¿Ya puse la nota que le hacía Olé hace tiempo en la que decía que siempre odió a River, que lo tiene de hijo y que siempre lo deja chiquitito, y que siempre le gustó Boca?
El venezolano lo tiene de hijo
González es verdugo de River: le metió goles en Caracas, por la Libertadores, y en el Monumental.
JAVIER VALLI jvalli@ole.com.ar
César: “Estoy acostumbrado a dejarlo chiquito a River”.
“No, así pareceré hincha de River, y a mí River nunca me gustó”. De entrada, la idea de agarrar el muñequito del Millo y prestarse para la foto no le gustó nada. Después, aflojó. “Está bien, je. Si estoy acostumbrado a dejarlo así chiquito. ¿No?”. César González vive su momento más feliz desde que llegó a Colón, hace menos de cuatro meses. Titular en los últimos tres encuentros, el venezolano hizo un muy buen partido el sábado (7,5 para Olé; sólo lo superó Falcón, con su 8) y se dio otra vez el gusto de amargar a los de Núñez en su estadio. “Este año le ganamos 1-0 con Caracas (el 8/3, por la Libertadores). Primero hice historia con Caracas, y ahora con Colón”. Claro, el volante fue titular en la primera victoria de un equipo venezolano en el país. Ahora, lo fue en la primera vez del Sabalero en el Monumental. ¿Qué tal? “Se lo había dicho al Profe Macaya, me tenía mucha fe. En el hotel y en el camarín se notaba que había actitud para ganarlo. Había muchas ganas y fue fundamental”…
A González no lo llama por su nombre, sino Maestrico, apodo que trajo de Venezuela (como maestro, pero en Venezuela le agregan el “ico” final a varias palabras). ¿Por qué su antipatía a River? “No sé. Antes era de Boca, pero ahora no me gusta más”, dijo. Así que si le querés ganar al Millo, llamalo a Maestrico. Una garantía.