Domingo 03 de agosto de 1997, Buenos Aires, República Argentina
RIVER: EL TÉCNICO DICE QUE HASTA AHORA NO SE EQUIVOCO EN NADA
Ramón Díaz: “La tengo demasiado clara, demasiado”
Afirma que todo lo suyo es natural y que lo único que arma es el trabajo. Un Ramón auténtico en una charla a fondo. Un Ramón que insiste con que ya está en la historia y quiere más.
DE TAQUITO. El Pelado Díaz, ayer, en el Monumental. Hombre de River.
Se abre el telón. Ramón Díaz copa la escena. Está contento, distendido, con ganas de hablar. Y si el Pelado está así… Empieza el show.
-¿Sabías que te dicen “filósofo”? -Ja, ja.
-Es un apodo irónico. -Yo tomo con humor que me digan “filósofo”. No me molesta. Cada uno tiene su personalidad y su manera de ver el fútbol. Lo más importante es conocer dónde uno está parado y con la gente que está trabajando.
-¿Vos sabés dónde estás parado? -Por supuesto.
-¿La tenés bien clara? -La tengo demasiado clara, demasiado. Por eso, a veces, muchos se molestan.
-¿Sos más inteligente de lo que la gente piensa? -Lo que piensa la gente me interesa poco.
-¿Armás un personaje? Siempre que enfrentás a la prensa tenés alguna salida sorpresiva. -El Ramón Díaz que ven es todo natural. Lo único que armo es el trabajo. Vos ves la organización que tenemos. Los objetivos son muy claros: queremos darles satisfacciones a los hinchas de River. Y para conseguir eso, vamos hasta las últimas consecuencias.
-¿Por ir “hasta las últimas consecuencias”, en estos últimos tres días, te mostraste enojado porque no te traían los refuerzos que querías y te enfrentaste con el presidente Davicce? -Siempre va a ser así.
-¿Te vas a enfrentar con cualquiera? -Sí. No hay drama, no hay drama.
-¿Sos así para no darle la razón a los demás? -Para nada. No es una actitud caprichosa. Voy hasta las últimas consecuencias cuando estoy convencido de algo. Y principalmente porque conozco a la gente de River; sé que es muy exigente. Quiere que se arme un equipo muy competitivo. Y los dirigentes también. Además, hace dos años que estamos nosotros, y siempre en los primeros niveles. Pedir algo mejor de lo que está pasando en este período, es imposible. Nunca se vio.
-¿Cómo quedó tu relación con Davicce después de la reunión del viernes? -Quedó todo igual que antes. Tomamos un café, como hacemos siempre.
-El dijo que te habías bandeado un poco. -Con el presidente hace dos años que estoy, y me conoce muy bien. Sabe que cuando apunto a algo no me equivoco.
-Ramón, no es para tanto. -No me equivoqué en nada desde que estamos acá.
-Estás exagerando. -Al contrario: desde que estoy en River, el club hizo los negocios más grandes.
-¿Seguro que no fallaste en nada? -Por supuesto que algunos errores hay. Lo que digo es que no me equivoqué a la hora de elegir jugadores y de tener el equipo siempre a full. Yo sé muy bien lo que tengo que hacer para que River no pare de ganar.
-El hincha de River entonces puede empezar a dar la vuelta olímpica antes de que termine el Clausura. -No hay que confundir las cosas. Yo digo que estamos preparados para ganar este final de campeonato, pero que se entienda bien: River, Newells, Independiente y Colón tienen las mismas chances. Todos los que quedan son partidos decisivos. Será campeón el equipo que esté más concentrado y no sienta la presión.
-¿Con qué cuenta River que no tengan los otros candidatos al título? -No sé. De lo que estoy seguro es de que el equipo está muy bien estructurado, con una gran mentalidad, con hambre. Eso es lo que más me gusta de mis jugadores. Todos tienen confianza y no paran de sacrificarse.
-¿Ramón, tu mayor virtud pasa por los conocimientos tácticos, por la elección de los futbolistas o por la libertad que les das a los jugadores? -Por todo. No te alcanza solamente con elegir a los jugadores, sino sería muy fácil.
-¿Seguís creyendo que los equipos se arman de adelante para atrás? -Como pienso yo, sí. Arreglar las cosas atrás es fácil. Lo difícil es armar del medio para adelante. Es muy sencillo agruparse en el fondo y esperar. River intenta atacar permanentemente, ese el concepto de fondo que manejamos. Y vamos a seguir así porque eso es lo que le gusta a la gente. Siempre con equilibrio, con inteligencia y con orden.
-¿Considerás que estás entre los mejores técnicos de la Argentina? -Eso díganlo ustedes. Yo no lo puedo decir.
-Si lo pensás, decilo. -No, no. Lo que sí puedo decir es que gané muchas cosas en muy poco tiempo.
-¿Todo el mérito es tuyo? -No dije eso. Es mío, de los jugadores y del presidente.
-¿Qué pasaría si fueras el técnico de un equipo chico? -Y me sentiría muy mal. No podría trabajar con tranquilidad porque faltarían muchas cosas. Eso me traería dificultades. En River tengo todo lo mejor. Se me haría difícil dirigir otro equipo porque no podría hacer lo que yo quiero.
-¿Qué técnico de equipo chico te gusta? -Aunque Newells no es un equipo chico, me gusta Mario Zanabria porque logró en muy poco tiempo pelear el campeonato con jugadores jóvenes.
La charla llega a su fin. Es el turno de la producción fotográfica. Se engancha. Sonríe, bromea, y de repente suelta una frase: “A mí me gusta la gente rápida…”
De más esta decir como terminó el Clausura, no?