Miguel se fue el 23 de agosto de 2002, luego de una derrota con Chacarita.
| 20-09-2010 El mismo día que renunció Rivoira, Babington ya eligió su reemplazante. Miguel Angel Brindisi vuelve al banco de Huracán luego de ocho años. “Es el indicado, dijo el inglés”.
Súbitos, inesperados, precipitados. Así fueron los acontecimientos de este 20 de septiembre en Huracán. Cuando a las 12.30 terminaba el entrenamiento en la Quemita, el lunes parecía uno más, ordinario. Trabajos físicos tras dos días de descanso, caras largas (lógicas) por el vestigio del 0-3 en el Bosque. Nada hacía indicar que de Rivoira a Brindisi habría sólo cinco horas. ¿Cómo? Aquí la cronología.
Unos 60 minutos después de la práctica sonó el celular de Babington y los acontecimientos se dispararon: era Rivoira. “Carlos, perdoname pero no puedo seguir”, le dijo el Chulo al presi, que intentó frenarlo sin éxito. “Le pedí que se jugara una última ficha el domingo con Godoy Cruz, pero él estaba decidido”, le admitió el Inglés a Olé, justo en su cumpleaños número 61. Pero Babington no se dejó arruinar el festejo y se hizo un regalito a sí mismo: mandó a llamar a Miguel Angel Brindisi, acordó una reunión con su compañero en el Huracán del '73 y a las 18.30 estaba cara a cara con él en una oficina del centro porteño para arreglar el operativo retorno. En la charla de dos horas, el técnico le dijo que tiene ganas de dirigir, que le tira el sentimiento y se estiraría a las necesidades económicas del club. Y todo cerrado: hoy terminará de firmarse el acuerdo y mañana al mediodía será presentado en conferencia de prensa.
Así quedaron descartados las alternativas de Gamboa y Tito Pompei: el técnico de Huracán, será Miguelito. Como entre el Apertura 2001 y el Apertura 2002.
“Lo fui a buscar a Brindisi porque todos sabemos lo que es como técnico, su currículum y lo que significa para la gente y para la historia del club. Es el indicado y lo conozco muy bien: no hizo falta que le preguntara cuál es su idea futbolística”, se entusiasmó Babington.
A fines de noviembre del año pasado, el Inglés ya se había reunido con Brindisi para ofrecerle el cargo de entrenador. El DT tenía una buena oferta del fútbol de Arabia y prefirió esperar a que se resolviera (al final no se le dio), por lo que el presidente decidió ir a buscar a Rivoira. El origen de la chance de la vuelta de Miguel, en realidad, se había producido semanas atrás de aquel encuentro: el 1° de noviembre, en el centenario del club. Ahí Carlos y Miguel, viejos compañeros, se cruzaron y limaron las asperezas que los habían distanciado hacía años. El propio Babington lo blanqueó: “Ahí quedó todo bien con él. Para mí, que Miguel venga es como un plus. Traer a un Brindisi, un Chabay, un Basile… Con cualquiera de los campeones del 73 es especial”.
Miguel se fue el 23 de agosto de 2002, luego de una derrota con Chacarita.
| 20-09-2010 El mismo día que renunció Rivoira, Babington ya eligió su reemplazante. Miguel Angel Brindisi vuelve al banco de Huracán luego de ocho años. “Es el indicado, dijo el inglés”.
Súbitos, inesperados, precipitados. Así fueron los acontecimientos de este 20 de septiembre en Huracán. Cuando a las 12.30 terminaba el entrenamiento en la Quemita, el lunes parecía uno más, ordinario. Trabajos físicos tras dos días de descanso, caras largas (lógicas) por el vestigio del 0-3 en el Bosque. Nada hacía indicar que de Rivoira a Brindisi habría sólo cinco horas. ¿Cómo? Aquí la cronología.
Unos 60 minutos después de la práctica sonó el celular de Babington y los acontecimientos se dispararon: era Rivoira. “Carlos, perdoname pero no puedo seguir”, le dijo el Chulo al presi, que intentó frenarlo sin éxito. “Le pedí que se jugara una última ficha el domingo con Godoy Cruz, pero él estaba decidido”, le admitió el Inglés a Olé, justo en su cumpleaños número 61. Pero Babington no se dejó arruinar el festejo y se hizo un regalito a sí mismo: mandó a llamar a Miguel Angel Brindisi, acordó una reunión con su compañero en el Huracán del '73 y a las 18.30 estaba cara a cara con él en una oficina del centro porteño para arreglar el operativo retorno. En la charla de dos horas, el técnico le dijo que tiene ganas de dirigir, que le tira el sentimiento y se estiraría a las necesidades económicas del club. Y todo cerrado: hoy terminará de firmarse el acuerdo y mañana al mediodía será presentado en conferencia de prensa.
Así quedaron descartados las alternativas de Gamboa y Tito Pompei: el técnico de Huracán, será Miguelito. Como entre el Apertura 2001 y el Apertura 2002.
“Lo fui a buscar a Brindisi porque todos sabemos lo que es como técnico, su currículum y lo que significa para la gente y para la historia del club. Es el indicado y lo conozco muy bien: no hizo falta que le preguntara cuál es su idea futbolística”, se entusiasmó Babington.
A fines de noviembre del año pasado, el Inglés ya se había reunido con Brindisi para ofrecerle el cargo de entrenador. El DT tenía una buena oferta del fútbol de Arabia y prefirió esperar a que se resolviera (al final no se le dio), por lo que el presidente decidió ir a buscar a Rivoira. El origen de la chance de la vuelta de Miguel, en realidad, se había producido semanas atrás de aquel encuentro: el 1° de noviembre, en el centenario del club. Ahí Carlos y Miguel, viejos compañeros, se cruzaron y limaron las asperezas que los habían distanciado hacía años. El propio Babington lo blanqueó: “Ahí quedó todo bien con él. Para mí, que Miguel venga es como un plus. Traer a un Brindisi, un Chabay, un Basile… Con cualquiera de los campeones del 73 es especial”.
Miguel se fue el 23 de agosto de 2002, luego de una derrota con Chacarita.