Como futbolista Labruna se despidió de River en 1959. Rangers de Chile y Rampla Juniors de Uruguay fueron sus últimos equipos. En 1961 fue contratado por Platense. Fue su primera experiencia como técnico y mal no le fue. De 34 partidos, ganó 16, empató 9 y perdió 9. Finalizó en el cuarto puesto y fue uno de los equipos más goleadores, 65 (dos menos que Chicago y Newell’s). Se involucró tanto con su nuevo cargo que ante la falta de jugadores, llegó a disputar dos partidos como volante izquierdo (ante Tigre 1-1, el 19 de agosto, y frente a Central Córdoba, 1-2 en Rosario, el 26 de agosto, en lo que fue su último partido oficial). Esos fueron sus últimos dos partidos oficiales como jugador. Comenzó dirigiendo el torneo de 1962, pero se fue tras perder las tres primeras fechas. Además de posterior exitoso paso por Primera División (campeón con Central y multicampeón con River), Labruna dirigió en 1967 a Defensores de Belgrano (fue campeón del torneo de la B, pero no pudo ascender a través del torneo de Reclasificación). En 1972 mientras era técnico de Chacarita en Primera, también entrenaba a Excursionistas, pero su nombre no aparecía en los medios, sino el de la subcomisión de fútbol. Ese año Excursionistas descendió a Primera C.
lo chequié de otras páginas, me hiciste descubrir equipos que no sabía que había estado.
En 1975 llegó don Angel Labruna como técnico de River. Armó una revolución futbolística con un equipo que mezclaba experiencia y juventud. Llegaron Roberto Perfumo (desde Brasil), Miguel Angel Raimondo (de Independiente), Pedro González (de Perú) y Oscar Mas (del Real Madrid). También vinieron los cordobeses Comelles, Artico (ambos de Talleres) y Reinaldi (de Belgrano), más el paraguayo Bareiro (de Cerro Porteño). Todos ellos se acoplaron a una camada joven de futbolistas nacidos en las inferiores del Club, como Norberto Alonso, Juan José López, Reinaldo Merlo y Carlos Morete.
“Vengo a River para salir campeón«, dijo Labruna apenas firmó su contrato con el Club que lo vio nacer, enriqueciendo los oídos de un club que había vivido casi 18 años de amargura y frustración. Y comenzó a acercarse a ese objetivo cuando pudo consolidar una base que salía de memoria. La formación era casi siempre la misma: Fillol; Comelles, Perfumo, Ártico y Héctor López; Juan José López, Raimondo o Merlo y Alonso; Pedro González, Morete y Mas. Con mucha seguridad defensiva, fútbol y goles, en la primera rueda le sacó ocho puntos al escolta, Unión de Santa Fe.
Pero para la segunda parte del torneo, llegaron las piedras y complicaciones: Alonso fue suspendido seis fechas en un partido contra Independiente por insultar al lineman. Sin el Beto en cancha, River perdió tres partidos al hilo y se acercaron Huracán y Boca, que lo persigan al «Millonario» en la punta. Todo esto hasta que volvió la zurda mágica. En la vuelta de Alonso, en un partido contra San Lorenzo en el Monumental, el mismo Beto convirtió 2 goles cuyos gritos todavía retumban en el cemento del estadio Antonio Liberti y con esta victoria se afirmó en la punta.
El 14 de agosto que hoy recordamos, River Plate jugó contra Argentinos Jrs. en el José Amalfitani. Esa noche necesitaba ganar para consagrarse campeón en el Metropolitano. Era la antepenúltima fecha y hubo una huelga de jugadores profesionales que obligó a a ambos equipos a jugar con chicos amateurs.
Ahí vino el gol del pibe Bruno y la felicidad inalcanzable se hizo real. Despues vino el Bicampeonato. Labruna reconvirtió un River que jugaba bien, pidiendo jugadores de fuste para un plantel sin tantas estrellas pero la combinación perfecta. Se quedó con la camada surgiente (Morete, Alonso, JJ frutos de la cantera)(Merlo fue suplente y Passarella también) todos pendejos. Y trajo a Perfumo, ex capitan de la selección argentina, Raimondo (multicampeón con el rojo), volvió Mas (que era idolo) etc. Fillol no era titular. Trajo a dos marcadores duros que había dirigido en Talleres (Comelles y Artico), y despues a la Pepona Reinaldi que hace gol en la final del Bicampeonato. en fin. Armó un equipo para campeón. Lo mismo hizo en Talleres, Argentinos Jrs en el 83 y Defensores de Belgrano en el ascenso. Como dice la nota River enseguida toma la ruta de campeón y de repente suspenden al Beto y el equipo empieza a sentir la “pesada herencia”, cuando vuelve gana un partido decisivo y termina con chances. Eran torneos mas peleados que los de hoy. Enormes equipos y la suerte esquiva que siempre se le presentaba a River, esa vez no tuvo exito. Fue un boom en la sociedad argenta.