Lo único que siempre me mantuvo al margen de la frustración fue River. River es más fuerte que las angustias que llevo dentro. River le gana a los miedos que no le cuento a nadie. River estuvo ahí cuando las mujeres me dejaron. River fue mi revancha cuando los jefes me basureaban. River fue mi alivio semanal cuando tenía 19 años y un vacío existencial.River me fascinaba cuando yo me odiaba.
River es un refugio para mí, que vivo en Belgrano, pero también para quien alquila una casita en Ezpeleta u ocupa un asentamiento en Ingeniero Budge. River es la revancha para quienes están en un hospital, una cárcel o una comisaría. River es nuestra garantía de triunfo. Te ponés un buzo de River y caminas por la calle como un campeón. Siempre fuimos eso: campeones. Los perdedores son otros.
Me mata el simio que cree que ésto es como cuando el Real no podía ganar la décima y sufría con el Barca. Que se den cuenta que ellos son el Barca del relato, tuvieron su ventanita de historia y después volvió todo a su lugar.
Mejor aún, con que cara van a seguir chapeando de club aguerrido o “todos contra boca” después del teatrito que hicieron para no jugar en el Monumental.