Cristian Díaz agarró un fierro caliente. Gustavo López lo destrozó y pidió su salida. Incluso chicaneó a Cantero. Lo mismo hizo con Ramón Díaz. Lo mismo hará con Gallego.
Caruso Lombardi agarró un fierro caliente. Hoy, el periodismo incentiva su despido.
Zubeldía agarró un fierro caliente. Hoy, remarcan que perdió 10 partidos de 22.
Falcioni hace un año y medio que gana o llega a la final o es puntero o pelea torneos. No gana dos partidos y se instala el rumor de despido.
Astrada agarró un Argentinos que se caía a pedazos. Sumó 3 fechas sin ganar y Novello, en La Red, empezó el lobby para que agarre Maradona.
Cagna no lleva ni 15 partidos en Estudiantes y, luego de la derrota con River, ya operaron para decir que no era del agrado de Verón y que un resultado negativo sería motivo de despido.
Hacia el final del torneo pasado, dijeron que si Godoy Cruz perdía contra Atlético de Rafaela, era muy probable que despidieran a Asad. Uno de los tantos clubes en los cuales pretendieron instalar un falso interés por la dupla Palermo-Abbondanzieri.
Durante la última semana, dijeron que podía ser el último partido de Arruabarrena, que, la temporada pasada, moldeó un milagro y con buen juego.
Ningún periodista protestó cuando despidieron a Sava y a Kudelka, después de malos arranques pero de salvar a sus equipos la temporada pasada.
Almeyda lleva 50 partidos y salvo una editorial de Closs y la necesaria contracarga en un show como el programa de Fantino, no hay voces que se expresen desfavorablemente sobre su trabajo…
Y no tengo ganas de anclar en lo que hicieron con algunos DT de River, incluso cuando ganaban jugando relativamente bien.
Que los pongan delante de mí, uno por uno, a debatir con argumentos. No son periodistas. Son impresentables lobbystas. Gustavo López, Vignolo, etc, etc, etc.