DEPORTES › EL CURIOSO ORIGEN DE LOS MAS DE DIEZ MILLONES DE DOLARES PARA REFORZAR A RIVER
El Kaiser va a los bifes
Daniel Passarella tuvo que recurrir a empresarios de la carne para comprar jugadores para el plantel. Y como la deuda sigue creciendo, tuvo que acudía a un fideicomiso para buscar liquidez, que ya despierta fuertes polémicas en la oposición.
[RIGHT]Por Gustavo Veiga[/RIGHT]
Daniel Passarella, cuando asumió la presidencia.
Ahora comienza a recibir cuestionamientos.
La actualidad de River remite al documental sobre Isabel Sarli Carne sobre carne, estrenado este año. La carne es el rubro de los matarifes que pusieron la plata en el club para comprar jugadores por 10.512.000 dólares. Y el kilo vivo de carne del plantel profesional es el medio con que la recuperarán gracias a la comisión directiva del club, que les garantizó cubrir hasta 12 millones de dólares. La metáfora ramplona era por demás tentadora; la gestión de Daniel Passarella lo hizo posible. Hace diez meses, cuando asumió la presidencia, necesitaba dinero para afrontar la pesada herencia que le dejó José María Aguilar y, además, reforzar un equipo desecho. Transcurrido ese tiempo, el pasivo se incrementó de 140 millones de pesos a casi 200 proyectados al cierre del inminente balance. El ex capitán, técnico y dirigente presentó un fideicomiso como la herramienta indispensable para salir del mal trance y para que los hombres de la carne no perdieran su inversión.
¿Quiénes son los que armaron el mecano del atribulado Angel Cappa? Carlos Alberto Riusech, el dueño del frigorífico Gorina SA; el vicepresidente 2º de la institución, José Omar Solassi, socio de Faeco SRL y Viande SRL (faenadora y exportadora, respectivamente), y habría un tercer empresario que arriesgó capitales en el fútbol. Las fuentes que confirmaron la operación saben de qué hablan: hasta hoy, los hombres del gremio de los chacinados serían los únicos aportantes a la causa riverplatense. La Anses ya desmintió sumarse mediante un comunicado.
El fideicomiso bautizado Futuro Millonario I se fijó el objetivo de juntar unos 20 millones de dólares. La mitad de esa suma ya la había cobrado River antes de que se aprobara la fórmula de rescate financiero que administrarán el Bapro y Nápoli Sociedad de Bolsa. Las inversiones minoristas correrán por cuenta del banco y las mayoristas por la segunda compañía (desde los 200 mil dólares). A esta última pertenece Juan Nápoli, un socio que pasó por más de una agrupación interna y que fogonea el proyecto: “River debe devolverle el dinero a los inversionistas con recursos activos, como la venta de jugadores. Y en el caso de que no haya venta de jugadores, se activan las garantías: derechos de TV, palcos… Son ingresos seguros”, le dijo al diario Olé hace diez días.
Solassi acercó a los capitalistas como el próspero Riusech. También se incluyó en el rescate millonario. El propietario de Gorina, un frigorífico que exporta cortes de carne a países tan diferentes como Alemania, Egipto, Chile, Israel y Rusia, además faena 1000 cabezas de ganado por día en su planta del Gran La Plata. Sus intereses se extienden a Subproductos Agropecuarios Argentinos, el Instituto Modelo Esteban Echeverría y la sociedad anónima Inverland. El propio vicepresidente 2º, ex dueño de Ecocarnes, se mantiene en Faeco y Viande, dos S.A. del mismo rubro. “Los matarifes son los que pusieron los diez millones”, le confió a Página/12 uno de los candidatos que aspiraba a gobernar River y perdió con Passarella las elecciones celebradas en diciembre del 2009.
Los vientos de renovación y transparencia que trajo la asunción del Kaiser dejaron de soplar al mismo tiempo que la consultora KPMG comenzaba a demorar los esperados resultados de una auditoría interna. Passarella pasó en River de ser la antinomia de Aguilar, a darle argumentos a sus opositores de que es más o menos lo mismo.
“Ganó con el apoyo del ex presidente”, recuerda otro candidato que salió cuarto en las elecciones: Daniel Kiper. Y aporta el dato de que el actual vicepresidente 1º, Diego Turnes, y el tesorero Luis Renzi, integraron la comisión fiscalizadora que le aprobaba los balances al peor presidente de la historia, hoy deprimido y sin posibilidades de mostrarse en público, al menos entre el público que visita el estadio Monumental. Paga con ello un costo mucho mayor que su alter ego, Mario Israel, corresponsable del desastre económico durante ocho años de gestión. El ex secretario general del club suele mostrarse en la zona de La Imprenta, en el barrio Las Cañitas. Nunca tuvo el perfil alto de su afligido compañero de ruta.
En la AFA le informaron a este periodista que Aguilar ni siquiera aceptó integrar la comisión organizadora de la próxima Copa América. Una actitud prudente. El fallo del juez Alejandro Cilleruelo que el 10 de mayo pasado lo sobreseyó en primera instancia por los presuntos delitos de administración fraudulenta y asociación ilícita –con los Borrachos del Tablón–, todavía no está firme. Lo apeló el fiscal José María Campagnoli, que definió la sentencia como “prematura y tendenciosa”.
Tampoco está firme el fideicomiso pergeñado por la actual comisión directiva, que no votó el puñado de vocales opositores (Matías Patanian, Darío Santilli y Diego Quintas), aunque con alguna ausencia llamativa. Andrés Ballota, del estudio Ballota-Kondratiuk, que asesora a Nápoli Sociedad de Bolsa SA, no se hizo presente el jueves de la aprobación. Ahora resta que convalide esta iniciativa la asamblea de representantes el 28 de octubre, por cuyo filtro deberá pasar también el primer balance de Passarella.
Las garantías con que los empresarios de la carne tendrán a resguardo su inversión de 10.512.000 dólares son: el 10 por ciento de los derechos económicos de 35 futbolistas, hasta cubrir 12 millones de dólares; el 35 por ciento del contrato del Fútbol para Todos; el 50 por ciento de los ingresos por la explotación de los palcos que se construirán en la tribuna Centenario, hasta alcanzar 2,5 millones de dólares; el 40 por ciento del valor de la explotación de los palcos en las tribunas San Martín y Belgrano, hasta 1,8 millones de dólares; el 100 por ciento del contrato con Adidas, hasta 2,6 millones de dólares, y la cláusula que más cuestiona Antonio Caselli, otro de los postulantes a la presidencia vencidos por Passarella; el 40 por ciento de los derechos de formación de varios juveniles promisorios, como Manuel Lanzini, Ezequiel Cirigliano y Federico Andrada. La Línea Etica de River para recibir denuncias contra supuestos negociados como éste no funciona. Varios socios ya se quejaron de su inoperancia en los foros de Internet.
“Usted se ha comunicado con la Línea Etica de KPMG”, responde la voz femenina en el 0800-888-9696. “¿Qué harías si supieras de una conducta irregular en el club?”, se interroga desde la página oficial de River. “Cuando se comete una irregularidad dentro de la organización, callar también es una irregularidad”, cierra otro mensaje.
Se calcula que si la asamblea aprobara el fideicomiso, donde el oficialismo tiene mayoría, el consentimiento de la Comisión Nacional de Valores para que opere será un trámite. Los inversores cobrarán un 3 por ciento de intereses cada seis meses, en febrero y agosto. Hipercríticos, quienes resisten la iniciativa con que Passarella espera hacer la caja que hoy no tiene ya la comparan con el Fondo Común de Inversión La Xeneize, que Boca aprobó en 1996. “Lo de Macri era un lujo al lado de esta porquería”, señalan.
Fuente: Pagina 12.com