Pero en la Argentina, al Presidente se lo elige en el Gran Buenos Aires (principalmente en Capital), con influencia de Santa Fe (Rosario, básicamente), Córdoba y Mendoza. Aunque duela reconocerlo, el resto de las provincias no pinchamos ni cortamos, por la distribución poblacional de Argentina.
Y Macri tiene la Capital, mas las alianzas que hizo con la UCR (PARTIDO fuerte en Mendoza y Córdoba), va a sacar muchos votos.
Para mi va a estar entre él y Randazo. (esperemos q no, no me gusta ninguno)
Es válida la corrección, no me percaté. Corregido. Gracias.
Después con más tiempo y menos sueño me explayo sobre tu comentario, aunque pensamos y analizamos bastante parecido buen hombre.
Je, es que es común el error, porque a uno le viene mentalmente la palabra “destroza” que sí va con zeta, porque viene de destrozar. Ese es un error común de golpe de vista, alguna vez me ha pasado mandármelo.
Y quién mierda llena el senado?? Ponele que Macri gane con determinado porcentaje los distritos grandes, los chicos los pierde por afano y si no saca buena diferencia en los grandes, se lo comen los chicos…
Es una realidad que los líderes déspotas y populistas del Interior no van a querer mostrar, pero el Interior es más fuerte de lo que muchos creen, por algo será que los Kirchner le metieron ojo al mismo
Sep, concuerdo. Y justamente en el Senado es en donde el Interior pesa más, ya que todas las provincias, sin importar su población, tienen 3 senadores. Pero el Interior, la puta si mueve.
Igualmente, con respecto a lo poblacional, algo debería de hacerse, si es que se quiere desarrollar como se debe este país. Ya va siendo hora del traslado de la Capital a una, o hasta dos capitales distintas. Buenos Aires y GBA están exactamente en el mismo punto de colapso que estaba Río de Janeiro cuando los brasileños se decidieron a mudar la Capital.
Por eso te dije el PRESIDENTE. Para mi el próximo presidente (Macri - Massa - Scioli) no va a tener peso en el Congreso, q va a seguir siendo K.
Scioli es K para intentar ganar las elecciones. Si llega a ganar se da vuelta como un panqueque.
Cuando ciertos candidatos hablan de “planes” sólo hacen hincapié en los de trabajo, que representan un porcentaje mínimo pero generan impacto en Doña Rosa. Sería interesante que se refieran a AUH, Progresar, Procrear, Emprendimientos, Familia, PAN, Seguro y Capacitación, Conectar, Discapacidad, Barrios, Huertas, Tercera Edad, Banca Social, Desarrollo Infantil, etc. etc.
¿Todo esto sirve para generar vagancia y debería erradicarse? ¿Cómo compensarían el ingreso que se destina en forma directa hacia nuestro mercado interno? Vamos, queden en evidencia, de eso se trata la Democracia.
De acuerdo.
OJO, yo ya más de una vez dije que mi país ideal sería uno en que prácticamente no haya planes… porque la gente NO LOS NECESITE.
Yo creo que la cuestión pasa por una discusión más profunda. ¿Qué queremos hacer? ¿Administrar POBREZA, como siempre se hizo, o generar MÁS RIQUEZA para que todo pueda convivir? Acá el tema es desarrollar el país, no tratar de mantener un país con un ingreso bajo en donde siempre ganen los mismos y en donde venga uno que ponga planes y después venga uno que los saque.
Esa es la clave. Los países con mejor calidad de vida poseen excelentes planes sociales, basados en un porcentaje de población que el sistema excluye por inercia. Están muy por debajo de nuesto país en cantidad, y muy por encima en calidad. Pueden apuntar a esto porque generaron riqueza, desarrollo y progreso. ¿Cómo? A través de un Estado fuerte, presente e interesado en llegar a cada ciudadano. También por medio de privados que apuntaron hacia la grandeza particular, sin olvidar la nacional. Sin privados comprometidos en una causa nacional es imposible salir de esa rueda perversa.
Desde que nos gobiernan los terratenientes, con Cornelio Saavedra a la cabeza, en 1810, que seguimos teniendo este problema.
Que lindas todas esas palabras… lastima que se reduce todo a lo ultimo de Melezama, desde 1900 nos maneja un sorete atrás de otro con este gobierno incluido en ese honorable grupo
El 25 de Mayo estuve en el museo de historia Nacional, donde Cristina llevo el Sable de SM, y en uno de los stands, esta exhibido el sillon de Rivadavia (dicho sea de paso, un sillon hogareño comun y corriente), lo gracioso es que con mi novia lo estabamos contemplando, y por atras nuestro pasa una pareja de gente grande que tira, “mira, este fue el que inicio nuestra deuda externa, aca empezo la joda” :lol:
Nada. Solo queria contar mi anecdota.
Ese es un problema central. Lo triste para mí es que para Argentina ya es demasiado tarde. Hubo alguna posibilidad a finales de la década del 60 y hasta mediados de los 70, y en el período 2002-2015 (de condiciones internacionales muy favorables). Pero en el mundo actual, la integración comercial es feroz, y a pesar de la crisis del 2008, se avanza muy rápidamente a un mundo sin barreras arancelarias formales (aunque aparecen otros tipos de protección). El intento de Argentina (y del Mercosur) de un camino al desarrollo mediante una vía proteccionista va inevitablemente al fracaso, porqué es imposible para una economía cerrada subsistir en un mundo completamente abierto salvo que este eternamente favorecida por muy buenos términos del intercambio.
La pregunta es, qué hizo el empresariado argentino con la enorme protección que gozó desde la devaluación del 2002 para acá? Nada. De quien es la culpa? Eso es para discutir largamente. Yo creo que es compartida entre el estado y el sector privado. Pero el tema central es que no podemos seguir así mucho tiempo más. Ya se nos quedamos sin hilo en el carretel. Y no se si vamos a volver a tener otro período tan largo con términos del intercambio tan favorables como este.
El salto al vació de una apertura total no es la solución, solo traería un colapso a corto plazo, sin garantizar nada a futuro. Pero Argentina necesita imperiosamente 2 cosas. 1, ordenar su macroeconomía de una vez por todas, y eso implica tener un déficit fiscal mas razonable, que sea financiado con deuda (en lo posible interna), y no con emisión, para poder ir bajando la inflación a niveles manejables. 2, ir normalizando su situación comercial, lo que implica, de mínima, apoyar la firma del TLC Mercosur-Europa, y buscar un rol activo en la firma de tratados con otros bloques donde la apertura no sea tan traumática, como los del sudeste asiático (ASEAN). La protección la tenemos que lograr por otras vías, como hacen los demás (tipos de cambio, subsidios a industrias nacientes, barreras paraarancelarias, etc). Todo esto es apenas lo mínimo que vamos a tener que hacer para poder sostenernos en las próximas décadas, ni siquiera hablamos de desarrollo (siempre rogando que la soja no se desplome del todo). Tenemos que empezar a venderle bienes o servicios con valor agregado al mundo, porque sino vamos muy mal.
porque es tarde? EEUU yEUROPA tienen problemas estructurales también y nadie dice que están perdidos la diferencia es la infraestructura que tienen y la riqueza que predominan nada mas, el problema argentino es de fiscal y distribución de la riqueza y costos sobretodo
Porque como pinta la mano se vienen épocas de malos términos del intercambio para el país, y es muy complicado prosperar en un entorno así. En la época de “vacas gordas” hay que aprovechar para dar el salto.
Tanto EEUU como Europa están creciendo, de hecho España (que fue el centro de críticas de los medios oficialistas), esta creciendo al 3% y recuperando puestos de trabajo. Pero bueno tampoco hay que irse a las economias mas fuertes del mundo, los paises que integran nuestra región tambien crecen, Bolivia, Paraguay, Perú…
España va re bien… http://blogs.elconfidencial.com/economia/grafico-de-la-semana/2015-06-05/por-que-es-inevitable-que-la-economia-espanola-se-vuelva-a-hundir_869534/
Si, la nota tiene bastante razón, pero España tiene la enorme ventaja de que casi toda su deuda externa es en su propia moneda.De cualquier manera la vulnerabilidad existe. Pero nosotros estamos en una posición mucho peor, ya me gustaría tener los “problemas” de España.
Totalmente en desacuerdo. No es por defender al sector público y defenestrar al privado, pero evidentemente tenemos ciertas tendencias que nos demuestran la actitud de unos y otros, definitivamente la actitud del sector privado en los últimos 40 años está lejos de ser una postura liberal y capitalista. Eso es lo que me gustaría que se pueda entender de aquellos que pretenden instaurar leyes de régimen del mercado y sanidad macroeconómica por intermedio del Estado, ¿para qué? ¿para que se beneficie una lacra que luego gira millones de dólares al exterior, generando corridas cambiarias, especulando con la degradación de la moneda para beneficiarse, hundiendo las posibilidades de crédito y bajando el techo de aspiraciones de ingresos que cualquiera de los que estamos en este foro puede llegar a pretender? A lo que voy, la actitud del sector privado es, por un lado, producir barato, fundamentalmente con ingresos provenientes del agro (y no hablo de pequeños o grandes productores, hablo de Grobocopatel, Nidera, Molinos, etc.), poca inversión (se puede ver en la capacidad instalada ociosa desde 2003) de la cual en su mayoría a la actualidad es obsoleta y en los casos que se han diversificado o mejorado tecnológicamente, lo han hecho al amparo del Estado Nacional a partir de 2005 que no son aquellos beneficiarios de la devaluación de 2002. Recordemos que los beneficiarios de ese proceso son las empresas transnacionales, grupos económicos y directorios de accionistas de capitales extranjeros como las telefónicas, sector energético, de transporte aéreo y marítimo, etc; que precisamente a partir de la ley 25.738/03 ningún accionista mayoritario de capital extranjero responde por las operaciones de una entidad financiera para comenzar a revertir el cuadro de situación de la inversión del capital extranjero.
Como bien expresan los economístas Andrés Asiain y Agustín Crivelli en función a lo aludido anteriormente: “Durante los años noventa se fomentó la venta de empresas públicas y privadas nacionales a capitales extranjeros para que ingresen dólares con el objetivo de sostener el régimen de convertibilidad. Sin embargo, con el paso del tiempo, las utilidades y dividendos que las empresas extranjeras remiten al exterior comenzaron a pesar cada vez más en el sentido contrario. Así, el fuerte crecimiento económico de los últimos años generó un incremento de magnitud en la remisión de utilidades y dividendos, que pesan cada vez más sobre el balance cambiario. Según datos del Banco Central, entre 2003 y 2011 cerca de 22.000 millones de dólares fueron remitidos al exterior por las empresas extranjeras. En 2012, las regulaciones cambiarias dispuestas por el gobierno nacional paralizaron totalmente ese egreso, abriendo un interrogante sobre cómo se reconfigurará la dinámica del capital extranjero en la economía argentina. Un cambio en la legislación puede institucionalizar algunas de las nuevas regulaciones que, de forma informal, comenzaron a aplicarse, tanto en lo que respecta a la limitación de la remisión de capitales como a otros aspectos vinculados con el nivel de integración con la economía nacional en materia de proveedores, desarrollo tecnológico y balance de divisas a nivel firma.”
No por ello adhiero a ideales socialistas de intervención económica en toda las actividades productivas o que ellas DEBAN depender íntegramente de la instrucción estatal, ni abogo por la desaparición de la actividad privada. Simplemente refresco la memoria sobre el comportamiento del sector privado, de quienes se han beneficiado de procesos anti democráticos para la transformación de la valorización del capital con las dictaduras militares, con distorsiones económicas como la tablita de Martínez de Hoz y la póstuma nacionalización de la deuda privada que todos pagamos (repitiendo nuevamente lo dicho en el post anterior).
“Las mayores concesiones otorgadas por la legislación nacional al capital extranjero no fueron consideradas suficientes para brindar la “seguridad jurídica” que asegurara el necesario ingreso de divisas para sostener el plan de convertibilidad. Fue así que se resolvió comprometer internacionalmente al país mediante la firma de numerosos Tratados Bilaterales de Inversión (TBI) y la adhesión al convenio del Ciadi, prorrogando la jurisdicción en favor de tribunales extranjeros. En América del Sur el comportamiento fue dispar, entre posiciones extremas caracterizadas por la experiencia argentina (casi 58 tratados firmados, de los cuales más del 90 por ciento fueron ratificados) y las de Colombia y Brasil, con un número muchísimo menor de tratados firmados, aunque ninguno de ellos fue aprobado por las legislaturas nacionales.”
Los TLC nos ponen en una situación desventajosa, o mejor dicho de genuflexión, ante los mercados extranjeros principalmente Europa, Asia, EEUU e Israel por ser éstos productores de manufacturas que, no nos van a vender su tecnología para que nosotros podamos producir lo que ellos nos venden (se les caería el negocio y entrarían en problemas como los nuestros), sino que obligaría aún más a la primarización de las exportaciones y producción de bienes alimenticios que no son los GRANDES valores agregados que devienen de la producción y del desarrollo industrial (como los que ellos poseen y sustentan sus posiciones de mayor privilegio que el nuestro. Además, como bien decís, debemos rezar a todos los santos para rogar que no caiga un commodity como la soja, sustentando lo que te digo.
Aparte, recordemos como el mismísimo grupo Clarín dejó “al desnudo” que, precisamente la estrategia del Gobierno actual es … pesificar la deuda con organismos internos e “hipotecar el futuro”, es decir, en vez de tener tribunales extranjeros y tomando deuda externa como presión, utiliza organismos internos para la financiación del proceso de desarrollo productivo y la inclusión social mediante los subsidios (que muchos de ellos recibimos todos en sectores claves como transporte y energía, e inclusive recibe el agro) politizando así la cuestión de la deuda, rigiéndose por acuerdos políticos con organismos del Estado. Se endeuda hacia adentro con la perspectiva de poder generar un mejor futuro, algo elemental, para desarrollarse hay que endeudarse y en ese sentido creo que todos estamos de acuerdo, y discrepemos si efectivamente se tiende al desarrollo, pero en ese sentido podemos argumentar largamente y vamos a terminar siempre pensando distinto, solo el tiempo nos dará la respuesta. De mi parte podría decir que me encantaría poder insertarles un chip a muchos conciudadanos para que hagan un uso más responsable de los aportes que todos hacemos para mejorar su calidad de vida y aspiren como todos nosotros hacemos, mediante la educación y el trabajo, a una mejor calidad de vida sin depender necesaria y únicamente de un subsidio, sino que ello sea simplemente un pequeño empuje para que pueda aliviar mejor la tarea de la inserción social en la escala de valores típicos de la clase media.
“El año pasado, junto al periodista de Clarín, Ismael Bermúdez, Lanata repasó cómo, pese al relato oficialista, la deuda pública argentina se incrementó sostenidamente durante la última década. En 2001, la deuda pública era de 125 mil millones de dólares mientras que hoy trepó a 250 mil millones de dólares. ¿Qué pasó? Para pagar la deuda externa el gobierno se “endeudó” con organismos internos como la ANSeS y el Banco Central. Aunque la deuda “interna” es en pesos y se “resuelve” con más emisión, mientras que la otra es en dólares y “se come” las reservas, el problema es que la Argentina no canceló parte de su deuda externa con recursos genuinos, sino “hipotecando el futuro”. Además, se registró una menor entrada de dólares, por diversos factores: aumentó el giro de intereses y servicios financieros al exterior, se achicó el ingreso de dólares por inversión directas, entraron menos dólares por préstamos del exterior y se hicieron pagos de deuda. En 2012 entraron 3.744 millones de dólares, el año pasado 2.413 millones y el primer trimestre de este año 207 millones de dólares. Además, la periodista Marcela Pagano explicó cómo, pese al discurso del Gobierno, el dólar siguió siendo la mejor inversión para el ahorrista.”
Por otra parte, es interesante, o irrisorio, como siempre con una pretensión científica o al menos en el sentido positivo con el cual se habla de economía por muchos medios, de que “hay que hacer esto para lograr tal cosa”, en particular, “hay que reducir la base monetaria o evitar la emisión para reducir la inflación”, “la inflación es un exceso de oferta de dinero”, etc etc etc. Pero para siempre terminar hablando en términos psicologistas de “confianza”. Entonces no se trata de una relación aritmética sino de una relación de percepción subjetiva. Por ej, en El Economista, Héctor Rubini agrega lo siguiente:
“Para que no sea un nuevo fracaso se requiere, sin dudas, un programa antiinflacionario creíble. Esto exige, fundamentalmente, eliminar el predominio de la política fiscal sobre la monetaria. En la práctica significa instrumentar reformas institucionales que impidan financiar una y otra vez el gasto público con emisión monetaria. Este tipo de problema fue analizado, entre otros, por los economistas François Velde y Thomas Sargent quienes casi veinte años atrás rescataron una frase de Jacques Necker, ministro de finanzas de Luis XVI en 1776, 1778 y 1789: “Uno puede reavivar o sostener la confianza pública sólo brindando reaseguros de las intenciones del soberano, y dando pruebas de que ningún motivo lo puede incitar a incumplir sus obligaciones”. Acertadamente, Sargent y Velde observaron que Necker definió así lo que se conoce como política creíble: aquella tal que el gobernante no tenga incentivos, ni vía material alguna, de incumplir obligaciones o compromisos.”
Desde ya inclusive eso va a contrapartida de lo que ocurre en EEUU, donde el incremento de la base monetaria y la diferencia con las reserva que posee, sumado al creciente déficit fiscal que supera el 100% del PBI no resulta ser un inconveniente ni tampoco generar inflación de la manera que se genera en nuestro país. Quizás, se deba sí al hecho de que en EEUU existen regulaciones como en Europa donde las empresas están mucho más controladas por el Estado para impedir el tipo de comportamiento que en Argentina se sustentó a través de la dictadura militar y de las leyes de los 90: la cartelización de determinados sectores mediante monopolios u oligopolios, una práctica sana de competencia mediante el ajuste de precios en beneficio del consumidor y reinversión para mantener y aumentar el nivel productivo. Pero eso también resulta ser un doble discurso, porque mientras que al interior de esos países se rige férreamente la libre competencia, hacia afuera, hacia países como los nuestros, tienen otro tipo de actitudes que argumentan “no son actitudes fraudulentas, es que ustedes tienen malas leyes”. Los capitales extranjeros se rigen por el interés de sus accionistas, por la rentabilidad de sus bolsillos y no por la producción o los bienes en sí, sino por a valorización de mercado de las acciones. ¿De qué le sirve a un ciudadano de a pié conocer el valor accionario de una u otra empresa o del Merval en general si ello no depende del rendimiento de la empresa sino de como opera un intento por valorizar una empresa mediante la compra venta de papelitos? Es decir, si bajan las acciones de Telecom, ¿es por culpa de un desperfecto técnico sobre los usuarios o porque es una mala empresa? Nada de eso, sino de una simple especulación como lo puede ser un cambio de directores y gerentes, de posibilidades de venta o de adquisición de determinadas posiciones de mercado, otra vez, la valorización de una empresa en el mercado bursátil resulta ser subjetiva, basada en psicologismos como la “confianza” o “las perspectivas de valoración y de rentabilidad, de un buen balance financiero” pero que nada de ello depende de la producción en sí de lo que se ocupe al interior de la empresa. De la misma manera sucedió con la compra de Aerolíneas Argentinas, donde se eliminaron rutas comerciales y se aparecieron a competir únicamente en los destinos rentables como Bariloche, Iguazú, Europa y EEUU con otras aerolíneas y la de bandera de nuestro país cayó en la peor de los abandonos, con aviones viejos que hoy requirieron una inversión millonaria de la cual sigue sufriendo la ahora empresa estatal para la renovación de naves y tecnología que la empresa privatizada descuidó. Cabe destacar que actualmente el presidente de Marsans (comprador de AR) en diciembre de 2013 fue condenado por la Audiencia Nacional a dos años y dos meses y 99 millones de euros de multa por fraude a la Hacienda española en la compra de Aerolíneas Argentinas.
En resumen, mi postura es que, más que estar atento y pendiente a la sanidad fiscal es generar una nueva cultura de empresarios y sector privado en Argentina. Sino aspiramos a crecer y desarrollarnos para que unos pocos se terminen enriqueciendo y acrecentando su poder, manejando los destinos del país a su antojo. Como por ejemplo, pretender que la inversión la haga el estado para después ellos usufructuar de la misma. Un ejemplo es el espectro radioeléctrico y el lanzamiento del satélite, ante la posible pérdida del Nahuel 1A, el Gobierno abrió la posibilidad de que las empresas se hiciesen cargo de la banda disponible que se generaría con la apertura de mayor frecuencia, pero ni Personal (la primera elegida para que se hiciese cargo), ni Movistar, ni Claro quisieron afrontar los gastos de inversión que se suponía semejante estructura y beneficio, esperaban que el Estado lo hiciese primero y luego ellos utilizar las radiofrecuencias y el nuevo ancho de banda disponible. Siempre que se habla de que “el Estado debería invertir” es precisamente para el beneficio de algunos pocos que quieren que el Estado invierta por ellos para que se beneficien. Otro caso es el del dragado de canales de riego y de ríos en la zona de Formosa para la expansión de la cosecha de soja, sugerido muchas veces como “necesaria inversión estatal”. O mismo la reducción de las retenciones, para ¿generar mayor confiabilidad? ¿en el agro? o aumentar la rentabilidad de unos pocos.
Lo que yo sostengo es que el modelo de economía cerrada a la manera como se concibe en latinoamerica tienes pocas posibilidades de generar una nueva cultura de empresariado. Una economía así permite el surgimiento de todo tipo de comportamientos rentísticos y el empresario lo aprovecha, y lo va a seguir aprovechando.
Pero tampoco planteo una economía como la de los países de la Alianza del Pacífico. Creo que hay caminos y vías intermedias, como las que aplicaron muchos países asiáticos desde la década del 60 hasta hóy, algunas basadas mas en mercado interno, otras en comercio exterior, pero todas se construyeron a partir del desarrollo y prosperidad de un empresariado nacional. Lo que si tienen todas esas experiencias en común es que se idearon mecanismos que impidieran la aparición de conductos rentisticas, y esos mecanismos fueron mutando permanentemente con el camino al desarrollo de cada país.