Harto ya de estar harto…
Argumento oficial:
El INDEC tiene una capacidad de relevamiento de alrededor de 100.000 precios y ninguna consultora privada puede replicarlo. FIEL, por ejemplo, releva unos 12.000 precios.
Contra-argumentos:
[ul]
[li]La mayor cobertura no es garantía si hay un sesgo en la toma de muestras (precios bajo acuerdo) o manipulación.[/li][li]La idea de que se antes “se medían sólo dos carnicerías en La Matanza” o “sólo se medían consumos altos” confunde niveles de precios con aumentos. Lo que se está discutiendo es el aumento de precios y para que Itzcovich tenga razón entonces las dos carnicerías en La Matanza deberían haber aumentado sus precios mucho más que sus competidoras… mal negocio para ellas.[/li][li]El argumento oficial no explica porqué los índices estimados por las provincias independientes o los índices oficiales replicaban bastante bien al IPC del INDEC, o bien tenían una correlación muy alta, hasta algún período entre noviembre de 2006 y enero de 2007 cuando esa correlación se rompió. Tendría que hacerse la hipótesis conspirativa de que todas las consultoras privadas y todas las mediciones provinciales con gobiernos no K se pusieron de acuerdo para reportar inflación más alta.[/li][li]Quizas el argumento más fuerte es que si realmente la inflación fuera la que dice el INDEC, entonces Argentina tendría aumentos de salarios reales récord y el consumo debería estar volando ¿o son los trabajadores los que atesoran dólares?[/li][/ul]
Argumento oficial:
No publicamos la EPH porque no podemos “oficializar” las barbaridades metodológicas e inconsistencias que reflejaban.
Contra-argumentos:
[ul]
[li]Se podría haber seguido publicando con las salvedades y explicitando los problemas metodológicos e inconsistencias detectados.[/li][li]Curiosamente, se dejó de publicar cuando la aceleración de la inflación medida en forma privada comenzaba a deteriorar los números de distribución del ingreso K.[/li][/ul]
Argumento oficial:
Quienes reclaman una medición más alta defienden los intereses de los bonistas.
Contra-argumentos:
[ul]
[li]Sin duda que al “registrar” 50% o 60% menos (o lo que fuese), el país “ahorra” pagos de deuda ya que hay una buena parte de la deuda cuyo capital se ajusta por inflación. Esto no puede negarse.[/li][li]Pero es falso que a los todos bonistas les haya convenido la manipulación. Por ejemplo, cuando el gobierno empezó a manipular el IPC el riesgo país estaba en 200 puntos básicos (¡el mismo qué Brasil!). Algunos bonos han caído más de 50% desde entonces y, en buena medida, por el reporte de una inflación más baja. Esto es, los inversores sufrieron una pérdida de capital de magnitud parecido al “ahorro” del gobierno. La verdad es que los únicos inversores que van a ganar con esto son los que compraron - y compran - deuda en pesos a precios de cuasi-default que ya tiene implícita una inflación “reconocida” por el gobierno de 8% - 10%. Es decir, paradójicamente, la manipulación castigó a los inversores en deuda en pesos de largo plazo y benefició a los inversores más especulativos y fondos buitres.[/li][li]Pero, además, la verdad es que la suba del costo del endeudamiento afecta a toda la deuda por contagio. Por ejemplo, gracias a la manipulación del IPC Argentina llegó a emitir bonos en dólares a Venezuela al 15%… más del doble de lo que rendían cuando se empezó con la manipulación.[/li][li]También, el endeudamiento soberano le pone un piso al costo del dinero de la economía. Es decir, el costo de un riesgo mayor por la percepción de un default sustantivo, aunque no formal, se derrama a familias y empresas. Que otros hagan la cuenta de este punto y el anterior… una troja.[/li][li]Ni hablar de haber dejado a la Argentina afuera del mercado de capitales. Un K puede pensar ¡qué bueno, emitimos menos deuda!.. pero sí nos comemos reservas o ahorro jubilatorio en el camino…[/li][li]También, al “desinflar” el IPC se “infla” la actividad (porque algunas actividades se estiman en forma nominal y se pasan a términos reales utilizando el IPC) por lo que se sobrestima el crecimiento e inflando el pago de deuda por el cupón de producto.[/li][li]También, se perdió un mecanismo de coordinación para la negociación salarial que, ahora, no tiene ancla. Además, en la incertidumbre sobre la verdadera inflación quienes negocian tienen un rango de la inflación posible y el comportamiento defensivo los lleva a elegir el valor más alto del rango, probablemente introduciendo aceleración en la negociación.[/li][li]También, al eliminar una claúsula de contratación de la economía reduce la duración de los contratos de la economía. Incluso puede argumentarse que favorece el atesoramiento en dólares a falta de una reserva de valor en pesos.[/li][/ul]
Argumento oficial:
Las consultoras y los académicos vivían de la información privilegiada que recibían, de las fugas de información.
[ul]
[li]Seguramente había tráfico de información. Lo hay ahora también.[/li][li]Por los académicos, estos se quedan sin trabajo con mala información estadística. ¿Para qué traficarían?[/li][li]Por las consultoras, el argumento es ridículo: ¿por qué pagarían por recibir información de mala, malísima, calidad? Si lo que hacía el INDEC antes no tiene ningún valor estadístico ¿por qué pagarían las consultoras? El tráfico de información es sobre buena información, no sobre mala… por ejemplo, cuando un periodista vendía hace muchos años la programación monetaria del BCRA.[/li][li]Finalmente, si conocen de fugas y utilización privilegiada de información ¿por qué no lo denuncian con nombre y apellido? ¿no tienen pruebas? Difícil de creer.[/li][/ul]
Argumento oficial:
El detalle del relevamiento de precios no se publica “porque el IPC mide variaciones. Y los promedios no son representativos de la realidad de los productos. Por eso nadie lo hace.”
Contra-argumentos:
[ul]
[li]Absolutamente ridículo. El IPC es, en sí, un promedio ponderado.[/li][li]Los promedios son fuente de información aquí y en China[/li][li]La pregunta debería haber sido acerca del grado de detalle de la información que se ofrece para revisar el índice, incluyendo las ponderaciones. Todos los IPC que conozco (Chile, Perú, Colombia, México, Brasil, EEUU, se publican con mucho más detalle que el IPC argentino). En todos los casos se publican las ponderaciones menos en el argentino.[/li][li]Un botón de muestra, en Colombia, donde se perdió “algo” de transparencia cuando se pasó de la base 1998 a la base 2008.[/li][li]Lo de “nadie lo hace” es falso. Por ejemplo, vean como presenta su IPC el INEI de Perú, y miren de la página 31 en adelante.[/li][/ul]
Probablemente las cosas se hacían mal antes. Es posible que hubiera negocios y kioskos. Pero las estadísticas guardaban mínimos de consistencia y credibilidad. Ya no.
[ol]
[li]ricardonatalucci15/7/09 19:24[/li]Señor Miguel Olivera, le hago llegar mi análisis de sus denominados contra-argumentos (Los respondo a todos, pero agrupados para mayor brevedad):
Argumento oficial:
El INDEC tiene una capacidad de relevamiento de alrededor de 100.000 precios y ninguna consultora privada puede replicarlo. FIEL, por ejemplo, releva unos 12.000 precios.
En sus contra-argumentos usted acepta implícitamente que el indicador del INDEC tiene mayor cobertura, pero no logra probar que haya actualmente un sesgo en la toma de muestras. A continuación usted interpreta erróneamente el ejemplo dado por Itzcovich sobre las dos únicas carnicerías que se tomaban en cuenta en La Matanza: La información de que antes solamente se relevaban precios en dos carnicerías en la totalidad del populoso partido de la Matanza la ha brindado Itzcovich como un claro ejemplo del sesgo plutocrático que había en las metodologías anteriores tal como vengo denunciando continuamente desde hace más de veinte años. El pretendido contra-argumento de usted en el sentido de que “para que Itzcovich tenga razón entonces las dos carnicerías en La Matanza deberían haber aumentado sus precios mucho más que sus competidoras” demuestra que usted no ha comprendido que el sesgo plutocrático se manifestaba tanto en las ponderaciones de la canasta cuanto en la proporcionalidad de la cantidad de comercios. Le doy un ejemplo hipotético: Supongamos que se siguieran relevando precios en 8 carnicerías de Barrio Norte en las que detectaran aumentos de precio en el año del 25%, y en dos carnicerías de La Matanza en las que observara disminución de precio en el año de 10%. Como puede usted ver en este ejemplo las carnicerías de La Matanza no aumentaron más que sus competidoras -que es lo que usted pretendía que debería ser-, y sin embargo habría un sesgo plutocrático manifestado en la escasa cantidad de relevamientos en La Matanza que le estaría dando al promedio general una distorsión alcista. Tal vez usted creyó que en la metodología anterior esos dos comercios de La Matanza eran luego ponderados por la cantidad de población de dicha localidad, pero eso no se hacía. Puede buscar en las metodologías 6 y 13 y verá que no se hacía. Ponderar por la cantidad de la población significa precisamente democratizar el IPC que es lo que he venido reclamando durante más de veinte años, y lo que ha comenzado a encarar el gobierno nacional. Luego usted aborda el alejamiento entre los resultados del IPC de ciertas provincias políticamente opositoras respecto del IPC-GBA. La hipótesis conspirativa es razonable y suficiente, pero yo creo que más bien se trata de una suma de efectos. Entre otros puedo mencionarle: a) Efecto conspirativo (intereses económicos, políticos, solidaridad con la corporación que controlaba al INDEC hasta enero de 2007). b) Las provincias siguieron utilizando metodologías plutocráticas mientras que el IPC-GBA se comenzó a democratizar, lo que aumentó la discrepancia de las cifras. c) Nunca la correlación fue tan alta como se dice. d) Al publicar las oficinas de estadística de gobiernos provinciales opositores incrementos superiores a los reales del conjunto de su población calculado democráticamente (por algunos de los motivos expuestos en a y/o en b), terminaron induciendo en sus provincias mayores aumentos reales.
continúa…
ricardonatalucci15/7/09 19:29
(…continuación)
Luego sigue el argumento que usted cree más fuerte, pero que a mi parecer es tan débil como todos los otros argumentos que se dan contra el gobierno tras su intervención en el INDEC, ya que si pudiéramos revisar las series históricas corrigiendo en ellas el sesgo plutocrático que había veríamos que el IPC de aquel INDEC anterior a la intervención estuvo marcadamente subestimado, particularmente durante los años 2002 y 2003 que siguieron a la crisis del 2001. El impresionante atraso salarial en términos reales de aquellos años es lo que se vino corrigiendo durante los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner., lo que explica que el consumo no “esté volando” y que las cifras oficiales del IPC sean compatibles con la recuperación del poder adquisitivo.
Argumento oficial:
No publicamos la EPH porque no podemos “oficializar” las barbaridades metodológicas e inconsistencias que reflejaban.
Efectivamente se podía haber seguido publicando información inconsistente aclarando que se trataba de información inconsistente, y se tomó la decisión razonable de no hacerlo. El argumento suyo de que tuvieron que dejar de publicar ciertos datos de EPH porque se comenzaba a deteriorar la distribución del ingreso es incoherente con la teoría de que el gobierno manipula las cifras del INDEC. Si fuese cierto que se manipulan las cifras del IPC lo mismo podría hacerse obviamente con cualquier cifra de la EPH. La hipótesis de que se dejaron de publicar ciertos datos hasta que se hayan corregido las inconsistencias metodológicas y operativas que había es entonces la única que razonablemente queda en pié.
Argumento oficial:
Quienes reclaman una medición más alta defienden los intereses de los bonistas.
No es que se ahorren pagos de deuda externa por registrar una inflación menor, sino que no validando una inflación mayor a la verdadera inflación democráticamente calculada se evita pagar deuda externa de más . En varios contra-argumentos de esta serie usted confunde efectos de una supuesta manipulación gubernamental en el IPC con efectos producidos por la campaña de absurdos contra la intervención del gobierno en el INDEC. La reducción del sesgo plutocrático evitó que el conjunto de la población tuviera que pagar deuda externa de acuerdo a los aumentos de precios del 10 por ciento más rico de la sociedad. Quienes han inventado que hay una manipulación gubernamental en el IPC, le han hecho daño al país con eso, y pretenden culpar por ese daño al gobierno que ha corregido un sesgo. Por eso al aludir a los inconvenientes suscitados, lo correcto sería por ejemplo decir que a causa de la campaña mediática de dislates del periodismo y de la oposición insensata, Argentina tuvo que emitir bonos en dólares a tasas más altas que antes. Es parte del daño que se ha hecho y se sigue haciendo con las injustificadas críticas a la intervención del gobierno en el INDEC. En el mismo sentido, de inducirse una aceleración en las negociaciones salariales que pudiera coadyuvar a una espiralización inflacionaria eso obviamente no sería producido por la eliminación del sesgo plutocrático del IPC, ni por ninguna supuesta manipulación, sino por las tasas inflacionarias exageradas medidas plutocráticamente y publicadas por las consultoras privadas y por periodistas y opositores insensatos a los cuales no les interesa el país ni el bienestar de la población sino exclusivamente sus propios y mezquinos intereses y negocios.
continúa…
ricardonatalucci15/7/09 19:32
(…continuación)
Argumento oficial:
Las consultoras y los académicos vivían de la información privilegiada que recibían, de las fugas de información
Usted admite que habían esos negocios ilegales, pero si a usted le consta que ahora sigue habiendo tráfico de información debe denunciarlo en la justicia, tal como yo lo hice oportunamente cuando detecté que lo había. Los académicos obran contra las correcciones que viene encarando el gobierno porque ellos (los académicos) fueron en algunos casos cómplices pasivos y en otros casos cómplices activos de la incorporación subrepticia del sesgo plutocrático durante veinte años. En el mejor de los casos hubo una falla de la comunidad académica que no hizo nada para evitar ese sesgo. En cuanto a las consultoras, sabían que el IPC tenía un sesgo que lo invalidaba para representar equitativamente la realidad de los consumidores, pero eso no impedía que se pudieran hacer grandes negocios conociéndolo con anticipación. Las consultoras y los periodistas se enriquecen anticipando datos, no diciendo verdades. Los negocios ilegales no se limitaban a la anticipación de los indicadores sino que se vendían y/o facilitaban desagregados cuya difusión está prohibida por ley y se realizaban trabajos particulares con recursos públicos. Los negocios ilegales de mayor magnitud se refieren a que concretamente se traficaban los cuestionarios en crudo con la información confidencial sobre cada empresa e identificando a las mismas. El caso mas grave que conozco fue el que se produjo a finales del gobierno de Alfonsín durante la dirección del INDEC de Luis Beccaria (uno de los propuestos para devolverle credibilidad al INDEC), operativo en el cual con la complicidad directa de Beccaria se enviaron al exterior datos confidenciales sobre insumos, situación financiera, etc, de todas las empresas del país, grandes, medianas y pequeñas empresas. Esa información se utilizó luego durante el gobierno de Menem entre otras cosas para comprar empresas a precio de remate. La causa penal contra Luis Beccaria y sus cómplices la radiqué en la justicia (Juzgado del entonces juez Federal Néstor Luis Blondi), y administrativamente presenté un informe al entonces secretario de Planificación Bernardo Grinspun, quien resolvió a mi favor, evitando al menos en ese momento la fuga de la información que aún no había llegado a salir del país y encomendándome por escrito que no entregara dicha información a los traficantes que me la exigían, y que la mantuviera en la Secretaría de Planificación bajo mi custodia. Tras el fin del mandato de Alfonsín esos negocios se retomaron y comenzó a salir información confidencial también con finalidad política. En 1991 fui cesanteado de por vida por los que estaban en el negocio, y durante todos esos años sufrí innumerables atentados, por lo que la gente que quedaba en el INDEC tuvo temor de que le pasara lo mismo y por eso no hablaron ni presentaron nuevas denuncias, aún viendo el tráfico de información pasar delante de sus ojos, tal como muchos manifiestan en el blog indecquetrabaja.blogspot.com y como menciona claramente Yaya aquí mismo. Si a usted le resulta difícil de creer remítase a los documentos oficiales que pongo a su disposición, y a todas las manifestaciones que hacen quienes continuaron en el INDEC luego de ser yo cesanteado.
Continúa…
ricardonatalucci15/7/09 19:35
(…continuación)
Argumento oficial:
El detalle del relevamiento de precios no se publica “porque el IPC mide variaciones. Y los promedios no son representativos de la realidad de los productos. Por eso nadie lo hace.”
Estoy de acuerdo en que deberían publicarse los precios observados junto con alguna medida de dispersión tal como el desvío estándar o mejor el coeficiente de variación de cada ítem y coincido en que la manifestación oficial en este caso es inconsistente. Ahora bien… ¿Esos precios se publicaron siempre? ¿Usted o algún periodista o economista acaso pidió o exigió que fueran publicados cuando aún no lo eran o fui yo el único que lo exigió públicamente en aquellos años? Resulta sugestivo que quienes siempre callaron sobre esos temas sean tan exigentes ahora, justamente con el primer gobierno que se atreve a comenzar a corregir las distorsiones metodológicas.
Tras haber respondido a sus contra-argumentos, y pasando a aspectos que me interesan más, quiero hacerle una aclaración y formularle una pregunta referida a algo que usted manifiesta más adelante en respuesta al participante Guille, y que me tiene muy intrigado. La aclaración que quiero hacerle es que el sesgo plutocrático no consiste en que se incluyan en la canasta de un IPC bienes y servicios que correspondan a estratos medio-altos o altos, sino que consiste en que a esos bienes y servicios se les asigne una ponderación excesivamente alta y a los consumos de las familias más pobres una ponderación notoriamente baja respecto del verdadero promedio de estructuras familiares. Y esto que digo no es una opinión, sino que es una cuestión matemática. La pregunta que le hago es en qué se basa para decir usted que la ponderación de esos bienes y servicios era bajísima, y si puede darnos ejemplos numéricos concretos de esas ponderaciones que según usted eran bajísimas.
Ricardo Patricio Natalucci
Ex supervisor del INDEC 1980-1985
Ex supervisor de metodología y fórmulas de cálculo del IPC del INDEC 1982-1985
Ex asesor de la Secretaría de Planificación de Presidencia de la Nación 1986-1991
Director del portal estadístico Redirigir al navegador a index.php
DNI 8.464.942
Email: ricardonatalucci@indec.com.ar
[/ol]
[ol]
[li]Miguel Olivera16/7/09 02:18[/li]Estimado Ricardo:
Muchas gracias por la larga participación. No todos los lectores del blog se toman el trabajo de hacer un contra-post serio. Aquí va mi contra-contra-post.
Soy consciente del sesgo plutocrático. Tanto así que la primera vez que lo leí fue en relación al PBI y no al IPC, en un viejo artículo de Bacha (puede verse aquí El Economista y el Rey de Belindia: Una Fábula para Tecnócratas) mostrando un (análogo) sesgo plutocrático.
La diferencia es que usted considera al sesgo plutocrático una estafa o fraude y yo, en cambio, lo considero un problema de los índices compartido por una metodología aceptada en todos los países. No hay conspiración internacional: hay estimaciones para Inglaterra o España, así como las hay para la Argentina.
De hecho, el problema no está asociado a una conspiración plutocrática sino al esfuerzo que requeriría computar un verdadero índice democrático: la información de precios se computa, por decirlo así, en góndola mientras que la consumos se hace, de nuevo, por decirlo así, en las casas.
Pero, le insisto, no estoy diciendo que un índice más democrático no sea mejor. Reconocer y reflejar los sesgos es muy importante. Pero los cambios tienen que hacerse profesionalmente, con consenso, porque si no el nuevo índice no es “estrella” y pierde poder de coordinación. ¿O acaso Moyano es parte de la conspiración?
Nota al pie, los sesgos no sólo se originan en los niveles de ingresos. La geografía o la edad también pueden crear sesgos: los viejos gastan menos en bienes durables y más en medicina; los que viven en el norte gastan menos en calefacción… y así. Pero no discuto que de todas las fuentes de heterogeneidad, la de ingresos es la que más nos debería preocupar.
(sigue)
Miguel Olivera16/7/09 02:19
Nota al pie 2, la teoría económica no es concluyente en asuntos de efecto sustitución. Quienes ganan menos podrían hacer mayores esfuerzos para sustituir pero, a la vez, consumen una proporción mayor de bienes cuya demanda tiende a ser más inelástica. ¿Qué efecto predomina?
Vuelvo. En el caso argentino, las estimaciones del sesgo plutocrático dan algo así como 2% anual para inflaciones del orden del 200% y de 500% o 600% por año, para la híper de 10,000%. No digo que sea poco. Para inflaciones en el rango de 10%-20%, las kirchneristas, el sesgo plutocrático es negativo y en valores absolutos menor al 1%. Difícilmente esto explique que las mediciones plutocráticas privadas hayan dado arriba de 20% y la inflación democrática del INDEC haya dado arriba de 10%. Más a mi favor, el sesgo plutocrático es positivo para las inflaciones más altas, lo que significa que el sesgo es anti-rico y no anti-pobre. Igual, y en relación a esto último, no crea que me la creo: la inflación es terriblemente dañina para el pobre simplemente por el rezago en el ajuste del salario o del plan social… el sesgo plutocrático, su signo, y todo, absolutamente todo lo que hablamos acá, pierde relevancia a medida que aumenta la inflación. Discutimos la tercera derivada cuando deberíamos estar discutiendo como bajar la inflación a circa 10% o menos en expansión… pero bueno, aquí estamos.
Me objeta: “pero yo creo que más bien se trata de una suma de efectos. Entre otros puedo mencionarle: a) Efecto conspirativo (intereses económicos, políticos, solidaridad con la corporación que controlaba al INDEC hasta enero de 2007). b) Las provincias siguieron utilizando metodologías plutocráticas mientras que el IPC-GBA se comenzó a democratizar, lo que aumentó la discrepancia de las cifras. c) Nunca la correlación fue tan alta como se dice.”… a) conspiración contra conspiración, es opinión contra opinión, b) incontrastable y tautológico… ambos observamos el mismo hecho, la ruptura en la correlación, y le adjudicamos una causa diferente: usted la democratización del IPC, yo su manipulación; dado que un hecho es compatible con infinitas hipótesis, tampoco probamos nada, ni usted ni yo; c) la correlación previa era superior al 90%…
En cuanto al punto d), en el que usted sostiene que inflaciones más altas retroalimentaron y dieron lugar a inflaciones provinciales más altas… el supuesto de ese razonamiento es que alguien fijó precios mirando el IPC-GBA post-ruptura de correlación. Yo argumento en contrario: como casi nadie cree que el IPC-GBA mida bien, genera incertidumbre sobre la inflación; la gente tiene un rango pero un punto; y por comportamiento defensivo, tiende a elegir el punto más alto del rango (aplicación de un viejo modelito de Frenkel en “Decisiones de Precio en Alta Inflación” que en incertidumbre el resultado curioso es que la expectativa de inflación resultante era MAYOR al rango original estimado). Y es intuitivo y está en la base del comportamiento defensivo combinado con cierta morfología de mercado no competitiva y convalidado por políticas fiscales y monetarias expansivas. No, creo que su economía está mal en este punto. El único que consiguió bajar la inflación con un IPC más bajo (“perreándolo”) fue Pinochet y fue exitoso justamente porque se ocultó, porque no se hizo público sino hasta unos años después.
(sigue)
Miguel Olivera16/7/09 02:20
Respondo una de sus críticas: “El pretendido contra-argumento de usted en el sentido de que “para que Itzcovich tenga razón entonces las dos carnicerías en La Matanza deberían haber aumentado sus precios mucho más que sus competidoras” demuestra que usted no ha comprendido que el sesgo plutocrático se manifestaba tanto en las ponderaciones de la canasta cuanto en la proporcionalidad de la cantidad de comercios.” Y a continuación me ejemplifica: “Le doy un ejemplo hipotético: Supongamos que se siguieran relevando precios en 8 carnicerías de Barrio Norte en las que detectaran aumentos de precio en el año del 25%, y en dos carnicerías de La Matanza en las que observara disminución de precio en el año de 10%. Como puede usted ver en este ejemplo las carnicerías de La Matanza no aumentaron más que sus competidoras -que es lo que usted pretendía que debería ser-, y sin embargo habría un sesgo plutocrático manifestado en la escasa cantidad de relevamientos en La Matanza que le estaría dando al promedio general una distorsión alcista. Tal vez usted creyó que en la metodología anterior esos dos comercios de La Matanza eran luego ponderados por la cantidad de población de dicha localidad, pero eso no se hacía.”
No, nunca se me ocurrió que se hiciera. No soy un experto en índice de precios pero se perfectamente que no se hace. Además lo que se de matemática me alcanza para entender que el impacto sería formalmente el mismo si el sesgo plutocrático se originara en el ponderador de la población o en la cantidad de carnicerías por barrio o intendencia… de hecho, podría reflejarse simplemente como un aumento en el espacio de bienes. Lo que quise marcar fue, justamente, que la situación en la cual la carne sube 25% en Barrio Norte y baja 10% La Matanza es insostenible y difícilmente sea un sesgo creciente. ¿Por qué? Porque aún cuando la carne pesa “poco” en la canasta de alguien con ingresos medios o medio-altos… pesa… y a la larga (seguramente a la corta) la carnicería de Barrio Norte pierde poder de fijación de precios porque el costo de transporte entre una y otra… no es tan grande.
O tal vez me equivoqué lisa y llanamente originado en la enorme precisión del párrafo de Itzcovich que aquí transcribo:
“–Acá no hay dibujo. Nosotros corregimos errores. El precio de la carne se medía en sólo dos carnicerías en La Matanza, sólo se tomaban en cuenta los comercios por donde pasa el subte D. Los colegios eran todos de la zona norte de la Capital. Los barrios de mayor poder adquisitivo convalidan precios más altos y eso quedaba reflejado como una verdad absoluta. En Villa Fiorito nadie compra tomates a 18 pesos.”
Nadie, en ninguna parte, compra tomates a 18 pesos. La precisión de Itzcovich me excusa.
(sigue)
Miguel Olivera16/7/09 02:21
A propósito de su contra-argumento… “El impresionante atraso salarial en términos reales de aquellos años es lo que se vino corrigiendo durante los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner., lo que explica que el consumo no “esté volando” y que las cifras oficiales del IPC sean compatibles con la recuperación del poder adquisitivo.” A ver… lo que usted dice es algo así: el consumo “no vuela” porque los trabajadores aún ganan muy poco así que los grandes aumentos (implícito en 25% de aumento salarial y el 10% de inflación oficial) no pesan nada y son en realidad poca plata aún. No. Eso es confundir niveles con tasas. Al revés, la base es chica, está implícito en su argumento. Pero, más importante, la única explicación compatible con fuertes aumentos en el salario real en sectores con alta propensión marginal a consumir que NO se traduzcan en fuertes aumentos en el consumo (en tasa) es que la distribución del ingreso esté deteriorándose muchísimo porque significa que los aumentos del consumo se ahorran en una buena proporción. Como usted dice, matemática.
(sigue)
Miguel Olivera16/7/09 02:22
Me dice: “No es que se ahorren pagos de deuda externa por registrar una inflación menor, sino que no validando una inflación mayor a la verdadera inflación democráticamente calculada se evita pagar deuda externa de más .” No se por donde empezar pero empiezo. A ver, primero que no se trata de “deuda externa”… los principales tenedores de la deuda ajustada por inflación no eran no-residentes sino residentes (entre ellos, las ex AFJPs). Más importante, ya lo dije, el IPC se calcula con sesgo plutocrático en todas partes, no sólo aquí. ¿Podemos sustituirlo por uno democrático? Bueno, a ver… este gobierno fue el mayor emisor de bonos ajustados por inflación de la historia. Es un contrato, estará de acuerdo conmigo. Usted promete pagar de acuerdo a una cláusula de ajuste que es convencional (por la historia previa de su utilización y por que así se hace en el resto del mundo)… plutocrática y todo, es convencional que quiere decir aceptada y conocida por todos.
Resulta que luego de emitir los bonos decide pasar a una forma democrática que tiene la propiedad de reflejar (y pagar) menos inflación. OK. Hágalo con propiedad, con técnicos de primer nivel local e internacional, con transparencia, y tal vez convenza a los inversores (y a los sindicatos, le recuerdo), que la nueva medición es mejor y más justa. Pero si el nuevo índice es opaco hasta el oscurantismo, sin un solo especialista respetado que lo avale, criticado por enemigos y amigos, y ni siquiera es aceptado por sus usuarios locales… ¿por qué los externos no habrían de pensar que hay una intencionalidad de default? Usted del otro lado ¿qué hace? Pero ¿usted cree qué prefiero pagar impuestos qué vayan a rentistas antes que a familias argentinas qué lo necesitan? ¿usted cree que Heymann, Fanelli, Frenkel, Damill, Keifman… economistas que han formado economistas en la universidad pública – hasta qué no se pudo más – quieren pagarle más a rentistas? ¿usted cree qué todos los académicos son cómplices pasivos porque no comparten con usted qué lo del sesgo plutocrático es un problema generalizado antes que una conspiración internacional? Usted cree que el mundo ha vivido equivocado, estimado.
Usted dice “la reducción del sesgo plutocrático evitó que el conjunto de la población tuviera que pagar deuda externa de acuerdo a los aumentos de precios del 10 por ciento más rico de la sociedad”… ¿De qué habla? Los costos que detallé superan a los ahorros y de eso usted no ocupa NI UNA línea. Las consecuencias del nuevo índice fueron desastrosas y usted le echa la culpa a “la campaña mediática de dislates del periodismo y de la oposición insensata”… suena familiar… la culpa de es del Grupo Clarín ¿no? Ahora resulta que el índice era bueno y TODA la culpa del escepticismo primero y el rechazo después es de los medios… no me lo puede decir seriamente; que quiere que le diga, respeto su saber técnico en cuestiones de índices de precios, realmente, pero su saber político/comunicacional me parece equivocado. Ya me ocupé de eso (Exabruptos: Una recomendación bibliográfica para CFK). No lo comparto de ninguna forma posible.
(sigue)
Miguel Olivera16/7/09 02:23
En cuanto al tráfico de información, ya reconocí que no sólo era posible sino que era muy probable que continuara hoy. Que me sorprendía encontrar en reportes de consultores información con una desagregación que no está disponible públicamente. Que quiere que haga. No tengo pruebas, no me ofrecieron comprar información (ni la compraría).
Sería bueno también que levantara su voz contra la falta de transparencia. O, por ejemplo, contra el hecho de que la presidenta anticipa las estadísticas oficiales… ¿a usted no le resulta irregular?
Pero el punto más importante de todos es que no hay manera de chequear lo que usted dice porque la información que publica el INDEC sobre el IPC es escasísima, como sólo he visto en países africanos de mucho menor desarrollo relativo. Creo que en su texto llega incluso a reconocerlo implícitamente cuando reclama por la publicación de los precios promedio.
Justamente la falta de consenso, comparabilidad, empalme, transparencia, hacen del IPC-K un pésimo ejercicio de “democratización”. Ningún usuario del IPC (y no hablo de banqueros sino de sindicatos) le cree. La negociación salarial ya no es en Argentina “inflación plus” sino un número arbitrario. Es decir, el poder de coordinación del IPC-K es nulo. Aun cuando detrás del oscurantismo tuviéramos un índice democrático bien calculado, sus pecados de concepción lo vuelven inútil. Para usted es una campaña mediática y una conspiración de banqueros y académicos. Disiento: para mi es incompetencia. Vuelvo a pedir que me nombren un técnico respetable y que no trabaje para el gobierno que apoye el trabajo del INDEC hoy. Porque si no, no es una conspiración, lo suyo es la conjura de los necios.
Y lamento profundamente toda persecución que haya sufrido por sus denuncias y la cesantía que siguió a ellas. Tenga por seguro que, a pesar del tiempo transcurrido, tiene mi blog de unas 10,000 visitas mensuales con 2,000 visitantes únicos (para ser preciso con los números), varios de ellos economistas de buena voluntad, para aportar un grano de arena a cuanta injusticia le haya tocado. Ninguna idea u opinión, excepto las que cercenan ajenas, merece ser cercenada.
Pero, a mi juicio, el gobierno no está corrigiendo el sesgo plutocrático. O, si lo hace, y como saberlo, es sólo una parte muy chica de lo que está haciendo. Lo grueso, grosero, es la manipulación del IPC.
Saludos.
[/ol]
ricardonatalucci16/7/09 10:13
Señor Miguel Olivera:
Me alegra enormemente que usted considere al sesgo plutocrático como un problema de los índices. Eso ya es un punto de partida favorable. No puedo culparlo a usted de no creer que se trate de un fraude así como tampoco puedo culparlo de no creer en una conspiración internacional, ya que yo mismo durante muchos años me negué a creer que hubiera conspiración y fraude pese a haber sido advertido entre fines del año 1982 y comienzos de 1983 de que sí lo había, y al hecho de que esa confidencia me la hizo nada menos que quien en ese entonces era mi jefe en el proyecto del nuevo IPC, que es el autor principal de la metodología 6 (puesta en uso en 1989) y de la metodología 13 (puesta en uso en 2000). Lo que me dijo Heber José Camelo -que de él se trata, y que es quien me puso a cargo de la supervisión de la metodología y de todas las fórmulas de cálculo-, fue que nos habían contratado para desarrollar en Argentina una metodología fraudulenta que se exportaría luego a todos los países de Latinoamérica, y que ese fraude se haría siguiendo indicaciones del poder económico mundial. Para determinar objetivamente si hay o no hay fraude y si hay o no hay conspiración internacional le sugiero plantearse las siguientes preguntas: 1) ¿Siempre existió el sesgo plutocrático en las canastas de los índices de precios del mundo?. 2) En caso de que su respuesta a la primer pregunta sea que no… ¿El sesgo plutocrático fue introducido directamente en una sola etapa o fue introducido en varias etapas a lo largo de varias décadas? 3) En caso de que su respuesta a la segunda pregunta sea que fue introducido a lo largo de varias décadas… ¿Se lo incorporó y acrecentó documentándolo en las metodologías y en los comunicados a la prensa y a la sociedad o se lo hizo subrepticiamente, presentando las nuevas canastas como actualizaciones, y a las modificaciones en la composición de la canasta como debidas principalmente a mejoras en el estandar de vida de la población?
Espero sus respuestas a estas tres preguntas que como usted ve son muy concretas para luego seguir avanzando en función de que el tiempo y la salud me lo permitan sobre los demás asuntos que usted plantea.
Ricardo Patricio Natalucci
Ex supervisor del INDEC 1980-1985
Ex supervisor de metodología y fórmulas de cálculo del IPC del INDEC 1982-1985
Ex asesor de la Secretaría de Planificación de Presidencia de la Nación 1986-1991
Director del portal estadístico Redirigir al navegador a index.php
DNI 8.464.942
Email: ricardonatalucci@indec.com.ar
Miguel Olivera16/7/09 16:45
Estimado Ricardo:
¿Cómo no lo reconocería?
En el trabajo de Bacha citado queda claro que es una consecuencia directa de ponderar a cada uno por lo que produce (PBI) o lo que gasta (IPC). Por supuesto que en el caso del PBI, hasta que no adquirió el status de “vara para medir la gestión de un gobierno” o proxy por bienestar, era un problema menor.
No le diría que es necesariamente así (exageré arriba cuando dije que era matemáticamente cierto) pero en tanto exista heterogeneidad en el ingreso (o gasto, en realidad) existirá el sesgo.
En un paper aparecido en el Review of Economic Studies en 1959, Whose Cost of Living, Prais planteo el problema de dos índices. (lo subí acá NOTICE).
Ahí ya claramente plantea el problema de usar una familia promedio o ponderar por el consumo de cada familia. La diferencia es justamente el sesgo plutocrático.
Uno podría intentar la ponderación por población que, creo, usted sugiere y entonces que las carnicerías de La Matanza pesen X veces más que las de Barrio Norte. Y no tengo ningún inconveniente con eso. Simplemente que no creo que sea una conspiración la razón de que se haga otra cosa: creo que es simplicidad.
A sus preguntas:
- ¿Siempre existió el sesgo plutocrático en las canastas de los índices de precios del mundo?
Ya lo dije, se poco de índices de precios. Pero me imagino que por simplicidad y por el límite natural que ya señalé (los gastos se miden en la góndola y los ingresos en casa) la respuesta es que, por lo menos, hay incertidumbre acerca de que consumo medimos realmente. No veo conspiración igual. De cualquier manera, me imagino que tendrá ejemplos para mostrarme que antes se hacían las cosas bien y a cierta altura del siglo pasado se empezaron a hacer mal. En 1958, como sugiere el paper, ya se hacían “mal”, sin duda.
- En caso de que su respuesta a la primer pregunta sea que no… ¿El sesgo plutocrático fue introducido directamente en una sola etapa o fue introducido en varias etapas a lo largo de varias décadas?
Mi respuesta anterior se aplica.
- En caso de que su respuesta a la segunda pregunta sea que fue introducido a lo largo de varias décadas… ¿Se lo incorporó y acrecentó documentándolo en las metodologías y en los comunicados a la prensa y a la sociedad o se lo hizo subrepticiamente, presentando las nuevas canastas como actualizaciones, y a las modificaciones en la composición de la canasta como debidas principalmente a mejoras en el estandar de vida de la población?
Lo mismo.
No quiero ser tan burdo para pedirle evidencias de la conspiración pero la verdad es que algo que se publicó en el RES en 1958 difícilmente pueda llamarse un ocultamiento. A mi me parece más bien que era un tema con poco glamour, hasta no hace mucho. Y usted sabe como elegimos temas los economistas…
En fin, lo siento. No lo veo como una conspiración pero estoy dispuesto a mirar lo que me envíe para convencerme de lo contrario.
Responder
Miguel Olivera16/7/09 16:54
Estimado Ricardo:
Veo que escribe “pero tampoco servía como indicador de la evolución de los precios del conjunto del mercado, ya que excluía al 10 por ciento más rico de la población simplemente por ser más ricos, lo que significaba perder alrededor de un 30 por ciento del mercado”…
Otro ejemplo útil para mi. Creo (y reitero mi no expertise en estos asuntos) que es una práctica usual excluir a los consumos de los ricos. Se hace en varios países. Y para mi no es una conspiración. Es discutible, COMO TODAS LAS DECISIONES METODOLÓGICAS QUE SE TOMAN, y como (ex) profesor de epistemología de la economía tengo un enorme interés en que los valores y juicios implícitos de una economía falsamente avalorativa queden a la vista. Sin embargo, no creo que sea una conspiración, nuevamente.
ricardonatalucci16/7/09 18:16
Estimado señor Miguel Olivera: El domingo pasado usted escribió como respuesta al participante Guille lo siguiente:
“En cuanto a Derek dice y el sesgo plutocrático… si, estoy consciente de que había bienes en la canasta que correspondían a sectores de ingresos medio-altos o altos… como las famosas flores (no me acuerdo cuales eran). Todo el punto allí es que la ponderación de estos bienes y servicios era bajísima.”
Anoche yo le hice a usted una aclaración al respecto, y le efectué una pregunta, las que aquí transcribo:
“Tras haber respondido a sus contra-argumentos, y pasando a aspectos que me interesan más, quiero hacerle una aclaración y formularle una pregunta referida a algo que usted manifiesta más adelante en respuesta al participante Guille, y que me tiene muy intrigado. La aclaración que quiero hacerle es que el sesgo plutocrático no consiste en que se incluyan en la canasta de un IPC bienes y servicios que correspondan a estratos medio-altos o altos, sino que consiste en que a esos bienes y servicios se les asigne una ponderación excesivamente alta y a los consumos de las familias más pobres una ponderación notoriamente baja respecto del verdadero promedio de estructuras familiares. Y esto que digo no es una opinión, sino que es una cuestión matemática. La pregunta que le hago es en qué se basa para decir usted que la ponderación de esos bienes y servicios era bajísima, y si puede darnos ejemplos numéricos concretos de esas ponderaciones que según usted eran bajísimas.”
Dejando de lado momentáneamente el hecho de que usted considere que hubo conspiración o que considere que no la hubo… ¿Podría contestarme en qué se basó usted el domingo para afirmar que “Todo el punto allí es que la ponderación de esos bienes y servicios era bajísima”? ¿Puede darnos ejemplos numéricos concretos de esas ponderaciones que según usted eran bajísimas?.
Ricardo Patricio Natalucci
DNI 8.464.942
Ex supervisor de metodología y fórmulas de cálculo del IPC del INDEC 1982-1985
Director del portal estadístico www.indec.com.ar.
Email: ricardonatalucci@indec.com.ar
Teléfono: (011) 15-5347-2390
Miguel Olivera16/7/09 19:04
Estimado Ricardo:
¿Usted quiere qué le diga cuánto pesaban en la canasta el viaje a Miami, o la docena de rosas (colombianas, fuera de estación) o el curso de idioma (no cualquiera, ojo)?
Según entiendo, las especificaciones de las variedad y sus ponderaciones están protegidas por el secreto estadístico así que tendrá que quedarse con mi opinión o contarnos usted cuanto pesaba.
De cualquier manera, recordará que en el Sheraton Pilar aquel día el ex ministro Fernández se lo comentaba a todo aquel que quisiera escucharlo… incluyendo medios (confundiendo Miami con Mexico, claro)
Saludos cordiales.
ricardonatalucci16/7/09 21:31
Señor Miguel Olivera:
No sé si hubo aquel día en el Sheraton Pilar como usted dice alguna confusión del ex ministro Fernández entre Miami y México, ya que en la canasta plutocrática, en la cual no se registraba ni un solo viaje a la provincia del Chaco o a Formosa, o a Corrientes, o a Santiago del Estero, o siquiera a Chascomús, estaban incluidos sin embargo tanto viajes frecuentes a Miami como viajes a Cancún, y Cancún, mi estimado señor Miguel Olivera, pertenece a México. El listado completo de los 800 artículos y servicios que se computaban en la canasta plutocrática con sus respectivos códigos a ocho dígitos, incluyendo las rosas rojas, el servicio doméstico, los dormitorios de roble macizo, los dos automóviles cero kilómetro, las cuatro heladeras y freezers repletos de calamares, champagne, queso gruyere y otras exquisiteces, las cenas con espectáculo artístico, los anillos de oro, la muñeca que debía ser de auténtica marca Barbie, el alquiler de la caja de seguridad, y hasta la castración de una gata, los difundí yo en exclusiva en Internet en el año 2002 en el segundo número de mi publicación Informe de Coyuntura. La publicación de ese documento que hasta ese momento se había mantenido en el más absoluto secreto fue ocultada a la población por la casi totalidad del corrupto y deshonesto periodismo argentino (La única excepción que recuerdo a nivel nacional fue el periodista Marcelo Bartolomé, que leyó por radio mis artículos completos apenas fueron publicados, con gran interés de parte de sus oyentes que hacían un llamado tras otro a la radio), hasta que en el año 2006 Jorge Lanata y algunos otros mencionaron mi denuncia, que fue lo que alertó al gobierno de Kirchner de que algo raro había en el INDEC y por eso el gobierno mandó primero a dos personas que no se identificaron a averiguar como simples usuarios en el propio INDEC, y luego encomendó a Guillermo Moreno que se ocupara directamente de solucionar esas aberraciones.
Pero volvamos a lo que más me interesa: La ley de secreto estadístico (Ley 17622) no prohíbe en absoluto la difusión de variedades ni ponderaciones, sino solamente la publicación de datos confidenciales sobre empresas y particulares. Siéntase cómodo en consecuencia para demostrarnos que cuando usted afirmó que “Todo el punto allí es que la ponderación de estos bienes y servicios era bajísima” hablaba con algún fundamento. Cuéntenos en cifras concretas, con ejemplos numéricos, a qué llama usted ponderación bajísima y así comprobaremos que sus afirmaciones al respecto son dignas de crédito y que no se ha limitado usted a repetir algo que algún miembro de la corporación delictiva que controló al INDEC hasta enero de 2007 le haya hecho creer.
Ricardo Patricio Natalucci
DNI 8.464.942
Ex supervisor del INDEC 1980-1985
Ex supervisor de metodología y fórmulas de cálculo del IPC del INDEC 1982-1985
Ex asesor de la Secretaría de Planificación de Presidencia de la Nación 1986-1991
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Miguel Olivera16/7/09 22:12
Estimado Ricardo:
Lo del secreto estadístico fue una ironía, mis disculpas si lo tomó en serio.
Lo de la castración de la gata… no tengo palabras. Realmente no estaba al tanto (¿será una proxy por gastos veterinarios?.. otra ironía, no tengo ni idea de que encuesta de hogares puede haber salido).
Hablando en serio, quien me contó las ponderaciones de los artículos que el ex ministro mencionó en aquel encuentro no es, de ninguna manera, miembro de una corporación delictiva. De cualquier manera, no las repito ahora sin confirmarlas antes.
Pero sería un placer que usted las publicara aquí porque, aunque limitada, este blog es leído por muchos economistas jóvenes.
Finalmente, aún si todos los artículos que usted menciona sumaran un porcentaje relevante de la canasta de consumo relevada por el INDEC, y esos artículos hubieran tenido una inflación mucho mayor que el resto, en todo lo que me corregiría es en lo que le dije a Guille. La existencia del sesgo plutocrático no fue nunca una diferencia entre nosotros: no lo “acepté”, como usted dice; lo estudie en su momento, lo evalué y paso a formar parte de mi saber aceptado. Punto. Nunca se me había ocurrido que la empresa K en el INDEC iba en esa dirección aunque reconozco que en el discurso han hablado de un índice más representativo, reducido significativamente las variedades, etc., pero, como dije tantas veces y usted no me refutó, con nivel de transparencia escandoloso. ¿Puede usted explicarme esto último? ¿La escasa transparencia de la tarea que realizan?
Por el resto, sigo pensando que no es corrección del sesgo plutocrático lo que hay, y las estimaciones existentes del sesgo que cité también lo sugieren.
Pero, sobre todas las cosas, insito, el oscurantismo que hay sobre el índice actual es tan escandoloso que aún cuando usted tuviera razón, no hay manera de comprobarlo y lo expliqué más arriba.
Todos nuestros intercambios están arriba para que los lectores juzguen y pesen los argumentos, y tomen la posición que les corresponda.
Mi impresión, y se lo digo con mucho respeto, es que usted hizo de un problema técnico, el sesgo plutocrático, una cruzada política. El sesgo puede existir, pero existe aquí y en muchas otras partes y no es la conspiración la razón. Hizo de la lucha contra el tráfico de información, correctamente, una bandera. Pero el tráfico no está relacionado con el sesgo. Este último es un delito, el primero es un problema técnico. Son dos cosas separadas.
Recién visité su página, lamento no haberla conocido antes, y me encontré que tiene la hombría de repudiar las amenazas que desde indecquetrabaja se realizan. Pero reivindica su discurso. Aquí es donde nos separamos: aún si indecquetrabaja tuviera razón, y creo que no la tiene, la forma elegida para dar la “batalla” (la agresión, la descalificación) me excluye completamente de su lado. Simplemente no puedo aceptarlo.
Es que no se puede construir un nuevo IPC desde la oscuridad y la prepotencia. Se debe hacer desde el consenso (porque además, por definición, el mejor índice desde lo técnico no sirve si no tiene consenso). Tanto así que no deja de sorprenderme que usted se mantenga al lado de esa empresa, por lo menos viciada de formas.
Miguel Olivera17/7/09 09:49
Estimado Ricardo:
Cuando tenga en evidencia en contrario de la afirmación no tengo problema en desdecirme. Lo hice varias veces en los más de 6 años de vida del blog. Así que espero las ponderaciones (con eso me alcanza) y sí además puedo conseguir la evolución de la inflación de esos productos para cuantificar el posible sesgo, me encantaría escribir al respecto.
En cuanto a la necesidad de señalar las ironías incorporando crisálidas, perdone si mi respuesta es negativa. Mi blog se llama Exabruptos y el lector está advertido. Mi estilo es mi estilo. Lamento que no le divierta o lo confunda pero, a diferencia de su página, Exabruptos no es un servicio sino una forma de expresión particular. Pero, ya le dije, dispuesto a reconocer mis errores… siempre.
No revisé a fondo lo que escribió en su página sobre el sesgo plutocrático y el tráfico de información pero, hasta aquí, mi impresión es que su saber profesional en el tema índice de precios es muy respetable y superior al mío. De paso, no significa que tenga razón: Bob Lucas sabe mucho más macroeconomía que yo y sin embargo creo que está profundamente equivocado.
A lo largo de mis apostillas y nuestro intercambio, completé planteos e hice aclaraciones a las que no respondió. Son muchas y, como dije, queda en el lector elegir entre una y otra.
Sin embargo, hay una en la que insisto en pedirle su respuesta justamente dado su saber profesional y es la escasa transparencia de la gestión del nuevo INDEC. ¿Usted está de acuerdo? ¿Cree qué el cálculo del IPC debe hacerse con reserva y reduciendo al mínimo su replicabilidad (que nunca puede ser completa, lo entiendo)? ¿O, al revés, cree conmigo que el carácter de bien público de las estadísticas públicas exige exactamente lo contrario de lo que se está haciendo en este aspecto particular?
Miguel Olivera17/7/09 11:17
Estimado Ricardo:
Para que luego me aporte más precisión…
1223/Otras bebidas alcohólicas/0.187%
(donde me imagino va el champagne que tiene que tener una ponderación más chica porque pasamos de 4 á 8 digitos)
75/FLORES, PLANTAS Y ATENCIÓN DE ANIMALES DOMÉSTICOS/0.594%
(done me imagino van las rosas rojas, la castración de la gata)
4231/Servicio doméstico/2.267%
11242/Otros pescados y mariscos frescos y congelados/0.138%
(entrará el calamar acá, supongo)
741/JUGUETES Y JUEGOS/0.317%
(¿la barbie?)
4121/Artefactos para cocinar o conservar alimentos/0.424%
(las heladeras…)
De paso aprovecho su paso por el INDEC para preguntarle que piensa sobre las estadísticas de cuentas nacionales y actividad que elabora el instituto en estos días. Dado que difieren tanto de las estimaciones privadas, me gustaría saber cuales son las correcciones que allí se están realizando ya que la transparencia es igualmente nula. Me imagino que no me negaría la caída en la correlación entre el nivel de la demanda de electricidad y diferentes indicadores de actividad que mide el INDEC.
Saludos cordiales.
ricardonatalucci17/7/09 14:17
OPINAR ES DIFERENTE A SABER
Señor Miguel Olivera:
Parménides, Platón, y Aristóteles, entre otros, ya se ocuparon de distinguir entre opinar y saber. El Comisario Maigret -famoso personaje creado por mi escritor favorito Georges Simenon- suele responder cuando le preguntan qué opina “yo nunca opino”. La mayoría de la gente -usted inclusive-, opina sin saber y le encanta opinar sin saber. Pero lo peor es que se rebelan contra la información que contradice su opinión, la minimizan, la atacan, o directamente se encaprichan en negarla. Se sienten agredidos como si esa información contraria a su opinión viniera a sacarlos de un sillón en el que se encuentran cómodos y a gusto. Entonces comienzan a hacer pequeñas trampas dialécticas, a no ver sus propias contradicciones, a afirmarse en cualquier informe que hayan encontrado en su biblioteca o en Internet que crean que avala aquello que desean seguir creyendo por más absurdo e incoherente que sea, y como último recurso apelan al “lo que usted dice no me convence, no le creo”. Tal vez el problema radique en que identifican la opinión que se han formado (o que les han inducido) con su propia persona, y entonces sienten que perder esa opinión o cambiarla por otra sería como perder o cambiar un brazo, o el cabello, o cualquier otra parte de su cuerpo o de su personalidad.
El año pasado ya contesté a la revista Newsweek de Argentina que “al INDEC le falta más transparencia”, pero hablar como hace usted de “escasa transparencia en la gestión del nuevo INDEC” es una falta de respeto a la realidad o desconocimiento total del oscurantismo que existió en el INDEC desde los años ochenta hasta enero de 2007. Jamás hubo, al menos en las últimas dos décadas, mayor transparencia y sinceridad metodológica de la que hay ahora. Jamás hubo, al menos en las últimas dos décadas, un funcionario del INDEC que hablara y explicara la realidad del INDEC y de los indicadores oficiales con mayor claridad y honestidad intelectual que Norberto Itzcovich. Y eso no significa que yo esté de acuerdo en todos los puntos de vista que expresa Itzcovich ni con todo lo que hace Itzcovich. Considero por ejemplo (y me baso en lo que publicó el diario Crítica y que el blog oficialista indecquetrabaja no ha desmentido, ya que nunca estuve en el despacho de Norberto Itzcovich) que si es verdad que el único adorno que hay en la pared de su despacho es la foto del matrimonio Kirchner esa foto la podría tener en su casa, o a lo sumo sobre el escritorio, vuelta hacia él, junto con sus fotos familiares, pero en la pared de la oficina de un funcionario que elabora estadísticas sería mejor que estuviera la imagen de Manuel Belgrano, de José de San Martín, o tal vez mejor aún un paisaje de cualquier lugar del país… miles de fotos de todo el país… de cada pueblo, de la gente, pero bueno… son cuestiones de estilo y lo de las fotos de los Kirchner, si es verdad, son esas cosas del folklore peronista. Creo también que Itzcovich no debería minimizar la oportuna intervención que tuvo el gobierno en el INDEC en enero de 2007 sino resaltarla, mencionar lo que es el sesgo plutocrático con todas las letras, atreverse a cambiar de cuajo la fórmula plutocrática por la fórmula democrática de Prais, publicar en Internet los precios medios junto con el coeficiente de variación… pero pese a estas diferencias el balance de lo que está haciendo Itzcovich y de los cambios que están habiendo todos en el INDEC es excelente, y no se si tengo derecho a pretender más.
En el próximo post espero poder empezar a encarar la cuestión de las ponderaciones y de la enorme y nefasta incidencia del sesgo plutocrático en los índices de precios. .
[b]Ricardo Patricio Natalucci
Ex supervisor de metodología y fórmulas de cálculo del IPC del INDEC 1982-1985
Ex asesor de la Secretaría de Planificación de Presidencia de la Nación 1986-1991
Director del portal estadístico www.indec.com.ar.
[/b]Miguel Olivera17/7/09 15:03
No necesito que ningún funcionario me explique “con claridad y honestidad” lo que hace para calcular el índice de precios. Lo único que necesito es que esté disponible la información detallada en Internet. Eso es todo.
Y mientras no esté disponible y tenga que depender de lo que dice Itzcovich, no sólo está mal. Es un escándalo indigno de ser apoyado por un jeffersoniano.
Más aún, dado que la información para contrastar su calificativo de “excelente” no es pública, o bien su afirmación no tiene base, o bien usted tiene acceso a información que no tengo.
Saludos
ricardonatalucci17/7/09 15:35
Lo noto nervioso, Olivera.
[b]Ricardo Patricio Natalucci
Ex supervisor del INDEC 1980-1985
Ex supervisor de metodología y fórmulas de cálculo del IPC del INDEC 1982-1985
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[/b]ricardonatalucci17/7/09 15:47
¿Se siente mejor?
[b]Ricardo Patricio Natalucci
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[/b]Miguel Olivera17/7/09 16:51
Es evidentemente un reflejo compartido tamizado por su buena educación. En el original, es así:
“¿Qué te pasa Olivera? ¿Estás nervioso?”
ricardonatalucci17/7/09 16:54
Ja ja, bienvenido de nuevo a su blog, Olivera… me había dejado preocupado.
Ricardo Patricio Natalucci
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