En realidad hay dos cuestiones, la primera es lo inherente a todo proyecto grupal y lo segundo en cuanto a su liderazgo netamente individual y grupal.
En cuanto a lo primero, todo grupo debe consolidarse y para eso lleva tiempo. Más cuando se te van o te aparecen jugadores nuevos que les tenés que enseñar una dinámica, eso es típico en todos los grupos, porque cada sujeto hace lo que puede, entonces hay que enseñarles que las cosas se dan de una determinada manera. Con lo cual, lo que pasa ahora, es parte de un proceso en el tiempo y que se va profundizando.
Lo segundo, se nota en sus conferencias de prensa, en su lenguaje corporal, en que él es un ídolo del club, ama el club, y lo veo en sus ojos, y en sus festejos. Nunca se deja pasar por arriba, si la conversación se desvía, la vuelve a su cauce, nunca deja nada sin decir y siempre dice sin decir. Lo ves en la mirada que tiene, atenta, que busca ser un tipo centrado, un ejemplo para el equipo. Siempre quiere estar manso y calmado, para que el equipo esté manso y calmado, pero tampoco puede impedir festejar y putear cuando la sensación lo domina, pero rápidamente vuelve al control.
Y Ponzio también tiene mucho que ver, es parte de eso que él busca en un equipo, como sujeto y como armador. Ya de por sí, por la forma de jugar de Ponzio y su estilo, es un lider natural, armador y ordenador, con lo cual es más logico que sea capitán.
Ponzio es un tipo que si le sacás la pelota, es un extraterrestre, ahora, le ponés una pelota y te hace magia: se manda, va, busca y mete. Pero para cualquier otra cosa, sonríe. Es un ordenador, es sumamente sobrio y diplomático. Es Gallardo adentro de la cancha. Por eso es un buen capitán, porque reproduce exactamente la misma lógica que Gallardo fuera de la cancha. Y Gallardo quiere eso, un grupo de caballeros, entonces su líder tiene que ser un caballero con disciplina y que busque que los otros se disciplinen.
Así es como se trabaja bien en equipo. Un placer este River.