Enzo, acabo de ver el programa de Fantino y te quiero agradecer con el alma por ser un emblema de River, del buen fútbol, de la buena leche. Sos el ídolo de mi infancia y de mi adolescencia. Me emocionás siempre, demostraste -como pocos jugadores- que llevás la camiseta en el alma. Sos el más grande, ninguno te llega a los tobillos (hablamos de los jugadores mediocres que tuvieron la suerte de vestir la banda, no de otros grandes).
Te pido un favor, no dirijas nunca River ni te metas en la política del club. Dejanos ese recuerdo hermoso de ser ganador en todas las canchas. No quiero nunca ver que algún hijo de puta -yo no lo haría nunca- te putee porque perdés un campeonato o porque perdes un par de partidos. Ni que te metas en los chanchullos de los ladrones como Aguilar, ese ambiente está podrido, no es para un ángel del gol como vos.
Enzo, River se volvió una mierda como todo el fútbol, estamos llenos de ladrones y de jugadores mercenarios. Por eso tu recuerdo es inmEnzo.
Dedicados a todos lo que lloramos en las buenas y en las malas por la camiseta de River Plate, el club más grande de la Argenitna.