No hay soluciones mágicas ni manera de que nos ganen si hacemos las cosas bien y jugamos como les inculcó Gallardo en todos estos últimos años.
La única manera de ganar es ser claros en el juego, no necesariamente dominando la pelota todo el tiempo, pero si sabiendo hacer buenas jugadas y una buena triangulación de la pelota cuando sí se la tiene. Saber ser precisos y profundos en cada jugada, para que siempre haya peligro en el área rival. Me imagino que si Palacios tiene un buen partido, sabemos distribuir bien la pelota y avanzar con claridad, mas la locura que tenga el Pity y que los vuelva locos a la defensa de Boca, puede armar jugadas peligrosisimas enganchando y dando un buen pase a la delantera, que Borré devuelva alguna pared con Pratto, y que el Oso cuando este solo frente al arco la mande a guardar en la primera que tenga.
Hay que arrancar ya así, metiendo los goles, lo antes posible mejor, y después otro, y hacerlos creer que se van a comer el baile de sus vidas. Eso es lo más importante en cualquier partido de fútbol, la parte psicológica. Hay que salir a dominarlos, y tener confianza y saber que les vamos a ganar, sin importar lo que pase.
Ellos dependen demasiado de lo individual y de apariciones espontáneas de sus delanteros. Hay que tener humildad y seguridad desde el aspecto defensivo, marcarlos bien a sus jugadores peligrosos, anularlos y no dejarlos jugar, que se frustren como les pasa siempre contra River, que les carcoma su autoestima. Hay que comerles el medio campo con el doble 5 Zucu- Enzo Pérez. Y que adelante jueguen sueltos y con toda la confianza, hagámosle notar su fragilidad defensiva y falta de huevos. Tengo toda la confianza del mundo en que Gallardo les indique justamente todo esto, que además lo aprendí de él, y es la mejor, sino la única, forma de verdaderamente poder ganar cualquier partido.
No hay que perdonarles ni una, y estar iluminados porque son los partidos más importantes de la historia, pero no frustrarse si las cosas no salen, al contrario, disfrutarlo y, con toda la confianza del mundo, ganarles y arruinarlos para siempre. Pero ganarles bien, dentro de lo posible sin polémicas, ni a favor ni en contra. Y si nos llegan a cagar como todos tememos, con toda la mafia del poder a su favor, motivarse todavía más con todo eso, y con toda la rebeldía del mundo salir a ganarles y meterles goles todavía con más vehemencia.
Si les ganamos esta copa sin ningún tipo de disputa posible ante nuestra superioridad de juego, mayor personalidad y mentalidad gloriosa de victoria, no se la sacan nunca más, los arruinamos para siempre, y vamos a poder contarle a nuestros nietos que en la única vez en la historia que se enfrentaron River y Boca en una final de Libertadores, les ganamos como debía ser, con toda la gloria del mayor técnico de la historia del fútbol, y toda la personalidad y mentalidad ganadora que le había faltado a River en toda su historia previa.