Magia pura de Un Metro Adelantado, pobre Carlitos Bala :lol:
TEVEZ CHARLA CON DIOS
DIOS: ¡San Pedro! Que la multa por acarreo la pague el científico ese. Los de la Grúa Celestial dicen que lo estacionaron para el culo. Y encima me raya todas las nubes. Andá y decile algo. Ahora está tomando un café con Emilio… ¿Vos podés creer que el británico este era fanático de Brigada Cola? Y también recordale que… ¡Teléfono, otra vez! Quién corno será. ¡Diga!
TEVEZ: Hola, ¿Dios?
DIOS: No, Sol Pérez.
TEVEZ: Ah, perdoname, Sol, me pasaron mal el número, pero bueno, te agendo por cualquier cosa… últimamente me viene saliendo todo como el culo.
DIOS: Te estoy cargando, jeropa, soy Dios, el Flavio Mendoza de esta Stravaganza Universal que es el Santo Cielo.
TEVEZ: Piola, Dios, con vos tengo que hablar…
DIOS: Epa, epa. Todavía no me dijiste quién sos. Y desde ya te aviso que si llamás de Claro o Personal…
TEVEZ: Soy yo. Carlitos.
DIOS: Balá, querido: ¡gestito de idea! Qué fantástico. Bueno, ¿estás preparado entonces? Lo tuyo está al caer, tenemos que destrabar un temita burocrático pero acá está todo listo para…
TEVEZ: No, Señor, no. Soy Carlitos Tevez. El Apache. El jugador del Pueblo.
DIOS: ¡El jugador del Sueldo! Y te faltó una: “El mago”.
TEVEZ: No reniego de mi habilidad, pero…
DIOS: Lo digo por cómo desaparecés. Por acá cada tanto te ve Houdini y se cae de ojete. ¡Te escapás de todas las importantes!
TEVEZ: Yo no lo veo así, Señor. Era el momento para demostrar que “Esto es Boca” y el resto del equipo falló.
DIOS: Carlitos, tenés menos autocrítica que Sanfilippo. Las últimas buenas bochas que tocaste fueron las de Natalia Fassi.
TEVEZ: Yo llevo a Boca en la sangre, Señor. Volví de China antes de lo previsto para jugar acá, resigné lo económico.
DIOS: ¡Jajajajaja! ¿Sos Tevez o Alacrán? Me hacés cagar de risa, la verdad. No te olvides que yo veo todo. Hasta los CBU. Igual debo reconocer que sos un hombre de palabra.
TEVEZ: ¿Por qué lo dice, Señor?
DIOS: Porque dijiste que sería muy fácil irte y volver cuando Boca estuviera clasificado a la Copa. Y eso fue lo que hiciste.
TEVEZ: Cárgueme todo lo que quiera, Dios, pero siento que tanta crítica es injusta. Me están pegando mucho.
DIOS: “Pagando” mucho. Te están pagando mucho. Si yo fuera el presidente de tu club, donaría esa plata para trabajos de investigación científica, como tratar de encontrar sangre en Paolo Goltz.
TEVEZ: Bueno, Señor, creo que esta charla no tiene ningún sentido.
DIOS: Los planteos de Guillermo tampoco, y va primero igual.
TEVEZ: Lo llamé para pedirle que me ayude. Pero hasta ahora, lo único que ha hecho es burlarse de mí.
DIOS: Baaasta, Carlitos, no sigas llorando que te van a cobrar un penal. A ver, decime. ¿Qué andás necesitando?
TEVEZ: Siento que el cariño del hincha no es el de antes. Necesito reivindicarme. Desde que elegí irme a China, me parece que ya no le llego al corazón.
DIOS: Es que sienten que les llegás al bolsillo, Charles. Te gusta más la guita que el Yogurísimo.
TEVEZ: No es así, Dios. Por eso quiero volver a entrar en el corazón del hincha. Quiero ganar la Copa.
DIOS: Era ayer, Carlito. No te sonó la alarma.
TEVEZ: Me refiero a la Libertadores, Señor. Es mi obsesión. La de todos los hinchas. El sueño de la séptima.
DIOS: A la séptima te van a mandar a jugar a vos si no ponés algo más de huevos. No me vengas con demagogia a mí, Apache. Las operetas dejalas para cuando te entrevista la CNN o Arévalo. Y desde ya, la Libertadores no va a poder ser. Y ni te atrevas a preguntarme por el Mundial. Si Sampaoli tiene que elegir entre vos y Lautaro Martínez, hoy es como elegir entre el dulce de leche y un caramelo Media Hora.
TEVEZ: ¿Y qué hago Señor? Necesito su consejo.
DIOS: Mirá, en principio, lo que a vos te haga feliz. O sea, juntarla en pala. Volvé a China, hermano. ¿Quién te rompía las pelotas allá? ¿Cuándo eras tapa de un diario por perder un clásico? ¿Tenían clásico? Era como jugar en Patronato, no te conocía nadie.
TEVEZ: Es cierto. Ganaba en tranquilidad.
DIOS: Y en dólares, Carlitos, en millones de dólares. Relajá, chabón. Tuviste una linda historia de superación, del chico humilde que se convierte en campeón de la vida… Y en subcampeón de la Supercopa jajajaja. No, en serio. Mirá, nadie puede reclamarte más nada, así que dedicate a lo que vos sabés: armar planteles con amigos tuyos y nada más.
TEVEZ: Tiene razón, Señor. Gracias por su consejo. Ojalá hubiera otros nueve wanchopes ábila para armar un equipo sólo con ellos… No le puedo pedir eso, ¿no?
DIOS: No.
TEVEZ: Bueno, gracias igual, Señor. Me siento mejor.
DIOS: Sí, mejor sentate, porque creo que vas a comer banco por un largo tiempo. ¡Abrazo!