Puntales de mi patria

¿La 5 es una menor de edad?

Sin El restaurador hoy habría tres o cuatro países en vez de una Argentina.

Muerte a los cerdos Unitarios!

Rosas no es un procer, Rosas es un AMIGO!!!

---------- Mensaje unificado a las 00:57 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 00:55 ----------

Mi abuelo decia exactamente lo mismo. Tenia un cuadrito de Rosas en su ofici a me acuerdo.

Procer y Padre de la Patria.

Rosas simplemente hizo lo que San Martín nunca se animó a hacer y tiene todo mi reproche por ello, que es, la organización nacional. Para San Martín es muy claro y se lo dijo a Rivadavia, para la organización nacional hay que derramar sangre, y se fue a Francia, para los muchos que dicen que Rosas se fue a Ingaterra y la paso joya como vendepatria, San Martín estuvo 30 años en Europa: en Bélgica, Francia e Italia y sin embargo es un grande.

Rosas es visto como un tirano por asesinar gente. San Martín también asesinó gente, Belgrano también asesinó gente, y sin embargo son considerados grandes próceres por cualquiera. Claro, dirán, mató Españoles, pero tranquilamente se podría decir que se podría haber negociado de otra manera, un argumento típico para quien no comprende las circunstancias históricas. Me imagino a Lilita Carrió denunciando a San Martín por tener otra mujer en el Perú “yo lo dije hace 20 años, es un corrupto” que de hecho… fuera de joda, inclusive se dijo en la prensa de Buenos Aires. Con aquellos que duden de matar gente, nunca se hubiese librado ninguna revolución, y seguiríamos siendo una colonia española. En carta a Bernardo O’Higgins del 25 de agosto de 1822 San Martín manifestaba: “Ya estoy cansado de que me llamen tirano, que en todas partes quiero ser rey, emperador y hasta demonio. Por otra parte, mi salud está muy deteriorada. En fin, mi juventud fue sacrificada al servicio de los españoles, mi edad media al de mi patria, creo que tengo derecho de disponer de mi vejez”. Matar gente siempre eriza la piel de cualquiera, pero las diferencias entre personajes como Rosas o Mitre son notorias, precisamente por aquellos a quien tenía de enemigos y a quienes de amigos.
Demostrar que Rosas no era un tirano significa ir contra el sentido común de todos, inclusive de nuestra infancia o adolescencia como comentaban muchos donde se nos dijo hasta el hartazgo de que engañaba gente, que mentía, que era demagogo, etc. Inclusive que era un gran terrateniente, “que cultivaba y exportaba soja”. Argentina no tuvo comercio agrícola hasta después de 1880. El único negocio rentable era el saladero, la posesión de tierras no fue determinante de ningún ciclo productivo, y de hecho, con el proteccionismo rosista, se desarrollaron industrias locales en diversas regiones del país. Claro que hablar de industrias del zapato, del carruaje… “no no, tenía que estar haciendo aviones y autos”. Convengamos que el desarrollo industrial a nivel mundial era incipiente, inclusive en los grandes urbes mundiales. Es inclusive gracioso ver a la izquierda criticando el modelo rosista cuando Marx mismo plantea que para alcanzar el desarrollo capitalista, hay que pasar por las instancias previas que llevó al capitalismo británico, incluyendo la concentración de tierra en pocas manos que eso generaría el proceso de urbanización y consigo la industrialización. Hacia 1810, el modelo de producción en el Río de la Plata no llegaba ni a pre-capitalista. De allí también la importancia de Caseros, cuando en momentos en donde se puede comenzar a dar un salto cualitativo, éste se trunca favoreciendo a los intereses de unos pocos por encima de los grandes procesos que implica el desarrollo de bienes manufacturados.
Hay algunos puntos preliminares que me gustaría marcar, antes de adentrarse en el modelo político (y la discusión de la constitución), el modelo económico (de desarrollo industrial por bloqueo de rios interiores y concentración del poder económico en Buenos Aires en contraposición por posturas individualistas del litoral), de la injerencia de la Iglesia, de su relación con San Martín y Belgrano, etc. Empezando por la cuestión soberana de la deuda externa, su relación con Oribe y sobre todo con la expedición a las Pampas conocida como “campaña del desierto”.

ROSAS Y LA DEUDA EXTERNA
Por iniciativa de Rivadavia, el gobierno contrató en 1824, un empréstito con la firma inglesa Baring Brothers por un millón de Libras.

Descontadas las comisiones de los seis gestores, dos de los cuales eran ingleses, los gastos de emisión y varias cuotas adelantadas, llegaron a Buenos Aires sólo 570.000 Libras, la mayoría en letras de cambio sobre casas comerciales británicas en Buenos Aires propiedad de los gestores del empréstito. Pero la deuda se asumía por el total: 1 millón de Libras.
No lo digo yo, lo dice un premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, muestra que una suspensión del pago de la deuda puede beneficiar a un país y a su población, reescrita por el politólogo belga Eric Toussaint.

https://fsm2015.org/en/article/2015/01/23/joseph-stiglitz-shows-suspension-debt-repayments-can-be-beneficial-country-and (original en inglés)
En la historia Argentina hubieron dos períodos en donde no se pagó deuda externa: en 1835 – 1852 y en 2001 – 2005. Lo cual marca que Argentina es un país pagador de deuda serial, y que solo en la época rosista y después del 2001, no se pagó deuda. Curioso es que Frank Parish, vicecónsul británico apostado en el Río de la Plata, nació en Buenos Aires en 1823, el año en que su padre, Woodbine Parish se llevara un pedacito de comisión por la contracción de la deuda; volvió años más tarde para ver como Rosas se negaba a pagarle. Urquiza, lo primero que hace al mando del país, es nombrar a Norberto de la Riestra como Ministro de Hacienda y se dedica a pagar la deuda externa. En 1855 dado por concluida su misión, Frank Parish, argentino, regresa a Inglaterra.

ROSAS Y LA RELACIÓN CON EL PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE URUGUAY
En primer lugar, cabe destacar la participación de Rosas en toda la relación con la Banda Oriental / Uruguay. En 1825, cuando la Banda Oriental había caído en manos del Imperio de Brasil, una expedición conocida como los 33 Orientales al mando de Lavalleja y Manuel Oribe se organizaron desde Argentina. Previamente, con pretextos de ir a comprar tierra pero cuya verdadera finalidad era espiar en favor de los 33, Juan Manuel de Rosas se prestó para la tarea. Rosas mismo escribe en 1868 desde Inglaterra: “Recuerdo al fijarme en los sucesos de la Provincia Oriental la parte que tuve en la empresa de los 33 patriotas”. Refiere al itinerario y el objeto aparente de su viaje, tal como queda narrado, y agrega: “Ello crea una trampa armada a las autoridades brasileras en esa provincia (la Oriental) para que no sospecharan el verdadero importante objeto de mi viaje, que era conocer personalmente la opinión de los patriotas, comprometerlos a que apoyasen la empresa, y a ver el estado y número de las fuerzas brasileras. Así procedí de acuerdo en un todo con el ilustre don Juan Antonio Lavalleja; y fui también quien facilitó una gran parte del dinero necesario para la empresa de los 33…”
A partir de este hecho, se trenza una fuerte amistad entre Oribe y Rosas. Sancionada la independencia y declarada la Constitución de la República de Uruguay, en 1835 asume Manuel Oribe como segundo presidente constitucional electo democráticamente, en la cual desde un principio no se quiso dejar ningún asunto administrativo por resolver. Desde la elaboración del Gran Libro de Deudas de 1835 (primer esbozo de la contabilidad del estado uruguayo), pasando por la creación de un sistema de jubilaciones y pensiones en ese mismo año, a la fundación de la Universidad de la República en 1838, el gobierno de Oribe aparece como el primero que echa andar el proyecto de autogestión de las clases dirigentes del Uruguay, sin recostarse en ningún poder fuera de fronteras. Sin embargo en 1838, una alianza del opositor Rivera (que se negaba a la revisión de las cuentas) se había autoexiliado en el Imperio de Brasil sumado a las fuerzas francesas que sitiaban la ciudad de Buenos Aires, Oribe es derrocado y huye a Buenos Aires defendido por su amigo Rosas.
Rosas lo recibió como presidente legal del Uruguay, respetando su constitución y por tanto bregando porque fuese respetada mediante la restitución inmediata de Oribe como presidente. Entre tanto, utilizó su experiencia militar incorporándolo al ejército que comandaba, por entonces en lucha contra el Partido Unitario. Oribe combatió a la Coalición del Norte, formada por las provincias de Tucumán, Salta, La Rioja, Catamarca y Jujuy en 1840 y 1841.
Batalló contra el general Juan Lavalle, venciéndolo en la batalla de Quebracho Herrado el 28 de noviembre de 1840, y otra vez en la batalla de Famaillá, el 17 de septiembre de1841. Tomó prisionero al gobernador de Tucumán, Marco Avellaneda, al que hizo degollar y exhibir su cabeza en una pica en la plaza pública de Tucumán. Desde aquí en adelante, la oposición unitaria y sus aliados colorados del Uruguay insistieron cada vez más en la imagen del Oribe degollador y asesino, al igual que la de Rosas. La literatura de opositores políticos a éste último como las Tablas de Sangre escritas por el cordobés José Rivera Indarte cargaron las tintas sobre este tema, creando la imagen de la exclusividad de la violencia por los federales y los blancos. En realidad, el monopolio de la violencia no pertenecía a ningún bando, como se desprenderse, por ejemplo, de la correspondencia de Lavalle.
El 16 de febrero de 1843 Oribe puso sitio a la ciudad de Montevideo. Sería este el tercero de los sitios en que él participara, y el más largo de todos, ya que duraría ocho años y medio, hasta el 8 de octubre de 1851.
Acto seguido, organizó nuevamente su gobierno, como si nada hubiera ocurrido desde el 24 de octubre de 1838. Designó ministros, hubo un parlamento y se dictó una ingente cantidad de disposiciones legales. Así dio comienzo el Gobierno del Cerrito, denominado de esta forma por estar instalado el cuartel general de Oribe en el Cerrito de la Victoria, donde 30 años antes hubiera iniciado su carrera de las armas y estableciendo la capital provisional de Uruguay en la ad hoc creada ciudad de Restauración (actualmente el barrio montevideano de Villa Unión).
Fue en esta población que por primera vez se rindió oficialmente homenaje a José Gervasio Artigas, al serle dado el nombre del prócer federal a la principal avenida de Restauración. Dicho nombre le fue dado en vida del prócer (1849) y entre los primeros actos de la administración del riverista triunfante en 1852, con ayuda brasileña, Joaquín Suárez figura el de eliminar tal denominación.

Otro gran tema fue la propuesta de la reunificación de la Patria que realizó Rosas en 1845, con la reincorporación del Uruguay a las Provincias Unidas del Río de la Plata, anulando las imposiciones de la Convención Preliminar de Paz, dictada por la conveniencia del Imperio Británico en el Río de la Plata, en 1828. Manuel Oribe no quiso decidir o no tuvo la altura política para decidir sobre este acto trascendente y envió el tema a tratamiento de una comisión parlamentaria que se perdió en devaneos que a nada llegaron.
Brasil veía con aversión el triunfo de Rosas y Oribe en el Plata, y ya desde 1848 este último hubo de repeler duramente varias incursiones brasileñas en la frontera norte, dedicadas al arreo de ganado hacia Río Grande del Sur. En cambio el caudillo entrerriano Urquiza, buscando una salida más ágil y directa para sus ganados hacia sus compradores del exterior, sin pasar por la aduana de Buenos Aires, fue tentado por Manuel Herrera y Obes quien le ofreció el puerto de Montevideo para tales efectos. Urdida la trama, los acontecimientos se precipitaron después de agosto de 1851, cuando Urquiza se declaró en rebelión contra Rosas. Poco después penetraba en territorio oriental, marchando hacia el Cerrito para quitar de en medio a Manuel Oribe, su antiguo camarada de armas. Este ordenó a sus comandantes que detuvieran al entrerriano, pero sus órdenes fueron extrañamente desobedecidas. Casi en un abrir y cerrar de ojos, Urquiza se apersonó delante de Montevideo, conminando a Oribe a rendirse, lo que éste hizo, abandonado de todos.

La alianza entre Rosas y Oribe demuestra varias cosas: 1) el respeto por la legalidad uruguaya y su constitución al defender al presidente derrocado, 2) el intento de Rosas de armar una gran confederación restituyendo el Virreynato del Rio de la Plata respetando las independencias, 3) Oribe tuvo un gran gobierno y fue depuesto por vendepatrias como Rivera, Orbes y Urquiza, apoyados por el Imperios de: Brasil, Gran Bretaña e Irlanda y Francia; de aquí se desprende que de ser Rosas un tirano, Oribe nunca estaría de su lado de no compartir las mismas ambiciones.

ROSAS Y LA EXPEDICIÓN A LOS PAMPAS
Juan Manuel de Rosas tenía el proyecto de asegurar la tranquilidad de las poblaciones y estancias fronterizas de indios, amenazadas por malones de pillaje organizados por contrabandistas chilenos. Había tratado a los indios desde su niñez, pasada en la estancia materna del Rincón de López más allá del Salado. Su abuelo, Clemente López de Osornio, fue muerto por ellos; su padre, León Ortiz de Rozas, pasó mucho tiempo en las tolderías. Los relatos de las costumbres araucanas eran familiares en su casa. Sus compañeros de infancia eran los niños indios en juegos donde la astucia y la paciencia –las virtudes pampas- daban el triunfo. Aprendió el lenguaje araucano, especialmente en sus dialectos pampa y ranquel, y alguna vez distrajo sus ocios de estanciero componiendo un Diccionario, un Vocabulario y una Gramática pampa-ranquel (afortunadamente no se perdieron). Sabía entenderse con los indios porque conocía su idioma y sus costumbres y sabía que no se puede engañarlos (“Juan Manuel nunca nos mintió”, diría Calfucurá muchos años después de su caída).

Puso esas condiciones y ese prestigio al servicio de su patria. La tremenda guerra de los pampas desatada en 1821 por la impericia de Martín Rodríguez y Rivadavia, fue terminada por él a pedido de Las Heras “convencido –dice el decreto de éste e 1825- que ninguna persona es más apta que el señor coronel don Juan Manuel de Rosas para establecer paces sólidas y duraderas con los indios fronterizos”. En noviembre de 1825 Rosas se reunió en “parlamento” con los pampas en Tandil, preliminar de un “gran parlamento” de pampas, ranqueles y boronas en la laguna del Guanaco realizado en diciembre, del que surgió la paz definitiva necesaria por la guerra con Brasil

El problema del indio en 1832

En la paz del Guanaco, el gobierno se comprometía a subvenir a las necesidades indígenas con “prestaciones” de alimentos a fin de evitar los malones. No se cumplieron regularmente por las fantasías de Rivadavia primero, y la guerra civil después; sólo quedaron reanudadas al ascender Rosas en 1829.

Pero ya no bastaban las “prestaciones”. Gente de pocos escrúpulos habían descubierto el gran negocio de armar a los indios para que robasen vacas en territorio argentino y las llevaran a Chile por el valle del río Negro y pasos de la Cordillera. Hacia 1830 el principal agente de esta actividad era el indio Chocory – mezcla de gulmen araucano y gangster de poderosos medios – instalado con una verdadera fortaleza en la isla Choele-Choel que le servía de depósito de armas y corral de hacienda en tránsito.

Los malones, fomentados por Chocory y contrabandistas chilenos, arreciaron desde 1831. No tanto contra la provincia de Buenos Aires por las buenas relaciones de Rosas con los pampas, sino contra el sur de Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza, asolados por los ranqueles. Tanto, que las legislaturas de Mendoza y San Luis le pidieron a Quiroga que marchase contra Yanquetruz – “gulmen” de los ranqueles – con el ejército vencedor en la Ciudadela. Por otra parte, la venta en Chile de la carne robada a los argentinos perjudicaba a los hacendados de ese país –en el gobierno desde la reacción conservadora de 1829 encabezada por Diego Portales– y se planeaba ocupar militarmente el valle del río Negro. En parte para impedir el tráfico clandestino, pero tal vez para quedarse allí para siempre. Ya había tenido un principio de ejecución: a fines de 1831 el general chileno Bulnes había incursionado por el Chadi-Leofú eliminando el campamento de los contrabandistas Pincheira, y se proyectaba una expedición chilena contra Chocory que significaría la ocupación de Choele-Choel.

El proyecto de Rosas

Poco antes de dejar el gobierno, Rosas propuso a la Sala una triple ofensiva contra los indios (Bulnes, Quiroga y él). Quiroga – que sería el comandante en jefe – eliminaría a Yanquetruz llegando hasta el Colorado, donde se le juntaría la división de la izquierda de Rosas para seguir juntos contra Chocory y ocupar el “país de las manzanas” (Neuquén). Bulnes debería imponerse a los araucanos del sur de Llanquihué, territorio de Chile.

La expedición

Fuera del gobierno, Rosas puso sus grandes dotes de actividad y condiciones de organizador al servicio de su idea. Encontró reticencias en el gobierno (no por Balcarce, sino por el ministro de guerra, Enrique Martínez) y no recibió la ayuda esperada.

No se trataba solamente de una expedición militar, sino también científica por un territorio prácticamente desconocido. Contrató ingenieros como Feliciano Chiclana (hijo del triunviro de 1811) y Nicolás Descalzi, que harían excelentes observaciones, geográficas, etnológicas, y astronómicas; marinos como Thorne y Bathurst para reconocer y balizar lor ríos Colorado y Negro, y jefes militares de la talla de Pacheco, Corvalán, Ramos, del Valle, Delgado, Ibáñez o Miranda. Iban sacerdotes, médicos, agrimensores, baquianos; organizó una bien provista maestranza, el suministro de provisiones en todo el recorrido y un sistema de comunicaciones para estar informado de la posición de las otras divisiones. En total 2.000 hombres, a tres caballos cada uno (cuatro los oficiales). La falta de ayuda del gobierno demoró la marcha.

Los “Santos”

En toda su marcha y en el campamento del Colorado estaba Rosas alerta de lo que pasaba en Buenos Aires por el sistema de 21 postas escalonadas que estableció. Los santos diarios que daba a la tropa tenían referencias políticas o militares para advertir a los soldados, y también a sus amigos de Buenos Aires porque se publicaba en los periódicos “apostólicos” (así se llamaron los partidarios de Rosas, para distinguirse de los federales “doctrinarios” del ministro Martínez). Los santos eran tres palabras o frases cortas que servían de reconocimiento. Vayan algunos ejemplos: Federación-Gloria-Argentina (11 de marzo), Federación-Sistema- De América (14 de marzo), Nación-Sin Garantías-Teoría (6 de junio), Motín-Mancha-Unitaria (16 de abril), Patriotismo-Sin Desprendimiento-Conversación (21 de julio), Codicia-Envilece-El Espíritu (2 de julio), Constancia-Supera-Imposible (14 de abril), Crueldad-Muestra-Cobardía (12 de julio).

En diciembre la misión está cumplida; Rosas ordena el regreso con un último santo: Al Colorado -Y al Negro- ¡Adiós! El 25 de marzo de 1834, a orillas del Napostá, despide a sus soldados.

Consecuencias de la Conquista del Desierto

Hasta la caída de Rosas, en 1852, en que se abandonaron los fuertes del Colorado y el Negro, no habría mayores malones; los indios quedaron tranquilos y amigos. Payné, que sustituyó a Yanquetruz como gulmen de los ranqueles, se alió con Rosas y hasta le entregó a su hijo –bautizado por éste Mariano Rosas– para que se educase en sus estancias. Rondeau y los borogas fueron eliminados por otro pueblo araucano llegado de Chile en 1835 a las órdenes de Calfucurá (se dijo que inducido por Rosas). Calfucurá, a quien Rosas hizo coronel, dio uniforme y una divisa punzó con el lema “Federación o Muerte”, obró como agente de éste. Distribuía las “prestaciones” a todos los indios: pampas, borogas o ranqueles, circunstancia que lo convertía en autoridad suprema de la pampa, Gran Gulmen. Era el responsable de todo lo que ocurriera con los indios: cuando no podía impedir que algunos salieran en excursiones de pillaje – que no pueden llamarse malones por sus escasos componentes –, debería avisarlo a los jueces de paz a fin de que la partida de éstos los contuviera.

Durante todo su gobierno Rosas entregó regularmente las “prestaciones” a los indios (sólo las retardaría en 1847, sospechando una doblez de Calfucurá). En ocasión de epidemias de viruela, que hacían estragos en las tolderías, obligaba a los indios a vacunarse antes de darles las potrancas y la yerba. Lo recordaría, mucho tiempo después, el cacique Pincen, el último de los grandes guerreros de la pampa: “¿Juan Manuel? Muy bueno, pero muy loco. No podíamos recibir sus regalos sin que un gringo nos tajeara el brazo, que decía era un gran gualicho contra la viruela”
Para persuadir a los indios que recibieran la vacuna, Rosas, que tenía gran prestigio entre ellos, reunía los caciques y se hacía aplicar la vacuna a si mismo, para que estos la difundieran en sus tribus, como “gualicho el hinca” contra la enfermedad. También apelo a su inteligencia y sagacidad para convencer a los indios, como se comprueba en la carta que le dirige a Catriel:“…Ustedes son los que deben ver lo mejor les convenga. Entre nosotros los cristianos este remedio es muy bueno porque nos priva de la enfermedad terrible de la viruela, pero es necesario para administrar la vacuna que el médico la aplique con mucho cuidado y que la vacuna sea buena, que el médico la reconozca porque hay casos en que el grano que le salió es falso y en tal caso el médico debe hablar la verdad para que el vacunado sepa que no le ha prendido bien, el grano que le ha salido es falso, para que con este aviso sepa que para el año que viene debe volver a vacunarse porque en esto nada se pierde y puede aventajarse mucho. La vacuna tiene también la ventaja de que aún cuando algún vacunado le da la viruela, en tal caso esta es generalmente mansa después de esto si quieren ustedes que vacune a la gente, puede el médico empezar a hacerlo poco a poco para que pueda hacerlo con provecho y bien hecho y para que tenga tiempo para reconocer prolijamente a los vacunados” (Chavez, Fermín, La vuelta de Juan Manuel”, Edic. Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, 1991 o Edit. Theoría, Buenos Aires, 1991). No solamente procuraba la vacunación de los indios, sino que los persuadía además para que permitieran la entrada de médicos a la tribu.

Cacique Pincén:

Apeló a su vez a un humanitario “chantaje” al obligar a los indios vacunarse antes de recibir “suministros” que habia comprometido el gobierno. Así lo atestigua Pincén cuando relata que “…Juan Manuel ser muy bueno pero muy loco; me regalaba potrancas, pero un gringo nos debía tajear el brazo, según él era un gualicho grande contra la viruela y algo de cierto debió de ser porque no hubo mas viruela por entonces…” (J.M.Rosa,Hist.Arg.t.VIII).

Juan Catriel:

“Juan Manuel es mi amigo. Nunca me he engañado. Yo y todos mis indios moriremos por él. Si no hubiera sido por Juan Manuel no viviríamos como vivimos en fraternidad con los cristianos y entre ellos. Mientras viva Juan Manuel todos seremos felices y pasaremos una vida tranquila al lado de nuestras esposas e hijos. Todos los que están aquí pueden atestiguar que lo que Juan Manuel nos ha dicho y aconsejado ha salido bien…” (Discurso del cacique pampa CATRIEL en Tapalqué celebrando la llegada de Rosas al poder en su segundo gobierno. Extraído del libro “Partes detallados de la expedición al desierto de Juan Manuel de Rosas en 1833. Recopilado por ADOLFO GARRETON. Edit. EUDEBA. Bs. As. 1975.)

Cipriano Catriel:

“Nuestro hermano Juan Manuel indio rubio y gigante que vino al desierto pasando a nado el Samborombón y el Salado y que jineteaba y boleaba como los indios y se loncoteaba con los indios y que nos regaló vacas, yeguas, caña y prendas de plata, mientras él fue Cacique General nunca los indios malones invadimos, por la amistad que teníamos por Juan Manuel. Y cuando los cristianos lo echaron y lo desterraron, invadimos todos juntos”.(Expresiones del Cacique Catriel, extraídas del libro “Roca y Tejedor” de Julio A. Costa.)

Cacique Nicasio:

“Que él había acompañado en cinco campañas a Juan Manuel y que siempre había de morir por él porque Juan Manuel era su hermano y el padre de todos los pobres” (Parte del discurso del Cacique Nicasio en Tapalqué celebrando la llegada de Rosas al gobierno por segunda vez. Extraído del libro “Partes detallados de la expedición al desierto de Juan Manuel de Rosas en 1833”. Recopilado por Adolfo Garretón. Edit. EUDEBA.)

Calfucurá asistió con guerreros a Rosas en la Batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852, que culminó con la caída de Rosas y el ascenso del triunfante gobernador de Entre Ríos Justo José de Urquiza. Al día siguiente atacó Bahía Blanca con 5.000 guerreros y robó 65.000 cabezas de ganado. Hizo la guerra al gobierno establecido en la Argentina intermitemente a partir de la caída de Rosas.
A partir del derrocamiento de Rosas, la pacificación alcanzada hasta el momento con casi todas las tribus de distintos orígenes, y especialmente con Calfucurá, se perdió irremediablemente. Así, la pacificación de las fronteras y el negocio pacífico de indios, se destruyó por completo y definitivamente. Aquel mítico soberano de la pampa, que había alcanzado la paz con los huincas, volvió entonces a la barbarie y al azote de los malones.
Tuvo una hija que llamó Manuelita Calfucurá (en homenaje a la hija del restaurador, Manuelita Rosas), a quien Maria Elena Walsh inmortalizaría en su canción de la tortuga. Manuelita vivía en Pehuajo, pueblo fundado en 1881 luego de serle arrebatado por Roca a los indios ranqueles.

Información completa:
» Blog Archive » Conquista del desierto – Parte I
» Blog Archive » Conquista del desierto – Parte II

Hace poco tuve un debate interesante, sobre los puntos en común de Rosas y Roca. Lo interesante llegó al enumerar ciertas diferencias, que difuminan el lugar ocupado por ambos en la historia (tanto liberal como revisionista). Lo último que llegué a preguntarme es qué hubiese hecho uno en el lugar del otro, viviendo en la época correspondiente.

Parece que nadie leyó “El matadero” por acá. Está bien que no todo es tan lineal, pero no podés defender tan abiertamente a un déspota asesino.

Yo lo leí. Y ese trato es el que merecen los Unitarios traidores a la patria, ser faenados en plaza abierta para que todos lo vean.

En esa epoca creo que los unicos que no eran asesinos eran Belgrano y Moreno. El resto todos tenian muertos en su haber. Para mi fue una gran figura politica de nuestro pais, nose si procer, pero si una figura importantisima para el momento del pais. Aparte un federalista de ley.

Yo nunca entendi el paralelismo que los “peronistas” trazan con Peron. Osea siempre se dice la linea San Martin Rosas Peron, como que me choca bastante que se lo mezcle a Peron ahi. Los separa mas de 100 años de diferencia, distintos paises, distintas formas de vivir y de pensar, para mi son incomparables desde ningun punto de vista.

PD: Que asco me daban los unitarios.

Porque mucho de su apoyo lo tenía de los negros, y la sociedad ilustrada y culta no lo quería ni ver. Son contextos, como decís. Hay que ver en su época si nos hubiera salido tan fácil el “eh amigo soy federal a muerte, unitarios amargos”.

creo que ya lo dije hace un tiempo aca en el foro, pero hace uno años me entere que comparto linaje con rosas.

Te quiero mucho

---------- Mensaje unificado a las 10:50 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 10:39 ----------

La historia vencedora y unitaria lo castigó a Roca. Aprendí mucho de Roca leyendo a Galasso y escuchando a Ricardo Iorio.

Me da mucha risa cuando los progres quieren hacerse los “indigenistas” y piensan que los originarios eran todos iguales. Que es igual un mapuche chileno que un pampa argentino o un toba con un wichí. El ejército de Roca peleó a la par con los pampas. Andá a preguntarles a muchos originaraios de la comunidad pampa quien fué Roca. Roca impidió el avance de los mapuches provenientes del lado chileno que arrasaban con todo. Incendiaban la cosecha de los pampas, violaban a las mujeres, mataban a los niños. Pero claro, para el progre de manual, Roca es un “asesinos de los pueblos originarios”.

Roca estaba en el mismo sendero de Rosas, Yrigoyen, Alsina, Jose Hernández y grandes cráneos que se opusieron a la entrega liberal y cipaya del mitrismo.

---------- Mensaje unificado a las 10:51 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 10:50 ----------

Parece que nadie se enteró quién fué Lavalle y que hizo con Dorrego, por acá.

Esos eran los adorables y bien pensantes seres humanos a los que adhería el creador de “El matadero”

Y que tiene que ver eso con lo que dije yo? Los unitarios querian un pais chico y centralizado, manejado por ellos. Yo estoy muy lejos de querer eso, de hecho a los caudillos a los que tanto se los bastardeo durante mucho tiempo, sin ser perfectos y con sus mil errores, defendian a su gente a su pueblo a sus tierras. Rosas estaba mas cerca de ese pensamiento que del Unitario. Con eso solo ya lo considero mejor que los Rivadavia, los Sarmiento, los Mitre, los Roca.

Si era asesino, si lo era, pero te repito, en esa epoca asi se lograban las cosas, y lo que pensara “la alta sociedad” de esa epoca me importa muy poco, porque en esa epoca eran muy pocas o casi nulas las familias adineradas que pensaban en el bien del pais. Aparte que facil era ser ilustrado y culto a base del maltrato de esclavos y de recibir tierras y herencias por negociados con los gobernantes de turno.

¿Posta?

¿Sos patricio? :twisted:

---------- Mensaje unificado a las 10:54 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 10:52 ----------

Belgrano se cansó de cortar cogotes de los traidores. Pero esto no hablaba mal de él, es muy gracioso cuestionar la sangre del pasado. Así se dirimían las disputas en el mundo.

No sabia ese detalle de Belgrano, igual no va cambiar mi forma de pensar de el. Un gran patriota, lastima que la jefa lo haya manchado comparandolo al ex marido con él. :twisted:

Sachaa sangre azul,oligarca,asesino (?

Mirá la peli de Belgrano que hizo Pablo Rago.

Es medio pelo pero tiene un par de cosas piolas.

Homogeneizo a la Confederacion Argentina y le dio estabilidad a lo que terminaria siendo el pais años mas tarde. E hizo lo que tiene que hacer un politico: adaptarse a la situacion sin encasillarse a una ideologia politica, para buscar siempre lo mejor para sus habitantes. Un procer, sin dudas

No me cae muy bien Pablo Rago ultimamente pero bueno, todo sea por don Manuel (?

Es correcto el paralelismo, es una misma linea de pensamiento. Aplicaron el concepto simple de las tres banderas del peronismo: soberanía política, independencia económica y justicia social. Y en muchos casos se encontraron con los mismos problemas y los resolvieron de la misma manera.

Jajajaajajajaaj contate otro chiste.

No se hasta qué punto independecia económica. Dependía exclusivamente de Inglaterra como socio comercial.