Yo igual. Encima cumplo en enero. Me acustumbré desde chica a que fuese deprimente y no hubiese nadie en la ciudad el día de mi cumple. Y aún así, aunque sólo venían dos gatos locos, me daba vergüenza que me canten el feliz cumpleaños y soplar la velita. Tengo los peores recuerdos.
Desde que tengo autonomía para tomar decisiones, prefiero fugarme el día de mi cumple (y recibir regalos los días posteriores, con eso no tengo problemas).
Jajaja, yo si soy la mina te pido certificado médico.
Las mías siempre eran (creo que es algo que el tiempo logró mejorar un poco en mí) que me chorearon el celular y no pude mandarte el mensaje para ver dónde encontrarnos. Me pasaron el parcial para el Lunes así que el Domingo me quedo adentro estudiando (mentira, me voy a quedar todo el día jugando la Liga Master en el winning eleven!!), convertir una leve tos en toda una gripe…
Hace unos años (muchos) a mis compañeras de psicología social se les había ocurrido festejarme el cumpleaños, pero como sabían que a mí no me gustaba me la disfrazaron con que “íbamos a festejar el año y un mes del cumpleaños de la dueña de casa”. Cuestión que con esa excusa estaba todo medio como organizado para un festejito. Por allá cae una de ellas con una torta y el marido de otra empieza con el “que los cumplas feliz…”. Como mis compañeras sabían de mi desagrado, le hacían todas las señas para que se callara, pero el muy insistente estaba feliz de cantar ese bolazo. Conclusión: me puse a llorar en el medio de todos (por tristeza, vergüenza, todo). Desastre. A nadie más se le ocurrió festejarme nada más.
Me muero… yo también me hubiese largado a llorar. Una se siente mal por una misma y encima por hacer sentir mal a los demás. Garronazo! Por eso odio la insistencia… Al que le gusta, le gusta; y al que no le gusta, no le gusta. No tendría que ser tán complicado.
:D:D:D Pobre ambos!!! Se habrá querido morir después el hombre!
El día que cumplí 10, después de haber aclarado que no quería cumpleaños, se me apareció mi tía en una camioneta y en la caja venían mi prima y tres amigas de ella (porque yo ni amigas propias había invitado, al margen de que tenía dos a lo sumo).
Y mi prima y sus amigas a las que yo ni conocía gritaban, mientras iba llegando la camioneta: “Ma - ri - sol!!!” “Ma - ri - sol!!!”. Me metía adentro de mi pieza y no quise salir por dos horas de la vergüenza que me dió. Por eso digo que no hay que ir insistentemente contra la voluntad ajena. Tal vez tenía algunos “problemitas”, pero era una niña que pedía a gritos que me dejaran ser así.