A pedido del Público:
Exposiciones de profesionales en el Senado
lunes, 28 de junio de 2010, 21:44
Gerardo Perazo, urólogo, maestrando en ética biomédica UCA: hizo consideraciones anátomo-fisiológicas señalando las diferencias entre el hombre y la mujer. Mencionó estudios que muestran distintos intereses sociales en niños y niñas recién nacidos. Destacó que, como urólogo, cada vez asiste a más homosexuales con patologías. Citó estadísticas que revelan que los homosexuales tienen durante su vida alrededor de cincuenta parejas contra cuatro que es el promedio en heterosexuales. Que hay mucha más violencia doméstica en parejas constituidas por dos personas de mismo sexo y que sus uniones tienen un riesgo mucho mayor de ruptura. Puntualizó datos de relevamientos hechos en Suecia y Noruega (países que tienen legalizado el “matrimonio” homosexual) señalando, entre otras cosas, que los homosexuales formalizan sus uniones a edades más avanzadas, que hay más uniones con extranjeros y que tienen una tasa de divorcio 33 % más elevada que los heterosexuales.
Gabriel Flores Ciani, psiquiatra: “todos tenemos genes masculinos o femeninos”. Explicó que no hay cromosomas homosexuales, ni hormonas homosexuales, ni morfologías cerebrales homosexuales, “la identidad sexual no corresponde al campo de la salud, para la salud hay femenino y masculino”. En el 98% de los casos, afirmó, la persona se orienta sexualmente hacia alguien del sexo opuesto. Enfatizó que los médicos no discriminan a los homosexuales, los atienden y son testigos de los conflictos que padecen; destacando que esos conflictos no son originados por la presión social sino porque naturalmente quieren vivir la realidad de su sexo. “El que tiene cerebro de varón quiere vivir como varón”, ejemplificó. “Científicamente la sexualidad es la unión de dos personas de distinto sexo”. Dijo que las llamadas “parejas homosexuales” no son “parejas”, porque “para ser pareja tiene que haber complementariedad”. Habló de estudios que señalan los riesgos que corren los niños criados por homosexuales, entre ellos, el ser más proclives a desarrollar una conducta homosexual. Encuadró finalmente a la homosexualidad entre las “parafilias” y mencionó otras (zoofilia, necrofilia) resaltando que esos grupos también podrían pretender el amparo legal.
Leónidas del Carmen Fuentes, psicóloga USAL: “la tolerancia y la búsqueda del consenso son fundamentales en la construcción de la paz”. Pidió que no se llame homofóbo al que dice que no es lo mismo un papá y una mamá que dos papás o dos mamás. Aseguró que es difícil que el niño encuentre fuera de la familia los estímulos que necesita para realizarse como un adulto sano. “Dicen que la familia tradicional ya fue ¿por eso vamos a someter a los niños a ser criados por una minoría todavía discriminada?”, sostuvo. Afirmó que la comunidad científica está dividida respecto a los problemas que podría acarrear la crianza de niños por parte de homosexuales y que los estudios que están a favor y en contra (ninguno hecho en nuestro país) adolecen de falencias, pero repitió una frase de Alfonso Delgado, presidente de la Asociación de pediatría española: “la adopción (por parte de homosexuales) no es lo más indicado”. Describió finalmente el proceso de “identificación sexual” destacando la importancia de la presencia del padre y la madre en un sano desarrollo.
Mabel Guzzo de Borghetti, psicóloga clínica: comenzó relatando su larga trayectoria en la recuperación terapéutica de homosexuales, lo que implica afecto y dedicación especial hacia esas personas. Denunció el tratamiento ideológico del tema en desmedro del enfoque científico y mencionó la presión internacional. Hizo un recorrido por las connotaciones que tuvo la homosexualidad a lo largo del tiempo: enfermedad psiquiátrica, perversión, desviación, parafilia. Enfatizó que no existen causas biológicas, que “la homosexualidad es un comportamiento adquirido” y que “una parafilia no puede ser impulsada como un derecho”. Recordó que quitaron a la homosexualidad del manual de desórdenes mentales por presión del activismo gay y leyó un boletín de ILGA (Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e Intersexuales) que lo prueba. Habló de distintos grupos de homosexuales y le recordó a los senadores que legislarían para una minoría dentro de la minoría: el activismo homosexual. Citó otros grupos de presión que reclaman seudo-derechos: NAMBLA (persigue la legalización de la pedofilia), “Poliamor” (la legalización de uniones múltiples) e interrogó ¿toda preferencia sexual es un derecho? Habló del latiguillo de la homofobia y clarificó la diferencia entre la persona (a la que nunca discrimina) y su conducta.
Viviana Duarte, psiquiatra UBA, docente UCA: Explicó que “el niño no se desarrolla solo sino en un contexto” y habló de la familia como el nido. Refirió el vínculo temprano entre madre e hijo y recordó que “un recién nacido sin un vínculo muere”. Describió el “apego” y las distintas maneras de establecer el vínculo, coligiendo que “si no existe un vínculo profundo se generan patologías”. Mencionó a la adopción como “la recuperación del primer vínculo que no fue”, destacando que lo ideal es la “familia heterosexual y estable”. Detalló los “pilares de la resiliencia” y la necesidad de reestructurar los vínculos para que esos pilares se desarrollen. Puntualizó diferencias (biológicas, psicológicas y sociales) entre el hombre y la mujer enfatizando la necesidad que tiene el niño de ambos. Afirmó que el olor de una mujer es distinto, que es distinta su caricia, la reacción ante el miedo o la angustia, el sonido de su voz -explicó que en los primeros meses el niño percibe mejor los sonidos agudos-. Finalmente enumeró los beneficios de recibir simultáneamente respuestas de ambos sexos, esos niños tienen: más creatividad, mayor iniciativa, mejor comunicación, menores dificultades en el aprendizaje, etc.
Elcira Nazar Espeche de Urraza, profesora de filosofía y directora del Instituto para el matrimonio y la familia de la UCALP: denunció una manipulación ideológica que oscureció términos como matrimonio y familia. Aclaró que es “lo natural”, que no es sinónimo “de lo común”. Afirmó que “somos un compuesto de cuerpo y alma”, es lo que conforma “la esencia de cada ser”, lo que “nos hace personas” y describió como naturales las acciones que concurren con la esencia de la persona. Inquirió ¿actúo de acuerdo a mi esencia sexuada o por lo que deseo desordenadamente? Marcó las diferencias existenciales entre mujer y varón (por ejemplo, el varón no puede ser madre), concluyendo: “somos esencialmente iguales con un modo de existir distinto”. Las parejas homosexuales no pueden dar vida, remarcó. “La sexualidad nos permite conservar la especie como la alimentación nos permite conservar la vida”. Si los homosexuales adoptan a los chicos de la calle, destacó, estos niños van a ser doblemente discriminados, al abandono se le suma la negación del “derecho a un papá y una mamá”. Explicó que los derechos no surgen por su reconocimiento. Pidió sincerar las causas de la ley en debate, “hay una minoría gay activista que discrimina a la familia”. “Sin matrimonio heterosexual no hay familia, sin familia no hay generación y sin generación no hay nación que perdure en el tiempo”, remató.
Adriana Beatriz Boatto, psicóloga: habló del proceso de socialización. Explicó que “el hombre es un ser social” y que nuestras respuestas al medio “no son casuales”, “se mezcla la carga genética” con “las experiencias infantiles”. Enfatizó que “esas primeras experiencias, son las que nos constituyen en las personas que somos”. Recalcó que ”es importantísima la función de los padres, ejerciendo su rol, necesariamente complementario” y que “este mismo proceso de socialización debe vivirlo alguien que es adoptado”. Aseguró que “está fehacientemente probado que para el desarrollo adecuado de la personalidad es necesaria la presencia de un varón y de una mujer. Crecer con dos madres o dos padres, dijo, puede traer no sólo conflictos personales, sino también con los pares en sus ámbitos de socialización”. “Los niños son los más vulnerables”, recordó y añadió “todos luchamos para que estén exentos de la mayor cantidad de dificultades y tropiezos”. Exhortó a los senadores, finalmente, a hacer “leyes que sólo velen por su bienestar” sin procurarles riesgos innecesarios.
Zelmira Bottini de Rey, pediatra y directora del Instituto para el matrimonio y la familia de la UCA: Negó que el rechazo al proyecto fuera un acto discriminatorio. Distinguió entre el “vínculo libre, permanente y exclusivo que se establece entre el varón y la mujer en orden a la ayuda mutua, la procreación y la educación de los hijos” y “el vínculo entre dos personas del mismo sexo”. Habló de la diferencia sexual entre varones y mujeres (genéticas, morfológicas, hormonales) y del significado “personal, específico y propio” del ser varón o mujer. “La diferencia llama a la reciprocidad”, afirmó. Destacó la posibilidad de procrear que tienen dos personas de distinto sexo. Describió la función que varón y mujer cumplen en la educación de los hijos y remarcó la necesidad de que el vínculo matrimonial sea estable. Mencionó los beneficios que producen vínculos con esas características en los hijos. Mejor: integración social, salud mental, autoestima, desarrollo de la identificación sexual y rendimiento académico; menor: abuso de sustancias y conductas sexuales arriesgadas. Al referirse a la adopción por parte de homosexuales mencionó las fallas de los estudios con los que se cuenta para concluir que “no está probado que no conlleve riesgos para el niño” y por lo tanto “no es ético llevar adelante este experimento”.
Tranquilo, Fedexxx. Ahí están.-