Una historieta de isidoro cañones
Estos últimos tiempos me enganche mucho con los desarollo personal
Me estoy viendo unas reseñas esos 2 van como piña hay un par, tengo que elegir 1 entro a varios
no llegue ni a la mitad de ambos, pero los voy leyendo hace bastante, y están buenos, son de lectura medianamente rápida
Interesante, voy a ver si lo consigo usado.
Recién termino la relectura del mundo de Guermantes, el tercer tomo de En busca del tiempo perdido de Proust. No recordaba ese final tan exquisito y demoledor, las 3 ultimas paginas te dejan con la mirada suspendida en el aire.
Es un mamotreto de más de 700 paginas, con muchas partes que son pesadas, pero ese final hace valer la pena cada una de ellas.
Me prestaron el libro que majul escribió sobre lanata. Hoy lo empiezo a leer
Empezaremos con un cuento breve: “Catedral”, de Raymond Carver (no confundir con el libro que se titula de la misma manera y que incluye el cuento).
Seguimos con otro cuento aún más breve: “La casa de Asterión”, de Jorge Luis Borges. Tenemos allí un motivo mitólogico: el minotauro. Luego podemos ir por “Emma Zunz”, del mismo autor.
A continuación, buscaremos la biografía de Edgar Allan Poe escrita por Cortázar para luego leer el cuento “William Wilson”, donde encontraremos datos autobiográficos del autor, además de una gran narrativa que toca el tema del doppelgänger (“doble andante”). Es, bajo mi punto de vista, el mejor cuento escrito sobre dicha temática. Inmediatamente buscaremos el poema “El cuervo” del mismo autor y lo leeremos, ATENCIÓN, con la traducción de Cortázar. Esto último es fundamental, ya que las demás traducciones son MUY malas y rozan lo ordinario: fallan en la elección de palabras y omiten la atmósfera gótica.
Pasamos al género novela.
Comenzaremos con una muy breve: Una novela de ajedrez, de Stefan Zweig. Un intelectual encerrado en una habitación de hotel por el nazismo encuentra una forma de escape a la tortura y se convierte en un notable jugador de ajedrez. ¿Vencerá o se adentrará a la locura? Ya veremos.
La siguiente no es la gran cosa, pero es una biografía novelada: Juan Moreira, de Eduardo Gutiérrez. Te darán ganas de agarrar el facón y salir por los caminos en busca de alguna partida. En Lobos está el museo donde se encuentra la daga y el cráneo del Moreira real, elementos donados por Juan Domingo Perón, quien de pequeño asustaba a las gentes con el cráneo del gaucho matrero (lo tenia su abuelo).
Viene siendo hora de leer Frankenstein o el modermo Prometeo, de la excelentísima Mary Shelley. Recomiendo la edición de Colihue, por lejos la mejor, puesto que además de mucha información, tiene una muy buena traducción y contiene las partes que Mary corrigió para la segunda edición del libro. Una novela sobre la condición humana que ha sido recuperada por el cine como obra de terror, pero de terror tiene poco y nada: es el libro que más me hizo llorar. En un film de los 90, Robert De Niro hace el papel de la bestia.
¿Te gusta la escena del crimen? A sangre fría de Truman Capote. Novela de no ficción; el autor, que trabajaba como periodista, hizo un gran trabajo de campo para luego escribirla. Conoció a los asesinos y lloró cuando los colgaron.
¿Te gusta la historia? Nos vamos a Estados Unidos con Las uvas de la ira, de John Steinbeck. Extenso, pero muy bueno y conmovedor. También podemos escoger El maleficio, de Hermann Broch: sobre cómo una persona rándom llega a un pueblo y, con un discurso de odio, va llevando para su lado a toda la ignorante población. El ascenso del nazismo en Alemania, digamos. A mí este personaje nefasto me hizo acordar muchísimo a Javier Milei, noté grandiosas similitudes.
Por último, un comodín: podés leerlo al principio cuando terminaste el primer cuento de Poe o sobre el final de las demás lecturas debido a la extensión de la novela que voy a mencionar. Leerás “El corazón delator” de Poe y luego irás por Crimen y castigo de Fiódor Dostoyevski. Encontrarás rastros del autor norteamericano en la gran novela psicológica. El ruso era muy lector de Poe, que sin dudas es el maestro de todos: Borges lo adoraba, Dostoyevski lo idolatraba, Cortázar lo tradujo al español, Baudelaire al francés. ¿Qué más? Fue el mejor.
Pueden consultarme sobre las ediciones, soy un experto en ello.
Buenas noches.