Bueno, hace un tiempo leí sobre una variedad de peces en la que los machos se transforman en una especie de parásito de la hembra.
Algunos lofiformes tienen un sorprendente método de apareamiento: Como los individuos son escasos y doblemente difícil de encontrarlos por su mimetismo, hallar compañero es un problema. Cuando se los comenzó a estudiar y capturar, se encontraban exclusivamente hembras. Esos individuos tenían poco tamaño, y todos tenían unos parásitos adosados a ellos. No se supo qué eran, hasta descubrir que esos “parásitos” eran los ceratioidos machos.
Cuando un macho de esas especies sale del huevo, ya está equipado con un olfato extremadamente desarrollado para detectar aromas en el agua. Su aparato digestivo se va atrofiando, con lo que son incapaces de vivir independientemente. Deben encontrar una hembra rápidamente, o sus reservas se agotan y muere. Los órganos sensibles olfatorios le ayudan a detectar las feromonas que señalan la proximidad de una hembra. Cuando la halla, se pega a su flanco, y segrega una enzima que digiere la piel donde toca, y su boca se fusiona con la hembra a nivel de vasos sanguíneos. El macho luego se atrofia para tener solamente las dos gónadas y emitir semen en respuesta a las hormonas en la sangre de la propia hembra, indicando la presencia de un óvulo a fecundar. Este es un ejemplo extremo de dimorfismo sexual. Así, siempre la hembra tiene al macho listo para fecundar.