Promesas sobre el bidet
[b]Siete de cada diez ciudadanos califican como negativa la situación económica y sostienen que el Presidente no cumple o cumple poco las promesas que hizo en la campaña. El 60 por ciento cree que ya no debe responsabilizarse de los problemas a la “pesada herencia”.
[/b][SIZE=2]Siete de cada diez argentinos considera que Mauricio Macri no cumple nada o cumple muy poco las promesas electorales. También siete de cada diez ciudadanos califican como negativa la situación económica del país y el 60 por ciento considera que ya no debe echársele la culpa al anterior gobierno, es decir a la llamada “pesada herencia”. Tal vez esos elementos expliquen que al cumplirse un año de gobierno la aprobación de Mauricio Macri cayó 13 puntos si se la compara con la que tenía el 10 de diciembre de 2015. La principal fortaleza del Presidente está en las expectativas, es decir, la existencia de una proporción de ciudadanos que piensa que las cosas van a mejorar, que hay que tener paciencia. Sin embargo, también esa expectativa está en descenso y se llega a un fin de año de mal humor social, con una franja mayoritaria muy preocupada, enorme incertidumbre y sectores en los que aparece nítida la bronca.
“A un año de su asunción muchas cosas han cambiado en nuestro país –señala Bacman por medio de su encuesta–: la esperanza que se había instalado con gran firmeza un año atrás, en la actualidad, de alguna u otra manera, está puesta en tela de juicio. Se percibe en los sentimientos de los encuestados. Cuando les preguntamos qué sensaciones o sentimientos les despierta la actual situación del país, el 60 por ciento se volcó a sentimientos negativos: casi el 40 por ciento habló de preocupación, 13 por ciento de bronca y hasta hay un seis por ciento que tiene miedo. En una dimensión un poco menos negativa, pero no tanto, está el 14 por ciento que siente incertidumbre. Del otro lado, entre los que tienen sensaciones positivas, hay una franja mucho más chica, del 24 por ciento, que está optimista, confiada o tranquila.
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[/b][/SIZE]Desde los primeros días de gobierno se empezó a percibir que el punto crítico era el deterioro económico. El titular del CEOP sostiene que “hubo más inflación, inclusive por encima de las expectativas del propio gobierno y por debajo de los aumentos salariales, incremento de la pobreza afirmado tanto por mediciones oficiales como privadas; caída de la actividad económica; descenso de las exportaciones a pesar de los beneficios impositivos; problemas laborales que incluyeron despidos, suspensiones y recorte o quita de horas extras; percepción de sueldos o ingresos que no alcanzaban y aumento de la vulnerabilidad de los sectores sociales más desprotegidos”. Por tal motivo, cuando en esta última encuesta se pregunta acerca de los logros de la gestión, tres de cada diez consultados contestaron “ninguno”. La categoría no es residual; expresa, y de manera contundente, que la economía tiene mucha importancia a la hora de evaluar lo actuado por un gobierno. El resto de los logros percibidos solo arrojan valores pequeños, que indican que obtienen el apoyo de un sector muy acotado de la sociedad: salir del cepo y del default (15 por ciento), la lucha contra la corrupción (14 por ciento), quita de subsidios a las tarifas (9,6) y mayor vocación de diálogo (9,3 por ciento).
En los aspectos negativos la economía ocupa el podio de la insatisfacción de la gente. En primer lugar, la protagonista de estos tiempos: la inflación, con un 31,8 por ciento de menciones como aspectos negativos del año de gestión de Macri. Luego, el aumento de la pobreza (21,2 por ciento), la mala distribución de la riqueza (13,2) y la quita de los subsidios a las tarifas (10,4 por ciento). Este conjunto de cuestiones sintetizan los componentes primigenios del mal humor social. “El desafío de la economía –completa Bacman– es sustancial para el futuro de esta gestión de Cambiemos. Y lo es a tal punto que cuando los argentinos tienen que evaluar la situación económica actual de nuestro país, siete de cada diez consultados manifiestan una evaluación abiertamente negativa. Y este dato no es un oasis en el desierto: se manifiesta porcentualmente de este modo, apenas con pequeñas variaciones, desde el mes de agosto pasado. Pienso que desde el punto de vista de la economía, los argentinos perciben que están en el ojo de una tormenta muy grave”.
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[/b][SIZE=2]Para la mayoría de los argentinos está claro que buena parte de las promesas de campaña resultaron una especie de engaño. El debate sobre el impuesto a las ganancias mostró con claridad que durante la campaña electoral el Presidente prometía una cosa y ahora sostiene lo contrario. En su momento, Macri dijo que no iba a haber tarifazo ni devaluación, increpando a su contrincante, Daniel Scioli. “Mauricio Macri no solo hablaba de cambio en la campaña –evalúa Bacman–. También fueron épocas de promesas: pobreza cero, lluvia de inversiones, reducción drástica del gasto público, baja inflación, mejorar el diálogo entre los políticos y los argentinos, optimizar la calidad institucional, fueron las que más se pudieron escuchar en el último tramo de la campaña y en particular en el debate final con Scioli, a pocos días de llevarse a cabo la segunda vuelta. El video de Macri diciendo ‘en mi gobierno ningún trabajador pagará Ganancias’ se repitió una y otra vez en éstos días”.
A doce meses de haber asumido el gobierno de Cambiemos, la encuesta pone en negro sobre blanco qué opinan los argentinos. Y los resultados son rotundos: el 71,2 por ciento de los consultados están absolutamente convencidos que las promesas de campaña no se cumplieron. Por supuesto que el segmento de los opositores impulsa esta idea de manera casi masiva. Pero estos números muestran a una realidad que involucra, incluso, a cuatro de cada diez ciudadanos que se consideran oficialistas y siete de cada diez independientes. “¿Cumplir con las promesas es otra de las principales asignaturas pendientes de esta gestión? Por supuesto que sí, y quizás, la más significativa”, define Bacman.
[/SIZE]Durante estos doce meses, el gobierno de Macri agitó en forma permanente que gran parte de los problemas se debían a la “pesada herencia”. Hoy cambió levemente el discurso hacia un argumento incomprobable: “salvamos al país de una catástrofe”. Se asegura que la Argentina iba camino a una gravísima crisis de haberse mantenido las políticas del gobierno kirchnerista o de haber ganado Scioli.
Bacman afirma que “el relato M comenzó en los tiempos de campaña con el planteo del cambio, al que Macri definía como una cuestión cultural. Pero los argentinos necesitaban una explicación más concreta, directamente relacionada con la nueva orientación económica que se proponía. Y desde esta última perspectiva, el cambio se montó en un significante vacío. Sin embargo, desde el primer día de gestión el verdadero sentido del cambio salió a la luz: tirar por la borda todo aquello que había construido tras doce años de gestión el gobierno de los Kirchner. Basados en la cimentación de un nuevo relato conceptualizado en “la pesada herencia recibida”, los funcionarios de la nueva gestión comenzaron a implementar un conjunto de cambios con una fuerte impronta neoliberal”. Sin embargo, los resultados que se obtienen en la encuesta cuando la gestión Macri cumple su primer año, expresan que el argumento perdió su peso inicial: seis de cada diez argentinos afirman que “luego de un año de gestión, se debería dejar de echarle la culpa al gobierno anterior de los problemas económicos del país”. En otras palabras, la gente espera que el gobierno asuma los problemas económicos que atraviesa el país.
De todas maneras, no parece que los dirigentes de Cambiemos abandonen este argumento, aunque lo reformulen con el argumento de que salvaron al país del desastre. La realidad es que afrontan una situación económica difícil que, según se ve en todas las encuestas, la gente cree que se origina en que la actual administra gobierna para el sector más rico.
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[/b]Uno de los interrogantes es cómo retiene Macri una aceptable imagen (ver aparte) con números tan negativos en la economía y otros aspectos. “En los meses recientes se estableció en el imaginario colectivo de los argentinos una especie de lucha entre el deseo y la realidad –señala Bacman. Y esta lucha también se relaciona con otro aspecto del relato M. La formulación es “los problemas de los argentinos no se resuelven en un año”. Los que aprueban este concepto se ubican en el eje del 62 por ciento. Indiscutiblemente los oficialistas son quienes lo aceptan a rajatabla y los opositores lo rechazan. La cuestión es que para gran parte de los independientes se trata de un argumento razonable. Es innegable que, como dice el refrán, la esperanza es lo último que se pierde. Solo es cuestión de esperar. La economía es el principal desafío a superar para esta gestión”.
Por ahora, los independientes que votaron a Macri y que terminaron dándole el triunfo quieren creer que las cosas mejorarán. Pero, como señala Bacman, el tiempo corre y aparecen, cada vez en mayores porcentajes, la preocupación, la incertidumbre y hasta la bronca.
Raúl Kollman
"Todas las variables peor que hace un año: más inflación, más desempleo, más deuda, menos actividad. Pero podemos comprar dólares”. Es un tuit de Sebastián Soler de ayer a las 8.43. Se puede agregar que en doce meses bajó la inversión, subió el déficit fiscal, se desplomó el consumo y retrocedió el salario real. Además hubo más emisión monetaria y bicicleta financiera. El límite de los 140 caracteres de un tuit no permitió abundar a Soler en ese incisivo resume que desnuda a la categoría teórica inventada por el dúo Marcos Peña y Alfonso Prat Gay: “había una crisis pero no se notaba”. Que la aplicó con escasa reflexión Mauricio Macri: “la gente era pobre pero no lo sabía”.
El mejor equipo de los últimos 50 años acompañado por la inmensa red de propaganda pública-privada le resulta cada vez más complicado ocultar que han provocado un importante descalabro en la economía en apenas un año. Pueden seguir echando culpas al anterior gobierno para eludir la responsabilidad de haber convocado a la recesión. Una minoría intensa no se rendirá y continuarán acompañando ese relato. Es comprensible porque sería admitir que se han subido a una canoa que perdió el rumbo. El esfuerzo que hacen los miembros del gobierno para mostrar que trabajan en conjunto solo deja en evidencia la improvisación, descoordinación y desorganización de la gestión económica.
La redistribución del ingreso regresiva, una de las más impactantes por la velocidad aplicada en democracia desde el ‘83, fue disfrazada como “sinceramiento”, categoría analítica que fue adoptada por economistas de la city especializados en equivocar diagnósticos y pronósticos para encubrir, en realidad, que su propuesta económica es un fracaso para el bienestar general y un éxito para una minoría privilegiada. Lo fue con Martínez de Hoz, Cavallo, Machinea & cía y hoy lo es con Prat Gay-Sturzenegger.
Alfredo Zaiat
[b]Mentime que me gusta
Cumplió:
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[li]Eliminar totalmente las retenciones al agro, aunque gradualmente las de la soja.[/li]
[li]Eliminar las retenciones a la minería y otras actividades para fomentar la inversión extranjera. [/li][li]Liberar el dólar. [/li][li]Pagar en forma inmediata a los buitres en su totalidad. [/li][li]Derogar el Memorándum de Entendimiento con Irán. [/li][li]Declarar la Emergencia Nacional en Seguridad. [/li][li]Traspasar la Policía Federal a la ciudad de Buenos Aires. [/li][li]Reformar la Sedronar, eliminando todo su trabajo previo. [/li][li]Ubicar al Renatre en su situación previa, a cargo de Momo Venegas. [/li][li]Reducir impuestos automotores (sólo cumplió en autos de alta gama). [/li][/ul]
[b][SIZE=4]No cumplió:
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[li]No devaluar. Después: Evitar que el dólar supere los $15. [/li][li]Eliminar Ganancias para los trabajadores. Ahora pagan 265.000 trabajadores más. [/li][li]Lanzar 1 millón de créditos hipotecarios a 30 años. Se otorgaron menos de 1000 a 20 años. [/li][li]Mantener los beneficios a jubilados y pensionados. PAMI ya no cumple su función. [/li][li]No tomar deuda de ANSES, proteger sus inversiones. [/li][li]No tomar deuda internacional hasta mejorar los índices económicos. [/li][li]Sólo tomar deuda para el desarrollo y el progreso de los argentinos. [/li][li]Generar un shock de inversión en transporte, rutas y autopistas. [/li][li]Volver al mundo. Argentina ha sufrido un retroceso importante en su imagen global. [/li][li]Continuar con Fútbol Para Todos. El programa fue eliminado, el fútbol se privatizará nuevamente. [/li][li]Pobreza Cero. Según CESO, CEPA y UCA hay entre 1,5 millones y 2,4 millones de nuevos pobres. [/li][li]No ajustar: "Creemos en expandir la economía, cuidar el mercado interno y las PyMEs. [/li][li]Unir a los argentinos. El gobierno se sostiene a partir de una campaña permanente de división. [/li][li]Bajar la inflación. Durante su primer año se ubicó entre el 40 y el 45%. Alimentos superó el 50%. [/li][li]Cuidar el salario. El salario se depreció con la inflación, pero además sufrió tarifazos en servicios. [/li][li]Continuar con el avance en el CONICET e invertir más en Ciencia. Sufrió un grave recorte. [/li][li]“El segundo semestre…” luego se convirtió en “el segundo año” y contando. [/li][li]Generar 2 millones de puestos. Se despidieron más de 160.000 trabajadores privados. [/li][li]Continuar la política ferroviaria. Estancada, se piensa en la reprivatización del sistema. [/li][li]Urbanizar villas y entregar títulos de viviendas precarias. [/li][li]Ser justos con cada provincia, no apretar a los gobernadores. [/li][li]Respetar los DDHH y la Ley vigente. [/li][li]Repuntar el turismo con nuevas ideas e innovación. [/li][li]Cambiar la formación del personal policial para que sea más amplia y útil. [/li][li]Multar a las empresas que no cumplan con sus servicios e inversiones. [/li][li]Abrir nuevos mercados para la producción nacional. [/li][li]Etc. [/li][/ul]
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Chequeado en: Plataforma PRO, Debate Electoral y discursos o entrevistas del Presidente Macri y su círculo íntimo.
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Hay más…
PROMESAS 2017
Peña prevé un “muy buen 2017” para la economía argentina
Dijo que la baja de la inflación permitirá recuperar el salario real
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, pronosticó un “muy buen 2017” para la economía nacional y negó que uno de los objetivos del flamante ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sea aplicar un ajuste. “Nosotros creemos que va a ser un muy buen 2017, en el que se van a recoger los frutos de un año de siembra y de trabajo duro, de sinceramiento y de transición de una economía que venía en una situación muy complicada de estancamiento desde hace muchos años, y todos los indicadores más importantes son auspiciosos”, anticipó el funcionario, en declaraciones a Radio Mitre, el sábado.
Respecto de los indicadores sobre los que basa su optimismo, Peña señaló: “Lo que tiene que ver con la baja de la inflación, que vemos cómo se va consolidando y cómo se va a consolidar el año próximo”, y dijo que también espera “un aumento del empleo” y una “recuperación de la capacidad de consumo de los argentinos a través de la recuperación del salario real”.