Me llegó un mail de Avila con una especie de biografía suya jaja
Soy Carlos Vicente Avila. Paraguayo de nacimiento y nacionalizado argentino. Soy hijo de madre soltera, humilde, sacrificada y trabajadora, que luchó toda su vida con el único de fin de darme un estudio. Ella me trajo a Buenos Aires cuando cumplí 4 años y comenzó a trabajar como doméstica primero y como ama de llaves después. Mis primeros años transcurrieron entre el Pasaje de la Rural (ahora pasaje de la Piedad), México al 2900 donde cursé primero inferior y superior, luego Ramos Mejía y después Devoto. En el Colegio Antonio Devoto curse tercero, cuarto, quinto y sexto grado. De ahí pasé al comercial número 11 en el mismo barrio de Devoto, donde pasé los mejores años de mi vida.
Mi vida dio un vuelco cuando a mi mamá le llegó una oferta de trabajo muy interesante. La de cuidar a la Sra. Ursini, una de la dueñas del Instituto Americano de Mecánica Dental. Ella vivía en cerrito 236 y en el segundo piso tenía el Instituto. Y tenía un sobrino, Carlos Ursini, que se dedicaba a la publicidad y al que le prestaba la oficina del segundo piso. Carlos necesitaba una persona inquieta y con ganas de progresar, que hiciera de cadete y de gerente a la vez. Fue en el año 1958. Yo tenía 16 años y fue mi primer trabajo en serio.
Empecé como cadete y al poco tiempo hacia todo: Facturaba, cobraba y me ocupaba de llevar material a las imprentas. Al poco tiempo hice la primera contratación de mi vida: tomé un cadete. No habían pasado 3 meses cuando empecé a contratar, free lance, a diseñadores para que hicieran los originales de los pequeños clientes. Descubrí en este trabajo una forma de gestionar los avisos publicitarios que me hicieron ganar dinero como nunca lo había visto en mi vida y dieron nacimiento a los avisos agrupados del diario Clarín.
Al tiempo sentí que no tenía más nada que hacer con Ursini y puse un aviso en el diario ofreciéndome como publicitario. Entre a Lew, la empresa de camisas Lavilisto. Nunca esa empresa vendió tantas camisas perfecta Lew como cuando yo me hice cargo del marketing y de la publicidad.
Al tiempo fui a trabajar con Eduardo Sasoon, el empresario que tenía la licencia de las camisas Van Heusen. Puse a la empresa bien arriba. En una gira en el sur llegué a vender 70.000 camisas. A los 27 años me nombraron subgerente de publicidad de Nestlé, ya me había casado, ya había nacido Diego, había terminado el secundario y decidí entrar a la Universidad de Belgrano para estudiar Administración de Empresas. No me sirvió en ese momento de mucho, porque al poco tiempo me tuve que ir del trabajo por diferencias irreconciliables con mi jefe y terminé en la calle. Pero a esta altura ya tenía mi primer auto, un Fiat 600 y mi departamento. Qué más podía pedir?
Ya había pasado la etapa más terrible de mi vida en 1965, cuando mi primer hijo murió después de vivir un día. Ya había sentido varias veces la amargura de quedarme sin trabajo. Y había tenido la obsesión de trabajar fuera como fuera, para mantener a mi familia y devolverle a mi mamá la posibilidad de vivir mejor de lo que ella había vivido casi toda su vida. Ya no era tan pobre pero aún así, cuando me tuve que ir de Nestlé me pregunté ¿Qué voy a hacer sin trabajo? Un señor que estaba conmigo en Nestlé me hizo ver que ahora si tenía un desafío de verdad, sin la comodidad de un sueldo de todos los meses. Y me preguntó si me animaba a darle una mano a su yerno en el negocio de las pantallas municipales. Rápidamente conseguí muy buenos clientes y ganaba mucho dinero. Solo me faltaba un paso más. La independencia absoluta.
Y se me dio la oportunidad. Y fue con Nestlé que me dio para hacer una campaña en vía pública e hice un gran negocio. Más tarde hice lo mismo con Molinos y armé mi propia empresa de publicidad. Se llamaba Poster S.A. y llegó a tener la vía pública de las mejores compañías de la época: Molinos, Nobleza Piccardo, Renault, Peñaflor. Era muy joven y ya ganaba mucha, mucha, mucha plata. Y habría aún más. Me presenté a una licitación de pantallas de vía pública y gané la licitación ofreciendo una fortuna. La gente pensaba que estaba loco pero fue uno de los mejores negocios que hice en mi vida. Tanto dinero gané que me sirvió para financiar los primeros 10 años de Torneos y Competencias.
Y me dediqué a jugar al golf. Y sucedió lo que fue el primer antecedente serio de Torneos y Competencias. Mi amigo del Golf, Hector Terlini, me invitó a producir un canal de golf por canal 2. Conseguí el auspicio de Ford y me pasé un año haciendo el programa. En el interín me contacté con el hombre que más admiro desde el punto de vista profesional: Mark Mc Cormak y allí empiezo a ver material, folletos, imágenes y videos espectaculares, absolutamente atractivos y nunca vistos en Argentina. Con todo esto armé un programa en ATC y lo llamé Torneos y Competencias que lo puse a competir en horario con El deporte y el Hombre que conducía pancho Ibañez. Al poco tiempo me llamó para pedirme una reunión urgente: comprendimos que los dos nos necesitábamos. Terminamos haciendo El Deporte y el Hombre por ATC, producido por Torneos y Competencias y auspiciados por Ford. Luego de 2 años buenísimos y creer que teníamos la vaca atada, Ford decide suspender sus inversiones y nos quedamos sin nada de nuevo! Tenía dos alternativas, cerrar el boliche o crecer con todos los riesgos que ello significaba.
Era 1985. Fue cuando Julio D´amato, el asistente de dirección de ATC, me empezó a llenar la cabeza para que le comprara a la AFA los derechos para transmitir el fútbol oficial y también los partidos del seleccionado. Yo no quería saber nada. Me parecía un riesgo enorme. A todos les había ido mal en ese negocio.
La AFA estaba harta de ATC porque no le pagaba. Julio (Grondona) ya no recibía más a los directivos del canal, creo que les debían más de un año y a mi me pedían una suma importante por partido diferido. Todos mis amigos me decían que no agarrara pero yo me tiré a la pileta y firmé el contrato esperando la clasificación argentina al mundial 86 porque si no se venía todo abajo.
De cualquier manera, yo sabía muy bien lo que quería poner en la pantalla.
No quería todo el partido completo, sino una síntesis de lo mejor de cada partido.
No quería a los conductores dando cátedra sino a los jugadores contando cómo había sido el gol.
Sintetizar lo mejor del espectáculo, rescatar lo mejor de cada partido sin necesidad que el televidente tuviera que comerse 20 minutos en los que no pasaba nada.
Así nació en ATC Fútbol de Primera. Con figuras como el Beto Alonso explicando cómo le había hecho el gol al loco (Hugo) Gatti.
Y de ahí en más Torneos y Competencias se empezó a convertir en una empresa con la que todo el mundo se quería asociar. Quiere que le diga la verdad? Este fue el gran logro de mi vida. Por eso yo en cada programa pongo “una idea de Cárlos Avila”. Fue el proyecto que me hizo dar cuenta de que era una persona valiosa. A partir de ahí se que nadie me va a quitar el orgullo de saber cómo hice lo que hice.
Así con aplicación y tenacidad, pude hacer frente a los desafíos que se me presentaron en la vida y logré un profundo conocimiento en gestión deportiva y de medios, lo que me permitió obtener varios logros importantes en mi vida.
LOGROS DE GESTION
A los 17 años comencé a trabajar en PUBLITEC, desarrollando tareas gerenciales
A los 20 años comencé a trabajar en publicidad y marketing de PERFECTA LEW
A los 25 años ingresé a VAN HEUSEN logrando volúmenes inéditos de ventas
A los 29 comencé trabajar en la Compañía MONITOR, empresa que explotaba el negocio de pantallas municipales, iniciando las campañas publicitarias para grandes compañías como Resero, Bagley y Renault
A los 34 años fundé POSTER, mi primera Compañía de publicidad y mi primer contrato fue con NESTLE y generé ingresos millonarios
Para esta misma época fundé COMUNICACIÓN EN LA VIA PUBLICA en sociedad con José Santoro (60% y 40% respectivamente), que se consolidó como un gran éxito empresario
A los 40 años comencé a producir un programa de Golf llamado TORNEOS Y COMPETENCIAS
A los 42 años fundé TORNEOS Y COMPETENCIAS S.A.
A los 45 años fundé en sociedad con el Grupo Clarín la empresa TSC (televisión satelital codificada)
A los 50 años compré Radio LA RED (80%)
A los 53 años compré el 40% de las acciones de TyC a Santoro y simultáneamente le vendí el 15% de las acciones a Tele-Communications Inc (TINTA) obteniendo jugosos beneficios
Intervine en la venta del 51% del negocio de Cablevisión al Grupo TINTA
A los 55 años era Presidente de una megaempresa que contenía acciones del CEI, de TINTA y de TELEFONICA, una compañía que tenía entre sus directores a personas como Richard Handley y James Cheek, ex embajador de Estados Unidos en Argentina, manteniendo el control operativo.
A los 57 años creé Golf Channel
Hoy me siento con la experiencia suficiente y la energía necesaria para ser Presidente de River. Voy a gestionar el club con transparencia y profesionalismo para llevar su nombre a la gloria máxima del fútbol internacional. Para lograrlo, necesito que el socio de River me acompañe.
Carlos Avila