tomen gorilas
DEFENDIENDO EL MODELO
La negación permanente de distintos sectores de la sociedad de los cambios realizados en la última década, sobre todo cuando se ponderan las transformaciones llevadas a cabo por este gobierno, hacen que surja inmediatamente la pregunta: ¿Sos kirchnerista? Algunas veces la respuesta es negativa, pero con una aclaración: “defiendo el modelo”.
Este es el diálogo que se da entre quienes ven a las claras la evolución de un país distinto y positivo y quienes niegan que se le estén ampliando las oportunidades a una inmensa masa de habitantes que vieron, a través de largos años de dictadura y democracias neoliberales, frustradas sus aspiraciones de cubrir las necesidades básicas. Necesidades cuya cobertura posibilita, en parte, la inclusión social.
Ninguno tendría que mostrar reticencia al manifestar su apoyo, porque el proyecto kirchnerista se animó a diferenciarse de la basura política acumulada durante los noventa, que culminó trágicamente un 20 de diciembre de hace 12 años. Esa experiencia, de la que muchos de los jóvenes votantes de hoy tienen un pálido conocimiento, porque entonces eran niños o porque les llegó mediada por la poco confiable prensa hegemónica, fue la culminación de varias décadas de gobiernos cuya acción dejó a las mayorías expuestas a un juego donde su debilidad las convertía en perdedoras anunciadas: el del libre mercado.
Nadie debería sentirse turbado al decir que es kirchnerista, o que apoya este proyecto de gobierno, sencillamente porque ninguna de las alternativas que integran el escuálido menú político es ni remotamente imaginable tomando resoluciones parecidas: ¿o es que alguien puede suponer a Macri, Carrió, De la Sota o Massa poniéndole límites al poder económico o enfrentando a la usura internacional? Es bastante más probable que sus decisiones nos devuelvan a la pesadilla de la deuda externa gigantesca, al condicionamiento del FMI y el BM, a la desocupación masiva y a la concentración de la riqueza en dimensiones inmorales.
Es difícil imaginar que cualquiera de los esperpentos políticos que deambulan por los canales de TV del poder concentrado se moleste en tomar alguna de las siguientes medidas, que traemos como ejemplo de entre las muchas que se podrían citar:
Cuando hablamos de educación y de salud la Asignación Universal por Hijo asegura la escolaridad y la atención médica primaria, permitiendo igualdad de oportunidades para aquellos grupos que siempre han sido marginados.
Por otro lado, en el mismo sentido, surge el plan Conectar Igualdad, que cubre en todo el país dos grandes debilidades del sistema educativo al permitir que sectores económicamente desplazados accedan a tecnologías que, de otra forma, no alcanzarían. Esto incluye, dentro del aprendizaje, un conjunto de herramientas imprescindibles para aquellos jóvenes que pretenden continuar estudios superiores o trabajar en distintas áreas.
Otro de los derechos básicos de las personas es el de la vivienda propia. Para paliar su déficit el gobierno lanzó el Plan Procrear, que está destinado a la construcción, compra o ampliación de ellas, mediante créditos accesibles. Además el sistema de sorteo público garantiza la total transparencia en su otorgamiento, para cubrir parte de las necesidades habitacionales.
Estos son algunos de los caminos que está siguiendo este modelo para lograr una sociedad que no excluya sino que integre a todos los ciudadanos.