y en la transferencia del subte a la Ciudad.El kirchnerismo ha encontrado en el macrismo un instrumento ideal para aplicar su política de “sintonía fina”, por el cual se pretende tercerizar el ajuste a las provincias y municipios. Al tarifazo en el subte le siguió de manera automática otro al transporte de colectivos, pero esta vez aplicado por Randazzo. La línea maestra del kirchnerismo en la Ciudad es que “Macri se haga cargo”, lo que equivale a fortalecer a una alternativa de derecha. De tanto denunciar a los “destituyentes”, el kirchnerismo oculta que es su política la que fortalece a la derecha.El PRO y los K pactan para neutralizar el funcionamiento de las Comunas y, en particular, ahogar a los movimientos comuneros y vecinales independientes. De este modo, la idea de descentralizar el funcionamiento de la Ciudad, involucrando a los vecinos en las decisiones que hacen a la vida de cada barrio, ha terminado en un reparto de cargos entre los punteros del macrismo y del kirchnerismo. El trabajo sucio ha recaído sobre La Cámpora, que moviliza su aparato a los Consejos Consultivos para acallar cualquier voz disidente. La entrega al capital financiero y a las grandes constructoras es incompatible con la deliberación democrática de vecinos y trabajadores.La centroizquierda también pacta con MacriLa centroizquierda, tanto la que responde a Binner como a Pino Solanas, ha votado en la Legislatura varias de las leyes claves del macrismo, dándole mayoría parlamentaria alternativamente con los K. Proyecto Sur, por ejemplo, ha votado el “paquetazo impositivo” de fin de año del macrismo, por el cual se incrementa el ABL para una gran parte de los vecinos. Lo ha hecho con un argumento curioso: “el Estado necesita financiamiento”. Pero sin embargo no explican por qué el propio Proyecto Sur aprobó en la Legislatura la reducción de impuestos para empresas que se instalen en varios de los “distritos” específicos creados por el macrismo.El acuerdo entre la centroizquierda y el macrismo no tiene como marco exclusivo la Ciudad. En el Congreso Nacional los diputados de centroizquierda y de derecha han conformado de hecho un bloque de oposición unificado. El libreto se lo escriben el capital agrario y los exportadores que pugnan por una mayor devaluación. Se presentan como defensores del sionismo y son hostiles por igual a los procesos nacionales de América Latina.Delimitar aguasEl maridaje que se ha armado en la Legislatura entre macristas, kirchneristas y centroizquierdistas ha tirado por la borda la ilusión de un gran frente anti-macrista en defensa de los reclamos populares. La primera en sufrir las consecuencias de este pacto fue la población empobrecida de la zona oeste, cuando en oportunidad de la ocupación del Parque Indoamericano debió enfrentar, primero, una represión de ambos gobiernos y luego un desalojo con promesas que jamás cumplieron ni nunca pensaron cumplir.Este pacto político pone a la orden del día la necesidad de estructurar una oposición política real al macrismo. Pero para desarrollar esta oposición es necesario delimitar aguas con quienes le salvan las papas todos los días en la Legislatura y con quienes forman, de hecho, un bloque común en el Congreso Nacional. En otras palabras: poner en pie una oposición al macrismo requiere impulsar una alternativa de izquierda en la Ciudad y en el país, que sea independiente del kirchnerismo y de la centroizquierda.Un balanceLa población de la Ciudad de Buenos Aires ha hecho esfuerzos enormes en este sentido. En sucesivas elecciones buscó fortalecer mediante el voto a alternativas que se presentaron como progresistas y hasta de izquierda. Dentro de esas tentativas estuvo el gobierno de Ibarra, que concluyó sus días como responsable de la masacre de Cromañón. Fue el fracaso de este ‘progresismo’ aggiornado el que abrió la puerta al macrismo. Por eso es indignante escuchar a los ‘progresistas’ endilgarle al electorado de la Ciudad una especie de derechismo congénito por votar a Macri, eludiendo su responsabilidad en el fracaso del gobierno que se pretendía renovador y de izquierda.La Ciudad se ha convertido en un laboratorio político único en el país. Las “terceras fuerzas” han tenido aquí su mayor desarrollo: desde el Frente Grande y el Frepaso, pasando por Proyecto Sur e incluso Zamora e Izquierda Unida. Sin embargo, los dirigentes de estas fuerzas han terminado dilapidando la confianza depositada en ellos. Es lo que ocurrió con la gran votación obtenida por Pino Solanas, que rápidamente quedó en la nada. Ahora, para colmo, Pino Solanas busca un frente en la Ciudad con la UCR y Binner -o sea, formar una nueva Alianza.Vamos con la izquierdaEn las últimas elecciones se produjo un hecho de importancia en el distrito: el Frente de Izquierda obtuvo el 6%, algo más de 100.000 votos. Por primera vez, la inserción que tiene la izquierda en el movimiento obrero, en las universidades y colegios, en los barrios más sumergidos y en el movimiento cultural se plasmó en el terreno electoral.Nos encontramos, ahora, ante un gran desafío, que requiere una preparación y una convocatoria a todos los luchadores de la Ciudad. Para ello lanzamos desde ahora una campaña política: “venga a debatir con el PO y el Frente de Izquierda”. Nos dirigimos a todos los luchadores, a los jóvenes y vecinos de la Ciudad que quieren sumarse a esta tarea. Para ello nuestros candidatos recorrerán locales, lugares de trabajo y estudio para escuchar propuestas, debatir ideas y tomar iniciativas.[Venga a debatir con el Partido Obrero y el Frente de Izquierda : Prensa Obrera 1256 – 07/02/13](http://po.org.ar/po1256/2013/02/07/venga-a-debatir-con-el-partido-obrero-y-el-frente-de-izquierda/
[/QUOTE]Hace rato que no leo una conspiración tan copada, no flasheen por favor! Si Macri y Cristina se odian qué pacto ni pacto… Si por algo se destaca ese comunicado es por útopico y flashero…

están diciendo el mismo cuento que los RADICALES. Ahí tenes en cuenta qué tan bajo cayeron,pobrecitos…

Disculpá pero tenemos un local a la vuelta del parque centenario y los compañeros estuvieron presenciando las asambleas, los cortes e intervinieron en la lucha de los vecinos, manteros, etc.

---------- Mensaje unificado a las 22:32 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 22:30 ----------

Los radicales se bardean así mismo, se delimitan politicamente de Binner, Pino, los K y el PRO??? Tienen un programa de izquierda??? estan en contra del pago de la deuda externa, del impuesto al salario, de la devaluación???

Ahora Neurus es k?? Mira vos

---------- Mensaje unificado a las 03:27 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 03:27 ----------

Ah, no… Es Pucho este

No sé qué quilombo hay ahora con los árboles de la 9 de Julio pero lo que escribió Forster ayer al respecto es lo más desopilante que leí en años: es el hombre vegetal. Toda una sarta de citas, adjetivos y boludeces para decir que le gustan los árboles. Cómo dijo un amigo kirchnerista “nuestros intelectuales más que orgánicos son trasgénicos”.

SOCIEDAD › OPINION
En elogio y defensa de los árboles de Buenos Aires

› Por Ricardo Forster
Sepa disculparme el lector por estas líneas en las que, apabullado por la maldad que contempló en la avenida 9 de Julio cuando en noches infaustas brigadas vestidas de amarillo destruyen y dañan esas indefensas criaturas que nos ofrecen su belleza, su oxígeno purificado y su sombra a cambio de nada, de que simplemente los dejemos estar ahí, no puedo sino expresar mi indignación y mi tristeza ante lo irrecuperable.

1 No recuerdo desde cuándo los amo; tal vez desde aquellos días en que me regocijaba trepándome al viejo níspero para empacharme de sus frutos cuando el verano comenzaba a anunciarse; o quizá desde siempre me atrajeron las sombras tenebrosas que proyectaban al caer la tarde o contemplando la soberbia belleza y majestuosidad del gomero o recordando con nostalgia al jacarandá preñado de flores azules de las canciones de infancia. Algunas experiencias literarias me hicieron imborrable sus presencias (allí está, a mis dieciocho años, el viejo tilo en medio del patio de la casa de campo de los Leverkünh en esa novela inolvidable, Doktor Faustus, de Thomas Mann; allí están los frondosos árboles de la selva misionera narrados por la voz inigualable de Quiroga y también experimentados durante mi infancia cuando, durante veranos inolvidables, tuve la dicha de visitar a mis tíos en Alem, un pueblito a la vera de la selva; o imagino los bosques tan amados por Nietzsche en sus vagabundeos alpinos o esos otros pastores de árboles –los ents– soñados para la literatura por Tolkien en El señor de los anillos; y por qué no los ombúes de la estancia en la que creció William H. Hudson en la bravía pampa decimonónica y que dejaron grabados para siempre en el niño de 9 años que leía fascinado Allá lejos y hace tiempo los recuerdos de alguien que amó profundamente a la naturaleza). Robles y tilos, cedros y pinos, sauces y eucaliptos, fresnos y álamos, nogales y algarrobos, tipas y plátanos, palos borracho y jacarandás, nombres que me ofrecieron la oportunidad de enhebrar mis sensaciones con la idea de la eternidad en la naturaleza, como si desde siempre, desde tiempos inmemoriales hubieran estado allí, con paciencia infinita sabiendo de tantas ilusiones desbancadas, de tantas soberbias despojadas, de sueños de poder hechos polvo.

Veo en los árboles bondad y lealtad, dureza ante la intemperie y los sufrimientos; siento en ellos cómo brota lo esencial, lo que perdura, aquello que sortea la frivolidad de los portadores de falsa eternidad, como si pudieran dar cuenta de la multitud de imperios que se desvanecieron del seno de la historia mientras ellos siguieron allí, hundiendo sus raíces en el suelo, buscando, como siempre, la fuente de la vida. A veces me sorprende la intensidad del amor que siento por ellos, el odio que surge en mí cuando veo el maltrato al que los someten continuamente los seres humanos. Me fascinan su estoicismo, su insistencia, su dignidad, como si en ellos pudiéramos encontrar todos aquellos valores que tanto escasean entre nosotros. Será por eso que una caminata por el bosque encierra tantas enseñanzas y misterios, como si en sus senderos umbríos se escondiese aquello que se nos ha perdido, las huellas que muy de vez en cuando nos conducen hacia lo importante.

Desde siempre amé perderme entre los árboles, desde los días de mi infancia soñé con bosques encantados y con árboles secretos (imágenes de Lewis Carroll, de Mark Twain, de Julio Verne, de William H. Hudson, de Emilio Salgari, de Tolkien, de Jack London, de Horacio Quiroga, de Michael Ende, regresan permanentemente a mi memoria y juegan con ella para depararme, como diría Borges, la experiencia de la felicidad). Recuerdo un día, al final de los años ochenta, caminando con dos queridos amigos por un bosque pequeño pero espeso de las faldas próximas al Champaquí; era de tarde y casi sin darnos cuenta nos dejamos llevar por la conversación y la frescura que perduraba en lo profundo del bosque; íbamos hablando de experiencias místicas y de extravíos, nuestras palabras se remontaban a los mundos antiguos tratando de confrontar con las tradiciones filosóficas en las que nos habíamos formado. Lentamente, y mientras el crepúsculo se acercaba, nos dimos cuenta de que en medio de nuestra conversación sobre la significación del perderse nos habíamos efectivamente perdido en aquel bosque en el preciso instante en el que el cielo, sin avisarnos, se había puesto negro y el viento comenzaba a susurrar sus extraños sonidos entre las ramas bamboleantes de los árboles. Todo nos hablaba en un lenguaje indescifrable mientras la tormenta se acercaba a nosotros y el temor crecía en nuestros corazones, aunque una no menos extraña euforia también nos invadía. No entendíamos cómo había sucedido aquello, cómo habíamos podido extraviarnos en un bosque tan pequeño justo cuando hablábamos de pérdidas y de susurrantes follajes capaces de emitir un lenguaje indescifrable pero portador de misterios antiguos. El bosque había entrado en nosotros, sentíamos su presencia, y cuando la tormenta iniciaba su brusco descenso logramos, de repente, encontrar el sendero de salida, como si el bosque nos hubiera permitido alejarnos de él para guarecernos de lo que se avecinaba.

Todavía recuerdo haber leído que Turgueniev alcanzó a lograr que un poema suyo en el que escribía del bosque y del viento, al ser recitado en ruso, recuperara los sonidos nacidos en ese ámbito único. Privilegio del poeta alcanzar esa correspondencia entre el lenguaje y el mundo, cobijar con las palabras, para donarlas al lector, lo que dicen sus inolvidables criaturas. Mis amigos y yo tuvimos el raro privilegio de comprender, ese atardecer, que lo maravilloso estaba allí, a nuestro alrededor, ofreciéndonos la oportunidad de sentir de qué modo lo más antiguo, lo que da testimonio de un origen demasiado arcaico, habita en el interior de una naturaleza representada por aquel pequeño, pero secreto bosque cordobés.

2 Hacia el final de 1975, cuando la Argentina se deslizaba hacia el infierno dictatorial, leí con fervor Doktor Faustus, esa novela en la que el genio manniano nos ofrece una reflexión que cruza la música, la muerte del arte, la tragedia del artista y la brutal caída de Alemania en la barbarie nazi. De la mano entre ingenua y sabia de Serenus Zeitblom, el fiel amigo de Adrián Leverkhünn y biógrafo apasionado del artista fáustico, se va desplegando la extraña y extraordinaria vida del músico articulada con el camino alemán hacia su propia noche. Pero lo que en este momento se me hace presente, lo que recupero ahora de ese libro espléndidamente escrito y cargado de una nostálgica sabiduría, es la descripción que Thomas Mann-Serenus Zeitblom hace del viejo tilo que permanece delante de la entrada a la casa de campo de los Leverkhünn. El amigo nos relata que cada nueva generación se plantea qué hacer con ese ejemplar añoso que incomoda el paso de los carruajes; el hijo mayor se promete, alcanzada la heredad, talarlo y liberar el sendero, pero una vez que se vuelve el señor de la casa no hace sino dejar al viejo tilo en su lugar; y así generación tras generación.

Ese árbol me fascinó desde el primer momento y hoy, cuando me topo en las calles de Buenos Aires con algún ejemplar de su estirpe, regreso al libro de Mann como a la época en que lo leí. Recorrer en primavera las calles de La Plata, respirar el aroma embriagante de los tilos que las habitan con una dignidad y belleza maravillosas, resulta una experiencia inolvidable. Las palabras que le dedica Serenus Zeitblom me siguen emocionando, como si en la perseverancia de ese árbol y en el respeto que se le debe como antiguo guardián de la casa se encerrase la idea misma de la continuidad, la fidelidad con el pasado que se repite con cada vástago y, sobre todas las cosas, la potencia testimonial de aquel viejo tilo que representa, bajo la forma de la literatura que es, también, la de la vida, la resistencia ante las modernizaciones al uso, brutales y barbáricas que siempre se hacen en nombre del “progreso”, y que le siguen haciendo un daño abrumador tanto a la naturaleza como a nuestra memoria. La brutal tala y “poda” que se viene llevando a cabo de manera indiscriminada y criminal en calles, avenidas y plazas de nuestra ciudad es testimonio de una barbarie que se disfraza de modernización y que prefiere entregarles nuestra cotidianidad a los automóviles en el mismo instante en que destruye la vida.

3 En el comienzo de esta confesión hablé de mi amor por los árboles, escribí sobre algunos que se me cruzaron realmente en el camino y de otros que me deparó, como diría Borges, la literatura. Y sin embargo no me detuve en uno que habitó el centro de mi niñez, que cada vez que vuelvo a contemplarlo tiene la capacidad de llevarme, inmediatamente, hacia aquellos años y, en especial, hacia las calles de La Lucila en los años ’60. Bajo su tenue sombra tejí algunas de las conversaciones más significativas de mi vida, aquellas que se tienen con un amigo entrañable en esa etapa en la que todo es nuevo y decisivo; con sus frutos jugué partidos de fútbol que convirtieron las calles del barrio en un gigantesco estadio; también los utilicé como fabulosas municiones en las batallas homéricas que enfrentaban a los chicos de una calle contra los de otra; ese árbol pequeño y con un tronco nudoso estuvo siempre ahí, como compañero silencioso custodiando mis azarosas caminatas por el barrio. Tal vez siga guardando como insustituible el intenso contraste del verde oscuro de sus hojas con el naranja de sus frutos, de unos frutos que poblaban sus ramas añosas cuando el frío del invierno se hacía sentir, pero que caían de los árboles con los primeros atisbos de la primavera. El naranjo silvestre es el árbol de mi infancia, el amargor de su fruta es apenas una disimulada excusa que esconde su entrañable presencia y su dulzura, pese a que siempre me preguntaba para qué servía un naranjo que daba frutos amargos. Alguna tía me respondió: “Para hacer las mejores mermeladas que te puedas imaginar”. Destino del naranjo silvestre: cautivar la imaginación de un niño dándole la posibilidad de inventar distintos juegos y, a su vez, ofrecerse, desde el corazón de su amargor, para transformarse en un apetitoso dulce. Pocas son las criaturas que guardan tales promesas sin siquiera infatuarse por ello. Los hombres seguramente que no.

Página/12 :: Sociedad :: En elogio y defensa de los árboles de Buenos Aires

si Macri fuera K, las justificaciones serían: “y bueno, si se andan fijando en unos cuantos árboles, es porque todo lo demás está bien, no tienen que otra cosa criticar”…

No conozco pero dicen que al final van terminar con már árboles que ahora

xq foster no hace un acto y nos cuenta la cantidad de arboles que quito el gobjerno para hacer tecnopolis??? …

:mrgreen:

sinceramente, es una cagada que se saquen árboles sin un mínimo de planificación, haga quien lo haga

Sé, pero tampoco es una medida de gobierno tan significativa como para hacer tanto escándalo, como dijeron por ahí, hay cosas para criticarle en serio a Macri, no estas boludeces o la supuesta “destrucción del patrimonio histórico” por haber cambiado esos vejestorios de vagones.

Pero no es que los sacan y los tiran, estan poniendolos en otro lado (en la quinta de macri, de santilli, de larreta). Igual es una pelotudez esto, deberian haber planificado el metrobus sin tocar los monumentos o los arboles.

Ya que esta con toda el pro, que tire el obelisco a la mierda, que esta mas al pedo ahi en el medio.

:lol:

Vos te reis, pero con los adoquines hacian lo mismo. Levantan los adoquines para asfaltar (al pedo) y desaparecian. Despues aparecian en las quintas de los funcionarios.

me estás jodiendo o es en serio eso Ricky? :scratch:

Macri propone “una autopista arriba de la autopista 25 de Mayo”

:mrgreen:

El tema de los árboles es que Macri le tiene cagazo a Pino (?)

no se si es cierto que van a casas de los funcionarios, pero que estan a la intemperie en el bajo flores hace mas de 1 año viendo crecer arboles de la nada lo vi yo mismo…aparte les salio mal, xq esos adoquines se chupaban una banda de agua cada vez q llovia…y ahora se les inunda ante el primer cloro q se echa un linyera