El Flaco Spinetta, su enfermedad y la prensa amarilla

será que es más rentable vender inmunosupresores y medicamentos contra el cáncer que una solución definitiva ?

vamos flaco, vos podés…

Que injusta que es la vida a veces, un tipo como el flaco que curó tantas almas con su música tiene que agarrarse esta enfermedad. Ojalá tengas razón flaquito querido y estés saliendo adelante porque cuando seres tan bellos como vos se van, el mundo se convierte un poco más en un lugar de mierda.
Deseo de corazón que te cures y nos sigas emocionando con tus palabras y tu música.

Que persona hermosa que es, incluso en la carta donde aclara la enfermedad que tiene el tipo sigue con su lucha y manda un mensaje de Conduciendo a Conciencia, cuando tranquilamente, y no estaría mal que así sea, le podría chupar todo un huevo. Pero él no es así, por eso siempre fue el mejor, nunca cambió por nada ni por nadie sus convicciones.

nonononononononNONONONONONNNOOOOOOOOOOOO !!! :surprised: :confused::frowning:

Conociste al capitán Beto?

No. No lo llegué a conocer aunque intuía que tenía que existir un tipo así.
Aparte, cuando él empezó a trabajar en el colectivo y a modificarlo para su
travesía se encanutó mucho más por temor a que lo descubrieran y lo boicotearan.
Imaginate.

-¿O sea que no colaboraste en el diseño de la nave?

No, no le dio lugar a nadie. Aparte, el Capitán no quería tecnología de punta.
Él quería tecnología incaica, a través de monopolos magnéticos de influjos
astrales. Utilizó tecnología de tiempos muy remotos, de unos tres mil años
atrás. Se ve que tenía un arca con energía y la usó para confeccionar la nave.
El flaco se encerró en un galpón de Haedo y no dejó entrar a ningún diseñador.
Inclusive Orestre Berta iba todos los días, pero él se cortó solo y nos ignoró a
todos. Aunque después recordó algunas cosas en el espacio…

-¿Cómo se llamaba?

Heriberto Aguirre

-¿Por qué largó el colectivo?

Dejó de ser colectivero una noche en que la cana quiso usar su colectivo para
llevar pibes detenidos, a la salida de un concierto del Flaco Spinetta. El motor
se paró porque, en Beto, hombre y máquina se conjugaban. Bajó y le dijo a los
canas: “No me arranca más”. Muy pícaro el hombre. A él no le importaba un pito
que el concierto fuera de Spinetta o de Agustín Magaldi. No le parecía bien que
le usaran el colectivo para trasladar detenidos, y menos si eran jóvenes. Se dio
cuenta de que estaba todo podrido y como argentino no lo quería permitir.

-¿En ese momento toma la decisión de volar?

Sí, ahí el tipo se dijo: “yo me voy no solamente de la línea para la que
trabajo, sino que ahora mi periplo va a estar más allá de los márgenes de la
tierra”. Evidentemente invocó sus poderes. Se ve que manejaba alta magia. Beto
tenía la posta para mandarse.

-Era tanguero viejo, ¿no?

Escuchaba a Gardel, era hincha de River y le gustaban las plantas. Religioso el
hombre, con su estampita de San Cayetano en el colectivo.

-¿Habrá escuchado alguno de tus temas?

No, qué va a escuchar. Pero, aunque hubo una época en que hasta los colectiveros
te gritaban por tener el pelo largo, Beto no lo hacía.

-¿Qué edad tenía cuando se fue?

Sesenta años. Se fue grande ya, tampoco tan de taquito la iba a hacer. Con un
balde de cemento armó una pila trinitrónica y se fue al espacio en un chasis de
fibra. Usó técnicas perdidas en la noche de los tiempos.

-Parece que extrañaba mucho…

Empezó a extrañar aquellas cosas que abominaba, los castigos de la ciudad. Él
estaba cansado de la Argentina, pero se dio cuenta de que no podía transformar
nada estando en la soledad del espacio. Querer modificar todas esas cosas le
resultó una tarea imposible estando solo.
Empezó a sentirse triste y melancólico.

-Finalmente quedó errando en el espacio.

No volvió más. La ciencia tardó muchos años en descubrir en qué punto de la
galaxia estaba. Finalmente quedó ahí, en su nave, mezcla de pirámide y
colectivo. Llevaba puesto su anillo. Su tumba es el espacio y allí lo dejaron en
honor a su hazaña.

-¿La ciencia no encontró ninguna explicación?

No. Los científicos se siguen preguntando hasta hoy cómo hizo éste tipo. Porque
es la proeza más grande que realizó jamás algún hombre. El capitán Beto superó
las barreras científicas por la fuerza de la fe.

-Luis, ¿cómo sabés tanto de él si no lo conociste?

Es un secreto. Con lo sagrado no se juega.


Clarín: Con lo sagrado… no se juega. :evil:

No quise entrar hasta asegurarme que esto era verdad. Ojalá te recuperes, flaco. Te deseo lo mejor!

mucha fuerza para el flaco, genio de la musica

Martropía, conversaciones con Luis Alberto Spinetta. Léanlo y sean mejores seres humanos.

Por suerte ya dijo que se está recuperando en una carta en Página.
Pero si llegás a empeorar, antes de morir pegale un par de sopapos a tu hijo haceme el favor flaco querido.

recuperate flacoo!! no podemos perder otro genio en tan poco tiempo!

Dante es un fenómeno, siendo un pendejo armó un despelote en la música de acá en los 90’s.

Jajaja mi viejo me dijo lo mismo tiro un “48 años tengo y Spinetta hace música casi desde que nací, no se puede morir, el tipo es inmortal”

Te banco a vos y a tu viejo, a muerte. Les tiraría la goma YA.

JAJAJ sos un infeliz.

Cuando brindé hoy con mi familia pensé en el flaco… Ojalá la haya podido pasar bien

Me tiene muy mal esto, fuera de joda… :frowning:

Por alguna razon ayer en un momento tenia Resumen Porteño en la cabeza y se me hizo un nudo en la garganta.

Vida… Vida Siempre, Flaco…

Ayer mi viejo me contaba cuando vio a Almendra en vivo… estaba emocionado el viejo.

Ojala la pueda pelear y ganarla.

Igual, soy un convencido que el alma de ciertos artistas trasciende su envase físico.

Imposible escuchar Barro Tal Vez o Cielo Invertido hasta que el Flaco se recupere, nono…

Ojalá se recupere el Flaco. Es duro pero hay que pelearla. Tuve la suerte de verlo mas de una vez en vivo. La que mas recuerdo fue en uno de los festejos de La Plata en el que Spinetta actuó con otros artistas. No recuerdo quien seguía al Flaco en el show pero la gente no le daba mucha bola y por tanto se corrió de las primeras filas con lo cual con algunos amigos avanzamos y nos pusimos ahi del escenario nada mas. :mrgreen:

Hoy estaba leyendo Página 12 y hay una muy buena nota en relación a la canallada que se mandó Muy con el Flaco.

BUITRES

Lo sucedido el viernes pasado con Luis Alberto Spinetta vuelve a poner sobre el tapete esa cuestión de las responsabilidades periodísticas. O, quizá, el delgado límite que existe entre el periodismo y el amarillismo, entre el interés periodístico y la mentira lisa y llana que busca impacto, entre la búsqueda de la noticia y la buchonería berreta.

No puede decirse que la enfermedad del Flaco fuera vox populi en el medio, pero sí que había un puñado de allegados y periodistas que conocían su estado y guardaban un respetuoso silencio. En primer lugar, porque el periodismo serio siempre consideró “noticia” aquello que refiriera a la riquísima vida artística de Spinetta. Sólo a la prensa “del corazón” –por llamarla de un modo elegante– le interesó, por ejemplo, aquel sonado romance con una actriz y modelo, interés al que Luis respondió colgándose el cartel “No lea basura, lea libros”. Para los demás, Spinetta es material de títulos y coberturas por sus discos, sus conciertos, sus canciones. Lo único extramusical a destacar, en todo caso, es su militancia en la ONG Conduciendo a Conciencia y su presencia permanente junto a los familiares de las víctimas del colegio Ecos, y en actividades que buscan paliar el drama de las muertes por incidentes viales en la Argentina.

La gran mayoría de los periodistas no tenía interés alguno en dar la “primicia” de Spinetta enfermo de cáncer. Pero siempre hay alguien capaz de vender a su madre.

El viernes, el periódico sensacionalista Muy se cagó en la paz que necesita Luis Alberto Spinetta para su recuperación, en el respeto que pedían sus familiares, incluso (para entrar en terrenos ya no del “código” sino profesionales) en el abecé periodístico de chequear la información antes de publicarla. Sabían que nadie de su entorno les iba a dar detalles de lo que atraviesa el artista, y entonces sencillamente los inventaron. Lo imaginaron y lo retrataron al borde de la muerte, “muy grave”, rodeado por un pacto de silencio para no preocupar a los fans (?). Se sintieron satisfechos con ganar protagonismo con un título de alto impacto, aunque fuera una burda e irresponsable exageración del estado de Luis y el ánimo de sus familiares. Rápidamente, el “Ultimo Momento” de La Nación dio por cierta y confiable la información de un periodicucho amarillo y la reprodujo sin más, iniciando el efecto cascada que se multiplicó con el correr de las horas. Provocaron miedo, tristeza, angustia, dolor, entre los miles y miles de personas que lo admiran y lo quieren. Provocaron arcadas entre los colegas que vemos salpicada –una vez más– la profesión por mercenarios sin el menor escrúpulo.

En un día horrendo, Spinetta se vio obligado a escribir una carta que pusiera las cosas en su lugar, y sus hijos Dante y Catarina salieron a difundirla por Twitter. En vez de continuar su proceso de recuperación y disfrutar las fiestas en tranquilidad, la familia Spinetta quedó en el ojo de un torbellino mediático, el aquelarre de lugares comunes y suposiciones que algunos disfrazan de periodismo. En vez de poner toda la atención en sobrellevar una situación de por sí complicada, debieron salir a poner paños fríos en un quilombo innecesario, a rebatir mentiras lanzadas liviana, irresponsablemente a un medio donde las redes sociales y conexiones electrónicas de toda clase multiplicaron tanta falsedad.

Para cerrar el círculo, allí comenzó la segunda parte del perverso dispositivo: una aún más detestable celebración de que el Flaco “confirmara” la primicia. Por la tarde, el “Ultimo Momento” de Clarín dio cuenta de la información con una pieza casi tan vomitiva como la de Muy: “Spinetta decidió hacer pública su enfermedad”, dice la nota, barriendo bajo la alfombra que lo que sucedió no fue decisión del músico, sino de los editores de un periódico del mismo Grupo Clarín. La hipocresía es tan flagrante que el artículo ni siquiera menciona el origen: se habla de “la publicación de un diario matutino”, de una “avalancha de versiones”, ocultando culposamente el lamentable rol jugado por un periódico hermano. Volvieron a esconderlo en la nota de su edición impresa del sábado, con la eufemística frase “La espiral de versiones luego de que un diario lanzara la información de que padece un cáncer terminal…”. Nadie levanta el guantazo que tira Spinetta cuando pide que “no tomen en cuenta las noticias que han generado los buitres de turno”. Clarín y Muy intentan disimular que los buitres a los que alude el afectado son ellos, y hasta alardean de sensibilidad por la “lucha” del músico. Agregan cinismo al daño.

Para algunos todo esto será una anécdota. Habrá quien incluso se sienta orgulloso, como parecían orgullosos los responsables de esa otra bazofia disfrazada de periodismo que botoneó a Sofía Gala fumándose un porro en un recital. Pero corren tiempos en los que el periodismo asume un rol activo y batallador, y este atropello doble, a Spinetta y al rigor periodístico, resulta especialmente significativo: sucedió en la misma semana en que el Grupo Clarín redobló sus titulares catástrofe hablando de proteger la verdad y la información. A Spinetta lo pisotearon y ofendieron, le faltaron el respeto y se cagaron en él, los mismos diarios embarcados en una supuesta cruzada por la libertad de prensa, que le faltan el respeto también al público con sus mentiras y la posterior ocultación del modo en que cocinan y aprovechan esas mentiras. Lo hicieron con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, lo hacen con la Ley que declara de interés público la producción de papel. ¿Por qué se privarían de publicar falsedades sobre un artista?

Finalmente, queda lo otro. La angustia real, sobre la que más vale no machacar. Luis Alberto Spinetta, uno de los creadores más grandes, más valiosos, más queridos de este país, está enfermo. Afortunadamente, responde bien al tratamiento, tiene médicos que saben lo que hacen y está contenido y acompañado por todos sus amores y amigos de hierro. Desde aquí sólo queda esperar y desear con el alma que salga adelante, y que algo de todo el amor, la fuerza, el cariño incondicional y la luz que miles de personas salieron a manifestar en estos días por todos lados, ayude en algo. Que la gente que ha recibido tanto a través de su arte pueda transmitir, devolver toda esa energía y ese calor. Y que los buitres de turno, tan chiquitos, tan canallas, queden aleteando en el vacío de su propia miseria.

Página/12 :: espectaculos

//youtu.be/O3ipcBh_WqE