De el “hincha de River” Forronella:
A la miércoles. Qué actuación descolorida, apagada, preocupante. Parecía un River de otra época, de épocas oscuras, de equipos que jugaban afuera y sufrían sin importar el rival. La fragilidad de la defensa contrasta enormemente con la solidez que teníamos hasta hace un ratito.
Ya es momento de preguntarse si proteger a Balanta es dejarlo en la cancha o sacarlo. También, si ante la inminente salida del Negro Sánchez vamos a poder traer a Cristiano Ronaldo, porque menos que eso salimos perdiendo.
No es un buen momento, cuestión esperable en el vacío que se produce después de un éxito tan grande. Pero asusta. Asusta lo mal que estamos jugando, la desconcentración, la tibieza, algunas jugadas inexplicables, un rendimiento bajísimo de los laterales, hasta Kranevitter desorientado…
Es como si el equipo hubiera dado todo, que lo dio, y ya bajó la cortina. Estamos viviendo con los ahorros desde que volvimos de Japón y, por lo que está a la vista, dependemos de un milagro para levantar de acá hasta que volvamos a ir a Japón. Anoche River pasó apenas por la ventaja que habíamos sacado en casa, por las revolcadas de Barovero y por la suerte.
Tuvimos suerte. Mucha. Entonces, si para pasar a Chapecoense necesitamos de todos esos factores, tenemos que admitir que la cosa no anda bien. Tampoco es fácil sentarse cómodamente a ver el partido por la tele y dar las dos o tres puntas de las soluciones a nuestros problemas.
Más que eso, creo que esto no tiene solución. River necesita parar por un tiempo, que se suspenda el fútbol, que no exista Japón o que Japón ya sea historia y que el próximo viaje sean unas lindas vacaciones. Merecidas. Porque el equipo tiene la cabeza quemada. La cara del Muñeco pariendo el partido también explica un poco el momento.
Cuando un técnico mete tanta mano en el equipo es porque nada resulta más o menos convincente. Esa es la realidad. River no tiene ataque sin Alario y no tiene defensa. Encima, al Muñeco no le gusta mucho la idea de sumar a Kranevitter y Ponzio. Entonces no hay chance de encontrar solidez, ante la endeblez de las respuestas de Driussi, Tabaré, Bertolo, Pity y siguen las firmas. La jugada del gol, algún tiro de Piscu, nada, nada más.
Así, lo lógico sería perder, como venimos perdiendo últimamente, viviendo de los ahorros ganados por muchos de estos mismos protagonistas.