La familia de un policía desaparecido hace nueve meses reclama que lo busquen
Fuente: LA NACION Crédito: Rodrigo Néspolo
1 de diciembre de 2019 • 20:07
La familia de Arshak Karhanyan, el oficial de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires desaparecido hace casi nueve meses, sabe que él no se fue porque quiso. “Se tomaron el caso a la ligera. Sus mismos compañeros me decían que seguro se había ido con una mujer, que el de ellos es un trabajo que te desborda y capaz que se quiso tomar unos días, pero con el correr de los meses esa teoría se cayó. La justicia no tiene ninguna pista, los investigadores nos hacen preguntas a nosotros cuando son ellos los que deberían darnos una respuesta. La realidad es que estamos en un limbo. Lo único que sabemos es que mi hermano antes de desaparecer charló con otro policía y que ese encuentro lo cambió todo”, se queja Tigran Karhanyan. Además, sospechan que la propia fuerza de seguridad entorpeció la investigación para encubrir el hecho.
El 24 de febrero, Karhanyan, de 28 años y origen armenio, salió del edificio donde vive, en Caballito, y nunca regresó. Las cámaras de seguridad del barrio lo tomaron, al mediodía, charlando en la vereda de su casa con el oficial Leonel Herba, con quien había trabajado un tiempo en la División Exposiciones de la Policía de la Ciudad; luego, retirando 2000 pesos de un cajero automático de la estación Primera Junta de la línea A de subtes; y finalmente, en la tienda Easy, ubicada en Rivadavia y Paysandú, donde concretó la desconcertante compra de una pala.
“No es habitual comprar una pala, y menos para mi hermano que vive en un departamento. Dejó los dos celulares en la casa, salió sin la moto, son indicios de que pensaba volver. Está claro que el encuentro con el compañero lo indujo a comprar la pala y que después de hacerlo se perdió todo tipo de rastro. Otra cosa rara es que haya salido con el arma reglamentaria estando de franco”, reflexiona Tigran.
Arshak Karhanyan Crédito: IARA
La investigación por la desaparición de Karhanyan recayó en la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Nº2, a cargo de Santiago Vismara, quien en su momento le había solicitado al juez Alberto Baños que autorice un allanamiento en las dependencias de la División Exposiciones, pero el magistrado se negó alegando que no había fundamentos para sospechar de la existencia de algún delito. Con el mismo criterio, Baños había rechazado dos veces a la familia Karhanyan como querellante en la causa hasta que una apelación del abogado Juan Kassargian hizo que finalmente los aceptara.
“No descartamos ninguna hipótesis, pero sí sabemos que hay algunas que tienen más peso que otras”, advierte Kassargian, y enseguida aporta detalles de la que él considera la teoría principal: “Herba habló con Arshak durante 40 minutos; incluso le hizo escuchar un mensaje de su celular. Después de ese encuentro, Arshak fue a comprar la pala y desapareció. En la declaración espontánea de Herba dijo que hablaron sobre la compra de un auto, pero cuando le revisaron el celular todas las conversaciones estaban borradas. Lo justificó diciendo que su mujer es muy celosa. Para nosotros, Herba tiene alguna implicación” en el extraño caso.
Fuente: LA NACION Crédito: Rodrigo Néspolo
“Varias negligencias hacen un encubrimiento”
Karhanyan se formó en el Liceo Militar General San Martín y al momento de desaparecer estaba estudiando la carrera de Ingeniería en Sistemas en la UTN Buenos Aires. Sus conocimientos le permitieron ingresar en la División de Cibercrimen de la por entonces Policía Metropolitana y trabajar como perito en la primera etapa de la causa que investigó la muerte del ex fiscal Alberto Nisman. En 2016, fue traspasado a la División Exposiciones de la Policía de la Ciudad, a cargo de los allanamientos, donde permaneció hasta principios de este año, cuando un nuevo traslado lo depositó en la Comisaría Vecinal 7B, de Caballito. El propio Karhanyan vio en esos desplazamientos una señal de degradación. “Quería dejar la Fuerza. Le hacían hacer cosas con las que él no estaba de acuerdo”, recuerda Tigran.
Después de denunciar la desaparición, la familia entregó el celular personal de Karhanyan a la Policía de la Ciudad, pero los peritos borraron información al intentar desbloquearlo. El fiscal Vismara convocó a especialistas de la Policía Federal, que solo pudieron recuperar los datos fechados hasta el 31 de enero, casi un mes antes de la desaparición.
“Los agentes de la Policía Federal le dijeron al fiscal que el teléfono de Arshak estuvo mal peritado y que por eso se borró la información. Si alguien que se dedica a eso comete semejante error es mediocridad o maldad”, sostiene Kassargian.
La familia de Karhanyan desconfía de la prueba producida hasta ahora en la investigación. Su abogado solicitó el material “crudo” de todas las cámaras de la zona en la que se lo ve al policía por última vez. Extrañamente, no hay imágenes que permitan reconstruir adónde fue Karhanyan después de salir del Easy. Tampoco se ve si Herba, tal como declaró, volvió a su casa después del encuentro. “O la cámara que necesitamos justo no funcionaba o falta la de una esquina, o si está, casualmente no grabó en ese horario. Queremos saber si, como pasó con el celular, también hubo negligencia con las cámaras. Varias negligencias hacen un encubrimiento”, sentencia Kassargian.
El Ministerio de Seguridad, en tanto, ofreció una recompensa de medio millón de pesos al que aporte datos que permitan dar con el paradero del policía.
El Ministerio de Seguridad de la Nación, en tanto, ofreció una recompensa de medio millón de pesos para quien aporte datos que permitan dar con el paradero del policía.
“Con mi vieja tratamos de confiar en que va a haber un avance en la causa, pero pareciera que juegan con nuestra paciencia. El 28 de octubre mi hermano cumplió 28 años, ya pasó el Día de la Madre. En esas fechas ni quisimos hablar del tema. A este ritmo van a llegar las fiestas de fin de año y Arshak tampoco va a estar con nosotros. No tenemos más familia, somos solo nosotros tres”, concluye Tigran, con angustia.
Compañeros y amigos se organizaron para encontrarlo
“Los que empezamos con el reclamo fuimos sus compañeros del Liceo Militar. No podía ser que uno de nosotros estuviera desaparecido. Después se fueron sumando chicos que estudian con él en la UTN y gente de la comunidad armenia, y entre todos creamos la Comisión de Familiares y Amigos por la Aparición de Arshak Karhanyan”, cuenta Agustín, que egresó con él hace diez años.
“Entrábamos en el Liceo el domingo a la noche y nos quedábamos hasta el vienes, así que lo veía más que a mi familia. Como lo conozco tanto puedo decir que es un tipo de fierro, un incondicional que siempre estaba cuando lo necesitabas”, recuerda.
La Comisión de Familiares y Amigos por la Aparición de Arshak Karhanyan se ocupa de darle visibilidad al caso y de contactarse con distintos actores que puedan ayudar “en la concientización de que hay una persona desaparecida”.
El 13 de agosto, Tigran y su madre, Vardush Davtyan, fueron recibidos en el Congreso por los diputados nacionales Leopoldo Moreau, Agustín Rossi, Horacio Pietragalla -miembro del Grupo de Amistad Parlamentario con Armenia-, y por la legisladora porteña y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Victoria Montenegro.
"Se habló de la responsabilidad política y la falta de respuestas. No puede ser que alguien desaparezca un domingo a las tres de la tarde en el centro geográfico de la Capital. De todas las cámaras que hay alrededor, ¿no hay ninguna que haya registrado a un hombre con una pala en la espalda? Si eso ya es bastante penoso, ¿qué queda para una fuerza de seguridad que no es capaz de encontrar a uno de los suyos?, se pregunta Agustín.
Unos días después del encuentro en el Congreso, Instituciones Armenias de la República Argentina (IARA) lanzó la campaña #DóndeEstáArshak, con el objetivo de lograr un mayor involucramiento de la comunidad en el caso. Para la familia, sin embargo, el voluntarismo no alcanza.
“Hay mucha difusión en radios y publicaciones internas , lo mismo en Facebook, pero todo queda entre armenios. El tema cae en una burbuja y una persona en Córdoba jamás se entera. A las dos semanas de la desaparición de Maldonado a cualquiera que le preguntabas sabía quién era. Si hoy le preguntas a alguien en la calle por mi hermano te dice ‘qué es eso’, ni siquiera sabe que es un nombre. Vas a una comisaría y no ves ni un cartel que diga que lo están buscando”, dice Tigran Karhanyan.
Por: Gastón Rodríguez