En conclusión nuestro planteo es que Gobiernen los Trabajadores a través de sus organizaciones soberanas de control de la producción y del Estado. Lo que sucedió en la URSS es que se anuló esa soberanía y ese control obrero, y se consolidó una burocracia en el Estado y en el PC, que liquidó a los cuadros del partido, eliminó la democracia sindical y la libertad política para todos los partidos socialistas y obreros que existían. No puede existir ni desarrollarse un Gobierno Proletario, sin democracia obrera. Esta es la parte que nunca cuentan de la historia, que la Revolución Bolchevique dirigida por el PB nació de la clase obrera y de sus organizaciones soberanas que tomaron el poder político. No nació con Stalin en el poder, ni con una burocracia contra revolucionaria. Son cuestiones que no se sabían que se podían engendrar por la inexperiencia práctica de la clase obrera en el ejercicio del poder. Ahora, tras la enorme derrota que esto significó, tenemos la experiencia y los recursos para preverla, aunque padecemos un retroceso teórico y político en la izquierda y en la clase obrera, que ni en 1917 existía. Es decir, hay una contradicción enorme del balance de la derrota, de la URSS, el stalinismo y la burocracia, entre lo que concretamente sucedió- las tareas que de allí se desenvuelven- y lo que la clase obrera, la izquierda en general cree que sucedió que es “el fracaso del comunismo”- y por lo tanto, tenemos que conformarnos con CFK, Dilmas o Chavez.
En todo Gobierno hay dirigentes, la diferencia es que queremos dirigentes que no respondan a los Buitres y al capital, como los Macri, Scioli o CFK, sino a los trabajadores y la perspectiva de un Gobierno de Trabajadores.
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