Nota a Enzo Perez en el 2010, de esas que no suman nada pero aumentan la manija x100000
Pérez: “Mi viejo es fana de River y me puso Enzo por Francescoli”
-Yo venía hinchándole todos los días a Leo, también a Hernán Díaz: “Dale, preséntamelo, y si no al menos conseguime una camiseta”. Un día me estaba por ir a casa y Corti me avisó que el técnico quería hablar conmigo. Yo iba lo más pancho, jamás me imaginé que al entrar, Leo me iba a decir “Ahí lo tenés”, y ahí iba a estar sentado Francescoli. Fue chocante, me quedé sin reaccionar. Me saludó, me dijo un par de cosas y yo, que tenía mil preguntas para hacerle, me quedé callado. El hablaba y yo lo miraba. Al otro día, Leo y Hernán me mataron. “Tanto que rompiste para que te lo presentáramos y al final no le dijiste nada”, me cargaban. “¿Y qué querés, si me nublé?”.
-¿Te gusta el nombre?
-Sí, sí (convencido), claro, fui el primero de la familia; después vinieron dos varones y una mujer, pero los otros no son futboleros como yo y no recibieron nombres de jugador. Mi viejo era muy hincha de River, ahora es del equipo donde estoy yo. El que es enfermo, mal, de River es mi hermano Franco, que tiene 18 años. Sale una canción nueva, la escribe en un papel y se la canta todo el día.
-¿Vos eras muy hincha, también?
-Uno va queriendo al club que te contrata, pero en los superclásicos trato de ir con amigos. Hace poco lo llevé a mi hijo de un año y medio al Monumental, mucho no entiende, pero al menos para que vaya sabiendo cómo es el entorno. La primera vez que vi uno en vivo fue hace cuatro años. Jugaba en Godoy Cruz. Le ganamos a Independiente un sábado en Mendoza, y esa noche agarré el auto y nos vinimos sin entradas. Tuvimos que comprar en la reventa. Fue el 3-1 con goles de Higuain. Impresionante.
-¿Cómo se llama tu hijo?
-Enzo, ¿cómo se va a llamar? En realidad es Enzo Santiago, mi ex mujer quería Santiago pero gané yo. En el brazo me tatué “Santiago”, porque si no iban a pensar que tenía escrito mi nombre. El nene vino con una Copa bajo el brazo: nació el día en que le ganamos la final a Cruzeiro, en Brasil. Se adelantó unos días y seguí todo por teléfono. Ahora vive en Mendoza con la madre, y está todo el día con la pelota. Mi viejo dice que yo era igual.
-¿Por qué le pusiste Enzo?
-Y… por Francescoli, no va a ser por mí (risas). Enzo era mi ídolo, lo vi jugar en su segunda etapa en River. Tenía un poster gigante de él en el lado de atrás de la puerta. Mi vieja lo arruinó en una mudanza. Todavía la quiero matar.
EN UN FUTBOL superprofesionalizado, el sentimiento por River aún late en el corazón del Enzo joven. El año pasado, cuando le convirtió su primer gol a Boca con la casaca del Pincha, lo gritó como poseído. “Calmate, nene, ¿qué te pasa?”, lo bajó a tierra Verón, en el retorno hacia el mediocampo. Ya en los vestuarios, Pérez se puso el casete y argumentó que lo celebró así por la importancia del rival. “Y… la quise remar un poco, aparte fue meter una fichita más”, sonríe, pícaro, pero al mismo tiempo pide resaltar cuánto le agradece a Estudiantes.
Un torneo después de aquel gol, mientras calentaba en la Bombonera, los hinchas de Boca le llenaron los oídos de insultos. “Enzo, gallina puta”, le gritaban; y él, tímidamente, se defendía haciendo el gesto de la banda sobre el pecho. Las letras “rp” en su dirección mail son un indicio elocuente de cuánto pagaría este chico por jugar al menos seis meses en River Plate. Es su sueño