Jajajaja, la única que te faltaba, que me acuses de estar inventando. Bueno, podés creer lo que quieras, pero si te interesa, te comento que desde hace años suelen publicar escritos suyos y citas en este muy buen portal de comunicación alternativa a los diarios que te venden tus buzones diariamente: http://artepolitica.com/
La politóloga y filósofa belga se ha transformado en la principal referente intelectual de Cristina Fernández. Su último libro, “En torno a lo político”, ha sido elogiado por la mandataria electa. Mouffe pondera el ascenso de las mujeres en la actividad política, aunque considera que siguen siendo tratadas con frivolidad. Defiende el enfrentamiento de ideas, pero no cree que la Concertación Plural convocada desde el kirchnerismo se contraponga con ese planteo.
Por Gabriela Vulcano/ Chantal Mouffe
—¿Qué lectura hace del hecho de que cada vez más mujeres ocupen los máximos cargos de poder, como es el caso de Cristina Fernández?
—Me parece excelente. Es tiempo de que las mujeres puedan participar en la vida política y que lleguen a los mismos puestos que los hombres. Pero el hecho de que haya mujeres en el poder no quiere decir que éstas sean necesariamente mejores que los hombres. Creo que no se ha logrado un progreso en cuanto al tratamiento que la prensa y muchas otras personas les dan a las mujeres que juegan un papel importante en la política, ya que se hacen comentarios respecto de la manera en que se visten y de cómo se arreglan, mientras que nunca se oyen esos comentarios cuando se trata de hombres.
—¿Y usted cómo definiría a la nueva presidenta?
Me parece una mujer muy inteligente y que además tiene una carga política propia, ya que no es presidenta por ser la esposa de Kirchner, sino que tiene una trayectoria personal. Me parece muy importante que ella no se sienta obligada a dejar de lado su femineidad para actuar políticamente. Tiene ideas muy claras y es una persona que está interesada en el debate intelectual. Yo espero mucho de esa Presidencia.
—¿Sabía que Cristina Fernández leyó y elogió públicamente su último libro, “En torno a lo político”?
—Sabía que lo había mandado a pedir durante la Feria del Libro y también que una de las veces que ella fue a México comentó que había leído mi libro y que le había parecido muy interesante. Cuando yo estuve en mayo en Argentina, planeamos una discusión entre ella y yo en la Biblioteca Nacional. Desgraciadamente no se pudo hacer porque no coincidimos en las fechas.
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—La presidenta electa rescata la idea central de su último libro, donde plantea la necesidad de una confrontación agonista. ¿Qué opina al respecto?
—Me parece muy importante porque hay una especie de idea general que es errónea y peligrosa, que está vinculada al hecho de que para ser democrático hay que buscar el consenso. Yo critico esa idea consensual y planteo que la política democrática es muy importante que ofrezca alternativas, que la gente pueda escoger. Si los partidos no ofrecen políticas distintas, y si básicamente es una especie de cosa donde no hay gran diferencia, los ciudadanos no se interesan. Es lo que llamo el debate agonístico. Creo que Cristina Fernández de Kirchner lo ha entendido muy bien.
—¿Cree que las declaraciones de la presidenta electa sobre que no aspira a representar a la totalidad de los argentinos pero sí a una gran mayoría van en consonancia con este planteo sobre la importancia de la confrontación?
—Sí, creo que va absolutamente en esa dirección porque reconoce que hay intereses en conflicto y que no se puede representar a todo el mundo. Que va a representar una posición bien clara, pero que va a tratar de convencer al mayor número de personas de que ésa es la vía más adecuada para el país. Habrá quienes se opongan a esa posición que ella defiende.
—¿No resulta contradictorio que al mismo tiempo que la nueva presidenta plantea la necesidad de establecer una confrontación de ideas, sea una de las defensoras de la Concertación Plural?
—Esa idea de Concertación Plural va en dirección de lo que yo llamo la hegemonía, la construcción de un bloque histórico de fuerzas. Y eso implica hacer alianzas. No se trata de alianzas para crear un consenso al centro sino alianzas para crear un bloque de fuerzas que en la confrontación con los otros van a tener una amplitud de bases sociales. Por eso no me parece que haya una contradicción.
[RIGHT][/RIGHT] —La presidenta electa rescata la idea central de su último libro, donde plantea la necesidad de una confrontación agonista. ¿Qué opina al respecto? —Me parece muy importante porque hay una especie de idea general que es errónea y peligrosa, que está vinculada al hecho de que para ser democrático hay que buscar el consenso. Yo critico esa idea consensual y planteo que la política democrática es muy importante que ofrezca alternativas, que la gente pueda escoger. Si los partidos no ofrecen políticas distintas, y si básicamente es una especie de cosa donde no hay gran diferencia, los ciudadanos no se interesan. Es lo que llamo el debate agonístico. Creo que Cristina Fernández de Kirchner lo ha entendido muy bien.
Lamebotas son los que buscan los “consensos”. Los que se escudan atrás de esa palabra para que nada cambie y las corporaciones la sigan levantando en pala mientras todavía no se pueden bajar a un dígito los niveles de pobreza e indigencia en nuestro país.
No matías en absoluto, yo no soy radical y alfonsín jr no me genera nada. Absolutamente nada. Ah pero De narvaez no es el mismo que le ganó a nestitor? De narvaez!!!
Impresionante el blog eh, de lo mejor que he visto en cuanto a pluralidad y prestigio de columnistas…
Ya le expresión leí algún extracto de la razón populista y algún que otro ensayo me hace dudar de la veracidad de tus afirmaciones. Qué raro, nunca lo mencionaste a laclau y ahora sí… Igual la verdad si lo leíste o no al postmarxista ese me tiene sin cuidado.
Dejemos un artículo como la gente, de un filósofo como tomás abraham disertando en tono jocoso sobre el populismo fino, es decir, el de laclau:
ngaños para octubre
[b]El populista fino[/b]
Por Tomás Abraham
04/06/11 - 11:35
En los años setenta, sectores de la burguesía intelectual brindaban por la guerra revolucionaria desde las cátedras, los consultorios, los estudios de arquitectura, los recintos psicoanalíticos, etc. Otros tomaron las armas y murieron en la lucha. Algunos debieron exiliarse y varios fueron secuestrados y asesinados. Pasadas cuatro décadas, recambios generacionales y conmociones políticas que cambiaron radicalmente el panorama mundial, el kirchnerismo ofrece la oportunidad de la emergencia de un simulacro de aquellos protagonistas de una era de gran violencia. En estos tiempos, vemos cómo doctorandos y posdoctorandos conservan la mueca de un doloroso recuerdo y trasmutan la tragedia en un melodrama. Disponen una cara de pensador, profunda preocupación por el destino de la humanidad, compromiso con la verdad, y le ofrecen a la cultura oficial la necesaria espiritualidad que todo poder ansía. Son los populistas finos. Los otros populistas, los de barricada, aquellos que gritaban ni yanquis ni marxistas, han quedado en el olvido. Ahora ya no se grita. Nos acostumbraron a que se rumia, se mastica con parsimonia, en nombre de Gramsci, Benjamin, y se les agrega Scalabrini, Jauretche y Rodolfo Walsh, para que la salsa sea nuestra y universal a la vez. Ni hablar del docto que en nombre de Lacan, Althusser y Derrida, aclara el motivo por el que nos conviene un Chávez argentino. Para no amedrentar a la muchachada con vocablos exóticos, el populista fino sabe que tiene que emplear palabras punzantes para que alguien lo entienda. Dice entonces “neoliberalismo”, porque si no lo hace se queda sin demonio y sin prójimos. Si antes decía nihilismo, Viena y Weimar, sociedad de consumo, el Yo y el Tú, el Rostro y el Otro, vanguardias estéticas, razón instrumental y tantas efigies de una filosofía pastoral y amarga, ahora con el neoliberalismo tiene la nueva partitura para acompañar su miserere moral.
El populista fino nos cuenta, entonces, las lacras del neoliberalismo. Pero como tiene cola de paja como las brujas, debe ponerse la máscara de Savonarola para declamar injusticias, subido al púlpito mediático. Pero en ese rinconcito del corazón en el que duerme con un ojo abierto la lechuza llamada Verdad, se deja oír el llanto del ave encadenada que recuerda que ese movimiento histórico fue el que catapultó a Néstor Kirchner al estrellato, gracias al cual recibió centenas de millones de dólares por la federalización de los recursos naturales y la venta de YPF. Tal dádiva le permitió convertirlos en Bonos que duermen enterrados en Calafate. El populista alta gama puede darle las gracias al amigo Cavallo, gracias al hermano Menem, porque aquellos años fueron felices en especial en el Sur, las imágenes lo muestran, el agradecimiento del gobernador de Santa Cruz era infinito, y la colaboración de la Presidenta en el Pacto de Olivos era lo menos que podía hacer para expresar su gratitud. ¿Cuál es la extraña razón por la que todos los que hoy se persignan cuando se dice “neoliberalismo”, lo adoraban como al Vellocino de Oro mientras devoraban la pizza y brindaban con champagne? Porque era de oro. Cuando el oro se hizo latón, después de la crisis de los mercados emergentes, comenzaron a pelearse por buscar la salida antes de que el barco se hundiera del todo para hacerse sin pérdida de tiempo de billetes con la devaluación.
No es fácil ser un populista fino. Su rostro adusto debe posar al lado de la máscara hilarante y exaltada del jefe perverso. El puritano de las letras debe acomodarse a las intrigas del príncipe político. Para un perverso, el superyo es su socio. Puede decir las más ingentes barbaridades y traicionar a quien fuere sin que se le mueva un pelo. Cada norma, regla, ley, cada aspecto de la realidad, es una oportunidad que tiene para pintarrajearla como se le antoje. Practica el juego “ubuesco” del poder tal como lo definía Michel Foucault. El rey Ubú, el loco de Alfred Jarry, se aloja en el trono de todos los déspotas circenses de la historia. Cuanto más irrisorio es el modo en que ejercen el poder, tanto más desfachatado y menos importancia le dan a lo que se espera de su investidura; cuanto más escupen sobre los fundamentos que los legitiman, cuánto más mienten a viva voz, mejor exhiben la omnipotencia de su dominación. Nosotros disfrutamos con alegría la regencia de este tipo de personajes casi sin respiro hasta el día de hoy. Ejemplos: ¿No era ubuesco el Comité de Etica que formó en su tiempo Carlos Menem? ¿No constituían una demostración de poder ubuesco las candidaturas testimoniales de hace dos años? Este tipo de manifestación arbitraria y jocosa encarna el fenómeno de la soberanía grotesca, subproducto –como lo señala el filósofo francés– del ejercicio arbitrario del poder. Y este fenómeno tiene su efecto de resonancia. Por eso, hoy abundan los periodistas grotescos, los filósofos grotescos, los políticos ídem, sin olvidar que hay populistas finos también.
Gracias a este último agregado cultural, es posible que en tiempos electorales percibamos cierta elegancia de parte de los elencos oficiales. Producción de sonrisas, invocaciones a la diversidad y al pluralismo, tonada conciliadora, invitaciones a compartir tertulias, presentaciones de candidatos con cara de sobrinos preferidos y retoños cumplidores. Elegancia con poco Pérsico, casi nada de D’Elía, nada de Moyano, un Timerman y un De Vido meditando en la cucha, menos palabras dedicadas a la distribución de la riqueza –más aun cuando se quiere atraer a algunos votantes que en parte la poseen–, mucha Camporita juvenil y funcionarios con jopo y viola. Si hubo champagne en los noventa y sushi en el dos mil, los populistas finos y adláteres propondrán lo suyo.
Mientras preparan la mesa para el banquete triunfal, el doctor de los humildes hará uso de mala poesía y con retórica pomposa entonará una pasionaria para gloria de las multitudes, que evoca aquellos espectáculos de la inmortal Berta Singerman recitando la Marsellesa en el Teatro Municipal San Martín. No hay como Adolfo Bécquer y Amado Nervoudú para escribir las elegías kirchneristas. ¿No cumplían la misma función los evangelistas que acompañaban a los colonizadores con el fin de trasmitir un nuevo lenguaje en nombre de la salvación de las almas? Debemos admitir que el populista fino que antes sólo tenía ideas ahora tiene pueblo. Tiene la costumbre de llamar pueblo a los que no viven en Barrio Norte, como las gorilas María Belén y Alejandra, personajes célebres de Juan Carlos Colombres “Landrú”.
Estos nuevos actores de la escena política argentina no son para desdeñar. El populista fino, el economista canchero, las actrices extasiadas por amor al modelo, ah, cómo olvidarnos del periodista militante twitteando desde la trinchera, y el papá que vuelve a la secundaria para hacer la huelga con su hijo, todos estos protagonistas debutan en la escena política. Con la ayuda del dios del tiempo, Cronos, que nos da las lluvias que fertilizan las pampas, del dios Hefaistos que templa los hierros en los suburbios industriales de San Pablo, y de la diosa Métis, hija de Océano y esposa de Zeus –protectora de astutos y ladinos– recibirán, mediante la ayuda divina y la contribución ciudadana, la ansiada bendición de octubre.
La caracterización de los manejos de autoriatarios como kirchner de ubuescas es genial, recatando aquél personaje de alfred jarry el crador de la patafísica…
Algo para decir alguna vez? no no? más que comentarios de cuarta como estos. Claro rebatirlo a este muchacho es difícil y vos ni siquiera vas a intentar tomarte el trabajo, además viste que no escribe para los medio pelos como vos no? te diste cuenta? capaz no lo entendiste el artículo…
¿Y qué conclusión tendría que hacer? ¿Eliminen todas las conquistas que aún siguen en vigencia porque lupín compartió una boleta con el turco? O redoblo la apuesta ¿no condenen al neoliberalismo desde el kirchnerismo porque lupín apoyó la privatización de ypf? ¿Esta sería la conclusión de la brillante tesina de nuestro filósofo de la opo?
No, no está hablando de lupo, está hablando del populismo berreta que vos y tantos otros victorean y que no es más que una máscara, una falsedad total, y la representan ideologícamente y paradojicamente tipos como laclau que viven en parís.
Fuiste a verlo a carlitos corach a la UCES? Dijo que el me…ismo y el kirchnerismo tienen los mismos genes salvo que les tocó contextos económicos distintos. A ustedes les haría falta algún tipo como este…
Ah ponelo a lanata que está hablando de lo que era la esencia de página 12, esencia que se perdió no? hace rato…
Siempre desviando el tema, habla de esto la nota? o del populismo fino? Algo que decir alejo vos que sos una mente brillante? algo que decir de la nota de abraham? por ahí vas a rebatirla párrafo por párrafo no?
No sé de qué conquistas habla, y sí, este gobierno pseudoprogre criticando al neoliberlismo con el que se llenaron de guita causa gracia, mucha gracia. No sólo los k se enriquecieron con el neoliberalismo de me…em sino también con el de martinez de hoz…
Y acá abraham no presenta ninguna tesina como dice el inefable, no es más que una nota para un diario.
Apa qué pasó, o sea que lo que dije no es errado? página 12 el diario que fundó lanata se convirtió en un pasquín oficialista, berreta como 67 rocho. Una lástima.
Lanata me tiene sin cuidado a mí, a vos página 12 no. No es independiente porque escribe en perfil?
No sabés cuáles son las conquistas del kirchnerismo? Podés empezar a enterarte leyendo la primera página de este thread. Pero a mí me da la impresión de que las conocés, pero como no te dejan bien parado preferís hacer oídos sordos…
Ah y no, por supuesto, no estoy a la altura de la intelectualidad de Abraham, así como tampoco de Sarlo, para ella no somos interlocutores válidos. Lamentable que te cuelgues de ese discurso.