Marcelo Gallardo - DT de River Plate

Pero fíjense cuantos partidos dominamos y no nos llevamos nada por la falta de contundencia

1- gimnasia copa argentina 18
2- al ain mdc 18
3- idv libertadores 16
4- central superliga 17
5- varnus libertadores 17

Demasiados casos en donde merecimos amplias victorias, nos robaron y nos perdimos mil goles

[QUOTE=crazypity;8854475]Pero fíjense cuantos partidos dominamos y no nos llevamos nada por la falta de contundencia

1- gimnasia copa argentina 18
2- al ain mdc 18
3- idv libertadores 16
4- central superliga 17
5- varnus libertadores 17

Demasiados casos en donde merecimos amplias victorias, nos robaron y nos perdimos mil goles[/QUOTE]

Sumale el partido acá vs Juan Aurich, junto al de IdV fueron los más injustos que he visto.

También en la copa de la superliga vs atlético de Tucumán que en la idea perdimos 3-0 inmerecidamente y en la vuelta si bien hicimos 4 nos perdimos varios goles más.

A veces juega la suerte también

[QUOTE=Milton Casco;8854548]Sumale el partido acá vs Juan Aurich, junto al de IdV fueron los más injustos que he visto.

También en la copa de la superliga vs atlético de Tucumán que en la idea perdimos 3-0 inmerecidamente y en la vuelta si bien hicimos 4 nos perdimos varios goles más.

A veces juega la suerte también[/QUOTE]

Si, pero contra idv y Lanús nos robaron, lo de wilmar Roldán (que siempre dirige a boca o a nosotros, oh casualidad) fue muy evidente

[QUOTE=crazypity;8854475]Pero fíjense cuantos partidos dominamos y no nos llevamos nada por la falta de contundencia

1- gimnasia copa argentina 18
2- al ain mdc 18
3- idv libertadores 16
4- central superliga 17
5- varnus libertadores 17

Demasiados casos en donde merecimos amplias victorias, nos robaron y nos perdimos mil goles[/QUOTE]

De todas las (pocas) eliminaciones que hemos tenido,en la mayoria mereciamos pasar,solo en 2 partidos en mi opinion perdimos “justamente”: contra el Barcelona en el Mundial de clubes,y contra Lanus en la final de la Supercopa,en el resto hemos quedado afuera por mala suerte o porque la pelota no quizo entrar ese dia

[QUOTE=DAF86;8854434]Que buen debate ese:

Barovero

Mercado Maidana F.Mori Vangioni

Sánchez Ponzio/Kranevitter Rojas

Piscu

Teo Mora

VS

Armani

Montiel Quarta Pinola Casco

Nacho Enzo Palacios

Quintero

Pratto Suárez

Quién gana?

arquero: empatados
Defensa: 2014/15
Mediocampo: 2018/19
Delantera: 2018/19 (pero no x mucho)

Partido durísimo, de presión y contra presión. La mejor técnica del equipo 2018/19 haría que a la larga se haga dominador de la posesión, pero la fortaleza defensiva y aérea del equipo 2015/15 equipararia fuerzas. Para mí gana el equipo de 2014/15 gracias a la pelota parada.[/QUOTE]

Ganaría el equipo actual por las variantes que tiene para el 2do tiempo

gana el que tenga a marcelo en el banco… simple…

y los 2 tienen atenuantes. contra barcelona el primer gol de ellos es ilegitimo, choreado. si no, no sabes lo que hubiese pasado

la supercopa no jugamos tan mal hasta el primer gol, que ya son casi 60 minutos. despues de ahi si, no hicimos pie.

En LaMitad+1 dicen que Gallardo se separo de la mujer “porque le metio los cuernos” y esta saliendo con Alina Moire :lol:

ponganle su nombre al estadio si es asi, al carajo lo de la estatua

De Infobardo…

GALLARDO PRESIDENTE.

Gallardo no sólo es un entrenador descomunal. Los movimientos tácticos -a veces más prácticos que reveladores- no son su única virtud. Donde saca una diferencia aún mayor es en su gestión. Es un líder creíble en una Argentina llena de mentirosos. Cuando el entrenador de River le dice a la gente que crea, la gente le cree. No importa que tenga dudas en el camino o le parezca demasiado optimista. Su palabra moviliza, contagia, oxigena, exige. Hasta en los peores días ha demostrado tener un plan. Es el capitán de River hace 5 años aunque ya no esté en pantalones cortos. Ese es su rol. No es amigo de los jugadores. Ellos cuentan en la intimidad que “cuando Gallardo se enoja es jodido”. Que los sigue de cerca aunque te llames Ponzio. Que no saben quién juega hasta último momento. A veces le miran la cara al llegar al entrenamiento para saber qué día les espera. Igual todos lo siguen porque sabe que los hará ganar. Podrán tener la victoria más importante y recordada contra Boca en la final de la Copa Libertadores en Madrid. O hacerle seis goles en una paliza histórica al último Racing campeón en su cancha.

Cualquiera se hubiera ido a disfrutar del éxito al final de su primer mandato. Le había cambiado la cabeza a River. Ya era un equipo copero por encima de Boca. Tenía paz después de haber caminado varios sábados por el Infierno. El hincha otra vez era feliz. Gallardo igual se quedó: es insaciable, siempre va por más. Y ama al equipo que lo vio brillar y le permitió dejar de colarse en el tren que lo traía de Merlo. Tanta personalidad tuvo de chico que en la primera prueba, a los cinco minutos de estar en la cancha, se arrimó al entrenador Gabriel Rodríguez y le pidió que lo cambiara de equipo. “¿Por qué?”, le preguntó el captador de talentos. “Porque no me la pasan”, respondió el chico que casi se va un rato antes, cuando pasaban los minutos y se habían olvidado de testearlo. En su River su espíritu competitivo siempre se potenció. Al minuto de ganar ya quiere una nueva victoria. Es capaz de seguir armando equipos aunque se le desarmó su primer campeón, el segundo y el tercero… De hacerle tres goles a Racing en tres minutos. Y de sentir como una deuda -después de haber ganado casi todo- ser campeón del torneo local.

Gallardo es la figura del equipo aunque pasen Ponzio, Cavenaghi, Maidana, el Pity, Quintero, Pratto o el que fuera
No es un tipo muy político. O mejor dicho: Gallardo no siempre es políticamente correcto. Defiende a su River y en esa jugada se ha enfrentado con el poder. Habló de guardia alta. Se quejó del Var cuando no lo benefició y aún hoy no reconoció que lo benefició con Independiente. Las pocas veces que perdió se quejó más del planteo rival que de sus defectos. Es algo para modificar. Aunque hoy queda en el detalle de la evaluación de los periodistas o algunos observadores externos. Ningún hincha se lo va a reclamar. Gallardo se ganó ser el mejor entrenador de la historia del club. Aun cuando no haya salido campeón del mundo como el Bambino Veira en el 86, sus equipos ganaron dos veces la Libertadores, pusieron de rodillas a Boca en Madrid. Les devolvieron la alegría y la confianza a sus hinchas. El Muñeco tendrá una estatua como el Feo Labruna y hoy es más ovacionado en la cancha que el idolatrado Ramón Díaz. El 10 al que Passarella llevó a la Selección y patentó la frase “entiende el juego”, en River entendió todo. Gallardo es la figura del equipo aunque pasen Ponzio, Cavenaghi, Maidana, el Pity, Quintero, Pratto o el que fuera.

En un país lógico él manejaría el destino de los argentinos. Gallardo Presidente. En términos futbolísticos: DT de la Selección. No se le pediría que ponga en caja el valor indomable del dólar ni que corte el River-Boca permanente. Su responsabilidad sería levantar a Argentina en el último Mundial de Messi. Acá no sucederá. Se prefiere hacer una encuesta interna con los jugadores que participaron de la Copa América y apostar. Scaloni mañana puede ser un técnico top pero hoy no demostró tener la capacidad para asumir ese lugar. No es relevante para el jurado unipersonal de la AFA. Menos ahora que nadie piensa en la Selección porque no hay Copa América y para el Mundial falta una eternidad.

Pasa que Gallardo está enfrentado con los pocos que deciden. No dejaría que se mezclen los roles y aparezcan en la foto señores que deben estar vestidos de directivos. Entonces queda en segundo plano que es el mejor con Simeone fuera de carrera por su propia decisión. Está a la vista cómo piensa este pequeño gigante a veces irascible de apenas 43 años. Cómo se mueve en el fútbol. Cuál es su conducta y el manual de condiciones para pertenecer a su plantel. Lo declaró aún en la euforia de la paliza al Racing que avergonzó al Chacho Coudet. “Esta victoria no nos va a confundir”, avisó. Un argentino fuera de lo común…

[QUOTE=riverazo;8854935]De Infobardo…

GALLARDO PRESIDENTE.

Gallardo no sólo es un entrenador descomunal. Los movimientos tácticos -a veces más prácticos que reveladores- no son su única virtud. Donde saca una diferencia aún mayor es en su gestión. Es un líder creíble en una Argentina llena de mentirosos. Cuando el entrenador de River le dice a la gente que crea, la gente le cree. No importa que tenga dudas en el camino o le parezca demasiado optimista. Su palabra moviliza, contagia, oxigena, exige. Hasta en los peores días ha demostrado tener un plan. Es el capitán de River hace 5 años aunque ya no esté en pantalones cortos. Ese es su rol. No es amigo de los jugadores. Ellos cuentan en la intimidad que “cuando Gallardo se enoja es jodido”. Que los sigue de cerca aunque te llames Ponzio. Que no saben quién juega hasta último momento. A veces le miran la cara al llegar al entrenamiento para saber qué día les espera. Igual todos lo siguen porque sabe que los hará ganar. Podrán tener la victoria más importante y recordada contra Boca en la final de la Copa Libertadores en Madrid. O hacerle seis goles en una paliza histórica al último Racing campeón en su cancha.

Cualquiera se hubiera ido a disfrutar del éxito al final de su primer mandato. Le había cambiado la cabeza a River. Ya era un equipo copero por encima de Boca. Tenía paz después de haber caminado varios sábados por el Infierno. El hincha otra vez era feliz. Gallardo igual se quedó: es insaciable, siempre va por más. Y ama al equipo que lo vio brillar y le permitió dejar de colarse en el tren que lo traía de Merlo. Tanta personalidad tuvo de chico que en la primera prueba, a los cinco minutos de estar en la cancha, se arrimó al entrenador Gabriel Rodríguez y le pidió que lo cambiara de equipo. “¿Por qué?”, le preguntó el captador de talentos. “Porque no me la pasan”, respondió el chico que casi se va un rato antes, cuando pasaban los minutos y se habían olvidado de testearlo. En su River su espíritu competitivo siempre se potenció. Al minuto de ganar ya quiere una nueva victoria. Es capaz de seguir armando equipos aunque se le desarmó su primer campeón, el segundo y el tercero… De hacerle tres goles a Racing en tres minutos. Y de sentir como una deuda -después de haber ganado casi todo- ser campeón del torneo local.

Gallardo es la figura del equipo aunque pasen Ponzio, Cavenaghi, Maidana, el Pity, Quintero, Pratto o el que fuera
No es un tipo muy político. O mejor dicho: Gallardo no siempre es políticamente correcto. Defiende a su River y en esa jugada se ha enfrentado con el poder. Habló de guardia alta. Se quejó del Var cuando no lo benefició y aún hoy no reconoció que lo benefició con Independiente. Las pocas veces que perdió se quejó más del planteo rival que de sus defectos. Es algo para modificar. Aunque hoy queda en el detalle de la evaluación de los periodistas o algunos observadores externos. Ningún hincha se lo va a reclamar. Gallardo se ganó ser el mejor entrenador de la historia del club. Aun cuando no haya salido campeón del mundo como el Bambino Veira en el 86, sus equipos ganaron dos veces la Libertadores, pusieron de rodillas a Boca en Madrid. Les devolvieron la alegría y la confianza a sus hinchas. El Muñeco tendrá una estatua como el Feo Labruna y hoy es más ovacionado en la cancha que el idolatrado Ramón Díaz. El 10 al que Passarella llevó a la Selección y patentó la frase “entiende el juego”, en River entendió todo. Gallardo es la figura del equipo aunque pasen Ponzio, Cavenaghi, Maidana, el Pity, Quintero, Pratto o el que fuera.

En un país lógico él manejaría el destino de los argentinos. Gallardo Presidente. En términos futbolísticos: DT de la Selección. No se le pediría que ponga en caja el valor indomable del dólar ni que corte el River-Boca permanente. Su responsabilidad sería levantar a Argentina en el último Mundial de Messi. Acá no sucederá. Se prefiere hacer una encuesta interna con los jugadores que participaron de la Copa América y apostar. Scaloni mañana puede ser un técnico top pero hoy no demostró tener la capacidad para asumir ese lugar. No es relevante para el jurado unipersonal de la AFA. Menos ahora que nadie piensa en la Selección porque no hay Copa América y para el Mundial falta una eternidad.

Pasa que Gallardo está enfrentado con los pocos que deciden. No dejaría que se mezclen los roles y aparezcan en la foto señores que deben estar vestidos de directivos. Entonces queda en segundo plano que es el mejor con Simeone fuera de carrera por su propia decisión. Está a la vista cómo piensa este pequeño gigante a veces irascible de apenas 43 años. Cómo se mueve en el fútbol. Cuál es su conducta y el manual de condiciones para pertenecer a su plantel. Lo declaró aún en la euforia de la paliza al Racing que avergonzó al Chacho Coudet. “Esta victoria no nos va a confundir”, avisó. Un argentino fuera de lo común…[/QUOTE]

deberia decir claramente “cuando lo perjudicaron con lanus, independiente del valle, boca, barcelona, etc”

periodismo de mierda asqueroso

[QUOTE=crazypity;8854942]deberia decir claramente “cuando lo perjudicaron con lanus, independiente del valle, boca, barcelona, etc”

periodismo de mierda asqueroso[/QUOTE]

Qué esperabas del cholo bosttile

genio muñeco, no te cabe ni siquiera ese adjetivo, sos mas que un genio, sos fuera de epoca, sos otra cosa, gracias por tanto

Ya pusieron el rumor de que se separó y ahora anda con Alina Moine? :lol:

[QUOTE=riverazo;8854935]De Infobardo…

GALLARDO PRESIDENTE.

Gallardo no sólo es un entrenador descomunal. Los movimientos tácticos -a veces más prácticos que reveladores- no son su única virtud. Donde saca una diferencia aún mayor es en su gestión. Es un líder creíble en una Argentina llena de mentirosos. Cuando el entrenador de River le dice a la gente que crea, la gente le cree. No importa que tenga dudas en el camino o le parezca demasiado optimista. Su palabra moviliza, contagia, oxigena, exige. Hasta en los peores días ha demostrado tener un plan. Es el capitán de River hace 5 años aunque ya no esté en pantalones cortos. Ese es su rol. No es amigo de los jugadores. Ellos cuentan en la intimidad que “cuando Gallardo se enoja es jodido”. Que los sigue de cerca aunque te llames Ponzio. Que no saben quién juega hasta último momento. A veces le miran la cara al llegar al entrenamiento para saber qué día les espera. Igual todos lo siguen porque sabe que los hará ganar. Podrán tener la victoria más importante y recordada contra Boca en la final de la Copa Libertadores en Madrid. O hacerle seis goles en una paliza histórica al último Racing campeón en su cancha.

Cualquiera se hubiera ido a disfrutar del éxito al final de su primer mandato. Le había cambiado la cabeza a River. Ya era un equipo copero por encima de Boca. Tenía paz después de haber caminado varios sábados por el Infierno. El hincha otra vez era feliz. Gallardo igual se quedó: es insaciable, siempre va por más. Y ama al equipo que lo vio brillar y le permitió dejar de colarse en el tren que lo traía de Merlo. Tanta personalidad tuvo de chico que en la primera prueba, a los cinco minutos de estar en la cancha, se arrimó al entrenador Gabriel Rodríguez y le pidió que lo cambiara de equipo. “¿Por qué?”, le preguntó el captador de talentos. “Porque no me la pasan”, respondió el chico que casi se va un rato antes, cuando pasaban los minutos y se habían olvidado de testearlo. En su River su espíritu competitivo siempre se potenció. Al minuto de ganar ya quiere una nueva victoria. Es capaz de seguir armando equipos aunque se le desarmó su primer campeón, el segundo y el tercero… De hacerle tres goles a Racing en tres minutos. Y de sentir como una deuda -después de haber ganado casi todo- ser campeón del torneo local.

Gallardo es la figura del equipo aunque pasen Ponzio, Cavenaghi, Maidana, el Pity, Quintero, Pratto o el que fuera
No es un tipo muy político. O mejor dicho: Gallardo no siempre es políticamente correcto. Defiende a su River y en esa jugada se ha enfrentado con el poder. Habló de guardia alta. Se quejó del Var cuando no lo benefició y aún hoy no reconoció que lo benefició con Independiente. Las pocas veces que perdió se quejó más del planteo rival que de sus defectos. Es algo para modificar. Aunque hoy queda en el detalle de la evaluación de los periodistas o algunos observadores externos. Ningún hincha se lo va a reclamar. Gallardo se ganó ser el mejor entrenador de la historia del club. Aun cuando no haya salido campeón del mundo como el Bambino Veira en el 86, sus equipos ganaron dos veces la Libertadores, pusieron de rodillas a Boca en Madrid. Les devolvieron la alegría y la confianza a sus hinchas. El Muñeco tendrá una estatua como el Feo Labruna y hoy es más ovacionado en la cancha que el idolatrado Ramón Díaz. El 10 al que Passarella llevó a la Selección y patentó la frase “entiende el juego”, en River entendió todo. Gallardo es la figura del equipo aunque pasen Ponzio, Cavenaghi, Maidana, el Pity, Quintero, Pratto o el que fuera.

En un país lógico él manejaría el destino de los argentinos. Gallardo Presidente. En términos futbolísticos: DT de la Selección. No se le pediría que ponga en caja el valor indomable del dólar ni que corte el River-Boca permanente. Su responsabilidad sería levantar a Argentina en el último Mundial de Messi. Acá no sucederá. Se prefiere hacer una encuesta interna con los jugadores que participaron de la Copa América y apostar. Scaloni mañana puede ser un técnico top pero hoy no demostró tener la capacidad para asumir ese lugar. No es relevante para el jurado unipersonal de la AFA. Menos ahora que nadie piensa en la Selección porque no hay Copa América y para el Mundial falta una eternidad.

Pasa que Gallardo está enfrentado con los pocos que deciden. No dejaría que se mezclen los roles y aparezcan en la foto señores que deben estar vestidos de directivos. Entonces queda en segundo plano que es el mejor con Simeone fuera de carrera por su propia decisión. Está a la vista cómo piensa este pequeño gigante a veces irascible de apenas 43 años. Cómo se mueve en el fútbol. Cuál es su conducta y el manual de condiciones para pertenecer a su plantel. Lo declaró aún en la euforia de la paliza al Racing que avergonzó al Chacho Coudet. “Esta victoria no nos va a confundir”, avisó. Un argentino fuera de lo común…[/QUOTE]

La nota iba bastante bien hasta ahí. No es beneficiar la palabra que utilizaría alguien neutral o de River. Gallardo no espera que lo beneficien sino que no lo caguen como nos ha sucedido en varias ocasiones.

En clarin ya salio lo del muñe con alina. La verdad me tiene sin cuidado mientras sea feliz.

Igual un poco me sorprende. Uno lo tiene tan idealizado que no lo imagino calentandose con alguien, o separandose o haciendo las cosas que hacemos las personas normales(?). Ademas parece un obsesivo por el trabajo. Debe ser insoportable en la privacidad(?).

lo del muñe con Alina: - YouTube

le sobran kilometros de bija hoy a muñeco, me da igual la verdad.

es un semental, no le alcanzo con garcharse a 10 millones de bosteros

[QUOTE=riverazo;8854935]De Infobardo…

GALLARDO PRESIDENTE.

Gallardo no sólo es un entrenador descomunal. Los movimientos tácticos -a veces más prácticos que reveladores- no son su única virtud. Donde saca una diferencia aún mayor es en su gestión. Es un líder creíble en una Argentina llena de mentirosos. Cuando el entrenador de River le dice a la gente que crea, la gente le cree. No importa que tenga dudas en el camino o le parezca demasiado optimista. Su palabra moviliza, contagia, oxigena, exige. Hasta en los peores días ha demostrado tener un plan. Es el capitán de River hace 5 años aunque ya no esté en pantalones cortos. Ese es su rol. No es amigo de los jugadores. Ellos cuentan en la intimidad que “cuando Gallardo se enoja es jodido”. Que los sigue de cerca aunque te llames Ponzio. Que no saben quién juega hasta último momento. A veces le miran la cara al llegar al entrenamiento para saber qué día les espera. Igual todos lo siguen porque sabe que los hará ganar. Podrán tener la victoria más importante y recordada contra Boca en la final de la Copa Libertadores en Madrid. O hacerle seis goles en una paliza histórica al último Racing campeón en su cancha.

Cualquiera se hubiera ido a disfrutar del éxito al final de su primer mandato. Le había cambiado la cabeza a River. Ya era un equipo copero por encima de Boca. Tenía paz después de haber caminado varios sábados por el Infierno. El hincha otra vez era feliz. Gallardo igual se quedó: es insaciable, siempre va por más. Y ama al equipo que lo vio brillar y le permitió dejar de colarse en el tren que lo traía de Merlo. Tanta personalidad tuvo de chico que en la primera prueba, a los cinco minutos de estar en la cancha, se arrimó al entrenador Gabriel Rodríguez y le pidió que lo cambiara de equipo. “¿Por qué?”, le preguntó el captador de talentos. “Porque no me la pasan”, respondió el chico que casi se va un rato antes, cuando pasaban los minutos y se habían olvidado de testearlo. En su River su espíritu competitivo siempre se potenció. Al minuto de ganar ya quiere una nueva victoria. Es capaz de seguir armando equipos aunque se le desarmó su primer campeón, el segundo y el tercero… De hacerle tres goles a Racing en tres minutos. Y de sentir como una deuda -después de haber ganado casi todo- ser campeón del torneo local.

Gallardo es la figura del equipo aunque pasen Ponzio, Cavenaghi, Maidana, el Pity, Quintero, Pratto o el que fuera
No es un tipo muy político. O mejor dicho: Gallardo no siempre es políticamente correcto. Defiende a su River y en esa jugada se ha enfrentado con el poder. Habló de guardia alta. Se quejó del Var cuando no lo benefició y aún hoy no reconoció que lo benefició con Independiente. Las pocas veces que perdió se quejó más del planteo rival que de sus defectos. Es algo para modificar. Aunque hoy queda en el detalle de la evaluación de los periodistas o algunos observadores externos. Ningún hincha se lo va a reclamar. Gallardo se ganó ser el mejor entrenador de la historia del club. Aun cuando no haya salido campeón del mundo como el Bambino Veira en el 86, sus equipos ganaron dos veces la Libertadores, pusieron de rodillas a Boca en Madrid. Les devolvieron la alegría y la confianza a sus hinchas. El Muñeco tendrá una estatua como el Feo Labruna y hoy es más ovacionado en la cancha que el idolatrado Ramón Díaz. El 10 al que Passarella llevó a la Selección y patentó la frase “entiende el juego”, en River entendió todo. Gallardo es la figura del equipo aunque pasen Ponzio, Cavenaghi, Maidana, el Pity, Quintero, Pratto o el que fuera.

En un país lógico él manejaría el destino de los argentinos. Gallardo Presidente. En términos futbolísticos: DT de la Selección. No se le pediría que ponga en caja el valor indomable del dólar ni que corte el River-Boca permanente. Su responsabilidad sería levantar a Argentina en el último Mundial de Messi. Acá no sucederá. Se prefiere hacer una encuesta interna con los jugadores que participaron de la Copa América y apostar. Scaloni mañana puede ser un técnico top pero hoy no demostró tener la capacidad para asumir ese lugar. No es relevante para el jurado unipersonal de la AFA. Menos ahora que nadie piensa en la Selección porque no hay Copa América y para el Mundial falta una eternidad.

Pasa que Gallardo está enfrentado con los pocos que deciden. No dejaría que se mezclen los roles y aparezcan en la foto señores que deben estar vestidos de directivos. Entonces queda en segundo plano que es el mejor con Simeone fuera de carrera por su propia decisión. Está a la vista cómo piensa este pequeño gigante a veces irascible de apenas 43 años. Cómo se mueve en el fútbol. Cuál es su conducta y el manual de condiciones para pertenecer a su plantel. Lo declaró aún en la euforia de la paliza al Racing que avergonzó al Chacho Coudet. “Esta victoria no nos va a confundir”, avisó. Un argentino fuera de lo común…[/QUOTE]

Desde aca puedo oler ese sobrecito cobrado para hacer lobby por “el River europeo imbatible” y “Gallardo tiene que estar en la Seleccion”.

Operaron en contra de River y ahora quieren operar en contra de GallarDios.
No creo absolutamente nada del Bosteriodismo