PARA TODOS LOS GILESSS!
“Le dije a Almeyda que me quedo”
[b]Cirigliano dice que “por temas personales” no desea ser transferido. Su bajón cuando las cosas no le salen, los consejos de Almeyda, cómo lo ayuda pensar en la imagen de su viejo para reponerse y una definición: “Todavía falta mucho para que me vaya”.[/b]
Ezequiel Cirigliano se entusiasma cuando tiene que besar el escudo de River para la foto. Le gusta el gesto: lo siente naturalmente. Luego, se acomoda la gorra debajo de la que se esconde un pibe respetuoso, tímido, de mirada fuerte y con el futuro claro. Porque mientras todo el mundo River guarda la certeza de que el Chili será transferido en un corto plazo, el más chiquitito de los tres portadores del brazalete de capitán piensa todo lo contrario. Y convincente, lo dice abiertamente en una charla con [b]Olé[/b] .
-¿Tenés claro qué va a pasar con tu futuro? ¿Te vas a Europa en cualquier momento? ¿Te venden?
-Tengo claro que no me voy a ningún lado.
-¿Cómo que no?
-No.
-Pero si llega una oferta del exterior…
-Nunca dije que me quería ir ni que buscaba que me vendieran ahora. No sé de dónde lo sacaron.
-¿No pediste ser vendido a un club de Europa por un tema personal?
-No. Por temas personales me quiero quedar. Tuve posibilidades de irme pero decidí quedarme.
-¿Se lo contaste a alguien? ¿Almeyda y los directivos ya saben que te querés quedar?
-Me quiero quedar. Antes de que arrancara el torneo, Matías me pregunto qué iba a hacer. Porque había una oferta y estaba todo listo para que me fuera.
-¿La oferta del Napoli?
-La verdad que no lo sé. Pero le dije “me quedo”. Quise quedarme a pelear un lugar en el equipo. Tengo 20 años, quiero aprender por lo menos seis meses más, no tengo apuro.
-¿Y si, como dicen, el Napoli vende a Gargano y viene por vos?
-Me quedo.
-En la BN tuviste un gran rendimiento. ¿Qué nivel creés que tenés hoy?
-En estas dos fechas me vi con altibajos. Y con más bajos que altos. Las cosas no siempre salen las cosas como uno quiere.
-¿Y dónde se te generan los “bajos”?
-Son momentos… Yo estoy metido en el partido durante los 90 minutos, pero si no me sale bien un pase, me pongo mal. Y si a la otra tampoco te sale, te ponés mal… Ahí es cuando tengo que tranquilizarme. El rival es uno mismo.
-”El rival es uno mismo”. ¿Podés ampliar tu reflexión?
-Cuando no me sale una jugada, me pongo loco, digo “la puta madre, me tiene que salir bien”. Siento que quedo muy expuesto con un mal pase. Ahora con nosotros está Estanislao (Bachrach, biólogo especialista en temas del cerebro), que nos ayuda a trabajar el tema mental como para tener herramientas que nos ayuden a revertir lo que nos pasa. Por ejemplo, me dice que cuando no me sale una tengo que respirar tres veces y ponerme una imagen positiva en la mente, que me dé fuerzas para volver a agarrar la pelota y hacerlo bien.
-¿Qué imagen positiva elegís en ese instante?
-La imagen de mi viejo.
-¿Por qué?
-Me acuerdo de un día, en un partido de Reserva, que yo había hecho un gran desgaste físico y quedó una pelota dividida con el 10 del equipo rival. Justo a mitad de camino de los dos. Era él o yo. Y me acuerdo que mi papá me gritó desde la tribuna “daleeeee”… Escuché su grito, fui con alma y vida y gané esa pelota. Cuando recuerdo la imagen de mi viejo, me da fuerzas.
-¿Es complicado ser jugador titular en River a los 20 años?
-¿En qué sentido?
-En la vida, en la calle.
-No. Me pone contento que los hinchas de River reconozcan el esfuerzo que hago cada vez que entro a la cancha. Aunque después de perder un partido, por ejemplo en el 1-2 con Belgrano, no tenía ni ánimo para salir a cenar a algún lado. Ese es el lado malo, por decirlo de una manera. Porque yo vivo el fútbol con pasión.
-¿Quién es el que más te aconseja para que no hagas macanas?
-Matías lo hace mucho. Trata de advertirme en todo lo que ve. Por su experiencia, lo escucho y trato de seguir lo que me dice. Y afuera, mi vieja, que hoy está mucho conmigo, y mis amigos, que son una gran contención.
-¿Ligaste muchos tirones de orejas de tu mamá o de Almeyda?
-No, porque tampoco creo que me haya mandado cagadas para recibirlos.
-¿Te sentís más jugador después de un año en la B? ¿Qué te aportó?
-Toda esa experiencia me sirvió. Pero recién empiezo y éste es el segundo torneo que arranco jugando como titular. Tengo mucho para aprender por si en algún momento llega la posibilidad de irme afuera.
-Con Lanzini por el Chori, y Funes Mori en lugar de Cavenaghi, ¿tenés que jugar diferente?
-Matías le sumó varios movimientos de salida, de rutas de pelota, para tener más opciones en el pase. Por ejemplo, Manu se puede tirar más adentro, a espaldas de los cinco, y yo puedo salir por afuera. Pero después, mi función no cambió.
-¿Ese aspecto lo trabajaste con Almeyda durante la semana?
-Hicimos un trabajo para la precisión. Los dos vimos que estoy bastante impreciso y, entonces, me dijo que lo trabajáramos.
-El Pelado declaró que si das dos pases mal, se hace notorio.
-Es así. Si fallás un pase desde la defensa hasta tres cuartos de cancha, quedás muy expuesto. Pero sé que es mi función, tengo que hacerla lo mejor posible y estoy trabajando para mejorarlo.
-¿Este River es parecido o muy diferente al de la B Nacional?
-Lo veo bastante similar en cuanto al mensaje del técnico de jugar por abajo y también veo parecido cómo le salen a jugar a River los demás. No muchos te le salen de igual a igual como a uno le gustaría, sino más bien como planteó el partido Belgrano. Tuvo dos contras en el segundo tiempo y se quedó con el partido.
-La sentencia en la B era: este River peleaba el campeonato en Primera. Ahora que están en la A, ¿les da para pelearlo?
-Sí, estamos trabajando para pelear el torneo. Estamos ilusionados.
-¿Qué significa ser capitán junto a Trezeguet y Ponzio?
-¡Imaginate! David, con toda la carrera que tiene, y Leo, que también triunfó en Europa… Que me hayan sumado a mí como tercer capitán es un orgullo…
-¿Por qué te eligieron?
-¿La verdad? No lo sé.
-Pero algo debieron explicarte.
-Sí. Es para que yo les transmita el mensaje a los más jóvenes, por si algo no quedaba claro.
-¿Los pibes les dan bola a los más grandes?
-Sí, los escuchamos. Imaginate: cuando David habla, lo hace con una altura que te quedás escuchándolo todo el día.
-¿Cómo fue la despedida con Ocampos?
-Uh, la despedida fue re-difícil. Lucas fue siempre mi compañero de concentración. Cuando veía que se estaba despidiendo de los demás, no lo podía creer. Le dije “guachín, no te voy a ver más, ¡me quiero morir!”. Pero estoy contento por todo lo que logró. Y sé que va triunfar allá.
-¿Funes Mori y vos seguirán sus pasos?
-Todo jugador tiene como meta jugar algún día en
la elite del fútbol. Pero estoy tranquilo. Todavía falta mucho para que me vaya.