Las ahora columnas del Moishe Borinsky

Es moishe seguro los vende todos a una editorial y será esta la que tenga perdidas.

A parte nunca entendi lo de vender libros a un publico futbolero… si sacas un libro de gallardo te lo van a comprar solo los tecnicos que estan estudiando esa carrera no los hinchas… quien carajo va a comprar un libro de demichelis?

Nuevo gerente de prensa fútbol del club.
Digo prensa fútbol porque ahora prensa se divide en dos, fútbol e institucional, con Ghirlanda ocupando el segundo puesto. Insólito que esta bolsa de papas Aguilarista tenga un currito en el club.

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Ya salió la columna de este?

Jaja que va a decir este nefasto? ya veo venir la típica: “paciencia, no nos volvamos locos”.

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Demichelis en el banquillo

Mentira que sólo importa ganar la Copa Libertadores. El martes, pasaditas las 11 de la noche, tuve que dejar mi celu en el freezer porque me quemaba en las manos. No terminaba de leer un mensaje en un grupo de whatsapp que integro junto a 69 hinchas de River que entraba otro y otro y otro y cuatro más al mismo tiempo, y no podía seguir el hilo de la conversación. Más allá de las exageraciones del caso, y de que nunca es aconsejable escribir (y mucho menos actuar) en estado de emoción violenta, tanto enojo y necesidad de hacer catarsis colectiva nos están diciendo algo.

La eliminación ante Temperley fue inesperada, un tremendo piñazo al mentón que agarró a River con la guardia baja, por más que la Copa Argentina es un escenario fértil para que un equipo de una, dos y hasta tres categorías más bajas se “cargue” a uno de la A. Pasó muchas veces.

No busco bajarle el precio a una jornada de calentura máxima. Lo que hay que tratar de responder es por qué pasó lo que pasó, qué responsabilidad tiene el entrenador y cuáles los jugadores. Cómo sigue todo esto. Si hay futuro con Demichelis o no. Vamos hacia ese análisis.

La Copa Argentina es una competencia hermosa. Y a River le sonrió en el ciclo Gallardo. Ganó tres en cuatro años (2016, 2017 y 2019) y cuando le tocó ser eliminado, fue ante un equipo de la A. Solo una vez había padecido lo que sufrieron todos los grandes (incluido Boca, ante Almagro) en esta competencia. Fue con Ramón Díaz, en 2013: un 0-1 ante Estudiantes de Caseros. Parte de la bronca tiene que ver con que los hinchas de River no estábamos acostumbrados a padecer esas eliminaciones extrañas que las sufrieron todos los otros.

No es el único motivo. También la bronca es porque River jugó mal. No es que le tiró el arco abajo a Temperley y no la pudo meter. El empate fue justo, aunque se haya consumado en el minuto 92. La posesión de 74 a 26 % a favor de River no se trasladó a las llegadas, que fueron parejas en cantidad.

Un tercer factor que te hace subir la presión es que llegan los penales y sabés que perdés. No hay otra. El rostro y la actitud de los jugadores de River en el campo de juego antes de patear era de resignación absoluta. La misma que sentíamos todos en ese momento.

Lo de River con los penales es un karma histórico desde aquel 9/12/1962 en que Antonio Roma se le tiró a los pies a Delem. Allí comenzó nuestro vía crucis. Según el colega Gastón Trucco, River ganó 19 de las 49 definiciones por penales disputadas en su historia (39%). No voy a escribir que Boca ganó 41 de las 58 que disputó (71%) porque no quiero que ningún lector se deprima. Encima, River atraviesa su peor racha: suma seis derrotas consecutivas por esta vía (tres con Gallardo y tres con Demichelis).

¿Los penales son una lotería, como se dijo tantas veces? No. Hay un pequeño porcentaje de azar, cuando el arquero la roza y entra o la roza y sale, por dar un ejemplo, pero hay mucho más de técnica, intuición, estudio previo y fortaleza psicológica de quien patea y de quien ataja.

Armani se ganó el corazón de los hinchas de River por siempre, los héroes de Madrid son intocables e imputeables. Más aún Armani, determinante en todas las series de esa Copa. Pero el Pulpo no es bueno atajando penales. Se tira antes, le facilita la tarea a los pateadores, va derrotado. En River ganó una de las siete definiciones (a Cruzeiro, en la Libertadores 2019). Sus compañeros también lo sienten y no van confiados a patear.

Como cada vez más competiciones se definen por penales, ya es hora de que River cuente con un arquero en su plantel que se destaque en ese rubro.

¿River subestimó este partido? No, al contrario. Cuidó a varios titulares el sábado con Belgrano (Colidio, Villagra, Aliendro, Nacho, Casco) y puso su once casi de gala ante el Gasolero, salvo a Paulo Díaz (al límite desde lo físico) y a Sant’Anna, que venía de jugar tres partidos en ocho días.

¿Le faltó personalidad? Hubo una cuestión más futbolística que de carácter. Tuvo la pelota y no supo cómo romper la doble línea apretadita de Temperley en el primer tiempo, casi no le generó situaciones. Y en el segundo no se vio determinación para ir a buscar el 2-0. Tampoco hubo inteligencia para retener la pelota en los minutos finales. Y que no se te metan en tu área con tres laterales seguidos.

Descreo de las nuevas sentencias exprés de moda en redes sociales “Toda del DT”, “Toda de los jugadores”. Siempre hay responsabilidades compartidas. Marqué en el párrafo anterior la de los jugadores. A Demichelis le anoto haber sacado a Borja a los 66’. Borja no debe salir porque siempre te puede sacar un gol de la galera. Y es el que mejor patea los penales. También es responsabilidad del entrenador que a esta altura de su ciclo se vea un River tan dominante en el Monumental y tan desteñido y sin identidad afuera.

Llamó la atención la arenga del DT antes de los penales y que pudo captar la transmisión. El “quiero ver lenguaje corporal de convencimiento” suena frío y formal, cuando lo que se necesitaba era un mensaje sanguíneo y que transmitiera más, un “¡Vamos, cabeza arriba que vamos a ganar, vayan y pateen con decisión!”. Son estilos. Sin dudas todo lo que dice o hace Demichelis hoy se analiza con lupa y es materia de debate.

¿Puede dejar secuelas esta eliminación? La directiva está firme y cree en Demichelis, no existe intención de cambiar. Habrá que ver cómo repercute este golpe en lo que queda del semestre (Argentinos, Táchira, Tigre, Riestra). Si el equipo no se desbarranca y se dan resultados lógicos, todo indica que el proceso seguirá, al menos, hasta fin de año.

Es indudable que Demichelis no se metió del todo en la piel del hincha. La mayoría lo respeta, le valora que es de la casa y que hizo jugar muy bien al equipo en el primer semestre de 2023. Que sumó tres títulos en la tan temida sucesión de Gallardo. Tampoco es que pierde siempre en los mata-mata, eh, como se repitió en estas horas, y que por ese motivo ganar la Libertadores es una quimera. Es más: la cuenta de mata-mata le da 6-5 a favor, incluyendo las dos finales que disputó y ganó (Central y Estudiantes). Con un par de buenos refuerzos y definiendo en el Monumental, puede ganar la Copa, aunque el runrún de intolerancia sea cada vez más fuerte y denso.

“Pasa que es tanta la bronca que le tiene una cantidad de hinchas, que hasta pareciera que prefieren que River pierda para poder putearlo y decirle que se vaya, antes que gane y el ciclo se alargue. Entonces en cada mal resultado sale toda la bronca contenida”.

Eso escribió Lautaro en el grupo “Vamos River 2024” que integramos varios hinchas. Lo pude leer después de sacar el celu del freezer. Y coincido.

a este anti Ramon mala leche no pienso leerlo, aunque descubrí esta condicion despues de leer los 2 libros de Gallardo

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Eh?

Lo respeta?

De la casa? Herrera y Paradela jugaron más partidos que él

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Como ellos que son unas focas de mierda y si le ganamos a Táchira salen como fans a aplaudirlo al cornudo este.

Los hechos son claros, el nivel futbolístico de River es pauperrimo, sobre todo en partidos pesados. El que no quiera ver esto es un pelotudo o un ensobrado.

Ya pensar que este equipo y cuerpo técnico con 3 refuerzos pueda salir campeón de la Libertadores es de una gran deficiencia mental.

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Es una VERGÜENZA esa cifra. Si un tenista tiene ese récord, es de alguien que quizás metió 2da ronda y después quedó afuera siempre en 1ra. Parecido a Micho. Solo pasó 2 rondas: con Belgrano y Racing de Cordoba!!!

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Desarrolla

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Siempre usan esa excusa de mierda para mantener a la gente que hace daño al club.

Nunca es porque hace 1 año y medio (y el último año de Gallardo) que en River no se ve una línea de juego, ya no sostenida, si no coherente y clara. Con juveniles rezagados y yendose a préstamo para traer falopa cara, sin atender a las necesidades urgentes que tiene el plantel.

O porque se juega mal los partidos eliminatorios y definitivos, dejando que al 95% de los equipos falopa del campeonato, se les gana más por la poca jerarquía que tenemos que por esa inexistente idea de juego que mencioné.

No, es porque queremos tener la razón. Por eso criticamos. Como si no hubieran puteado a Ponzio y Casco, con razones, para luego amarlos por lo que dieron en la cancha, jugando bien.

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Borinsky recuerdo haberlo escuchado en una o dos oportunidades hablando pesimo de Ramon en TyC haciendole comparaciones absurdas e innecesarias con Gallardo, asi que lo tengo marcadod esde ahi. Es mas en el libro creo que le pegaba indirectamente, pero en ese momento de locura Gallardista dejé pasar. Podria leerlo de nuevo para leerlo con otros ojos.

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Algo más de moishe que ser anti Ramón?

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Ser vos

Demichelis tiene 6-5 con:
2 v 1 d con equipos del ascenso
1 d con boca
2 v 0 d en finales

Gallardo desde el 2020 en adelante 9 - 7
3 v 0 d con equipos del ascenso
2 d con equipos descendidos (Patronato y Tigre)
2 d con boca
1v 0 d en finales

Lo de los últimos 4 años vienen siendo bastante lamentables sacando el item de las finales.

Generalmente las focas 2.0 son anti Ramón.

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Es que desde las semis 2019 con boca no ganamos un mano a mano pesado. Después, todas derrotas. Palmeiras, boca³, Mineiro, Vélez, Inter

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Y ni lo vieron dirigir a River o solo en su última etapa, lo peor de todo, se dejan llevar por los periosidas y partidarios anti Ramón desde los 90

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Desunión absurda: focas vs. viudas
El 0-1 con Argentinos fue el peor partido del ciclo Demichelis. Siempre es complicado jugar en el Diego Maradona (todos los equipos grandes tienen historial negativo allí) pero hacerlo sin patear una vez al arco me lleva a no dudar en la elección. El 0-1 en La Paternal fue la peor actuación de las 81 que acumula el ciclo Demichelis. Solo le puede pelear el 0-2 ante Vélez en Liniers (2023) en las horas posteriores a la irrupción del famoso “off”.

Esta semana negra iniciada con la eliminación ante Temperley se dio del modo menos imaginado y en el momento más inoportuno. Del modo menos imaginado, porque River venía de una racha perfecta de nueve puntos sobre nueve, con ocho goles a favor y ninguno en contra, y tenía enfrente a un rival de mucho menor jerarquía. Nadie en River tenía previsto un traspié en la excursión a Mendoza.

En el momento más inoportuno, porque en la recta final al receso por la Copa América, cuatro de las cinco citas eran más que accesibles, y entonces se trataba de conducir el timón sin demasiado esfuerzo, esquivando alguna mínima turbulencia, hacia una buena pretemporada con un fructífero mercado de pases. Pero no. Puede fallar, como la vio clarita Tu Sam hace muchos años. A los dirigentes los agarró de sorpresa este cimbronazo imprevisto.

Hace meses observo una división en la familia riverplatense. Lo percibo en redes sociales, que no son la verdad revelada ni tampoco nos aseguran a qué porción de los hinchas representa, pero dan una sensación térmica. Lo leo en mis grupos de WhatsApp de hinchas de River y en Twitter, lo veo en YouTube, todos con resonancia per se, y luego, además, eso se traslada y amplifica en los medios tradicionales.

Es una desunión absurda para los tiempos que corren. Absurda y peligrosa. No me entra en la cabeza. No estamos en 2009, canjeando porcentajes de jugadores por pintura para refaccionar el Monumental; ni en enero de 2011, con Bordagaray como único refuerzo para no caer en la Promoción; ni en enero de 2012, yendo a jugar a la cancha de Almirante Brown. No pasa por ser conformista sino por poner en contexto. Las veo como peleas anacrónicas.

Acá o sos foca aplaudidora -el rótulo que se puso de moda- o viuda de Gallardo. O sos un tibio de porquería (vamos a cuidar el lenguaje) o pedís a los hinchas que vayan a insultar al Monumental a todos los jugadores el próximo partido, y más al técnico, así se va de una vez por todas.

Las victorias no se disfrutan porque les ganás a rivales menores o porque son Copas insignificantes (salvo que las levante otro). “Insatisfacción garantizada o le devolvemos el dinero” podría ser el nuevo eslogan. Y ojo que se te ocurra perder, ¡que eso no se puede!

Más allá de los que buscan interacciones en redes escribiendo o diciendo la mayor barbaridad posible para monetizar esos clics, la preocupación del hincha genuino es totalmente atendible y lógica. Y va en aumento, eso está clarísimo. El equipo no ayuda, sobre todo con errores no forzados como los de la última semana.

La diferencia entre los rendimientos y resultados de River jugando en el Monumental y fuera de casa es tan notoria que ya preocupa: 88 % vs. 49 % de efectividad. River no muestra una identidad definida cuando sale del Monumental. No se sabe a qué juega. A esta altura esa es una deuda grande del entrenador.

Así como prefirió no hablar tras la eliminación con Temperley, Demichelis sí respondió preguntas luego de la caída con Argentinos. Fue autocrítico, se mostró con fuerza y afirmó que mantiene un buen vínculo con los jugadores, dando a entender que no hay espacio para que le hagan la famosa cama.

Soy de los que no ven todo blanco o negro, me afilio más a los grises, pienso que con un par de buenos refuerzos, River puede ser competitivo en la Libertadores, aun con Demichelis en el banco. Tampoco tengo la certeza de que con otro entrenador, por más que se cambie la energía y un par de titularidades, esté garantizado el éxito.

Al mismo tiempo, no dejo de observar que ya no hay espacio para más pasos en falso. Quedó al límite. Demichelis ya lo declaró hace poco: será el primero en irse cuando vea que no les llega más a sus jugadores. O cuando se dé cuenta de que no la puede levantar. No veo a un hombre aferrándose a un cargo.

Hasta hace dos semanas, Gustavo Costas -con un plantel similar al de River- era para muchos tuiteros racinguistas y periodistas partidarios un “antiguo” que lo mejor que podía hacer era renunciar e ir a la tribuna a alentar a su querido club. El 2 de mayo fue eliminado por Talleres de Escalada en la Copa Argentina antes de los penales y 10 días después Belgrano le remontó un 1-4. Hoy parece que es el gran candidato a ganar la Liga. Ni una cosa ni la otra.

Todos sabíamos que el post gallardismo iba a ser durísimo. Como lo fue el post bianchismo en Boca: un entrenador le renunció en el vestuario del Monumental tras perder 2-0 con River (Miguel Brindisi, el 7/11/04) y a otro no le alcanzó ganar la Libertadores para que lo echaran seis meses después tras caer con el Milan en Japón (Miguel Russo, en 2007). ¡No le alcanzó con ganar la Libertadores! No creo que sea el mejor camino.

Sabíamos que iba a ser un desafío, pero como River venía de un muy flojo 2022 con el Muñeco y el equipo metió 20 triunfos al hilo en casa jugando muy bien con Demichelis, las comparaciones se guardaron. Por un tiempo. Saltaron a escena apenas comenzaron a vérsele las costuras al equipo y al DT. Apenas se transformó en un equipo terrenal.

Comparar a cualquier entrenador con Gallardo es injusto. Hay que agradecer que un día llegó el Muñeco para cambiar la historia de River. Para darle algo que no teníamos (o teníamos en cuentagotas): presencia copera y mano de nocaut contra Boca.

Y hay que agradecer más todavía que lo haya hecho durante ocho años y medio, una cifra de ciencia ficción para estos tiempos. Tenemos que sentirnos afortunados de que pudimos ser contemporáneos de esa era. Comparar a cualquier entrenador con el Muñeco no solo es injusto, sino lo más parecido a la autoflagelación.

“Cualquiera que se sentara en el banco iba a ser juzgado con un ideal imposible. Hoy, si chocan dos autos en Alcorta, se bajan y en vez de pelearse entre ellos putean juntos a Demichelis”, escribió el domingo a la noche Ezequiel en el grupo de WhatsApp.

Tirando todos para el mismo lado siempre es más fácil.

Hasta la próxima.