Siete políticos describen sus inicios en la militancia, antes de cumplir 16 años
La mayoría comenzó en la escuela. Algunos hasta pasaron por la cárcel como consecuencia de su compromiso. Las familias y la coyuntura mundial cumplieron un rol clave en la decisión de participar.
Martín Sabbatella - Diputado nacional de nuevo encuentro
Empecé a militar en 1982/83 cuando tenía 13 años. Vengo de una familia donde la política estuvo presente siempre, mis viejos militaban en el peronismo. Yo empecé a militar con la apertura democrática y el auge de la participación popular. El comienzo está vinculado al movimiento estudiantil secundario en el colegio Manuel Dorrego de Morón. Recuerdo que discutíamos con las autoridades del colegio por el tema de la conformación de los centros de estudiantes que todavía estaban prohibidos porque estábamos saliendo de la dictadura. También me acuerdo que apareció la lucha por el boleto estudiantil secundario, además de la lucha por el Nunca Más. El tema del boleto unía la reivindicación del presente y el recuerdo de La Noche de los Lápices. Armamos lo que era la federación de estudiantes secundarios de Morón.
No me imaginaba que iba a sumir la responsabilidad de ser intendente de una ciudad o diputado nacional porque no se me ocurría asumir una responsabilidad de ese tipo. Pensábamos la militancia como lugar de cambio. Recuerdo haber ido al terremoto de Mendoza en el '85 con la comisión de acción social del centro de estudiantes –tenía 15 años–; le habíamos pedido a una cooperativa vitivinícola de Morón que tenía relaciones con Mendoza que nos llevara las cosas que habíamos juntado en sus camiones. Terminamos yendo todos. Después del centro, milité en diferentes agrupaciones de izquierda.
Estoy plenamente de acuerdo con el voto a los 16 años, es claramente ampliación de derechos. Además de que se genera un régimen particular voluntario que es de transición hasta que el voto se transforma en obligatorio. También da cuenta de una realidad: que hay una franja de pibes que a partir de los 16 tiene vocación política y que están preocupados por el futuro de su país. La ley a su vez puede entusiasmar a pibes y pibas a tener mayor preocupación por su realidad. Finalmente, hay otra franja que si no tiene intención de votar puede no hacerlo porque es optativa.
A mí me hubiese gustado poder votar cuando tenía 16. Hasta intentábamos ser fiscales durante los comicios generales y que el fiscal general no se dé cuenta de nuestra edad para poder estar ahí. Estábamos comprometidos con las campañas electorales. Veo que hay una especulación sobre a quién le conviene esta ley y no se pueden discutir ampliaciones de derechos por si le conviene a uno u a otro. No sé a quién votarían los pibes de 16 años, pero los partidos en todo caso deberán esforzarse por entusiasmarlos y seducirlos. De eso se trata el juego democrático.
Hermes Binner - Ex candidato a presidente del fap
A los 16 años ingresé a la Facultad de Medicina (NdelR: comenzó antes la escuela por decisión de su madre) y me afilié al Partido Socialista en condición de joven. Era la década de oro de la universidad. Fue una etapa brillante que se vio quebrada con el golpe del '66.
Yo tenía una participación política activa. Recuerdo que durante el gobierno de Illia había una marcha apoyando al presidente para no enviar tropas a Santo Domingo y estuve presente, como siempre, porque estaba prendido en todas. En aquella época votábamos a las autoridades universitarias pero nunca se nos cruzó por la cabeza poder acceder a la votación en general.
Ahora hay que ayudar a que sea aprobado el proyecto del voto a los 16. Quienes tuvimos la posibilidad de participar a aquella edad en política nos sentimos reflejados en esta necesidad de darles a los jóvenes la posibilidad de ser partícipes de la realidad actual. Aunque nos preguntamos si esta iniciativa es una demanda de los jóvenes o si lo es de un modelo de gobierno que siempre impone temas que por allí uno puede compartir, pero no brinda el tiempo necesario para consensuar. Nosotros hace tiempo que proponemos que los jóvenes participen políticamente a nivel de las ciudades como aprendizaje, porque es allí donde tienen más conflictos: con el transporte, la seguridad, las drogas. Eso ayudaría a que los jóvenes sean parte en la resolución de los problemas.
Leopoldo Moreau - Dirigente de la UCR
Me incorporé a militar en el radicalismo cuando tenía 15 años, en 1961. Tenía interés por la política porque en mi casa se hablaba frecuentemente del tema. En aquella época me parecía más o menos natural involucrarme en política porque éramos muchos los jóvenes que nos incorporábamos. Había un clima de politización muy elevado. No sólo por las circunstancias locales sino por la Revolución Cubana y la división del mundo. Apenas inicio mi militancia en el radicalismo caigo preso por primera vez, con 15 años, porque la juventud radical hizo una movilización en apoyo a una huelga ferroviaria histórica que duró 45 días, durante el gobierno de Frondizi. Fue cuando comenzó el desguace de los ferrocarriles. Recuerdo también las manifestaciones de apoyo a la Revolución Cubana. Con el golpe a Ilia me transformé en un militante de tiempo completo. Milité en la universidad y fundamos la Franja Morada. Enfrentamos la dictadura de la Revolución Argentina y fui preso varias veces.
Yo opino a favor de que los jóvenes de 16 puedan votar. En primer lugar amplía derechos, en segundo lugar visibiliza la problemática de un segmento juvenil cuyas necesidades y demandas están ocultas en una naturalización de las dificultades que tienen para acceder al estudio y al trabajo.
Creo que sería tan hipócrita que el gobierno aliente este proyecto pensando que va a tener un aumento electoral como que la oposición se oponga por lo contrario, es decir, por pensar que no los van a votar. Al debate hay que enmarcarlo en lo que es la ampliación de derechos. Creo que está bien que el voto sea optativo. No hay ninguna razón para no otorgar este derecho y creo que abre la puerta para que puedan ejercer otros.
El comité nacional del partido, del que participaron legisladores, el propio comité nacional y Franja Morada, no llegó a ninguna conclusión. La discusión no está saldada aunque hay algo irrebatible: el radicalismo va a estar a favor del voto a los 16. Lo que se discute es de qué manera.
Roy Cortina - Diputado Nacional Partido Socialista
El “culpable” de que empezara a militar fue mi hermano, que tiene nueve años más que yo. Fue en el año '79 cuando me sumé al Partido Socialista Popular. Era inquieto por temas como la libertad y la igualdad. A los 15 años, mi hermano me daba libros del socialismo para leer, pero había que hacerlo con mucho cuidado por los tiempos que se vivían. La modalidad de encuentro en el partido era organizar asados, partidos de fútbol, picnics. También había reuniones de lectura de capacitación. En el año '81 tuve una discontinuidad y me fui a Estados Unidos por un intercambio cultural. Viví un año en Wisconsin y dejé la política en la Argentina. Viví la Guerra de Malvinas estando en el exterior. Volví en el '82 y en cinco meses ya estaba en el partido de vuelta. Desde entonces no me fui nunca más.
Nosotros tuvimos un debate interno en el interbloque y en la Mesa Nacional del FAP y decidimos que vamos a votar favorablemente. Todo lo que sea ampliar las fronteras siempre transitorias de la democracia es algo positivo. Esto ha sucedido en la historia cuando existía el voto censatario o se le impedía votar a los negros, a los esclavos o las mujeres. Ahora hay un debate en el mundo acerca de las mutaciones y los cambios que hay respecto de la juventud.
Claudio Lozano - Diputado nacional unidad popular
A los 15 años yo participaba en política, militaba en el movimiento estudiantil del Colegio Nacional de Buenos Aires pero no estaba encuadrado en una agrupación política. Participaba de la elección del centro de estudiantes y era delegado. Era un independiente bastante informado que tenía un vínculo cercano con algunas agrupaciones. A los 16 todavía no había definido mi encuadramiento, que se dio posteriormente. Estamos hablando de los años '72 y '73. Recuerdo que estaba la discusión de la universidad pero adelantada a la secundaria y todo el debate tenía que ver con el mantenimiento de lo que eran las propuestas renovadoras que se pusieron en marcha en el '73 y todo lo que fue la resistencia a los intentos de intervención que se dieron con el giro a la derecha que dio el gobierno de Isabel. Estuve en el colegio secundario entre el '70 y '74, fueron años muy moviditos.
Nosotros planteamos ampliar la participación electoral a los jóvenes mayores de 16 años en 2010 pero nunca conseguimos consenso para que se trate en el recinto. Nos resulta extraño cómo se pasó de no darle bolilla al tema a una situación donde parece ser un tema imprescindible que debe ser tratado ya. No obstante, es un derecho importante sobre el que hay que avanzar. Creemos que la participación y el protagonismo juvenil en el sistema político produce efectos positivos, brindará aportes innovadores. No tenemos una mirada reaccionaria, no pensamos que se trata de cabezas vacías que serán manipuladas. En 2001, se abrió un proceso de participación juvenil y de compromiso sumamente interesante que hay que favorecer y potenciar, pienso desde los propios manifestantes callejeros como los mártires Mariano Ferreyra y Darío Santillán. Pero la discusión debe ser razonable: hay que evaluar si el voto debe ser optativo u obligatorio, si pueden ser votados, y si ampliar la posibilidad de que voten no implica tener que reformular otras cuestiones, como el derecho a conducir un vehículo.
Nosotros pensamos el voto joven como parte de un programa integral de la juventud. Estamos hablando de la generación 1996/97 y de una realidad donde el 72% de los pibes entre 16 y 18 años se concentra en el 40% más pobre de los hogares; muchos de ellos están obligados a salir a trabajar. A lo que se suma el tema de los embarazos a esa edad.
Por todo esto considero que es un paso que hay que dar pero no es una urgencia.
Juliana Di Tullio - Diputada nacional frente para la victoria
Yo vengo de una familia muy militante y no puedo reconocer la primera vez que milité. Acaso mi primera militancia formal se dio en la escuela, en el centro de estudiantes donde militábamos con mi hermanos. Mi colegio –católico, de monjas– formaba parte de la federación del centro de estudiantes del oeste. También hacía militancia barrial. Desde el centro de estudiantes juntábamos alimentos, hacíamos chocolate y organizábamos partidos de fútbol. Yo soy del '71, por lo que esos años eran un momento de despertar de la democracia.
Desde chica yo sabía lo que pasaba en la dictadura. Vivía a diez cuadras de la Mansión Seré y a dos cuadras de donde vivía Bignone. Sabía que había peligro para mis viejos y sus amigos. No obstante, en la casa de mis viejos –eran militantes de la JP, no de la estructura de las organizaciones armadas– había reuniones políticas.
Todos los que teníamos un interés político esperábamos a los 18 para poder afiliarnos en el peronismo y poder votar. Si pudiéramos haberlo hecho antes, lo habríamos hecho.
Visto desde hoy creo que el voto a los 16 es un derecho que hay que extender. Es muy importante poder generar conciencia política en la juventud. Creo que le pueden aportar mucho a la democracia hacia adentro de las estructuras partidarias como en la vida cotidiana de un país con sus energías. La opcionalidad de ese derecho tiene que ser una de las condiciones.
Dante Gullo - Legislador porteño fpv
Comencé a militar a muy temprana edad. Unas de las primeras ratas que me hice en la escuela fue cuando derrocaron a Frondizi: me fui a la Plaza de Mayo a manifestar. Yo era peronista y esa fue mi manera de expresar mi repudio a los golpes de Estado. Tenía tantas ganas de votar y no podía que a los 17 años fui fiscal de mesa por Unión Popular, en Buenos Aires, con un DNI trucho. Obviamente, impulsaba el retorno de Perón y la resistencia.
Hoy, por suerte, la juventud a diferencia de nuestro tiempo tiene más elementos para ser más participativa. Si no contemplamos el cambio fabuloso en el plano de las ideas y en las ciencias y la tecnología nos ponemos una venda en los ojos. En junio de 2011 yo ya había presentado un proyecto para votar a los 16. Hay que recordar que la UES ocupó un rol muy importante en las escuelas, la militancia secundaria no es un invento de ahora. No obstante, quienes rechazan el proyecto esgrimen los mismos argumentos que se sostenían en la década del '50 cuando se rechazaba el voto femenino. Entonces se subestimaba el rol y la inteligencia de las mujeres. Hoy sucede lo mismo con lo jóvenes.
Siete políticos describen sus inicios en la militancia, antes de cumplir 16 años - Tiempo Argentino | Es tiempo de un diario nuevo