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14 de agosto de 1983, estadio Monumental. Enojados con el plantel profesional de River por una huelga que habían hecho, los pocos hinchas millonarios presentes llegan al límite de no gritar los goles de su equipo. Cosa que queda documentada en la foto donde puede verse los festejos de los jugadores por el gol a Newells pero a sus hinchas de fondo y cómodamente sentados en la platea Belgrano.
Como me alegra ser hincha de River, tener idolos como el Enzo, Labruna y el Beto! Que impresentables que son estos
Roberto Aníbal Passucci fue un ídolo del Boca de los ochenta. Bigote tupido y tapones afilados siempre, sintetizó casi a la perfección lo que millones de hinchas de Boca pedíamos como mínimo para capear años y años de vacas flacas: huevos. Siempre al pie del cañón para jugar con la 2, la 6, la 5, la 11 o hasta yendo al arco como contra Argentinos en el Nacional 83.
Ahora bien, ¿por qué Passucci y no Pescia o Hrabina, Pernía, Giunta, Serna, Mouzo, Suñé o los muchos jugadores que han dejado hasta la última gota de sudor por esta camiseta? La respuesta es clara. La Pasucci nace para hacer justicia y Roberto es el justiciero de Boca. Es el jugador que el 27 de octubre de 1985 en territorio enemigo nos vengó a todos, el que fue a la caza del traidor, del judas que por 30 monedas de plata cambió la azul y oro por la camiseta que hoy a mediados de 2011 da sus primeros pasos por el ascenso. El tipo que se plantó frente a la San Martín Baja y se burló de ella. La Passucci en vez de violencia usará el arma de la verdad, del honor, de la mística, del sentimiento. ¿Querés ser un Passucci? Vení a trabar de cabeza con nosotros.
La Passucci en vez de violencia usará el arma de la verdad, del honor, de la mística, del sentimiento. ¿Querés ser un Passucci? Vení a trabar de cabeza con nosotros.
A mi me causa gracia, porque están convencidos de que son ídolos. He escuchado a gente que habla de Simeone refiréndose como “El último que nos sacó campeón”… Hay algo que me molesta mas que el cabeza de termo, el cabeza de termo que está convencido de que no es tal…
Del día del partido con Banfield en más, nada me podría sorprender. Ver la mascarita, los carteles, la remerita, los símbolos y cuanta porquería más en honor a Fabbiani, fue alcanzar la consagración de la humillación en la tribuna.
Lo ovacionaban a Leonardo “Perdi 5 partidos seguidos, pero si no se daban los resultados me iba solo” Astrada cuando el equipo era un asco y no paraba de perder, despues de eso…
Los puntos que nos saco ese hijo de una gran puta tambien fueron decisivos.