Interesante nota de Ole:
A la pregunta de cómo potenciar a Lionel Messi para que descadere muñecos en la Selección de la misma manera que lo hace una y otra vez en cualquier televisor que muestre un partido del Barcelona, se le suma otra, cuya respuesta tiene una dificultad similar. ¿Quién debe ser el delantero de área que acompañe a la Pulga en el Mundial? De gustos se trata, porque de fútbol se habla. Pero también de efectividad. Y de momentos.
El análisis del 2009 que tuvieron los candidatos a ese puesto en Sudáfrica 2010 entrega, desde lo numérico, a un par de delanteros picantes, enfocados desde hace tiempo, pero que no cumplen con el rol de grandote-que-baja-todo: Gonzalo Higuaín y Diego Milito. Al Pipita le resbala que lleguen Cristiano Ronaldo, Kaká o Benzema, o que siga Raúl: en el Real Madrid es indiscutido. Al Príncipe, apodo que los medios italianos recogieron de la época en que el hermano de Gaby jugaba en Racing, no le pesa ninguna camiseta del Calcio: gritaba con la del Genoa en el semestre pasado, ahora lo hace con la del Inter. Los dos, durante el año que acaba de cerrar la puerta, mostraron un promedio de gol envidiable: 0,58 gritos por partido. La duda, entonces, es si uno u otro (¿por qué no los dos?) podrán resultar un complemento del crack del Barcelona.
Luego asoma Lisandro López, sensación en Europa, primero en Porto y después en Lyon, con algunas nominaciones en la era Maradona pero poca acción. Cabecea, define con las dos piernas… Detrás, pese a un “mal año” que incluyó siete partidos consecutivos sin convertir, aparece Martín Palermo. Ahí nomás. Claro, con menos partidos disputados. Y con el atenuante de que, mientras Higuaín, Milito y Licha se fajan todos los domingos con defensores clase A, el Loco lo hace en el fútbol doméstico. Agüero es de lo mejorcito de un Atlético Madrid que se arrastra, Tevez recién en el City recuperó esa fibra que le costaba encontrar en su última etapa en el United, Bergessio se fue de San Lorenzo disfórico y en el Saint Ettiene recuperó la voz y en el caso de Lavezzi, los números coinciden con la lógica: su desequilibrio se produce por los costados.
Si la elección se rigiera por la matemática, Maradona no tendría más que cotejar estos números y darle la 9 a Higuaín o Milito, porque la efectividad no se discute. Pero como al fútbol se juega en equipo, hay otros factores que deben meditarse antes de tomar la decisión. Por ejemplo, no estaría mal meditar si los nombres deben ser estos, los ya examinados, y bajar la persiana. Faltan seis meses. Es poco, pero suficiente para alguna evaluación, para despejar cualquier pregunta. Sucede que los números de Lucas Barrios asustan e inquietan en igual medida: mide 1,87 metro, la rompió en el Colo Colo y, encendido, ahora se muestra imparable en la exigente Bundesliga, donde cerró su 2009 con un promedio de gol alucinante, de ¡0,69!
El semestre que viene será decisivo. Por eso, con permiso del copyright que le pertenece al filósofo de Fiorito, bien vale el ¡que la sigan metiendo, Carlos!.
Yo los pondria a los dos al pipita y a milito de 9 para bajar pelotas. De una ves por todas tienen que dejar de probar jugadores!